Espa?a tiene menos de la mitad de los rastreadores necesarios para controlar la epidemia
Las comunidades tienen menos de la mitad de los profesionales que har¨ªan falta para localizar a los infectados por coronavirus
Uno de los objetivos del estado de alarma, m¨¢s all¨¢ de frenar el virus y el colapso de las UCI, era ganar tiempo. Tiempo para comprar equipos, respiradores, pruebas, mascarillas, para reorganizar la industria y ser capaces de producir materiales nacionales, para reforzar las plantillas de sanitarios y profesionales de la salud p¨²blica que se encargaran de localizar cada contacto cercano de un caso, aislarlo, hacerle pruebas y frenar as¨ª la cadena de contagio. Porque, por mucho que se llegara a controlar, el virus seguir¨ªa ah¨ª y hab¨ªa que estar preparados para nuevas olas hasta la llegada de una vacuna. Pero en este tiempo no se hicieron los deberes, al menos en salud p¨²blica: Espa?a tiene menos de la mitad de los rastreadores de casos de los que precisa, seg¨²n datos recabados por este peri¨®dico de las propias comunidades aut¨®nomas y los c¨¢lculos de las recomendaciones internacionales.
De acuerdo con las cifras que han facilitado las consejer¨ªas de sanidad ¡ªexcepto Galicia, que no ha contestado y Canarias que no posee esta figura y hace el rastreo en atenci¨®n primaria¡ª, sus servicios de salud p¨²blica tienen un total de 3.533 rastreadores (ver gr¨¢fico), lo que equivale a uno por cada 12.000 habitantes, aproximadamente (omitiendo las dos autonom¨ªas antedichas). El n¨²mero ¨®ptimo ser¨ªa alrededor de uno por cada 5.500 habitantes en Espa?a, es decir, unos 8.500 profesionales, seg¨²n un c¨¢lculo de ?lex Arenas, investigador de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, aplicando los datos del pa¨ªs a la herramienta para calcular el n¨²mero de rastreadores necesarios dise?ada por la Administraci¨®n de Servicios y Recursos Sanitarios de Estados Unidos (HRSA, por sus siglas en ingl¨¦s). Es una cifra de m¨ªnimos. Alemania ha determinado que son necesarios uno por cada 4.000 habitantes, tres veces m¨¢s de los que tiene Espa?a.
Las cifras no son homog¨¦neas. Var¨ªan mucho por comunidades aut¨®nomas: mientras Castilla-La Mancha y La Rioja mejoran de estos umbrales (contando en el ¨²ltimo caso no solo los que hay, sino los que tienen posibilidad de ampliar), Madrid, Catalu?a y Asturias tienen menos de un rastreador por cada 30.000 habitantes, entre seis y siete veces menos de lo que estima necesario. Esto es algo especialmente preocupante en las dos primeras, que tienen grandes n¨²cleos urbanos donde es vital esta figura.
En cualquier caso, resulta complicado encontrar una cifra perfectamente homologable de cu¨¢ntos de estos profesionales son necesarios, porque no todas las autonom¨ªas tienen montados sus sistemas de la misma forma, no todas adjudican la misma importancia a la atenci¨®n primaria y, demogr¨¢ficamente, es muy distinta la necesidad de una zona urbana (donde hacen falta m¨¢s) que una rural (donde los centros de salud pueden asumir buena parte del trabajo). Los datos de Espa?a son el resultado de una suma optimista: no solo cuenta los que hay trabajando ahora, sino que tambi¨¦n los que las consejer¨ªas aseguran que est¨¢n preparados para incorporarse. No est¨¢n en el recuento las 8.168 enfermeras de atenci¨®n primaria que Andaluc¨ªa a?ade a este c¨®mputo, puesto que los centros de salud tienen que ser siempre un complemento en todas las comunidades, y sus profesionales no cuentan con dedicaci¨®n exclusiva para rastrear casos. En Arag¨®n, que tambi¨¦n conf¨ªa esta tarea a la atenci¨®n primaria, se ha computado el n¨²mero de refuerzos en esta ¨¢rea para hacer una aproximaci¨®n.
En Catalu?a ya se ha visto c¨®mo la escasez de estos recursos ha impedido hacer un seguimiento de los contactos, lo que ha desembocado en una transmisi¨®n comunitaria que ahora la Generalitat lucha por frenar. Tambi¨¦n queda de manifiesto en Madrid, que pese a que cada d¨ªa es una de las que m¨¢s casos reporta, apenas localiza brotes: es decir, no hallan v¨ªnculos entre los positivos, lo que indica que el rastreo no es lo suficientemente profundo, ya que todo positivo proviene de alguien que lo ha contagiado.
