¡°No puedo pagarme un hotel¡±: comienza la cuarentena para los que vengan del extranjero
En los aeropuertos los viajeros expresan dudas sobre esta medida en su primer d¨ªa de aplicaci¨®n
Desde este viernes, los viajeros que lleguen a Espa?a desde el extranjero tienen que pasar una cuarentena de 14 d¨ªas. No importa que procedan de Am¨¦rica, Asia o la Uni¨®n Europea. Todos, tambi¨¦n los que tengan nacionalidad espa?ola, deben permanecer dos semanas en su domicilio o alojamiento antes de poder salir de casa como el resto de personas de esa provincia o zona sanitaria. El Ministerio de Sanidad ha explicado que durante esas dos semanas deben limitar sus desplazamientos a actividades esenciales como comprar alimentos.
Dean Zhu, de 21 a?os, ha firmado este viernes, al bajar del avi¨®n, un documento en el que se compromete a respetar esos 14 d¨ªas de cuarentena. ¡°Lo har¨¦ en mi casa en Barcelona¡±, anuncia en el aeropuerto del Prat, donde ha llegado esta ma?ana en un vuelo que part¨ªa de ?msterdam. Hace unos meses fue a finalizar su trabajo de fin de grado, matem¨¢ticas e ingenier¨ªa inform¨¢tica, a Toronto. ¡°La crisis del coronavirus me enganch¨® all¨ª aunque los canadienses se lo han tomado con m¨¢s tranquilidad¡±, sonr¨ªe. Cuando ha bajado del avi¨®n, a las 10.11, tambi¨¦n le han tomado la temperatura, 36,2 grados.
El aeropuerto barcelon¨¦s del Prat estaba este viernes por la ma?ana pr¨¢cticamente vac¨ªo. No pod¨ªa acceder a ¨¦l nadie que no fuese trabajador all¨ª, personal de seguridad o medios de comunicaci¨®n. En la pantalla de llegadas muy pocos vuelos debido a una pandemia que ha segado de ra¨ªz la libre circulaci¨®n de las personas. A las 10.50 ha aterrizado un vuelo procedente de Londres. En la terminal decenas de periodistas esperando a los an¨®nimos que iban a salir a un recinto hu¨¦rfano de familiares y con los bares y restaurantes cerrados.
Minutos despu¨¦s del aterrizaje aparec¨ªa un pasajero vestido con un traje de celulosa de color verde militar y una m¨¢scara antigas. ¡°Solo me han obligado a ense?arles la cara por seguridad¡±, ha informado, de forma provocativa, el individuo. Sabe que a partir de ahora le esperan 14 d¨ªas de cuarentena en su domicilio, cuya localizaci¨®n no quiere revelar. Esta cuarentena depende de la disciplina individual de cada uno, ya que, como ha reconocido el Ministerio de Sanidad, es pr¨¢cticamente imposible que las autoridades vigilen el cumplimiento de la norma. A ?scar Bravo tambi¨¦n le han tomado la temperatura al bajar del avi¨®n procedente de Londres, 36,4 grados. ¡°Me queda mucho camino hasta Cantabria. Al subir al avi¨®n nos han dado unos papeles donde he escrito mi direcci¨®n y tel¨¦fono. Al llegar a Barcelona he tenido que entreg¨¢rselo a la polic¨ªa. Estoy deseando llegar a mi casa y pasar los 14 d¨ªas de cuarentena¡±, informa Bravo.
Dami¨¢n Chapa es estadounidense y vive en M¨¢laga. Despu¨¦s de siete semanas en ?msterdam vuelve a casa. Le ha sorprendido c¨®mo han distribuido los asientos en el avi¨®n (uno con pasajero, otro sin ¨¦l). Le queda un largo camino hasta llegar a su ciudad y pasar 14 d¨ªas de cuarentena. Carla Cepeda fue a Australia a aprender ingl¨¦s y trabajar hace unos meses cuando nadie hablaba de la pandemia. ¡°Lo hac¨ªa en un supermercado de la playa. Me han despedido por la crisis del coronavirus y no he podido volver a casa hasta ahora¡±, destaca Cepeda.
