Ya nadie piensa en salvar la Navidad
Con algunas discrepancias en la flexibilidad de las medidas, tanto Gobierno como comunidades quieren unas fiestas contenidas, pero sin impedir que las familias se re¨²nan
La obsesi¨®n por ¡°salvar la navidad¡± parece descartada. Si por salvarla se entienden cenas multitudinarias, abrir la hosteler¨ªa sin restricciones o levantar la mayor¨ªa de limitaciones vigentes. M¨¢s all¨¢ de peque?as discrepancias en las medidas ¡ª6 o 10 personas en las reuniones, contando ni?os o sin computarlos, media hora arriba o abajo el toque de queda¡ª, tanto el Gobierno como las comunidades aut¨®nomas comparten una estrategia muy similar, que est¨¢n tratando de consensuar para lanzar un mensaje com¨²n a la ciudadan¨ªa. Van con pies de plomo para que no suceda lo mismo que en el verano, cuando se incub¨® y comenz¨® la segunda ola que ahora se est¨¢ rebajando. Tanto autoridades como epidemi¨®logos comparten que, a pesar de todo, el riesgo de un rebrote ¡ªincluso de una tercera ola tras las fiestas¡ª es elevado; pero son pocos los que proponen medidas todav¨ªa m¨¢s restrictivas, como podr¨ªa ser un confinamiento total que impidiera reunirse a las familias. El destino de la curva queda, pues, en buena medida, en manos de los ciudadanos y las precauciones que tomen en los reencuentros.
La mayor¨ªa de los expertos consultados coinciden en que m¨¢s que el detalle de las limitaciones, lo importante es transmitir un mensaje claro: esta Navidad es distinta, hay que renunciar a mucho de lo que se hac¨ªa durante otros a?os. No se trata tanto de una cuesti¨®n de si deben sentarse en torno a una mesa 6 personas o 10, sino de qu¨¦ n¨²cleos procedan y qu¨¦ cautelas tomen antes, durante y despu¨¦s de las comidas familiares.
La idea de salvar econ¨®micamente el verano no solo cost¨® salud; tambi¨¦n dinero en forma de m¨¢s restricciones durante m¨¢s tiempo. Desde ese punto de vista, Raymond Torres, director de Coyuntura y An¨¢lisis Internacional de Funcas, cree que lo mejor es mantener restricciones al menos hasta finales de a?o, hasta que los contagios bajen hasta ¡°niveles razonables¡±. ¡°Seguro que esto incide negativamente sobre la econom¨ªa, pero mucho menos que una pronta apertura que inevitablemente obligar¨ªa a cerrar en enero con consecuencias mucho m¨¢s perjudiciales sobre el consumo, la movilidad y la actividad¡±. Desde el ¨¢ngulo estrictamente econ¨®mico, opina que incluso deber¨ªan continuar las limitaciones de movilidad entre comunidades aut¨®nomas.
A las navidades se llega en un escenario distinto al del verano. Mucho m¨¢s cr¨ªtico: la incidencia acumulada en los 14 d¨ªas previos era el 21 de junio de ocho casos por cada 100.000 habitantes; el pasado viernes, de 307. Si la curva fue subiendo lentamente durante el est¨ªo, una Pascua mal gestionada puede trasladarse en pocos d¨ªas a una curva disparada. Porque, por mucho que la incidencia caiga de aqu¨ª a la ¨²ltima semana de diciembre, es de prever que los niveles est¨¦n todav¨ªa en lo que las autoridades sanitarias europeas y espa?olas consideran ¡°riesgo alto¡± o ¡°extremo¡±. Lo explica Alberto Infante, profesor em¨¦rito de la Escuela Nacional de Sanidad-Instituto de Salud Carlos III de Madrid: ¡°En Espa?a, tanto el Gobierno como las comunidades decidieron una estrategia de ca¨ªda suave, evitar un confinamiento total y relativamente corto, para poner en marcha restricciones durante m¨¢s tiempo. Esto tiene una ventaja hipot¨¦tica: afecta menos a la econom¨ªa, algo que est¨¢ por ver. Tiene un coste cierto: un n¨²mero de fallecidos muy alto [noviembre ha sido el segundo mes con m¨¢s mortalidad tras abril]; y otro probable: mayor riesgo de rebrote porque nos movemos en un suelo m¨¢s alto¡±.
Es un riesgo que est¨¢ ah¨ª y nadie sabe muy bien el precio que se puede llegar a pagar por asumirlo. Fernando Sim¨®n, portavoz del Gobierno en la pandemia, asegur¨® en su ¨²ltima comparecencia, el pasado jueves, que ¡°alguna incidencia¡± tendr¨¢n las navidades. ¡°A ver c¨®mo nos portamos. Esperemos que sea la menor posible¡±, cerr¨®. El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, ha dicho este s¨¢bado en un mensaje dirigido a la militancia socialista que ¡°en estas navidades es necesario anteponer la precauci¨®n sanitaria a cualquier otro prop¨®sito. Regalemos seguridad a aquellos a quienes queremos¡±. ¡°Los pr¨®ximos seis meses ser¨¢n determinantes. Asistiremos a una etapa cr¨ªtica de la pandemia coincidiendo con las primeras vacunaciones masivas¡±, ha a?adido.
Por lo que van anunciando los pa¨ªses del entorno europeo, todos asumir¨¢n ciertos riesgos, al menos las dos fechas m¨¢s se?aladas del calendario: Nochebuena y Nochevieja. Ya sea permitir reuniones que estaban vetadas, alargar toques de queda o consentir desplazamientos para que las familias se reencuentren. Esto, a pesar de que el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en ingl¨¦s) ha alertado de que no se deben relajar las restricciones. En un informe publicado esta semana concluye que, si las medidas vigentes actualmente se derogaran el 21 de diciembre, la tercera ola llegar¨ªa de nuevo al sistema sanitario con gran rapidez. Lo cierto es que aunque los Gobiernos est¨¢n tratando de dar cierta flexibilidad, ninguno aboga por olvidar las limitaciones por completo.
