La lucha por sobrevivir al VIH en Latinoam¨¦rica durante la pandemia de coronavirus
Pacientes que viven con la enfermedad resienten la falta de atenci¨®n de las autoridades sanitarias de la regi¨®n, que enfocan sus esfuerzos en combatir la covid-19
Arturo Baz¨¢n, de 55 a?os, lleva casi dos meses de confinamiento en su casa en el Estado de M¨¦xico, vecino de la capital mexicana. Sus d¨ªas transcurren entre la limpieza de su casa, ha decidido pintar algunas habitaciones y sigue d¨ªa a d¨ªa las conferencias de las autoridades sanitarias que informan sobre el estado de la pandemia de coronavirus en M¨¦xico. Para ¨¦l es clave saber cu¨¢ndo podr¨¢ regresar de nuevo a las consultas m¨¦dicas, porque vive con VIH y desde que se ha impuesto la cuarentena no se ha hecho los chequeos mensuales ni ha consultado a su m¨¦dico: En el hospital de la seguridad social mexicana al que asist¨ªa regularmente le entregaron medicamentos antirretrovirales y le ordenaron que por ninguna raz¨®n visitara el dispensario. Lo que m¨¢s resiente es que en todo este periodo no ha recibido ning¨²n tipo de informaci¨®n sobre las medidas que debe tomar como paciente de VIH. ¡°Me siento muy desconcertado¡±, explica por tel¨¦fono. ¡°Casi no salgo, pero es muy estresante vivir con la zozobra de saber que somos pacientes de alto riesgo. Ellos [los m¨¦dicos] no nos dicen nada. En el Seguro Social no nos dan consulta. Tienen mis datos y no nos env¨ªan informaci¨®n¡±, lamenta.
Por el momento, agradece por lo menos tener medicamentos, aunque cuando se le acaben no sabe si le permitir¨¢n regresar al hospital para abastecerse de nuevo. ?l hab¨ªa participado en febrero en protestas que un grupo de pacientes con VIH organizaron frente a la sede del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) y en el z¨®calo de la capital en su lucha para reclamar a las autoridades mexicanas por lo que consideran un asunto de vida o muerte: el desabasto de f¨¢rmacos antirretrovirales y otros medicamentos esenciales para el tratamiento del VIH. Algunos de esos pacientes, como Baz¨¢n, cumplieron hasta un mes sin recibir las medicinas y entonces tem¨ªan un deterioro en su condici¨®n. Eran, seg¨²n estad¨ªsticas oficiales, cerca de 3.000 personas afectadas (de un total de 63.000 pacientes con VIH atendidos por el Seguro Social) y aunque desde el IMSS afirmaron que trabajaban para reducir el impacto del desabasto, para los manifestantes entrevistados en ese momento la escasez era una enfrenta y una negligencia de parte del Estado. Ahora, dice Baz¨¢n, se enfrenta al vac¨ªo de informaci¨®n. ¡°Entiendo que tiene prioridad la gente enferma de esto [covid-19], pero tambi¨¦n necesitamos atenci¨®n oportuna¡±, dice.
Baz¨¢n tuvo que jubilarse de manera prematura porque el VIH le caus¨® una neuropat¨ªa perif¨¦rica que limit¨® sus fuerzas. Comparte casa con su hermana, quien es la encargada de salir por la compra. ?l recibe como pensi¨®n 2.500 pesos al mes (139 d¨®lares) y dice que todo su tratamiento, si tuviera que pagarlo, le costar¨ªa unos 48.000 pesos al mes (2600 d¨®lares). ¡°Los retrovirales son dif¨ªciles y se debe mantener una disciplina, sino hay una baja en nuestras defensas. Un d¨ªa que pasa es vital. Y cada organismo es diferente, a lo mejor uno lo puede tolerar, pero habr¨¢ otros que no. Estoy en un estr¨¦s de pensar en mis ex¨¢menes. Hasta el momento, con base a mi ¨²ltimo resultado de laboratorio, no he tenido consecuencias¡±, explica.
