La cruzada antiaborto de Brasil en la ONU afecta la resoluci¨®n contra la mutilaci¨®n genital femenina
La delegaci¨®n ultraconservadora se al¨ªa con los pa¨ªses isl¨¢micos y veta la expresi¨®n ¡°salud reproductiva¡± del texto por miedo a que se use en el futuro para justificar la interrupci¨®n del embarazo
Es una intervenci¨®n ideol¨®gica sin precedentes en la diplomacia brasile?a. El Gobierno de Jair Bolsonaro, que ya se hab¨ªa aliado antes con pa¨ªses ultraconservadores como Arabia Saud¨ª para vetar la inclusi¨®n del t¨¦rmino ¡°educaci¨®n sexual¡± en una resoluci¨®n de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas (ONU) contra la discriminaci¨®n de mujeres y ni?as, ahora se opone a la expresi¨®n ¡°salud sexual y reproductiva¡± en un texto propuesto por pa¨ªses africanos para prohibir la mutilaci¨®n genital femenina. Aunque el Gobierno brasile?o defiende que hay que luchar contra esta pr¨¢ctica que afecta a unas tres millones de ni?as al a?o, el Ministerio de Relaciones Exteriores pide que se excluya cualquier referencia al acceso de las mujeres a la salud sexual y reproductiva. La nueva representaci¨®n ultraconservadora de Brasil teme que, en el futuro, la expresi¨®n se utilice para justificar el aborto. Los autores de los textos niegan que tenga relaci¨®n con la interrupci¨®n del embarazo y se?alan que, en el caso de la mutilaci¨®n, dicho acceso puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de estas mujeres.
El episodio que nubla el debate sobre la resoluci¨®n contra la mutilaci¨®n genital, que tiene previsto votarse la semana que viene en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, no es nuevo. La visi¨®n ultraconservadora del Gobierno brasile?o se ha expuesto en varias reuniones de Naciones Unidas. El Ministerio de Relaciones Exteriores traduce en su pol¨ªtica la idea de que solo existe el sexo biol¨®gico y de que no habr¨ªa consenso sobre el acceso a la salud sexual y reproductiva. Tambi¨¦n ha cuestionado t¨¦rminos como ¡°g¨¦nero¡± e ¡°identidad¡±.
Sin embargo, lo que ha sorprendido a los dem¨¢s pa¨ªses es que, en este caso, todos los estudios se?alan la importancia de la salud sexual y reproductiva en la lucha contra la mutilaci¨®n genital, que es el corte o extirpaci¨®n deliberada de parte de los genitales femeninos externos, normalmente los labios vaginales y el cl¨ªtoris.
Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), 200 millones de ni?as y mujeres viven en pa¨ªses que practican la mutilaci¨®n y violan sus derechos humanos. El organismo tambi¨¦n calcula que tres millones de ni?as ¨Cla mayor¨ªa de las v¨ªctimas tiene entre cero y 15 a?os¨C sufren la ablaci¨®n cada a?o. La OMS explica que, para muchos de estos pa¨ªses, la mutilaci¨®n genital femenina busca ¡°garantizar la virginidad prematrimonial y la fidelidad matrimonial¡± de las mujeres. ¡°En muchas comunidades se cree que la mutilaci¨®n reduce la libido de una mujer y, por lo tanto, ayuda a resistir los actos sexuales extramatrimoniales¡±, contin¨²a.
Para el organismo y para los especialistas, el acceso de las mujeres a la salud sexual y reproductiva ¡ªa lo que Brasil se opone¡ª es un instrumento importante para garantizar el derecho de estas ni?as. En un estudio realizado en 2017, la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool indic¨® que ¡°solo se podr¨¢ mejorar la salud sexual y reproductiva de las mujeres afectadas por la mutilaci¨®n si quienes toman las decisiones deciden priorizar el tema¡±. Entidades como la Federaci¨®n Internacional de Planificaci¨®n Familiar defienden que se garantice el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva a todas las mujeres que est¨¢n sujetas a dicha pr¨¢ctica.
La postura del Gobierno brasile?o ha generado incomprensi¨®n entre los diplom¨¢ticos extranjeros y ha sido recibida con sorpresa por las otras delegaciones. En Brasilia, las pautas dadas por la c¨²pula del Ministerio de Relaciones Exteriores tambi¨¦n han causado indignaci¨®n entre los propios funcionarios. La conducta a¨ªsla a Brasil, considerado ahora un pa¨ªs retr¨®grado por los africanos y b¨¢rbaro por los europeos.
