Espa?a tiene el doble de rastreadores que en julio, pero llegan tarde

Espa?a lleg¨® a mitad del mes de julio con 3.500 rastreadores, menos de la mitad de lo que recomiendan los organismos internacionales. El pa¨ªs hab¨ªa dejado pasar m¨¢s de cuatro meses de estado de alarma y fase de desescalada y no hab¨ªa hecho los deberes para reforzar las plantillas de salud p¨²blica de las comunidades para localizar a los contactos estrechos de los positivos y poner en marcha las pruebas diagn¨®sticas y los aislamientos necesarios. Poco a poco, y con la ayuda de militares entrenados por el Ej¨¦rcito, el n¨²mero de rastreadores es, tres meses despu¨¦s, m¨¢s del doble: casi 8.500. El problema es que es tarde, aseguran los expertos. ¡°El rastreo no nos va a sacar de esta¡±, afirma ?lex Arenas, investigador de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona. La incidencia es ya tan elevada que es muy dif¨ªcil hacer el seguimiento de contactos para poder cortar las cadenas de contagios.

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Arenas calculaba en julio que el n¨²mero ideal de rastreadores en Espa?a ser¨ªa de uno por cada 5.500 habitantes, justamente el que tenemos ahora (unos 8.500), para lo que aplicaba una herramienta dise?ada por la Administraci¨®n de Servicios y Recursos Sanitarios de Estados Unidos (HRSA). A mediados de julio Espa?a rondaba los 20 casos por 100.000 habitantes de incidencia acumulada. Ahora tiene 362. ¡°Se necesita todo el poder de rastreo pero ese tiene eficiencia cuando la incidencia todav¨ªa es baja¡±, explica Arenas. Y pone un ejemplo. Supongamos que cada rastreador es capaz de descubrir como m¨ªnimo seis contactos ¨Caunque la mediana en Espa?a ha ido cayendo y ahora est¨¢ alrededor de tres-. ¡°?Puedo seguir a esos contactos? Si la respuesta es no, no sirve para nada el rastreo. Si no eres capaz de hacer todas las pruebas necesarias a todos los contactos estrechos y tener diagn¨®stico en menos de 48 horas el sistema no funciona¡±, concluye. Ese es el l¨ªmite: el n¨²mero de muestras de PCR que puede tomar la atenci¨®n primaria, la capacidad de los laboratorios para dar una respuesta r¨¢pida y el seguimiento de los contactos. ¡°Sabemos que m¨¢s del 45% de las personas no hacen aislamiento¡±, recuerda el investigador. Menos a¨²n si tardan cinco d¨ªas en darles el resultado.

La avalancha de casos ha desbordado a la atenci¨®n primaria pese a las m¨²ltiples advertencias que expertos y profesionales de ese nivel asistencial llevan haciendo desde el principio del verano. En algunas comunidades el rastreo fue determinante para controlar los brotes, como en Catalu?a (los clusters de casos del Segri¨¤) o en Arag¨®n. ¡°Ahora estamos en una nueva fase, y el factor limitante es la atenci¨®n primaria¡±, subraya Arenas. Aunque ahora se multiplicara el n¨²mero de rastreadores no se solucionar¨ªa el problema. Primero hay que conseguir bajar la incidencia de casos. Por eso las comunidades se centran en medidas que reduzcan los contactos entre personas en entornos sociales y familiares.

El rastreo cuando la incidencia era baja podr¨ªa haber evitado la situaci¨®n actual. Anna Llupi¨¤, epidemi¨®loga del hospital Cl¨ªnic de Barcelona, cree que la clave no est¨¢ tanto en los casos por 100.000 habitantes como en los positivos que se quedan sin trazar, es decir, a aquellos a los que no se les encuentra v¨ªnculo epidemiol¨®gico. En Espa?a, desde marzo, hay as¨ª aproximadamente un 35% de todos los positivos. Esto quiere decir que en estas ¨²ltimas semanas quedan casi 4.000 casos diarios de los que no se conoce d¨®nde se infectaron. ¡°Un rastreo temprano deber¨ªa haber evitado esto. Los pa¨ªses que lo han hecho bien son los que no han dejado casos sin trazar y los que han tomado medidas cuando esto suced¨ªa¡±, asegura. Pone el ejemplo de Auckland, la mayor ciudad neozelandesa, que fue confinada cuando ten¨ªan apenas media docena de casos sin v¨ªnculos conocidos. O Aberdeen, en Escocia, que cerr¨® la restauraci¨®n a partir de las 17.00 con medio centenar. ¡°Hay que determinar cu¨¢l es tu capacidad de rastreo y a partir de cu¨¢nto no se pueden trazar todos los casos para tomar medidas. En Espa?a cuando pasamos los 10 casos por cada 100.000 habitantes hemos empezado a tener problemas¡±, asegura.

