¡°La crisis ha demostrado que somos dependientes de terceros pa¨ªses¡±
La comisaria de Salud, Stella Kyriakides, denuncia que hay pa¨ªses europeos ¡°almacenando medicinas, lo que produce escasez en otros¡±
El d¨ªa que se someti¨® al examen del Parlamento Europeo para ser elegida comisaria de Salud, Stella Kyriakides (Nicosia, 64 a?os) cit¨® entre sus prioridades la lucha contra el c¨¢ncer, tomar medidas para atajar la resistencia del cuerpo a los antibi¨®ticos y facilitar el acceso a medicamentos asequibles. Seis meses despu¨¦s, esa lista ha quedado sepultada bajo el mayor desaf¨ªo sanitario del ¨²ltimo siglo: la propagaci¨®n de un nuevo coronavirus, todav¨ªa semidesconocido, que pr¨¢cticamente monopoliza la agenda de los gobernantes, de Tokio a Washington, Berl¨ªn o Par¨ªs.
La dirigente chipriota no es una excepci¨®n. Dedica todos sus esfuerzos a una ¨²nica batalla: vencer a la pandemia. Y lo hace consciente de las limitaciones de su puesto. Las competencias sanitarias son nacionales y el margen de actuaci¨®n, estrecho. Los Estados miembros tienen la ¨²ltima palabra en casi todo y Bruselas trata de que el coro de voces no desafine demasiado. ?En qu¨¦ punto del combate estamos? ¡°Tengo un sentimiento positivo al ver los n¨²meros descender, pero necesitamos que la tendencia contin¨²e y se estabilice¡±, afirma a trav¨¦s del tel¨¦fono, esperanzada pero prudente ante las noticias favorables que llegan de Espa?a e Italia, los dos grandes focos europeos de la enfermedad.
Kyriakides es una de las personas con una visi¨®n m¨¢s panor¨¢mica de la crisis. No solo sigue la propagaci¨®n del virus en todos los Estados miembros y conversa con los ministros de Salud europeos. Tambi¨¦n tiene l¨ªnea directa de lo que sucede en otros puntos del continente gracias a su familia: su hijo mayor vive en Madrid, el menor en Londres y su marido en Chipre. ¡°Yo estoy donde debo estar¡±, dice desde su casa de Bruselas, donde hace unos minutos termin¨® la en¨¦sima videollamada con las capitales.
La epidemia ha puesto a prueba la solidaridad europea, elevando la tensi¨®n en el eje Norte-Sur por las diferencias sobre la respuesta econ¨®mica a la crisis. En el lado sanitario, la fotograf¨ªa tampoco sale siempre bien enfocada. Francia, Hungr¨ªa y Rumania mantienen prohibiciones a la exportaci¨®n de ciertos medicamentos dentro de la UE. Y Eslovenia y Letonia a algunos alimentos. Adem¨¢s, el temor al desabastecimiento ha provocado compras compulsivas peligrosas por sus efectos colaterales. ¡°Sabemos que algunos pa¨ªses est¨¢n almacenando medicinas, lo que est¨¢ provocando escasez en otros¡±, lamenta la comisaria.
La moneda tiene su reverso positivo: hospitales alemanes y austriacos han aceptado pacientes franceses e italianos, incluso en las codiciadas camas de cuidados intensivos. Francia ha donado un mill¨®n de mascarillas a Italia. Alemania ha enviado un cargamento de siete toneladas de material tambi¨¦n a Italia, respiradores incluidos. Un equipo de m¨¦dicos y enfermeros de Rumania y Noruega ha sido desplegado en Mil¨¢n y B¨¦rgamo. Y los carriles verdes promovidos por Bruselas han permitido desatascar el tr¨¢nsito de mercanc¨ªas esenciales en las hoy selladas fronteras internas europeas.
La Comisi¨®n ha auspiciado esos gestos mientras China copaba la atenci¨®n medi¨¢tica con sus donaciones y la pregunta de d¨®nde est¨¢ Europa hac¨ªa temer un repunte euroesc¨¦ptico. No siempre ha sabido comunicar sus esfuerzos. El Ejecutivo comunitario ha lanzado desde enero cuatro compras conjuntas de respiradores, mascarillas, test, geles y guantes a las que se han unido gran parte de los Veintisiete, pero su llegada se est¨¢ demorando m¨¢s de lo previsto.
¡°Entiendo la frustraci¨®n, pero el calendario depende tambi¨¦n de las compa?¨ªas. Cuando todo se entregue, los Estados miembros recibir¨¢n unos 700 millones de euros en equipamientos de protecci¨®n personal¡±, resalta Kyriakides.
