El sue?o de recuperar la gran laguna desecada de C¨¢diz
El Gobierno promete rehabilitar el humedal de La Janda, drenado en el franquismo y envuelto en dudas legales sobre si su titularidad es p¨²blica o privada
La inmensidad que debi¨® tener la laguna gaditana de La Janda solo se puede comprender desde lo alto de un peque?o cerro central que hace las veces de isla figurada. A la derecha, Vejer de la Frontera se asoma a un risco; 17 kil¨®metros a la izquierda, Benalup-Casas Viejas hace lo propio desde su ladera. En medio, un mar de cultivos extensivos de girasoles, trigales y arrozales ocupa las m¨¢s de 9.000 hect¨¢reas que, hace m¨¢s de un siglo, estaban consideradas el humedal m¨¢s grande de Espa?a. Desecado en el franquismo para acoger grandes explotaciones agr¨ªcolas privadas, pero deslindado en una sentencia del Supremo de 1967 aparentemente nunca ejecutada.
El Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica ha anunciado ahora su intenci¨®n de recuperar La Janda en un intrincado proceso en el que tendr¨¢ que definir d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites de lo p¨²blico y lo privado.
En el caso de la pugna por este inmenso lago que se desparramaba por los t¨¦rminos municipales de Vejer, Medina Sidonia, Benalup y Tarifa no existen medias tintas. Para Jos¨¦ Manuel L¨®pez V¨¢zquez, presidente de la Asociaci¨®n Amigos de la laguna La Janda, es ¡°la ocupaci¨®n alegal de terrenos p¨²blicos m¨¢s grande de Espa?a¡±. Pero Fernando Mora-Figueroa, director de Desarrollo Corporativo de Las Lomas, la empresa agroalimentaria familiar que m¨¢s propiedades tiene en los terrenos desecados, no tiene dudas de justo lo contrario: ¡°Esto es privado, nunca fue p¨²blico. Entendemos que pueda llevar a confusi¨®n por c¨®mo se hizo y entendemos que sea importante [la restauraci¨®n], pero vamos a hacerlo bien para mejorar ambientalmente la zona¡±.
La posici¨®n de estos lagos ¡ªen realidad son cinco: la propia Janda, adem¨¢s de Jandilla, Espartinas, Rehuelga y Tapatanilla¡ª en las inmediaciones del Estrecho de Gibraltar confer¨ªa a la zona un alto valor geoestrat¨¦gico en las rutas migratorias de las aves entre Europa y ?frica. ¡°Lleg¨® a ser la zona h¨²meda m¨¢s importante del continente por su biodiversidad. Pese a lo transformado que est¨¢ hoy, sigue siendo la tercera zona andaluza para invernada y reproducci¨®n¡±, apunta L¨®pez. Nutrida por el r¨ªo Barbate, en cuyo cauce se enclava, la laguna es una depresi¨®n tect¨®nica que se inundaba de forma variable, en funci¨®n del caudal y de las lluvias. M¨¢s all¨¢ de la fauna y la flora que favorec¨ªa el entorno, la zona serv¨ªa para ¡°laminar avenidas de agua, recargar acu¨ªferos y reducir la temperatura¡±, como apunta el presidente de la asociaci¨®n.
Todos esos beneficios, hoy valorados por la Uni¨®n Europea y sus pol¨ªticas de recuperaci¨®n de humedales, eran m¨¢s bien perjuicios en el siglo XIX, cuando se persegu¨ªa con ah¨ªnco la desecaci¨®n de todo encharcamiento, ya que ¡°se consideraban terrenos improductivos que produc¨ªan enfermedades¡±, a?ade L¨®pez. De hecho, el conflicto que envuelve a La Janda est¨¢ lejos de ser reciente. El primer intento de convertir esos terrenos en cultivos data de 1825, cuando Jos¨¦ Moret se hizo con la concesi¨®n de la laguna en virtud de la conocida como ley Camb¨®, que permit¨ªa explotar humedales por 99 a?os si se consegu¨ªa secar el terreno.