Contra la educaci¨®n sexual
La indignaci¨®n por el cambio de la diplomacia brasile?a ya se hab¨ªa hecho presente en los ¨²ltimos d¨ªas. En una resoluci¨®n que propone luchar contra la discriminaci¨®n de las mujeres, el Ministerio de Relaciones Exteriores tambi¨¦n se opuso a que se mantuviera un fragmento que cita la garant¨ªa del acceso universal a la educaci¨®n sexual. El veto brasile?o, en este caso, lo apoyaron Gobiernos ultraconservadores y acusados de violar los derechos de las mujeres: Arabia Saud¨ª, Catar, Bar¨¦in, Ir¨¢n, Pakist¨¢n e Irak. Todos los pa¨ªses occidentales, sin embargo, apoyaron la propuesta hecha por M¨¦xico, que present¨® un plan para que se garantice el derecho a la salud sexual para estas ni?as sometidas a la ablaci¨®n genital. Como en otros casos, el Gobierno de Bolsonaro no explic¨® el motivo de su postura.
El proyecto aborda temas como la necesidad de ¡°eliminar todas las formas de discriminaci¨®n contra las mujeres y las ni?as¡± y su objetivo es reforzar la lucha por la igualdad de g¨¦nero como una de las metas para 2030. El texto tambi¨¦n se votar¨¢ la pr¨®xima semana.
Pero este no es el ¨²nico cambio que Brasil ha solicitado en el proyecto. Otro fragmento que el Gobierno quiere que se excluya por completo reconocer¨ªa que ¡°la gama completa de informaci¨®n y servicios de salud sexual y reproductiva incluye planificaci¨®n familiar, m¨¦todos seguros y efectivos de anticoncepci¨®n moderna, anticoncepci¨®n de emergencia, programas de prevenci¨®n del embarazo en adolescentes, atenci¨®n a la salud materna, como atenci¨®n especializada en el parto y atenci¨®n obst¨¦trica de emergencia, incluyendo parteras para servicios de maternidad, atenci¨®n perinatal, aborto seguro siempre que no contradiga la legislaci¨®n nacional, atenci¨®n posterior al aborto y prevenci¨®n y tratamiento de infecciones del tracto reproductivo, infecciones de transmisi¨®n sexual, VIH y c¨¢nceres reproductivos¡±.
Sin embargo, la presi¨®n de los Gobiernos isl¨¢micos y brasile?o no ha convencido a los autores del proyecto a retirarlo del borrador. Al tomar la palabra, el Gobierno de M¨¦xico afirm¨® que ser¨ªa ¡°dif¨ªcil¡± suprimir todo el p¨¢rrafo y advirti¨® que eliminar el cap¨ªtulo sobre salud y acceso a la salud reproductiva socavar¨ªa el objetivo de la resoluci¨®n, que es combatir la discriminaci¨®n que sufren las mujeres y ni?as.
El impasse entre el bloque ultraconservador y el resto de los Gobiernos podr¨ªa hacer que el proyecto se negociara intensamente entre bambalinas hasta la pr¨®xima semana. En un fragmento del proyecto, el Gobierno brasile?o tambi¨¦n solicit¨® que se reconociera el papel de las entidades religiosas en la formulaci¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas para la defensa de la mujer y la igualdad de g¨¦nero. En otro, Brasil apoy¨® a Afganist¨¢n y Nigeria cuando cuestionaron una referencia a ¡°otros factores de identidad¡±. La postura del Ministerio de Relaciones Exteriores de acercarse a Gobiernos m¨¢s conservadores ha sido objeto de controversia dentro de la ONU, que sol¨ªa considerar a Brasil como un aliado tradicional en la promoci¨®n de los derechos de las mujeres.
La actitud del Gobierno brasile?o volvi¨® a sorprender a los activistas por los derechos humanos. ¡°Brasil, una vez m¨¢s, pasa verg¨¹enza internacionalmente y se consolida en el grupo de pa¨ªses que adoptan las posturas m¨¢s retr¨®gradas en las discusiones sobre g¨¦nero en las Naciones Unidas¡±, afirm¨® Camila Asano, directora del programa de Conectas Derechos Humanos. ¡°La postura del organismo no coincide con las pol¨ªticas que Brasil ha adoptado durante a?os y con los compromisos internacionales que ha asumido en t¨¦rminos de g¨¦nero y derechos sexuales y reproductivos¡±, dijo.
Durante la reuni¨®n de la semana pasada para presentar sus vetos, el Gobierno brasile?o tom¨® la palabra y explic¨® que tales t¨¦rminos ¡°generan controversia¡±. Tambi¨¦n insisti¨® en que ¡°rechaza la pr¨¢ctica del aborto como m¨¦todo anticonceptivo¡±. ¡°La planificaci¨®n familiar es una cuesti¨®n de libertad de la pareja y el Estado tiene que proporcionar recursos a este derecho, pero sin obligar¡±, a?adi¨®.
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