Miles de padres optan por el ¡®homeschooling¡¯ en Estados Unidos

La ola de solicitudes para ense?ar en casa en Carolina del Norte fue tan grande el pasado julio que el portal web de la Administraci¨®n colaps¨®. Los interesados en hacerse con la documentaci¨®n necesaria para ello casi triplicaron a los del a?o pasado, superando las 10.000 peticiones en el segundo Estado con mayor n¨²mero de estudiantes en casa en relaci¨®n a su poblaci¨®n: 118.000. Mientras las escuelas deciden en tiempos de pandemia si continuar impartiendo clases de forma remota, reanudar las presenciales u organizar una mezcla de los dos modelos, el inter¨¦s por educar en casa ha aumentado exponencialmente en Estados Unidos. Una encuesta nacional de RealClear Opinion Research revel¨® en mayo que el 40% de las familias ve¨ªan m¨¢s probable continuar con la educaci¨®n en casa una vez que acabase el confinamiento.

Aunque Estados Unidos es considerado como la meca del homeschooling, es imposible encontrar una base de datos que analice los resultados y expansi¨®n que ha logrado el sistema en las ¨²ltimas d¨¦cadas. No existe un recuento nacional que rastree a los estudiantes que aprenden bajo este m¨¦todo. Sin embargo, seg¨²n las estimaciones del Instituto Nacional de Investigaci¨®n de Educaci¨®n en el Hogar, cerca de 2,5 millones de estadounidenses recibieron educaci¨®n en casa en 2019, de los 50 millones de escolares que tiene el pa¨ªs.

Antes de la pandemia, las razones principales por las que los padres eleg¨ªan este modelo educativo estaban vinculadas a preocupaciones sobre el entorno escolar: interacciones negativas con los compa?eros, drogas o seguridad en general. En el inicio, este modelo era escogido principalmente por familias religiosas, en particular las evang¨¦licas. Ahora, solo el 16% de los padres afirma que la religi¨®n es la raz¨®n m¨¢s importante para decantarse por la educaci¨®n en el hogar.

Los padres que han optado por sacar a sus ni?os de las escuelas p¨²blicas durante la pandemia lo han decidido porque no quer¨ªan que sus hijos estuvieran tantas horas recibiendo clases en remoto frente a una pantalla, sentados siete horas diarias, se lee en los testimonios compartidos en las redes sociales. Tambi¨¦n lo han hecho para disfrutar de una mayor flexibilidad. Al ser ellos los educadores, no dependen de los horarios impuestos por el colegio y pueden adaptar las clases a las ventanas libres en sus jornadas de trabajo o a cuando los menores est¨¢n m¨¢s receptivos.

La creciente preferencia por este m¨¦todo de ense?anza se detecta en el portal Homeschool.com, que ha experimentado un incremento de un 300% en el tr¨¢fico en comparaci¨®n al a?o anterior. Families for Home Education en Missouri, la organizaci¨®n de educaci¨®n en casa m¨¢s grande del Estado, ha pasado de organizar talleres a los que acud¨ªan 250 personas en 2019 a contar con 1.400 interesados entre marzo y julio de este a?o, seg¨²n informan los medios locales.

La pr¨¢ctica es legal en todo el pa¨ªs, pero cada Estado tiene sus propios requisitos para otorgar permisos de ense?anza en casa. En algunos territorios, es obligatorio que los alumnos se sometan a pruebas estandarizadas y en otros ni siquiera les hacen seguimiento. En cualquier caso, sean o no exigentes las leyes locales, los expertos recomiendan a los padres controlar de forma detallada lo ense?ado, especialmente si el estudiante tiene la intenci¨®n de ingresar a la universidad.

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