Pero las dimensiones y el volumen de agua de La Janda eran tal que el proyecto se abandon¨® apenas 18 a?os despu¨¦s y no se retom¨® hasta el segundo tercio del siglo XX. Tras una primera concesi¨®n a Colonias Agr¨ªcolas S.A. ¡ªun conglomerado de terratenientes del momento entre los que ya se encontraba la familia Mora-Figueroa¡ª en 1929, las tierras se transfieren a una nueva empresa, Lagunas de Barbate S.A. Una y otra realizan obras de drenaje de la zona, pero tampoco fueron suficientes. Por eso, en 1964 el Estado franquista finalmente sale al auxilio de los propietarios con un plan de obras para desecar la laguna en el que tambi¨¦n se marca un deslinde de zonas inundables de la laguna de 9.036 hect¨¢reas, marcada por una inundaci¨®n ocurrida en 1955.
Pero el caso, enredado ya entre los propietarios y los costes con los que estos ten¨ªan que contribuir, lleg¨® a la justicia en 1967. Es entonces cuando el Tribunal Supremo da la raz¨®n al Gobierno en su labor de delimitar como propiedad p¨²blica ¡°los ¨¢lveos o cauces naturales de los r¨ªos en la extensi¨®n que cubren las aguas en las mayores crecidas ordinarias y los lagos y lugares formados por la naturaleza¡±, seg¨²n la documentaci¨®n de la ¨¦poca. Ese fallo, rescatado por el doctor en Derecho Administrativo Pedro Brufau en su art¨ªculo La titularidad p¨²blica de los humedales, es el que L¨®pez ve prioritario para considerar que los actuales cultivos extensivos no son privados y est¨¢n ocupados.
Pero Mora-Figueroa, tercera generaci¨®n familiar en Las Lomas y gestora de 2.000 hect¨¢reas en la laguna, lo ve de otra forma: ¡°Hacen una interpretaci¨®n muy sesgada de la sentencia. Lo que se hace es un deslinde de dominio p¨²blico instrumental para la ejecuci¨®n de la obra [de drenaje]. Tambi¨¦n dice el Supremo que se respeta la propiedad privada¡±. El director argumenta que el car¨¢cter particular de sus tierras en el humedal tambi¨¦n est¨¢ refrendado por el catastro, el Registro de la Propiedad o el Mercantil.
Ese entuerto de titularidades es justo en el que ya trabajan los Ministerios de Transici¨®n Ecol¨®gica y de Hacienda desde hace m¨¢s de un a?o, como ya inform¨® la propia titular del primero, Teresa Ribera, a la asociaci¨®n. La Direcci¨®n General de Patrimonio del Estado a¨²n sigue enfrascada en averiguar qu¨¦ ¡°terrenos son los que deben entenderse formaban parte de la laguna¡±, seg¨²n apuntan fuentes de Transici¨®n Ecol¨®gica. Tambi¨¦n est¨¢n estudiando ¡°las posibles indemnizaciones¡± que puedan proceder tras el deslinde de mediados del siglo XX. Y el ministerio va m¨¢s all¨¢ y asegura que, tan pronto concluyan sus pesquisas, proceder¨¢ ¡°a ejecutar las labores de rehabilitaci¨®n necesarias¡±.
Si hay algo que las dos partes contrapuestas de esta historia coinciden es que restaurar la laguna hoy no ser¨ªa nada f¨¢cil. ¡°Tendr¨ªa que ser objeto de una planificaci¨®n¡±, razona L¨®pez. Mora-Figueroa lo ve a¨²n m¨¢s dif¨ªcil por ¡°la p¨¦rdida de trabajos que se producir¨ªa¡±. Tras m¨¢s de un siglo de lucha, el entorno es ahora el escenario de un cauce totalmente domesticado con tres pantanos ¡ªel Barbate, el Celem¨ªn y el Almod¨®var¡ª, un gran t¨²nel de drenaje bajo la carretera N-340 y unos canales colectores que riegan unas inmensas tierras de cultivo, quiz¨¢s p¨²blicas, quiz¨¢s privadas. Lo ¨²nico claro es que la agricultura al final consigui¨® doblegar a La Janda. Solo en los d¨ªas m¨¢s lluviosos y por unas pocas horas, algunas zonas recuerdan que aquello fue el humedal m¨¢s grande de Espa?a.
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