ONUSIDA, el programa de Naciones Unidas especializado en la lucha contra el VIH y el sida, ha alertado a las autoridades sanitarias de la regi¨®n del impacto negativo que podr¨ªa tener la pandemia de coronavirus en la poblaci¨®n con VIH si se baja la guardia en lo relacionado a la atenci¨®n que deben recibir estas personas. C¨¦sar Antonio N¨²?ez, director del Equipo de apoyo regional de ONUSIDA para Am¨¦rica Latina, explica que 2.3 millones de personas viven con VIH en Latinoam¨¦rica y cada a?o el organismo registra 120.000 nuevas infecciones, ¡°lo que representa un grupo significativo de personas que van a requerir tratamiento de por vida, porque una vez que una persona se ha diagnosticado con VIH se le tiene que dar tratamiento para que pueda vivir una vida normal¡±, afirma el experto. En la regi¨®n, el 38% de las personas que necesitan estos medicamentos no los reciben.
N¨²?ez dice que recomiendan a las autoridades de la regi¨®n la entrega de dosis de medicamentos para ¡°m¨²ltiples meses de tratamiento¡± (de tres a seis meses) a los pacientes, adem¨¢s de informaci¨®n oportuna sobre las medidas que deben tomar. ¡°En este momento, por la covid-19, se van a requerir inversiones significativas, tanto en la parte del sector salud como en respuesta a la protecci¨®n social, por lo que uno de los llamados que est¨¢ haciendo ONUSIDA es a mantener la financiaci¨®n de la respuesta al VIH, porque si no todo lo ganado hasta ahora podr¨ªa perderse, podr¨ªamos retroceder, si nosotros descuidamos la atenci¨®n al VIH¡±, alerta el experto en entrevista por videollamada.
Desde Cali, Colombia, Yesenia cuenta su desesperaci¨®n. Ella y su pareja viven con VIH, est¨¢n desempleados y debido a la situaci¨®n impuesta por la pandemia de coronavirus no tienen opciones de trabajo para sobrevivir. Viven de la ayuda que reciben de organizaciones humanitarias, como Lila Mujeres, que adem¨¢s la apoya con el suministro de antirretrovirales. Yesenia vivi¨® 24 a?os en Venezuela, pero desde hace seis meses volvi¨® a su ciudad por la crisis que golpea al pa¨ªs vecino. En Venezuela, afirma, era imposible acceder a medicamentos para el VIH, aunque su situaci¨®n tampoco es mejor en su patria. ¡°En Colombia a¨²n no tengo acceso a la salud¡±, cuenta Yesenia, que habita en una barriada junto a su esposo, cuatro hijos y dos nietos. ¡°Estamos desesperados y las personas que vivimos con VIH no estamos en las respuestas de los gobiernos. Es bastante deprimente y frustrante para nosotros. Se debe pensar m¨¢s en las personas humildes y enfermas que estamos pasando situaciones muy dif¨ªciles. A¨²n existe el VIH, el VIH no se ha acabado¡±, dice la mujer.
Una situaci¨®n similar de miseria sufren Michela y Luis, quienes habitan en Tegucigalpa, Honduras, con su hijo de nueve a?os. Antes de la pandemia Luis sobreviv¨ªa vendiendo dulces y agua embotellada en las calles de su ciudad, pero la cuarentena que ya dura mes y medio en Honduras le arrebat¨® esa ¨²nica entrada de dinero. ¡°Estamos de manos atadas¡±, dice Michela. Ella y su pareja viven con VIH. ¡°Yo no trabajo, cuido a mi hijo. Estamos viendo ac¨¢ c¨®mo hacemos. No tengo comida para todos los d¨ªas¡±, alerta. Al igual que Yesenia en Cali, esta familia sobrevive de la ayuda que les entrega la organizaci¨®n Movimiento de Mujeres Positivas de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Michela tiene medicamentos para dos meses, pero afirma que no ha recibido ninguna informaci¨®n de las autoridades sanitarias y no sabe cu¨¢ndo podr¨¢ abastecerse de nuevo. ¡°Me toca ir [al hospital] el primero de junio, pero no s¨¦ si podr¨¦ [por la cuarentena]. Eso me da mucha angustia y no s¨¦ c¨®mo hacerlo. No me puedo quedar sin medicamentos, pero nadie nos dice nada. Estoy asustada porque somos personas vulnerables. Es desesperante¡±, concluye.
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