El sospechoso de asesinar a Madeleine McCann: un ¡°psic¨®pata¡± alem¨¢n que pasaba temporadas en el Algarve
Abusos sexuales, robos y tr¨¢fico de pornograf¨ªa infantil y drogas han sido una constante en la biograf¨ªa de Christian B.
El cerco se estrecha en torno a Christian B. Los indicios que conducen hasta el principal sospechoso de la muerte de Madeleine McCann se acumulan. Alem¨¢n, de 43 a?os y con un largo historial criminal, que incluye agresiones sexuales y pederastia, Christian B. es en estos momentos el principal sospechoso de la desaparici¨®n hace 13 a?os de la peque?a Maddie, cuya b¨²squeda conmovi¨® al mundo entero y hasta el jueves parec¨ªa haber terminado en un callej¨®n sin salida.
La Fiscal¨ªa de Braunschweig, cerca de Hanover, la competente en este caso, por ser el ¨²ltimo domicilio del sospechoso, trabaja bajo la asunci¨®n de que la peque?a brit¨¢nica est¨¢ muerta e investiga a Christian B. como sospechoso de asesinato. En los documentos policiales queda claro que sobran indicios. Lo que los investigadores necesitan ahora son pruebas. Faltan testigos y encontrar el cad¨¢ver. Por eso, el jueves ofrecieron una recompensa a posibles testigos que aporten cualquier informaci¨®n que ayude a atar los cabos sueltos en uno de los cr¨ªmenes m¨¢s medi¨¢ticos de los ¨²ltimos tiempos.
Christian B. est¨¢ en prisi¨®n en Kiel, al norte de Alemania. Es rubio y tiene los ojos claros. Mide 1,82 metros, es delgado, tiene marcas de nacimiento en el cuerpo y se muerde las u?as. Habla alem¨¢n y portugu¨¦s. El perfil de los investigadores citado por Der Spiegel le describe como un psic¨®pata carism¨¢tico y un narcisista manipulador. Entre 1995 y 2007, el a?o en que desapareci¨® Madeleine McCann mientras sus padres cenaban fuera, el sospechoso vivi¨® temporadas en El Algarve. El rastreo del tel¨¦fono m¨®vil portugu¨¦s del sospechoso indica que estuvo en la zona el d¨ªa del crimen.
Su pasado criminal es muy dilatado. En 1994 fue condenado por primera vez por abusar de un menor y otra vez en 2016, seg¨²n Der Spiegel. Tras la primera condena a dos a?os de c¨¢rcel, Christian B. huy¨® con su novia al Algarve, de donde fue extraditado. El contenido de documentos de la investigaci¨®n publicados por el semanario alem¨¢n indica que el sospechoso lleg¨® incluso a enviar mensajes a un conocido en un chat en 2013 aludiendo a la posibilidad de abusar de un menor. Christian B. dijo que quer¨ªa ¡°atrapar algo peque?o y utilizarlo durante d¨ªas¡±. Cuando su amigo le dijo que pod¨ªa ser peligroso, el acusado le contest¨® haciendo alarde de supuesta experiencia: ¡°Bueno, las pruebas se destruyen despu¨¦s¡±.
Iba y ven¨ªa de Portugal a Alemania, donde tambi¨¦n dio muchos tumbos. En Ausburgo, Dresde y tambi¨¦n en Braunschweig. En Alemania regent¨® un quiosco, trabaj¨® en un taller de coches y recibi¨® ayuda social. En Portugal, desempe?¨® empleos temporales varios, incluido el de camarero. Durante ese tiempo, seg¨²n los investigadores tambi¨¦n cometi¨® robos en hoteles y apartamentos de vacaciones y trafic¨® con drogas.
Ahora cumple condena por un caso de estupefacientes, pero tiene pendiente el cumplimiento de una pena de siete a?os, sentenciada a finales del a?o pasado y todav¨ªa en proceso de apelaci¨®n, por la violaci¨®n a una estadounidense de 72 a?os. Fue en 2005, tambi¨¦n en Portugal y dos a?os antes de la desaparici¨®n de la menor brit¨¢nica. Dos delincuentes que entraron a robar a su casa encontraron una grabaci¨®n de la violaci¨®n y le delataron, seg¨²n publica la prensa local. El ADN de un pelo encontrado en la cama de la v¨ªctima coincide con el del sospechoso.
Un hombre que viv¨ªa en Braunschweig, donde el sospechoso regentaba un quiosco, le recuerda como una persona agresiva que pegaba a las mujeres, seg¨²n el testimonio que publica el sensacionalista Bild. Este medio alem¨¢n asegura que la carrera criminal del sospechoso arranc¨® ya en 1992. Desde entonces, los abusos sexuales, el tr¨¢fico de pornograf¨ªa infantil y drogas y los robos han sido una constante en su biograf¨ªa.
Un caso similar
Adem¨¢s, la fiscal¨ªa de Stendal, al norte del pa¨ªs, estudia ahora posibles conexiones con otra desaparici¨®n de una menor llamada Inga hace cinco a?os, seg¨²n publica el Volksstimme de Sajonia-Anhalt. En 2016, los investigadores encontraron un pen drive con pornograf¨ªa infantil en una finca abandonada del sospechoso, que entonces viv¨ªa a unos 90 kil¨®metros de donde Inga desapareci¨® en un bosque. Encontraron tambi¨¦n ropa infantil en una caravana propiedad del sospechoso. La familia de la menor ha pedido que se reabra un caso que presenta escalofriantes similitudes con el de McCann.
Alexander Bischof, un antiguo compa?ero de piso del sospechoso relat¨® a Bild que ya en 2018, la polic¨ªa criminal registr¨® su apartamento en Ausburgo. Asegura que desconoc¨ªa sus cr¨ªmenes y que solo le hab¨ªa dicho que hab¨ªa robado di¨¦sel en Portugal. En el ordenador de Bischof, los investigadores han encontrado la foto del Jaguar de matr¨ªcula alemana que el sospechoso modific¨® el d¨ªa de la desaparici¨®n de Madeleine McCann y la han hecho p¨²blica. Ahora necesitan saber d¨®nde estuvo el sospechoso entre la noche del crimen y qui¨¦n es el desconocido, cuyo n¨²mero - 351 916 510 683- Christian B. marc¨® en su tel¨¦fono aquel d¨ªa.
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