El agua, un fracaso p¨²blico y un negocio privado en M¨¦xico
Los cient¨ªficos discrepan de la eficacia de la purificaci¨®n dom¨¦stica del agua y los ecologistas claman contra las botellas de pl¨¢stico
Por hacer un c¨¢lculo redondo: si en todo M¨¦xico hay unos 30 millones de hogares y el gasto medio al mes por el consumo de agua son 150 pesos (8 d¨®lares), salen unos 4.500 millones de pesos, unos 239 millones de d¨®lares al mes en botellas. Ese fue el resultado de un par de encuestas efectuadas por la UNAM hace dos a?os para el INEGI y la Comisi¨®n Nacional del Agua (Conagua). Es un buen desembolso y un gran negocio. La primera lecci¨®n que recibe el visitante que llega a la Ciudad de M¨¦xico, una inmensa mole de nueve millones de habitantes, es que no se puede beber el agua que sale de la llave. Dos soluciones ofrecen a cambio: agua embotellada o instalar un filtro en la cocina. Hay decenas de p¨¢ginas web que ofrecen filtros variados. Sin embargo, sorprende la opini¨®n de algunos expertos consultados: ¡°El agua de m¨¢s de la mitad de la ciudad tiene caracter¨ªsticas potables¡±, esto es, sus condiciones qu¨ªmicas y organol¨¦pticas permiten un consumo sin miedo, dice el director del Centro Regional de Seguridad H¨ªdrica, organismo amparado por la Unesco, Fernando Gonz¨¢lez Villareal. Insiste: ¡°Hay muchas colonias en esta ciudad donde la presi¨®n del agua es continua¡±.
Este detalle es determinante, porque los cortes de agua vac¨ªan las tuber¨ªas exponi¨¦ndolas a un cambio de presi¨®n que puede da?arlas; esas heridas se convierten en un potencial foco de bacterias. Y esto es clave en M¨¦xico, donde los cortes de agua son frecuentes, tanto que la mayor¨ªa de los edificios disponen de grandes dep¨®sitos (tinacos) donde almacenan el agua para cuando falta. ¡°Almacenar el agua siempre compromete su calidad y el suministro no suele garantizar 24 horas, durante 365 d¨ªas¡±, a?ade Gonz¨¢lez Villareal.
El miedo a una posible contaminaci¨®n viene de antiguo, pero no acaba de estar justificado. Algunos no beben de la corriente dom¨¦stica porque recelan del olor o sabor que desprende el chorro. Se habla de una epidemia de c¨®lera en los noventa que apenas dej¨® 34 muertos en una poblaci¨®n de millones (la gripe se cobra m¨¢s cada a?o). Otros no han o¨ªdo hablar de enfermedades ni de fallecimientos, pero recuerdan que de peque?os beb¨ªan del grifo sin problema. Por eso, un art¨ªculo de Forbes de hace un par de a?os, titulaba sin ambages: ¡°Agua embotellada, el negocio multimillonario que M¨¦xico no necesita¡±.
Los tiempos juegan en contra del pl¨¢stico?y en este pa¨ªs se acumulan toneladas diarias de botellas vac¨ªas."Esto se debe a que el Estado no es capaz de garantizar el derecho al agua potable y eso ha incentivado el negocio privado del agua embotellada. Solo el 58% de las botellas son recicladas y el consumidor paga un 5.000% m¨¢s por el producto solo por el coste del envase", se queja desde Greenpeace Miguel Rivas.
Ese negocio que cita el ecologista va cambiando. Miles de familias impelidas por la comodidad o el medio ambiente optan por los filtros dom¨¦sticos para, supuestamente, purificar el agua. ?Pueden evitar una epidemia esos filtros? ?Pueden eliminar el plomo, el ars¨¦nico, los nitratos, manganesos si los hubiere? ¡°Los filtros, si es que tienen carbono activado, pueden eliminar el cloro residual y eso mejora el sabor y viene bien para lavarse el pelo. Pero tiene la enorme desventaja de que el cloro residual protege contra las infecciones¡±, asegura Gonz¨¢lez Villareal, profesor tambi¨¦n de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). Y advierte: ¡°Si no se cambian los filtros a menudo ellos mismos se pueden convertir en un foco de infecci¨®n¡±.
No hay escapatoria, pues. Vuelve a la botella de agua.
No opina lo mismo el qu¨ªmico Benjam¨ªn Ruiz Loyola, decididamente partidario de los filtros, ¡°en t¨¦rminos generales¡±. ¡°La mayor¨ªa cumple con algunas funciones importantes: absorben contaminantes qu¨ªmicos, como sales o residuos minerales y clarifican el agua si est¨¢ turbia. De la planta potabilizadora sale con exceso de cloro que tambi¨¦n lo absorbe, y la mayor¨ªa asegura la inocuidad microbiol¨®gica si no fue completa al clorificar o si se contamin¨® despu¨¦s¡±.
