La maravillosa solidaridad con el circo confinado por el coronavirus

Aunque el circo ya no lleve animales, a perro flaco todo son pulgas. Desde hace m¨¢s de un mes, el circo Neverland se encuentra anclado en Figueira da Foz, una localidad del norte de Portugal. All¨ª hab¨ªan llegado procedentes de Pombal y de Batalha, donde las cosas no hab¨ªan ido bien. ¡°La gente ya ten¨ªa miedo de venir al circo, pero confi¨¢bamos en la llegada de la Pascua y las fiestas escolares para remontar¡±, cuenta Eva Van den Berg Monteiro, ¡°m¨¢s portuguesa que holandesa¡±. Nacida hace 59 a?os en los Pa¨ªses Bajos entr¨® en el mundo del circo por amor a un portugu¨¦s que trabajaba en el Circo Mundial. ¡°A los 17 le conoc¨ª y a los 18 me cas¨¦, cog¨ª mis cosas y le segu¨ª por donde fuera, hasta que muri¨® hace once a?os¡±.

Monteiro es el prototipo de la profesi¨®n circense: directora, taquillera, camarera, presentadora, gerente, madre y abuela; todo ¡ªcasa, familia y trabajo¡ª lo lleva de aqu¨ª para all¨¢ de la geograf¨ªa portuguesa. ¡°De m¨ª dependen doce personas que necesitan comer cada d¨ªa y que tienen sus salarios¡±.

El estado de emergencia del pa¨ªs ha varado a Nederland en un aparcamiento, sin espect¨¢culo y sin poder moverse. ¡°Desde hace a?os la vida del circo es una vida de supervivencia, si trabajas te da para comer; si llueve el fin de semana, adi¨®s a lo ganado¡±.

El circo ya lleva m¨¢s de un mes en Figueira da Foz sin actuar, no hay ingresos pero las facturas llegan ¡ªpese a la condici¨®n ambulante del negocio¡ª certera y puntualmente. ¡°Cada semana m¨¢s de 100 euros de electricidad, 400 euros de la tipograf¨ªa de los folletos, 1.000 euros cada vez que los camiones viajan de una ciudad a otra. En dos semanas hay que renovar los seguros de los tres tr¨¢ileres y las dos caravanas, m¨¢s de 500 euros cada uno, y la inspecci¨®n anual del Gobierno, 750 euros. No hay dinero y sin esos papeles nos podemos actuar¡±.

Monteiro habla con sentimiento latino, pero haciendo cuentas es m¨¢s fr¨ªa que un ministro holand¨¦s de finanzas. ¡°Y la ¨²nica buena noticia es que baja el gas¨®leo, ?ahora que tenemos los camiones inmovilizados!¡±.

La solidaridad de Figueira da Foz les est¨¢ sacando del apuro m¨¢s apremiante. Los vecinos se acercan con sus coches y les llevan sacos de comida, gracias a una iniciativa de las redes sociales y los medios de comunicaci¨®n locales. Sacos de arroz, botellas de leche, cajas de pescado tra¨ªdas de la lonja, hasta comida para sus perros y gatos. ¡°Es de lo que estamos viviendo desde hace semanas¡±.

Pese a la triste situaci¨®n, la directora de Nederland le saca el lado bueno. ¡°Les digo que cuando esto acabe vamos a dar una gran fiesta a toda la ciudad, y no es por la donaci¨®n de alimentos, es por el cari?o, por sentir el calor humano en momentos como estos¡±. El Ayuntamiento tambi¨¦n ha contribuido, perdonando las tasas municipales, y el due?o del terreno les ha devuelto el dinero del alquiler.

¡°No vamos a morir, el circo seguir¨¢ mientras podamos provocar la risa de un ni?o¡±. El optimismo de la portuguesa Eva Monteiro lucha con el realismo de la holandesa Eva van den Berg. ¡°Es cierto que vamos a ser los ¨²ltimos en salir de la crisis. Si en los supermercados obligan a guardar dos metros de distancia, ?c¨®mo van a autorizar los espect¨¢culos de gente?¡±.

Monteiro recuerda que la vida del circo nunca ha sido f¨¢cil, ¡°siempre pasamos crisis, por eso los trabajadores del circo tenemos un esp¨ªritu fuerte y positivo, aunque nunca nos hemos encontrado con una situaci¨®n como esta. Oigo que hay ayudas a las empresas, a las familias, a la cultura, sin embargo, nunca ha llegado ninguna de ellas al circo, el espect¨¢culo m¨¢s antiguo de la humanidad¡±.

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