Los colegios privados de S?o Paulo apoyan la diversidad, pero tienen pocos alumnos y profesores negros
Los institutos de ¨¦lite promueven el estudio de la historia y la cultura afrobrasile?a, pero carecen de programas de integraci¨®n en sus aulas
¡°Los hay. Pero son pocos¡±. As¨ª responden los directores de algunos colegios de ¨¦lite de la ciudad brasile?a de S?o Paulo a la pregunta acerca de la cantidad de alumnos y profesores negros y mestizos que hay en sus centros. Mientras las redes sociales se llenan de hashtags contra el racismo ¨Csiguiendo la estela de las protestas antirracistas en Estados Unidos, que han llegado tambi¨¦n a Brasil en las ¨²ltimas semanas¡ª, en los colegios donde estudian los hijos del segmento m¨¢s rico este movimiento a¨²n no se hace mucho eco. Aproximadamente un 45% de los brasile?os son mestizos, casi un 9% son negros y un 45% son blancos.
¡°Tenemos profesores negros, pero no son mayor¨ªa¡±, responde Luciana Fevorini, directora del colegio Equipe, en la zona oeste de S?o Paulo, reconocida por su perfil progresista. ¡°Nunca ha sido un criterio de selecci¨®n, pero igual ahora tiene que serlo¡±, reconoce. Ella tambi¨¦n admite no saber cu¨¢ntos alumnos no blancos hay en el colegio, cuya mensualidad ronda los 2.500 reales [unos 470 d¨®lares], y que no tienen una pol¨ªtica amplia de concesi¨®n de becas.
La realidad del colegio Equipe se repite en otros centros de la ciudad. ¡°No tenemos muchos alumnos negros o mestizos¡±, dice L¨ªgia Augusta Mori, directora pedag¨®gica del colegio Gracinha (la mensualidad en esta escuela ronda entre los 660 y 750 d¨®lares). No obstante, afirma que la diversidad es un valor importante para el colegio y que esto se refleja tanto en el plan de estudios como en el programa de concesi¨®n de becas, implantado hace cerca de cinco a?os y que hoy beneficia a 73 de los 814 estudiantes matriculados en la escuela.
Adem¨¢s, el colegio, que forma parte de la instituci¨®n filantr¨®pica Associa??o Pela Fam¨ªlia (Asociaci¨®n por la Familia), ya manten¨ªa un colegio y dos centros educativos fuera de la instituci¨®n que, juntos, dan cabida a cerca de 465 alumnos.
Pero la acci¨®n de mantener instituciones educativas para alumnos de bajo poder adquisitivo en espacios apartados del colegio, y normalmente bastante alejados de ¨¦l, si bien es com¨²n entre los colegios privados que han de cumplir con la ley de filantrop¨ªa, es criticada por los expertos. Denise Rampazzo, profesora de Culturas Brasile?as y Diversidades ?tnicas en el Instituto Singularidades, explica que un centro que pretende ser m¨¢s diverso no puede simplemente limitarse a incluir actividades sobre el tema en cuesti¨®n en el plan de estudios. ¡°Es necesario problematizar el motivo por el que la ¨²nica persona negra que ven los ni?os en un colegio es la se?ora de la limpieza¡±, afirma.
Para tratar de responder a esta pregunta, EL PA?S intent¨® ponerse en contacto con 10 colegios privados de S?o Paulo para preguntar sobre sus pol¨ªticas de inclusi¨®n racial: Bandeirantes, Vera Cruz, Santa Cruz, Porto Seguro, S?o Luiz, Dante Alighieri, Rio Branco, Rainha da Paz, Equipe y Gracinha. Solo los cuatro ¨²ltimos respondieron y concedieron entrevistas. ¡°Hay un silenciamiento muy grande en la iniciativa privada¡±, constata Maca¨¦ Evaristo, asistente social y exsecretaria de Diversidad e Inclusi¨®n del Ministerio de Educaci¨®n (de 2013 a 2014). ¡°El colegio acaba construyendo as¨ª una visi¨®n sobre el mundo completamente estereotipada y sin ninguna conexi¨®n con la realidad¡±.