Pero este profesor de la UNAM coincide con su colega antes citado en que ¡°en la mayor¨ªa de las colonias de Ciudad de M¨¦xico el agua tiene buena calidad directamente¡± y se?ala tambi¨¦n el problema de las cisternas, donde los pat¨®genos pueden hacer de las suyas. Comprende que si el filtro no se usa o repone adecuadamente pierde su valor, ¡°como cualquier otra cosa¡±, pero lo defiende. ?Entonces, por qu¨¦ la gente compra millones de botellas al d¨ªa? ¡°Por ignorancia o por comodidad, para no pensar en filtros, ni en su mantenimiento¡±, aventura.
La enorme desigualdad econ¨®mica en M¨¦xico trae a este asunto un problema a?adido. A quienes los 150 pesos en agua al mes no les parecen baratos ni tienen para filtros, buscan otras soluciones. Muchas tiendas ofrecen su propio filtro para rellenar los garrafones y eso disminuye la factura. ?Son seguros esos filtros, tienen el mantenimiento adecuado, se encarga alguien de revisarlos? No hay grandes garant¨ªas, por no decir ninguna, pero muchos hogares han adoptado esta pr¨¢ctica. Otro negocio. ¡°Hemos hecho el an¨¢lisis de algunas de esas aguas embotelladas y hemos encontrado pat¨®genos, en concreto escherichia coli [bacerias del tracto intestinal]. No sabemos si se contaminaron en la tienda o en los camiones de reparto. En algunos casos podemos hablar de agua adulterada¡±, afirma Ruiz Loyola. El profesor de Qu¨ªmica Org¨¢nica solo recomienda beber de la llave en casos de condominios horizontales, es decir, en casas bajas donde el agua entra de la corriente p¨²blica sin intermitencias y sin almacenamiento previo en los tinacos.
Judith Dom¨ªnguez se acuerda de cuando beb¨ªa de peque?a directamente de la llave. ?Qu¨¦ pas¨®? Es dif¨ªcil acotar las causas con precisi¨®n, pero Dom¨ªnguez se?ala algunos factores que no le dan confianza, por ejemplo que de los ¡°127 par¨¢metros que hay que medir en el agua para certificar su calidad apenas se miden tres¡±. Tampoco le hace gracia que las tuber¨ªas que calmaban la sed cuando era ella ni?a ahora tienen 50 a?os de promedio. ¡°Hay fugas, mucho asbesto¡ Pero son 26.000 kil¨®metros de red, cambiarlo es costoso¡±. Todo ello, concluye esta investigadora del Colegio de M¨¦xico y experta en el derecho humano al agua, genera ¡°gran desconfianza entre la poblaci¨®n y desde luego el uso del agua se ha convertido en un gran negocio¡±. Asegura que los mexicanos est¨¢n pagando ¡°mil veces m¨¢s por el agua¡± de lo que debieran.
Si filtros o botellas no es el debate que m¨¢s le interesa a un mill¨®n de personas que en la Ciudad de M¨¦xico tan siquiera tiene agua corriente; y otro mill¨®n y medio la recibe por tandeo, es decir, mediante camiones cisterna porque la corriente se interrumpe. ¡°Si el agua se distribuyera correctamente, dado el caudal que entra en la ciudad, cada persona podr¨ªa disponer de 350 litros al d¨ªa¡±, dice Manuel Perl¨®, destacado experto en planeaci¨®n urban¨ªstica. Y recuerda que un 40% del agua se pierde en fugas.
El Servicio de Aguas de la Ciudad de M¨¦xico (SACMEX) no se presta a mucha conversaci¨®n con la prensa. ?En cu¨¢ntas colonias de la capital se podr¨ªa beber sin miedo de la llave? ?Son necesarios o ¨²tiles los filtros? Silencio oficial.
La Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, de la que proceden varios de los consultados para este reportaje, es una gran ciudad. Entre alumnado y docentes suman cerca de 400.000 habitantes. All¨ª se han puesto en marcha pr¨¢cticas de consumo saludable del agua que dejan entrever parte de la soluci¨®n al problema de la capital. El programa Pumagua establecen mediciones sistem¨¢ticas de los par¨¢metros que aseguran la calidad del agua. ¡°Cada a?o, cada semana, cada minuto¡± se tienen en cuenta estas mediciones, dice Gonz¨¢lez Villareal: ¡°El agua en la ciudad universitaria cumple todas las normas de potabilidad los 365 d¨ªas al a?o¡±, afirma. Tambi¨¦n los bebederos repartidos por el campus. Sin embargo, los alumnos a¨²n consumen miles de litros embotellados, es decir ¡°un mill¨®n de pesos por d¨ªa¡±. Les falta informaci¨®n y confianza, y quiz¨¢ les sobra publicidad.
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