Estupor y des¨¢nimo en los Pa¨ªses Bajos ante los disturbios por el toque de queda
El Ejecutivo reitera que no levantar¨¢ las restricciones mientras la clase pol¨ªtica muestra su indignaci¨®n con la violencia
El rechazo al toque de queda impuesto desde el s¨¢bado por el Gobierno de los Pa¨ªses Bajos para tratar de contener los contagios de coronavirus ha derivado en disturbios que se han saldado con casi 500 detenciones a lo largo del territorio nacional y 10 polic¨ªas heridos en R¨®terdam. La del lunes fue la tercera noche consecutiva con saqueos de tiendas, quemas de veh¨ªculos y agresiones a las fuerzas del orden por parte de centenares de personas. Los alborotos han generado estupor e indignaci¨®n entre la clase pol¨ªtica y el Ejecutivo ha dejado claro que no ceder¨¢ ante los violentos.
El pa¨ªs amaneci¨® este martes con dos im¨¢genes contrapuestas despu¨¦s de tres d¨ªas de disturbios, iniciados cuando el Gobierno de centroderecha en funciones impuso el toque de queda nocturno para tratar de contener el avance de la nueva cepa del virus surgida en el Reino Unido. Por un lado, sobresalen las fotos y los v¨ªdeos de grupos saqueando tiendas al calor de coches en llamas; por otro, los vecinos de la localidad de Den Bosch, cuna del pintor El Bosco, plantados en la calle escoba en mano para recoger los desechos dejados a su paso por los violentos. La polic¨ªa sostiene que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n respeta una medida que restringe la libertad de movimientos de 21.00 a 04.45; no les parece que los individuos, j¨®venes en su mayor¨ªa, que han intentado lanzarse ya contra dos hospitales ejerzan el derecho constitucional a mostrar su descontento.
El Gobierno liderado por Mark Rutte present¨® su dimisi¨®n el 15 de enero por un esc¨¢ndalo relacionado con las ayudas p¨²blicas al cuidado de ni?os, y es sostenido por el Parlamento para combatir la pandemia. El Ejecutivo ha reiterado que no piensa levantar el toque de queda. Y ha solicitado el apoyo de la ciudadan¨ªa para su cumplimiento. Si bien se palpa el hartazgo y desconcierto ante una emergencia sanitaria que no remite, el calibre de la revuelta ha sorprendido a todos, ayuntamientos y diputados incluidos. Ahmed Aboutaleb, alcalde socialdem¨®crata de R¨®terdam, ha calificado de ¡°ladrones desvergonzados¡± a los grupos que arrasaron el lunes el distrito sur de la ciudad. En una grabaci¨®n dirigida este martes a los asaltantes, les dijo: ¡°?Qu¨¦ os parece haber destruido vuestra ciudad?, ?Qu¨¦ hab¨¦is hecho con lo robado? Os gusta despertar junto al bot¨ªn sustra¨ªdo en el lugar que os ha visto crecer¡±. Cuando las cargas policiales contra los violentos llegaron a los noticieros internacionales, la pandemia en el pa¨ªs acumulaba ya 952.950 contagios y 13.579 fallecidos.
Con diez de sus agentes heridos en R¨®terdam, la polic¨ªa nacional ha hablado asimismo con claridad. ¡°Los disturbios por el rechazo al toque de queda no tienen nada que ver con el derecho constitucional de manifestaci¨®n. Todo mi respeto hacia los colegas que se han visto obligados a restaurar el orden en tan dif¨ªciles circunstancias¡±, tuite¨® Henk van Essen, jefe del cuerpo. Horas antes, uno de sus agentes tuvo que disparar al aire cuando fue rodeado con sus compa?eros por la multitud. Un periodista recibi¨® una pedrada en la cabeza por la espalda.
Como ya ocurriera durante el fin de semana, la llamada a concentrarse el lunes se hizo a trav¨¦s de Internet, y por la noche se repiti¨® la secuencia de los hechos. En ciudades como ?msterdam, La Haya, Haarlem, Den Bosch, Breda, Tilburg, Geleen, Almelo o Zwolle volaron proyectiles contra la polic¨ªa y se quemaron autom¨®viles al tiempo que las acciones de los agresores, encapuchados, eran captadas por otros con sus tel¨¦fonos m¨®viles. La circulaci¨®n ferroviaria tuvo que ser detenida durante unas horas en Den Bosch, donde los concentrados estuvieron rapi?ando en distintos establecimientos del centro de la ciudad, lo que el Ayuntamiento calific¨® como ¡°una tristeza¡±. Para esbozar el perfil de los exaltados, los investigadores policiales rastrean sus contactos y los mensajes que se intercambian en las redes sociales incitando a la violencia. Aunque no es definitivo, sobresalen los j¨®venes, y hombres que llegan a la cuarentena, que animan a atacar a las fuerzas del orden con gasolina, benceno y petardos, en algunos casos. Las comisar¨ªas han recibido m¨²ltiples llamadas de tel¨¦fono en las que se les informaba de otras convocatorias para asaltar las calles a trav¨¦s de la aplicaci¨®n de mensajer¨ªa instant¨¢nea Telegram. La Fiscal¨ªa neerlandesa ha pedido a los padres que mantengan en casa a sus hijos menores de edad, porque en las im¨¢genes captadas por las c¨¢maras de la polic¨ªa aparecen adolescentes de unos 14 a?os.
El pillaje ha resultado desmoralizador. Los comercios no esenciales y las escuelas llevan cerrados desde diciembre, y los bares y restaurantes desde octubre, y no todas las tiendas atacadas pueden hacer frente por igual a los destrozos. En una calle de R¨®terdam, la cadena de almacenes Hema tapi¨® sus escaparates, y lo mismo hacen locales m¨¢s peque?os en otras ciudades, grandes y peque?as. Varios diputados han expresado asimismo su asombro ante unos sucesos que les cuesta asociar a su pa¨ªs. ¡°Hasta ahora, el saqueo era algo de otros lugares y duele¡±, ha dicho la cristianodem¨®crata Wytske Postma. Otros colegas han criticado ¡°el reguero de destrucci¨®n¡± dejado a su paso por el gent¨ªo y han pedido que se abstengan de agredir a polic¨ªas y periodistas. ¡°Esto no son los Pa¨ªses Bajos que conocemos. La violencia no cabe en la democracia y nunca ser¨¢ una forma de expresi¨®n¡±, ha afirmado Khadija Arib, presidenta del Congreso. El mi¨¦rcoles se celebrar¨¢ previsiblemente un debate parlamentario para abordar los disturbios.
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