El regreso desde S¨ªdney ha sido una verdadera odisea. Le han cancelado cuatro vuelos y al final, despu¨¦s de pasar una noche en Londres, ha llegado esta ma?ana a la capital catalana. ¡°Se me acababa el visado y he tenido que volver pero la situaci¨®n es mejor en Australia. Ahora me dicen que tengo que estar 14 d¨ªas en casa. Es una pena porque estoy deseando ver a mi familia¡±, destaca. Tambi¨¦n se ha quedado sin trabajo Martina Forn, de 18 a?os, que ejerc¨ªa de azafata en un hotel de lujo de Londres. ¡°Me voy al Masnou, estoy deseando ver a mi familia y en mi casa estar¨¦ encerrada 14 d¨ªas pero contenta de estar con los m¨ªos¡±.
¡°Me dijeron que me llamar¨¢n para hacer seguimiento¡±
Yanet Moreno ha llegado al aeropuerto de Madrid-Barajas desde La Habana este viernes muerta de cansancio y sin lugar donde quedarse los pr¨®ximos cuatro d¨ªas. Esta cubana de 44 a?os vive con su familia en Gran Canaria y el siguiente vuelo que le ha conseguido la agencia de viajes era para el martes y en clase preferente. ¡°Tendr¨ªa que haber vuelto el 24 de abril y me cancelaron el billete una y otra vez. Pagu¨¦ este porque no pod¨ªa esperar m¨¢s¡±, explica con la respiraci¨®n sofocada de arrastrar las maletas. Es hipertensa y tiene programada una operaci¨®n del c¨¢ncer de ¨²tero que padece, en un par de semanas.
¡°Soy personal de riesgo, lo s¨¦. Pero no puedo pagarme un hotel y no conozco a nadie en Madrid¡±, cuenta sacando un papel del bolso. Es el documento que ha rellenado en el avi¨®n. En ¨¦l detalla sus datos personales. ¡°Me dijeron que me llamar¨¢n para hacer seguimiento¡±, narra algo confundida. Su cuarentena obligatoria de 14 d¨ªas empezar¨¢ el martes, ¡°una vez llegue a mi casa¡±, dice mientras solicita, sin mucha esperanza, informaci¨®n de un mostrador a otro. ¡°?Te crees que me van a pagar un hotel?¡±.
Iberia, la compa?¨ªa con la que ha viajado, le comenta las dos ¨²nicas opciones: o volver a comprar un billete para el domingo -el ¨²nico vuelo anterior al suyo- o esperar al martes. Por ahora, su decisi¨®n es buscar ¡°un huequito¡± en la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid-Barajas y ¡°dejar que pase el tiempo¡±.
En la silenciosa sala de espera solo se oyen los avisos de megafon¨ªa que recuerdan la distancia de seguridad obligada y las ruedas de las maletas de los pocos viajeros que llegan esta ma?ana. Todos llevan mascarillas puestas. Algunas de tela, otras FFP2. Paula Sureda lleva una quir¨²rgica. Tiene 23 a?os y estaba en Los Pa¨ªses Bajos estudiando un m¨¢ster de biomedicina. Este viernes por la tarde saldr¨¢ su vuelo a Mallorca, donde vive con sus padres. A ella no le pill¨® de sorpresa la nueva normativa de la cuarentena domiciliaria. ¡°Ten¨ªa pensado hacerla igualmente, pero no me voy a encerrar en un cuarto, eh. La har¨¦ en mi casa¡±, reconoce. Tiene ganas de llegar al fin y juntarse con los suyos. ¡°Hace tiempo que cancelaron mis clases y no quer¨ªa estar all¨¢ sin hacer nada¡±, a?ade. Muestra un documento con sus datos escritos en azul. Nombre, tel¨¦fono, preguntas sobre si ha estado en contacto con otros infectados y residencia. Para ella, ¡°una chorrada¡±, dice. ¡°?Qu¨¦ pretenden controlar con eso?¡±. En el vuelo de Sureda, operado por la compa?¨ªa KLM, cree que la distancia ¡°fue un chiste¡±. ¡°Llev¨¢bamos las mascarillas puestas pero no todos ten¨ªamos un asiento de separaci¨®n del siguiente pasajero¡±, critica esta joven.
Laia Molt¨® y Carmen Fern¨¢ndez, de 20 y 21 a?os, salen del mismo vuelo de ?msterdam con los ojos cansados y dos maletas cada una. A ambas estudiantes de Erasmus les han tomado la temperatura al llegar y les han recordado las nuevas medidas de confinamiento. A Molt¨® le parece ¡°l¨®gico¡±: ¡°En Holanda la cuarentena no era obligatoria y tiene sentido que la hagamos¡±. Fern¨¢ndez ya ten¨ªa pensado hacerlo. Su etapa de intercambio en el extranjero se acaban un tanto agridulce. Molt¨® llegar¨¢ por la noche a Alicante y Fern¨¢ndez, a Sevilla.
