Una videollamada para desconectar a un hijo a m¨¢s de 5.000 kil¨®metros
Duglas Omar Cer¨®n, migrante guatemalteco de 24 a?os, qued¨® en coma tras contagiarse de coronavirus. Muri¨® esta semana despu¨¦s de que el hospital localizase a su familia, en el corredor seco centroamericano
Desde hace algo m¨¢s de un a?o que migr¨® a Estados Unidos, Duglas Omar Cer¨®n era la esperanza de su familia. Los 95.000 quetzales (m¨¢s de 11.000 euros) que le pidi¨® el coyote para guiarle por M¨¦xico y ayudarle a cruzar la frontera sin papeles parec¨ªan bien invertidos. El joven que solo hab¨ªa estudiado hasta cuarto de primaria comenz¨® a trabajar nada m¨¢s llegar a Maryland en febrero de 2019 y pod¨ªa mandar dinero a su padre en Ipala, un municipio del departamento de Chiquimula, en el corredor seco de Guatemala, para comprar abonos y fertilizantes que le ayudaran con las cosechas.
Ahora, sus padres y sus cuatro hermanos no pueden creer que el coronavirus, del que comenz¨® a mostrar signos hace solo dos semanas, lo haya vencido y se haya llevado las ilusiones de la familia tan r¨¢pido. No se explican c¨®mo esa enfermedad que escucharon que era especialmente mortal con las personas de edad avanzada haya atacado a un joven fortach¨®n de 24 a?os que antes de migrar se ganaba la vida sembrando ma¨ªz y como jinete de caballos y toros.
Esta semana, los Cer¨®n tuvieron que decir adi¨®s al cuarto de sus hijos a trav¨¦s de una fr¨ªa videollamada con un hospital de Baltimore, a m¨¢s de 5.000 kil¨®metros de distancia de su aldea en Guatemala, y con una int¨¦rprete de por medio. ¡°Casi no lo pudimos ni ver. Muri¨® tan r¨¢pido y otras personas mayores se han recuperado de esto. No lo entiendo¡±, lamenta su hermana menor, Esmeralda, de 22 a?os.
Su hermano falleci¨® en una cama del centro R Adams Cowley Shock Trauma de la Universidad de Maryland, donde unas m¨¢quinas lo manten¨ªan con vida desde que el s¨¢bado 23 de mayo, unos d¨ªas despu¨¦s de ser ingresado por covid-19, sufri¨® un ataque al coraz¨®n que le provoc¨® un fallo org¨¢nico m¨²ltiple. Pese a sus fuertes reticencias iniciales, la familia finalmente autoriz¨® a los m¨¦dicos que lo desconectaran en la tarde del martes.
¡°Mientras hablaba el doctor, la trabajadora social lo traduc¨ªa al espa?ol. Y dijo el doctor: ¡®?l tiene los aparatos puestos. Est¨¢n encendidos, pero sus ¨®rganos ya murieron. ?l definitivamente ya muri¨®¡¯¡±, razona a trav¨¦s del tel¨¦fono uno de los primos de Duglas Omar, Rafael Cer¨®n, de 26 a?os, quien ejerce de portavoz de la familia. ¡°Nos medio ense?aron el cuerpo de lejos. Ahora vamos a ver si nos ayudan a traernos el cad¨¢ver o, si est¨¢ infectado, las cenizas¡±.
Duglas Omar Cer¨®n hab¨ªa comenzado a notar los primeros s¨ªntomas de la covid-19 a mediados de mayo. La necesidad de seguir enviando dinero a Guatemala, acrecentada por un problema de salud de su padre que necesitaba fondos para una cirug¨ªa, hizo que siguiera trabajando en una compa?¨ªa de perforaci¨®n de tuber¨ªas en Maryland, una actividad considerada esencial en ese Estado, pese a la emergencia por la pandemia de coronavirus decretada por el gobernador de ese Estado a finales de marzo.
La presi¨®n por seguir apoyando a sus familias en los pa¨ªses de origen junto a la sobrerrepresentaci¨®n en empleos esenciales en los que el teletrabajo no es una opci¨®n est¨¢ haciendo que los inmigrantes y los hispanos sean especialmente vulnerables a contagiarse de la enfermedad, como demuestran los datos preliminares publicados por algunas ciudades y estados de Estados Unidos. En Nueva York, por ejemplo, el 34% de fallecidos en abril eran hispanos, pese a que suponen el 29% de la poblaci¨®n. Adem¨¢s, en el pa¨ªs residen m¨¢s de 11 millones de sin papeles.
¡°Tenemos a muchos inmigrantes que en estos momentos est¨¢n trabajando en industrias que se consideran esenciales como la construcci¨®n, la limpieza o los supermercados. Adem¨¢s, a veces comparten vivienda con m¨¢s familias, por lo que tienen m¨¢s riesgo a contagiarse y tienen menos acceso a los cuidados m¨¦dicos, especialmente si est¨¢n indocumentados, y no acuden al hospital hasta que no tienen s¨ªntomas graves¡±, explica Abel N¨²?ez, director del Centro de Recursos Centroamericanos (Carecen), una organizaci¨®n no gubernamental con sede en la ciudad de Washington.
En el caso de Duglas Omar Cer¨®n, cuando comenz¨® a sentirse mal, decidi¨® automedicarse y hacerse infusiones para aliviar los s¨ªntomas. ¡°?l no pensaba que iba a ser tan grave, cre¨ªa que se le iba a pasar. Pero al tercer d¨ªa empeor¨® con fiebre, le molestaba la tos y no hab¨ªa mejor¨ªa¡±, cuenta Melvin Jacome, otro migrante originario de su misma aldea en Guatemala y con el que compart¨ªa apartamento en Langley Park (Maryland).