Una muestra de eso es que poco m¨¢s de uno de cada diez casos est¨¢n enmarcados en brotes (agrupaciones de tres o m¨¢s positivos vinculados que no est¨¢n en el mismo domicilio). Sanidad public¨® hace unos d¨ªas un completo informe sobre los lugares en los que se contagiaban los ciudadanos, pero solo inclu¨ªa los casos asociados a brotes, que son aproximadamente el 12% del total. El trabajo mostraba que la mayor¨ªa de ellos se infectaba en las reuniones con amigos y familia. Pero seguimos sin tener informaci¨®n sobre d¨®nde se contagia el 88% restante.

Pedro Gull¨®n, de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, apunta a que no se est¨¢n identificando bien todos los brotes y que esto puede indicar que la trazabilidad no es buena, pero tambi¨¦n que la recogida de datos funciona a medio gas. La sistematizaci¨®n de esa recogida, asegura, es muy mejorable con cifras como los nuevos contagios o los fallecimientos, que acumulan retraso en la notificaci¨®n, y es a¨²n m¨¢s problem¨¢tica con los brotes.

Las cifras de rastreadores siguen siendo muy heterog¨¦neas entre las diferentes comunidades aut¨®nomas. Asturias y Murcia han multiplicado por cinco los efectivos que dedican a estas tareas, seg¨²n la informaci¨®n facilitada por ellas mismas. Valencia ya ten¨ªa m¨¢s de 1.000 rastreadores en julio y los ha aumentado hasta los 1.600. No es lo mismo cuando tienen grandes n¨²cleos urbanos que cuando su poblaci¨®n es mayoritariamente rural y dispersa, ni todas organizan el rastreo de la misma forma. Ni Galicia ni Canarias contestaron a las preguntas de este diario (tampoco lo hicieron en julio, cuando EL PA?S hizo el primer c¨¢lculo).

Solo Andaluc¨ªa est¨¢ muy por encima de los 5.500 habitantes por rastreador. Cuenta con un 30% m¨¢s de efectivos, de 450 a 580, lo que deja la ratio en un rastreador por cada 14.500 habitantes. Sin embargo, esta comunidad asegura que las labores de rastreo se hacen de forma mixta, es decir, entre el servicio de Vigilancia Epidemiol¨®gica y la atenci¨®n primaria, donde especialmente el personal de enfermer¨ªa (4.315 personas) ayuda en el proceso aunque no le dedique el 100% de su jornada. La comparaci¨®n entre comunidades es complicada, en todo caso. Madrid, con 846 rastreadores (30 de ellos militares) seg¨²n sus datos, tambi¨¦n sobrepasa la ratio recomendada por su poblaci¨®n.

El Pa¨ªs Vasco asegura que adem¨¢s de los 375 rastreadores cuenta con trabajadores de otros servicios como medicina preventiva, salud laboral o las unidades de vigilancia epidemiol¨®gica, que sumar¨ªan m¨¢s de 600 personas. Asturias explica que su sistema es din¨¢mico y permite incorporar m¨¢s personal a tareas de rastreo cuando se detecta un brote. Adem¨¢s de los 112 rastreadores a tiempo completo, Navarra tiene 110 profesionales de enfermer¨ªa que trabajan como apoyo seg¨²n la necesidad de cada momento, explica su Departamento de Salud, que a?ade que los rastreos se llevan al d¨ªa y se realizan las pruebas a los contactos antes de 48 horas.

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