En la zona de llegadas de la Terminal 4, los ¨²nicos que aguardan son un pu?ado de periodistas. Este viernes nadie viene a recoger a sus familiares.
¡°Esto es un desierto, no viene nadie¡±
El aeropuerto de M¨¢laga mostraba este viernes por la ma?ana un aspecto totalmente desolador. A primera hora de la ma?ana solo hab¨ªa una turista neerlandesa que esperaba para viajar con destino a Barcelona y que sal¨ªa a las 17.35. Operado por Vueling, es el ¨²nico vuelo previsto en el aer¨®dromo malague?o, que el a?o pasado mov¨ªa en estas fechas una media superior a los 400 vuelos diarios. ¡°Esto es un desierto, no viene nadie¡±, dice Paqui Garc¨ªa, responsable de la farmacia, el ¨²nico negocio abierto en las instalaciones. Al final de la ma?ana, una docena de turistas rusos tambi¨¦n llegaba con antelaci¨®n para tomar su avi¨®n a Barcelona.
Este viernes no hay previsto ning¨²n vuelo internacional ni tampoco ninguna llegada, as¨ª que por la puerta de acceso a la Costa del Sol no llegar¨¢ ning¨²n turista que tenga que pasar la cuarentena. Eso s¨ª, el aeropuerto de M¨¢laga ha sido incluido entre los 13 puntos autorizados por el Gobierno en todo el pa¨ªs donde se permitir¨¢n vuelos internacionales durante la desescalada, con el objetivo de minimizar riesgos de casos importados de coronavirus.
En la frontera con Francia
En el paso fronterizo entre Ir¨²n y Hendaya, las Polic¨ªas espa?ola y francesa mantienen controles de paso para verificar el paso de personas en ambos lados de la muga. ¡°Los ciudadanos espa?oles pueden pasar ense?ando el DNI y el resto tienen que presentar un documento que acredite que son trabajadores transfronterizos¡±, explica el subinspector del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa que est¨¢ al mando del operativo. El trasiego de gente y veh¨ªculos es constante, sobre todo a primera hora de la ma?ana, entre las 6.00 y las 9.00, comenta el agente, que asegura que en toda la ma?ana del viernes a nadie se le ha impedido entrar en territorio espa?ol.
Un cartel que dice ¡°Alto Polic¨ªa¡±, colocado en mitad del puente de Santiago ¨Del l¨ªmite entre Francia y Espa?a¨D, avisa del puesto policial, formado por cuatro agentes y tres veh¨ªculos, donde hay que mostrar la documentaci¨®n antes de cruzar la frontera. En el sentido contrario de la carretera ocurre otro tanto, reductores de velocidad incluidos, en el control instalado por la Polic¨ªa francesa. De los tres accesos que hay en esta zona para pasar de un pa¨ªs a otro, el de Santiago es, con mucha diferencia, el m¨¢s transitado, puesto que el puente de Behobia est¨¢ cerrado por las autoridades y por el paso de Biriatou solo se admite el tr¨¢fico de mercanc¨ªas. ¡°Hay m¨¢s matr¨ªculas espa?olas porque hay muchos vascos viviendo en Hendaya¡±, asegura un polic¨ªa franc¨¦s. En esta localidad tienen su residencia algo m¨¢s de 5.000 vascos, muchos de los cuales pasan a diario a este lado de la muga para acudir a sus puestos de trabajo.
Maite Erauso es una de estas personas que pasa a diario de Hendaya a Ir¨²n. Este viernes ha pasado ¡°sin problemas¡± a pie, pero asegura que la polic¨ªa francesa le ha solido poner pegas para volver a casa: ¡°Tengo todos los papeles en regla, incluido el permiso como ciudadana transfronteriza. Aun as¨ª, alg¨²n polic¨ªa te pone problemas, sobre todo en el lado franc¨¦s. En una ocasi¨®n llegaron a decirme que me iba a llegar una multa a casa¡±, asegura esta joven.
Con informaci¨®n de Alfonso L. Congostrina (Barcelona), Noor Mahtani (Madrid), Nacho S¨¢nchez (M¨¢laga) y Mikel Ormazabal (San Sebasti¨¢n).
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