Francesco Tonucci: ¡°No perdamos este tiempo precioso dando deberes¡±
El psicopedagogo italiano asegura que este encierro demuestra ¡°todav¨ªa m¨¢s¡± que la escuela no funciona
Francesco Tonucci (Fano, 1940) es un experto en ni?os. Desde su casa de Roma, donde lleva cinco semanas encerrado, este psicopedagogo italiano contesta por videoconferencia algunas de las cuestiones que m¨¢s afectan a los menores durante este periodo de encierro para combatir el coronavirus. Tonucci reconoce que son muchos los padres que piden consejos. Propone ideas como que tengan su propio diario secreto de confinamiento o un lugar, por peque?o que sea, para esconderse dentro de casa. El psicopedagogo se muestra cr¨ªtico con la escuela y c¨®mo est¨¢ afrontando este encierro.
Pregunta. ?Qu¨¦ es lo peor del confinamiento para los ni?os?
Respuesta. Deber¨ªa ser el no poder salir, pero es mentira porque lamentablemente tampoco antes sal¨ªan. Los ni?os desean salir y solo pueden hacerlo de la mano de un adulto. Con lo cual es importante que los ni?os vuelvan a salir, dentro y fuera del coronavirus. Quedarse en casa es una condici¨®n nueva, no ser aut¨®nomo no lo es. Espero que los ni?os puedan mostrarnos con la fuerza de este encierro cu¨¢nto necesitan m¨¢s autonom¨ªa y libertad. Es muy interesante c¨®mo est¨¢n reaccionando ellos. Durante los primeros d¨ªas de confinamiento, envi¨¦ un v¨ªdeo a nuestras ciudades de la red internacional de la ciudad de los ni?os animando a convocar los consejos para pedir su opini¨®n y dar consejos a los alcaldes; me parec¨ªa un poco parad¨®jico que todo el mundo ped¨ªa a los psic¨®logos consejos para los padres y a los pedagogos para los maestros y nadie pensaba en ellos. Los ni?os sienten mucho la falta de la escuela, es decir, no de los profesores y los pupitres sino la falta de los compa?eros. La escuela era el lugar donde los ni?os pod¨ªan encontrarse con otros ni?os. La otra experiencia en la que pude comprobar que la escuela era muy deseada para los ni?os fue cuando est¨¢n en el hospital.
P. Entonces, considera que los pol¨ªticos no tienen en cuenta a los menores para tomar sus decisiones.
R. Como siempre. Los ni?os pr¨¢cticamente no existen, no aparecen en sus preocupaciones. La ¨²nica preocupaci¨®n ha sido que la escuela pueda seguir de forma virtual. En Italia, por ejemplo, la gran preocupaci¨®n es demostrar que pueden seguir igual que antes a pesar de las nuevas condiciones, es decir, lo hacemos casi sin que den cuenta, sentados como estaban en la escuela frente a una pantalla haciendo clases y con deberes. Muchos no se han dado cuenta de que la escuela no funcionaba antes y en esta situaci¨®n se nota lo poco que funcionaba. Los ni?os est¨¢n hartos de los deberes y para las familias es una ayuda porque es lo que ocupa a los ni?os. Los deberes siempre son demasiados, no tanto por la cantidad sino por la calidad. Son in¨²tiles por los objetivos que los docentes imaginan.
P. Si se hace todo mal, ?qu¨¦ propone?
P. Hice un peque?o v¨ªdeo ofreciendo consejos de sentido com¨²n. Tenemos una oportunidad. Los ni?os en la escuela se aburren y as¨ª es dif¨ªcil que aprendan. Adem¨¢s, existe un conflicto entre escuela y familia, es un conflicto moderno, la familia siempre est¨¢ lista para denunciar el colegio. Ahora la situaci¨®n es nueva: la escuela se hace en familia, en casa. Propongo que la casa se considere como un laboratorio donde descubrir cosas y los padres sean colaboradores de los maestros. Por ejemplo, c¨®mo funciona una lavadora, tender la ropa, planchar, aprender a coser¡
P. Pero en este laboratorio, ?los padres est¨¢n trabajando tambi¨¦n?
R. Pido cosas que hay que hacer en casa igualmente. La cocina, por ejemplo, es un taller de ciencia. Los ni?os deben aprender a cocinar. El maestro puede proponer que los alumnos cocinen un plato con su salsa y escriban la receta. As¨ª estamos haciendo f¨ªsica, qu¨ªmica, literatura y se puedo montar un libro virtual de recetas. Otra experiencia que me parece importante es que los ni?os hagan v¨ªdeos de su experiencia en casa. La otra experiencia, por supuesto, es la lectura. C¨®mo la escuela no consigue que los ni?os amen la lectura es un gran peso. La escuela deber¨ªa preocuparse m¨¢s, dar a sus alumnos el gusto de leer.
P. Eso supone enfrentarse a las pantallas, a los videojuegos.
R. Estamos pensando en una escuela que tiene que hacer propuestas a los ni?os encerrados en casa. Proponer a los ni?os que lean un libro debe ser un regalo, no un deber. Hay otra forma que es la lectura colectiva, de familia. Crear un teatro que tiene su horario y su lugar en la casa, y un miembro de la familia lee un libro como si fuera una telenovela. Media hora todos los d¨ªas. Son propuestas que parecen poco escolares, pero todas tienen que ver con las disciplinas escolares. Estudiando las plantas de las casas se puede hacer una experiencia de geometr¨ªa. Todo esto lo digo para que se entienda que se puede aprovechar la riqueza que tenemos ahora, la casa y la disponibilidad de los padres. Usted dice que los padres no tienen tiempo: no es verdad. A pesar de todo el tiempo que est¨¢n ocupados, no saben qu¨¦ hacer en el tiempo libre. Normalmente el tiempo que pasan con ellos es para acompa?arlos a actividades y no para vivir con ellos. Otra propuesta es que jueguen, eso es lo m¨¢s importante. Que inventen juegos. Llamar a los abuelos para que aconsejen juegos, ellos fueron ni?os cuando los juegos hab¨ªa que inventarlos.
P. Nunca habremos pasado con ellos tanto tiempo como ahora.
R. Por eso mismo. No perdamos este tiempo precioso dando deberes. Aprovechemos para pensar si otra escuela es posible.
P. ?Qu¨¦ tiene que hacer un ni?o el primer d¨ªa que salga de este confinamiento?
R. Gritar, lanzar piedras, correr, y abrazarse con alguien; aunque eso ¨²ltimo ser¨¢ complicado.
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