En Espa?a, un equipo de trabajo de Sanidad y las comunidades acerca posturas con la base de un borrador que se filtr¨® esta semana y que establec¨ªa reuniones de un m¨¢ximo de seis personas, toques de queda el 24 y el 31 a la una de la madrugada, como recomendaciones m¨¢s importantes. El ministro Salvador Illa dijo esta semana que para el pr¨®ximo Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, el mi¨¦rcoles, esperaba que hubiera un acuerdo de recomendaciones comunes, que siempre podr¨ªan ser moduladas por los Gobiernos regionales en funci¨®n de la incidencia en sus territorios. La postura m¨¢s flexible la presenta Madrid, que quiere que la limitaci¨®n de la movilidad nocturna empiece a la 1.30 y que las reuniones puedan ser de 10 personas. La mayor¨ªa de las comunidades se alinean, con algunos matices, con el borrador del ministerio. En sus manos estar¨¢ mantener los cierres perimetrales que la mayor¨ªa tienen vigentes o abrir, ya sea durante todas las fiestas o en d¨ªas concretos para permitir la vuelta a casa de quienes viven fuera. Las ideas van desde Andaluc¨ªa, que ha planteado alg¨²n protocolo para los andaluces de fuera, hasta la Comunidad Valenciana, que planea abrir solo en los festivos m¨¢s se?alados.
Como apunta ?scar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa, no se est¨¢ apostando tanto por salvar la econom¨ªa, sino que est¨¢ pesando ¡°el papel emocional¡±. ¡°Llevamos un a?o duro, como para aceptar que no nos podemos encontrar en Navidad; mucha gente solo se ve entonces. Pero se producir¨¢n reuniones en espacios cerrados, con no convivientes y escasas probabilidades de que se respeten las medidas de seguridad¡±. No aventura predicciones, pero se atiene a la experiencia: ¡°Hemos visto que cuando comenzaron las vacaciones de verano y otros movimientos de vuelta de vacaciones, como el inicio de las universidades hemos tenido incrementos. Entrar¨ªa dentro de lo probable que volviera a suceder¡±. En su opini¨®n, enfoques como si los ni?os deben contar o no son ¡°equivocados¡±. ¡°El problema no es el n¨²mero, sino el riesgo. A lo mejor en lugar de cenas en sitios cerrados deber¨ªamos intentar hacer comidas en lugares abiertos¡±, ejemplifica.
En la misma l¨ªnea, Jes¨²s Molina Cabrillana, de la Sociedad Espa?ola de Medicina Preventiva, es esc¨¦ptico con las medidas concretas. ¡°Supongo que ser¨¢n disuasorias, pero es imposible hacerlas cumplir porque nadie va a revisar qu¨¦ sucede en cada casa. El mensaje deber¨ªa ser que las navidades tienen que ser distintas, que las celebraciones tienen que hacerse con los convivientes y que no puedes cambiar de grupos porque va a aumentar la transmisi¨®n¡±. Otros, como Sa¨²l Ares, cient¨ªfico del Centro Nacional de Biolog¨ªa del CSIC s¨ª creen que van por el buen camino: ¡°Ser¨¢ fundamental evitar un descontrol que podr¨ªa llevar a un enero negro. En ese sentido, medidas como la limitaci¨®n del n¨²mero de personas en reuniones, aunque dolorosas, me parecen correctas, necesarias y eficaces. Toques de queda en fechas se?aladas tambi¨¦n me parecen una buena idea, m¨¢s por su efecto psicol¨®gico y disuasorio que por la medida en s¨ª. Ser¨ªa muy importante tambi¨¦n una campa?a informativa y de concienciaci¨®n sin fisuras desde las Administraciones. Salvar las navidades consiste en pasarlas sin contagiarnos nosotros ni contagiar a nuestros seres queridos.
No pocos epidemi¨®logos ven ¡°inevitable¡± una tercera ola. O, al menos, muy probable¡±. ¡°Al margen de lo que digan unos y otros, y de lo que permita o no tu comunidad aut¨®noma, lo que se puede decir es: cuanto menos (desplazamiento, reuniones, tama?o reuniones...), mejor. Aun as¨ª, todos [los epidemi¨®logos] creemos que despu¨¦s de Navidad vendr¨¢ otro repunte¡±, se?ala Ana Mar¨ªa Garc¨ªa, catedr¨¢tica en Salud P¨²blica de la Universidad de Valencia. Esta posibilidad tiene muchas papeletas tras movimientos masivos de personas y comidas y cenas en lugares cubiertos y reuniones familiares, precisamente el lugar donde el virus est¨¢ propag¨¢ndose con m¨¢s fuerza. Garc¨ªa ve una ventaja con respecto al verano: ¡°La poblaci¨®n est¨¢ m¨¢s escarmentada y tendr¨¢ m¨¢s cuidado¡±.
Es m¨¢s optimista Ildefonso Hern¨¢ndez, portavoz de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica, que cree que todo depender¨¢ de si la ¡°gente se toma en serio¡± los mensajes. ¡°La poblaci¨®n ha dado sorpresas. En Madrid fue su comportamiento el que disminuy¨® la incidencia antes de que llegaran las medidas. Hay una din¨¢mica sociol¨®gica que a veces responde por su cuenta y nos puede sorprender en positivo¡±.
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