Este silencio de las instituciones privadas, con todo, no parte solo de la direcci¨®n o de la coordinaci¨®n de los colegios. Cuenta, la mayor¨ªa de las veces, con el consentimiento de toda la comunidad escolar, especialmente el de los padres y madres. Maria Claudia Minozzo Poletto, directora de Rainha da Paz (donde el precio va de los 470 a los 600 d¨®lares al mes), cuenta que en 2014, cuando el colegio, que tambi¨¦n est¨¢ ubicado en la zona oeste, instituy¨® una pol¨ªtica de concesi¨®n de becas, tuvo que enfrentarse a la resistencia e incluso el desistimiento de muchas familias. ¡°Muchos dijeron que no estaban de acuerdo en pagar lo que pagaban por mes para que sus hijos estudiaran con ni?os y ni?as de la comunidad (en referencia a barrios pobres)¡±, cuenta.
Pero el colegio resisti¨®. Hoy, el 20% de los alumnos son becados y la directora celebra el resultado. ¡°Con la llegada de ese n¨²mero expresivo de alumnos fue cuando tuvimos una verdadera diversidad en el colegio¡±, dice. ¡°Antes de ese programa, entre los m¨¢s de mil alumnos, no hab¨ªa ni cinco negros. Despu¨¦s, junto a la llegada de los alumnos provenientes de la filantrop¨ªa, empezamos a recibir tambi¨¦n m¨¢s alumnos negros no becados, cuyos padres acud¨ªan precisamente por eso¡±.
Desde el a?o pasado, el colegio tiene un colectivo de alumnos negros, el Coletivo Preto, pero a¨²n queda mucho camino por recorrer. La direcci¨®n del centro afirma que, entre quienes declararon su color/raza de un total de 1010 matriculados, 33 dijeron mestizos; y cinco, negros. No todos contestaron. En el cuerpo docente y pedag¨®gico hay profesores y una coordinadora negra, pero la directora admite que, al igual que los alumnos, los profesores negros tambi¨¦n siguen siendo minor¨ªa.
Por otro lado, en el colegio Vera Cruz, tambi¨¦n en la zona oeste, padres y profesores crearon un grupo para discutir justamente lo que ellos afirman que la direcci¨®n del colegio no hace. Al organizarse, se dieron cuenta de que, por ejemplo, muchos empleados de la limpieza no se beneficiaban de las becas que conced¨ªa el colegio, precisamente por la ausencia de alumnos y profesores negros en el colegio. ¡°El hecho de no haber profesores negros hace que no est¨¦n seguros de si acoger¨¢n a sus hijos¡±, afirm¨® una profesora que pertenece al grupo y que no quiso identificarse.
Formar parte de una minor¨ªa es una realidad presente en los colegios de norte a sur de la ciudad. Las hermanas Tha¨ªs, de ocho a?os, y Sophie Bourguignon, de nueve, estudiantes del colegio Johann Gauss, en la zona sur (unos 375 d¨®lares de mensualidad) son dos de las inusuales alumnas mestizas del colegio. ¡°Mis hijas son mestizas: una tiene el pelo ondulado y la otra lo tiene muy rizado. En el colegio, con esas mismas caracter¨ªsticas, me parece que hay dos o tres ni?os, como m¨¢ximo¡±, dice la madre de las chicas, la dise?adora de moda Lauriana Geralda Bourguignon, de 49 a?os. ¡°Pero, como madre, yo soy la ¨²nica negra del colegio¡±, pondera.
Negligencia
En 2003, una ley oblig¨® a que todos los centros p¨²blicos o privados de educaci¨®n primaria y secundaria incluyesen en sus curr¨ªculums ¡°estudios de historia y cultura afrobrasile?a¡±. Desde entonces, los colegios se pusieron manos a la obra. Muchos incluyeron la lectura de libros de escritores negros y profundizaron en la ense?anza de la historia africana. Todos los centros con los que este peri¨®dico pudo hablar probaron que en sus curr¨ªculums se incluye la ense?anza de temas relacionados con la historia y la cultura afrobrasile?a.
Esther Carvalho, directora pedag¨®gica del colegio Rio Branco, que cuesta entre 470 y 600 d¨®lares al mes, afirma que todos los cursos, de primaria a secundaria, desarrollan anualmente trabajos ligados al prejuicio y a la cultura africana. ¡°Adem¨¢s, hay una actuaci¨®n intensa y profunda en lo concerniente al respeto incondicional¡±, dice. ¡°Para nosotros el respeto no se negocia¡±.