Para el s¨¢bado 16, su salud hab¨ªa empeorado tanto que Jacome y su otro compa?ero de apartamento decidieron llamar a una ambulancia que lo llev¨® a un hospital de la zona, el Laurel Medical Center, donde le pusieron ox¨ªgeno. Pero el migrante segu¨ªa empeorando. El s¨¢bado 23, los sanitarios lo trasladaron a otro centro m¨¦dico de la Universidad de Maryland especializado en pacientes cr¨ªticos, el R Adams Cowley Shock Trauma.
¡°Desafortunadamente, ah¨ª le dio un paro card¨ªaco que le afect¨® y qued¨® en estado vegetativo¡±, explica Jessica Mendoza, la c¨®nsul de Guatemala en Silver Spring (Maryland). ¡°El hospital nos indic¨® que le hicieron un segundo estudio donde comprobaron que el da?o fue bastante severo. Muchos de sus ¨®rganos no estaban funcionando¡±. La diplom¨¢tica comenz¨® el mismo martes a ejercer de mediadora entre el centro m¨¦dico y la familia, despu¨¦s de que los padres de Cer¨®n, desesperados por la situaci¨®n de su hijo y sin saber qu¨¦ hacer, llamaran a una estaci¨®n de radio guatemalteca para pedir ayuda.
All¨ª les pusieron en contacto con Pedro Pablo Solares, un abogado de Ciudad de Guatemala que lleva a?os estudiando los patrones de la migraci¨®n de sus paisanos a EE UU. ¡°Me llamaron el lunes por la noche desde su aldea. Los padres, que son personas muy humildes, no quer¨ªan dar autorizaci¨®n para desconectarlo. La impresi¨®n de ellos es que no le estaban dando el trato que podr¨ªan darle porque ¨¦l no tiene representaci¨®n en EE UU y es indocumentado¡±, explica Solares. El martes, el abogado comparti¨® la historia de Cer¨®n en sus redes sociales y se puso en contacto con el Ministerio de Exteriores guatemalteco y el consulado en Maryland con la esperanza de que alguien pudiera ayudar a la familia.
El d¨ªa que sufri¨® el ataque cardiaco, el hospital contact¨® a la ¨²nica familiar que ten¨ªa el joven en Estados Unidos, una prima que vive en Nueva York, para informarle de que el migrante estaba en muerte cerebral y pedir la autorizaci¨®n para desconectarlo de las m¨¢quinas que lo manten¨ªan con vida. La mujer, que no habla ingl¨¦s, le pidi¨® a una jefa en su trabajo que ejerciera de int¨¦rprete. Pero ella no se sent¨ªa con autoridad para tomar una decisi¨®n tan importante y contact¨® a los padres de Cer¨®n en Guatemala.
En Ipala, la familia no pod¨ªa entender que el hospital estuviera desahuciando a un joven que en su recuerdo era tan sano. ¡°No queremos que lo desconecten hasta no saber con certeza cu¨¢l es su situaci¨®n de salud y si podemos hacer algo para mantenerlo con vida. Es joven, tiene oportunidades de recuperarse y seguir apoyando a su familia¡±, escribieron aquel d¨ªa en un texto enviado a trav¨¦s de WhatsApp.
¡°Obviamente nadie quiere eso para sus familiares. Y cuando llamaron ni siquiera hab¨ªan pasado las 72 horas de que agarr¨® el coma¡±, lamentaba su primo Rafael Cer¨®n el martes poco antes de que lo declararan muerto. ¡°Nosotros tenemos esperanzas de que ¨¦l vuelva, que su cerebro se despierte. Tal vez es porque ha estado sedado desde el principio que ¨¦l no reacciona¡±, a?ad¨ªa una de sus hermanas mayores en un video distribuido por la familia en el que ped¨ªan unas horas m¨¢s para ver si mejoraba.
Mientras la hermana grababa ese mensaje aferr¨¢ndose a sus ¨²ltimas esperanzas, en otro tel¨¦fono celular los doctores de Baltimore le explicaban a sus padres la situaci¨®n de su hijo y ¨¦stos autorizaron su desconexi¨®n. ¡°Como nos dijeron que ya estaba muerto, obviamente dijeron que s¨ª. El doctor nos explic¨® que ¨¦l estuvo en los mejores hospitales de EE UU y que le hicieron los mejores tratamientos para que ¨¦l sobreviviera y que lamentablemente no se pudo hacer m¨¢s¡±, afirma Rafael Cer¨®n. Poco despu¨¦s de esa llamada, los m¨¦dicos lo desenchufaron.
En Estados Unidos, Cer¨®n ocupar¨¢ alg¨²n lugar cercano al n¨²mero 100,000 en las estad¨ªsticas de los fallecidos por coronavirus. En los archivos consulares de Guatemala, ser¨¢ el migrante 103 al que la pandemia se llev¨® en EE UU mientras sudaba el ¡®sue?o americano¡¯, un destino que comparten al menos 1.036 mexicanos muertos en territorio estadounidense por la covid-19, seg¨²n datos oficiales de ese pa¨ªs. En Ipala, para la familia de Duglas Omar Cer¨®n, lo sucedido es una tragedia inexplicable que les est¨¢ haciendo vivir el duelo a la distancia mientras recaudan fondos para enviar sus cenizas de regreso a su aldea de origen.
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