El plan de respuesta temprana en un escenario de control de la pandemia por covid-19, que Sanidad ha presentado esta semana a las comunidades, no plantea unos umbrales m¨ªnimos de rastreadores. Se limita a exponer que los territorios deben tener la ¡°capacidad suficiente¡± para esta tarea. Fernando Sim¨®n, director del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha defendido tambi¨¦n esta semana que poner cifras no era ¨²til, porque hay mucha variaci¨®n en funci¨®n de la preparaci¨®n de los servicios de primaria, de la demograf¨ªa, del momento de la epidemia¡ En su ¨²ltima rueda de prensa, el jueves, dijo que la mayor¨ªa de las comunidades alcanzaba el personal necesario, pero que en algunos casos se precisaban refuerzos. Preguntado por este peri¨®dico, prefiri¨® no se?alar cu¨¢les eran estas autonom¨ªas.
Miguel Hern¨¢n, catedr¨¢tico en Epidemiolog¨ªa de la Universidad de Harvard y uno de los miembros del comit¨¦ cient¨ªfico que asesora al Gobierno, cree, por el contrario, que habr¨ªa sido ¨²til poner unas cifras orientativas, lo que habr¨ªa ayudado a los Gobiernos regionales a afinar el tiro y habr¨ªa servido como incentivo para hacerlo. Viendo el n¨²mero que han facilitado, Hern¨¢n lo considera muy bajo: ¡°No llegamos a hacer las cuentas porque no se decidi¨® poner umbrales, pero en las comunidades grandes hay unos cientos y deber¨ªamos estar hablando de miles¡±.
La menci¨®n a la importancia de los rastreadores y los servicios de salud p¨²blica es pr¨¢cticamente una constante entre los epidemi¨®logos. ¡°Llevamos insistiendo desde hace meses en la necesidad de contratar rastreadores para hacer el seguimiento de quienes han estado en contacto con una persona infectada¡±, se?ala Helena Legido-Quigley, experta en sistemas sanitarios de la London School of Hygiene & Tropical Medicine. ¡°Siguiendo el ejemplo de Alemania, hace falta como m¨ªnimo un rastreador por cada 4.000 habitantes. En Escocia, con una poblaci¨®n de 5,4 millones, han contratado a 2.000 [la Comunidad Valenciana, con una poblaci¨®n similar, tiene la mitad, y es la que m¨¢s ha contratado de toda Espa?a]. As¨ª que nos har¨ªan falta como m¨ªnimo unos 12.000 rastreadores [frente a los 3.500 que hay]. En algunos casos, estos deber¨¢n estar a la espera de que se les llame si la comunidad no tiene en ese momento muchos casos, pero tienen que estar preparados para actuar inmediatamente ante una posible escalada. Esta inversi¨®n es la mejor que podemos hacer¡±, a?ade la experta.
Un ejemplo de este coste-efectividad lo pone Pedro Gull¨®n, de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa: ¡°Madrid se va a gastar 50 millones en un hospital de pandemias, cuando con solo cinco podr¨ªa contratar a todos los rastreadores que necesitan y, gracias a ellos, seguramente no har¨ªa falta esta instalaci¨®n¡±.
Qu¨¦ hace un rastreador
Idealmente, un rastreador es un epidemi¨®logo, aunque es un papel que pueden desempe?ar otros profesionales sanitarios. Tras un positivo, reportado por ejemplo por un centro de salud, su tarea es llamarlo y hacerle una entrevista que permita determinar con qu¨¦ contactos cercanos ha estado durante la etapa en la que era probablemente contagioso: tres o cuatro d¨ªas antes del comienzo de s¨ªntomas, para localizarlos, aislarlos y hacerles pruebas a ellos.
Es un hilo del que se va tirando y, si se hace bien, normalmente, se encuentran nuevos positivos que permiten seguir la cadena de transmisi¨®n. Es entonces cuando se habla de brotes, ya que estos est¨¢n formados por tres o m¨¢s personas vinculadas. Cuando se pierde la pista, estamos ante casos sueltos y una posible transmisi¨®n comunitaria.
Es un trabajo que en condiciones normales requiere una entrevista que puede llegar a los 40 o 45 minutos. ¡°En un d¨ªa normal, sin sobrecargas, a lo mejor puedes hacer tres o cuatro casos, con sus respectivos contactos, bien hechos. Pero esto cuando se empiezan a acumular es imposible, tienes que ir mucho m¨¢s r¨¢pido y no puedes ser tan concienzudo¡±, explica uno de estos rastreadores que estuvo trabajando en la peor ¨¦poca (marzo y abril) en Madrid. El resultado es que en Espa?a hay una mediana de cuatro personas contactadas por cada positivo. Pr¨¢cticamente se limitan al entorno familiar y muy cercano, ya que es dif¨ªcil llegar m¨¢s all¨¢ con los medios disponibles. Ayudar¨ªa mucho, seg¨²n se?ala Legido-Quigley, una aplicaci¨®n de m¨®vil como la que ya se usa en otros pa¨ªses y que autom¨¢ticamente localiza a las personas que estuvieron cerca de un contagiado durante m¨¢s de 10 o 15 minutos. Es algo que est¨¢ desarrollando la Secretar¨ªa de Estado de Inteligencia Artificial, pero cuatro meses despu¨¦s de que se declarase el estado de alarma, sigue sin estar lista. Y no se espera, como muy pronto, hasta septiembre.
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