Maca¨¦ Evaristo reconoce que la fuerza de la ley provoc¨® un avance importante en el panorama. ¡°Cuando se aprob¨® la ley, hab¨ªa cinco centros de estudios afrobrasile?os. Hoy tenemos varios repartidos por todo el pa¨ªs. Tenemos una asociaci¨®n de investigadores negros, y el volumen de producci¨®n acad¨¦mica en esa ¨¢rea es impresionante, hay librer¨ªas especializadas en estos temas¡±, apunta. Pero, asimismo, recuerda que incluir dichos temas en los curr¨ªculums tiene que estar necesariamente acompa?ado de una pol¨ªtica de inclusi¨®n de los alumnos negros en las aulas tambi¨¦n. ¡°No se pueden crear pol¨ªticas antirracistas sin incorporar a la poblaci¨®n negra¡±, dice Maca¨¦ Evaristo. ¡°?C¨®mo crear instituciones antirracistas con un profesor negro? ?O con un estudiante ind¨ªgena? ?En qu¨¦ medida estamos realmente creando escuelas plurales?¡±.
La estudiante Fatou Ndiaye, de 15 a?os, sinti¨® en su propia piel esta omisi¨®n. A finales del mes pasado, se enter¨® de que sus compa?eras del colegio Liceu Franco-Brasileiro (la mensualidad cuesta entre 475 y 570 d¨®lares), en R¨ªo de Janeiro, se mandaban mensajes racistas burl¨¢ndose de ella en una aplicaci¨®n m¨®vil. ¡°1 negro vale 1 gominola¡± y ¡°1 negro vale un trozo de cart¨®n¡± eran algunas de las frases que se intercambian. La familia lo denunci¨® y el caso est¨¢ en manos de la Justicia.
Por tel¨¦fono, cuenta que ese no fue el ¨²nico caso de racismo que sufri¨® en el colegio, donde hac¨ªa 10 a?os que estudiaba. ¡°Al ser un colegio donde la mayor¨ªa es blanca, es algo recurrente¡±, dice, sobre las agresiones sufridas. Maca¨¦ Evaristo define muy bien lo que vivi¨® Fatou: ¡°El racismo es un sistema de humillaci¨®n permanente¡±, dice la experta. ¡°Las personas negras se toman un vaso de racismo todos los d¨ªas; lo ¨²nico que cambia es la dosis. Hay veces que es un trago y hay veces que es una botella entera¡±.
Hoy, Fatou est¨¢ tramitando su traslado a otro colegio, tambi¨¦n privado, el cual prefiere no revelar. ¡°He elegido este colegio porque tiene un amplio programa de becas y cuotas (raciales), y por eso es m¨¢s inclusivo¡±, dice. ¡°Los colegios est¨¢n intentando evitar luchar contra el racismo todos los d¨ªas dentro de su entorno, pero tienen un gran papel en la lucha contra el racismo¡±. Ella defiende que se especifiquen los delitos de racismo en el reglamento escolar, adem¨¢s del propio fortalecimiento de la comunidad negra de alumnos. ¡°Si una persona elige ser racista, necesitamos todas las herramientas para que la poblaci¨®n negra luche contra ese racismo¡±.
El colegio, por su parte, cre¨® un ¡°comit¨¦ para la diversidad¡± para tratar el asunto. ¡°Nos dimos cuenta de que todo lo que ya hab¨ªamos trabajado alrededor de este tema fue insuficiente¡±, afirma Diom¨¢rio Junior, profesor de Geograf¨ªa y coordinador del comit¨¦. Fatou explica que el colegio solo se puso en contacto con su familia un par de veces: ¡°La primera vez, llamaron a mis padres pidi¨¦ndoles que nos olvid¨¢ramos del caso. La segunda fue por asuntos judiciales, ya que pusimos la denuncia¡±. Ella afirma no haber recibido ning¨²n tipo de seguimiento psicol¨®gico ni apoyo del colegio. ¡°Esperaba una actitud diferente, pero fueron negligentes¡±.
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