Bruselas trata de que las capitales mantengan un sutil equilibrio entre las leg¨ªtimas necesidades propias y la ayuda al vecino para demostrar que la UE es algo m¨¢s que un mercado de intereses donde a la hora de la verdad impera el s¨¢lvese quien pueda. Sin embargo, pese a colaboraciones puntuales, la pandemia ha exhibido en toda su crudeza las carencias de los Veintisiete. ¡°La crisis ha demostrado que somos dependientes de terceros pa¨ªses, no solo para equipos de protecci¨®n, sino tambi¨¦n para medicamentos. Y es importante que lo afrontemos. Antes de que esto empezara, una de mis prioridades ya era contar con una nueva estrategia farmac¨¦utica a finales de 2020 para hallar el modo de animar a la industria m¨¦dica a fabricar en Europa¡±.
?Ha pecado la UE de imprevisi¨®n? ¡°Uno de los problemas es que alrededor del 50% de los equipos de protecci¨®n se fabrican en China. Y ha estado cerrada dos meses. Esta situaci¨®n no tiene precedentes y no se pod¨ªa prever¡±, defiende. La fren¨¦tica b¨²squeda de material avanza en paralelo a la concepci¨®n de estrategias de salida que ya est¨¢n perge?¨¢ndose en media Europa. ¡°Espero que estemos ante el comienzo de la ralentizaci¨®n de la propagaci¨®n del virus. Porque no vamos a hacer desaparecer la Covid-19, pero queremos ralentizar su extensi¨®n para que los sistemas de salud y los ciudadanos puedan volver a una vida m¨¢s normal¡±.
Experiencia hospitalaria
La mujer que lidera la respuesta comunitaria al virus ha pasado a lo largo de su vida m¨¢s tiempo portando la bata blanca en una consulta que en despachos rodeada de asistentes. Psic¨®loga de profesi¨®n, antes de su salto a la pol¨ªtica como diputada del Parlamento chipriota en 2006, Kyriakides trabaj¨® 27 a?os con ni?os y adolescentes en el servicio de salud mental de un hospital.
Tal vez eso explique su capacidad para crear puentes de confianza con su interlocutor, al que se dirige por su nombre para hacerle sentir c¨®modo. ¡°Mi mayor frustraci¨®n ha sido ver esta pandemia evolucionar y no haber sido capaz de pararla, porque probablemente era imposible. Quiero agradecer a los sanitarios espa?oles su trabajo y a los ciudadanos por tomarse en serio el confinamiento¡±.
Su pasado tampoco se entiende sin su bagaje al frente de organizaciones de lucha contra el c¨¢ncer. Sufri¨® un tumor en el pecho que encamin¨® su carrera hacia el activismo sanitario y fue designada para portar durante un tramo la antorcha ol¨ªmpica de Atenas 2004. ¡°Recuerdo despertarme pensando que no estar¨ªa ah¨ª, pero por supuesto, ah¨ª segu¨ªa¡±, dijo sobre el bulto que encontr¨® un d¨ªa mientras se duchaba. Una sensaci¨®n, la impotencia, que experimentan hoy los europeos al abrir los ojos y darse cuenta de que la pandemia sigue ah¨ª.
El dilema de poner fecha al fin del encierro
Acostumbrada a moverse a varias velocidades en casi todos los ¨¢mbitos, la UE tampoco har¨¢ una excepci¨®n en la salida de la pandemia. Dinamarca ha anunciado que reabrir¨¢ las escuelas el 15 de abril. Y Austria permitir¨¢ hacerlo al peque?o comercio un d¨ªa antes y al resto, el 1 de mayo. ?Hay descoordinaci¨®n? ¡°No todos los Estados ser¨¢n capaces de moverse al mismo ritmo, porque la situaci¨®n en cada uno es diferente. Podemos darles pautas basadas en evidencias cient¨ªficas, pero ellos deber¨¢n analizar qu¨¦ pasos dar¡±, afirma Kyriakides. S¨ª tiene claro que el escenario de normalidad total no llegar¨¢ de un d¨ªa para otro. ¡°Soy consciente de lo dif¨ªcil que ha sido cortar el contacto social y familiar, pero la vuelta ser¨¢ gradual, estamos discutiendo las recomendaciones que lanzaremos para la estrategia de salida¡±.
Varios debates sobrevuelan la flexibilizaci¨®n de las medidas. Un informe del Centro Europeo para la Prevenci¨®n y Control de Enfermedades reconoc¨ªa el mi¨¦rcoles que las mascarillas pueden ser ¨²tiles tambi¨¦n para que las personas asintom¨¢ticas no transmitan la enfermedad. Y el aumento del control sobre los infectados asintom¨¢ticos para tener una radiograf¨ªa m¨¢s exacta de la presencia del virus hacen que las pruebas de laboratorio ganen tambi¨¦n relevancia. ¡°Los test van a ser parte importante de cualquier estrategia de salida¡±, estima la comisaria.
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