El gran reto de una industria billonaria
La pandemia se ha convertido en una oportunidad para que un sector opaco y criticado trate de mejorar su imagen p¨²blica
La crisis del coronavirus ha cambiado muchas cosas, tambi¨¦n en el sector farmac¨¦utico. Hasta ahora a las grandes empresas no les interesaban demasiado las vacunas: la investigaci¨®n es larga y azarosa, los pa¨ªses pobres necesitan muchas pero pueden pagar muy poco por ellas, y generalmente se usan solo una o dos veces durante la vida de una persona. El beneficio est¨¢ en los f¨¢rmacos de uso diario en los pa¨ªses desarrollados: tratamientos contra el c¨¢ncer, para enfermedades cardiovasculares o autoinmunes. Solo hay que mirar la lista de los superventas del sector en 2019: seis de los 10 con mayor facturaci¨®n tratan el c¨¢ncer. Con la pandemia, este sector opaco, con cierta mala prensa por los precios desorbitados de algunos de sus f¨¢rmacos, tiene una oportunidad para redimirse ante la opini¨®n p¨²blica. El mundo entero mira a las compa?¨ªas farmac¨¦uticas y ve en ellas la salida a una crisis que ha dejado casi 2,25 millones de muertos y una ca¨ªda del 4,2% del PIB mundial: en menos de un a?o han descubierto, ensayado y empezado a fabricar en masa no una sino varias vacunas seguras y eficaces.
¡°Est¨¢n en juego la reputaci¨®n y el propio negocio de las grandes farmac¨¦uticas¡±, plantean Suerie Moon y Adri¨¢n Alonso Ruiz, investigadores del Graduate Institute, en un art¨ªculo publicado en la revista Pol¨ªtica Exterior. Hasta ahora, las compa?¨ªas hab¨ªan estado tensando la cuerda con los precios de las novedades terap¨¦uticas en Europa y Estados Unidos. Un ejemplo reciente es el de los f¨¢rmacos de ¨²ltima generaci¨®n que curan la hepatitis C. En 2014 y 2015 su elevado coste, de hasta 100.000 euros por paciente, hizo que se distribuyeran con cuentagotas entre los enfermos. ¡°La pandemia de la covid-19 ha planteado un duro dilema a la industria: pueden tratar de restablecer su buena imagen p¨²blica aportando innovaciones de m¨¢xima necesidad a un precio asequible para todos los pa¨ªses, o buscar una lluvia de ganancias, tal como esperan los mercados financieros, lo que suscitar¨ªa acusaciones de sacar provecho de la pandemia¡±, a?aden. Varias de las compa?¨ªas ahora en boca de todo el mundo por sus ¨¦xitos con la vacuna tienen un pasado reciente trufado de juicios, indemnizaciones y multas. Tres investigadores publicaron a finales del a?o pasado en la revista JAMA una recopilaci¨®n de multas impuestas solo en Estados Unidos por actividades ilegales. La lideran GSK, Pfizer y Johnson&Johnson, y la suiza Novartis tambi¨¦n aparece en d¨¦cimo lugar.
El sector farmac¨¦utico global movi¨® en 2019 1,25 billones de d¨®lares (1,11 billones de euros), seg¨²n datos de Statista, pr¨¢cticamente el equivalente al PIB espa?ol. Por facturaci¨®n, los l¨ªderes del sector son la suiza Roche, el combinado de AstraZeneca y Gilead, Pfizer, MSD, Novartis y GSK. De las 12 con mayores ingresos, siete son estadounidenses, dos suizas, dos brit¨¢nicas y una francesa. Tanto Johnson&Johnson como AstraZeneca se han comprometido p¨²blicamente a vender la vacuna a un precio que cubra ¨²nicamente los costes de producci¨®n, pero ambas han precisado que ser¨¢ as¨ª durante la primera fase de la pandemia. Podr¨ªan subir el precio despu¨¦s. Pero tambi¨¦n podr¨ªan tener que ajustar sus expectativas por la competencia que traer¨¢n las pr¨®ximas vacunas que se aprueben.
Las recientes denuncias de parlamentarios europeos por la opacidad de los acuerdos entre los laboratorios productores de las vacunas y la Comisi¨®n Europea han sorprendido a m¨¢s de uno. Trat¨¢ndose de dinero p¨²blico, ?c¨®mo no va a saberse cu¨¢nto cuesta cada dosis y qu¨¦ cantidades ser¨¢n entregadas cada mes? Lo cierto es que, a diferencia de cualquier otro contrato o licitaci¨®n p¨²blica, los acuerdos con el sector farmac¨¦utico tienen una larga historia de secretismo. Los Gobiernos y los laboratorios firman acuerdos de confidencialidad, de forma que el p¨²blico nunca conoce los precios que pagan los sistemas de salud por los medicamentos. Las leyes de transparencia de muchos pa¨ªses hacen una excepci¨®n con los intereses econ¨®micos y comerciales de las empresas, que deben ponderarse con el inter¨¦s p¨²blico para decidir si un dato se hace p¨²blico. En el caso de las farmac¨¦uticas suele ganar la opacidad.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud aprob¨® en 2019 una resoluci¨®n en la que pide facilitar la transparencia en los precios que pagan las administraciones por los f¨¢rmacos. ¡°Pero no se ha avanzado pr¨¢cticamente nada¡±, asegura Marcela Vieira, investigadora en salud p¨²blica y acceso a medicamentos del Centro de Salud Global, un instituto con sede en Ginebra (Suiza). Las compa?¨ªas argumentan que el secreto les permite negociar mejores precios con los pa¨ªses, de forma que los m¨¢s ricos paguen m¨¢s, y los m¨¢s pobres, menos. Pero esto no siempre ocurre as¨ª, recuerda Vieira: ¡°A veces vemos que pa¨ªses de renta baja est¨¢n pagando m¨¢s que otros de mayor renta¡±.
Tampoco cunde la transparencia en los datos sobre investigaci¨®n y desarrollo. ?Cu¨¢nto gastan realmente las farmac¨¦uticas en desarrollar los medicamentos? Una cuesti¨®n espinosa, puesto que en muchos casos las grandes compa?¨ªas compran f¨¢rmacos prometedores, que ya han dado resultados positivos en el laboratorio de universidades, centros p¨²blicos de investigaci¨®n o peque?as empresas biotecnol¨®gicas, y contin¨²an el desarrollo con los ensayos cl¨ªnicos. No es exactamente el caso de la vacuna de Pfizer y BioNTech, porque el gigante estadounidense y la modesta empresa biotecnol¨®gica alemana se aliaron ya en marzo del a?o pasado, al inicio del desarrollo, pero s¨ª ejemplifica c¨®mo llevar a buen puerto el descubrimiento de la tecnolog¨ªa suele necesitar de la entrada de los grandes jugadores de la industria. Por eso la alemana CureVac se ha asociado con Bayer, que hasta ahora nunca hab¨ªa producido vacunas humanas. Otra de las caracter¨ªsticas del sector: cada vez hay m¨¢s fusiones. AbbVie compr¨® Allergan el a?o pasado; un poco antes fue Bristol-Myers Squibb quien se hizo con Celgene. Y en enero de 2019 Takeda compr¨® Shire. Y hace meses que se habla de la que ser¨ªa la mayor fusi¨®n de la historia de la industria farmac¨¦utica: AstraZeneca y Gilead.
Con las vacunas contra el coronavirus ha vuelto a ponerse sobre la mesa la cuesti¨®n de la financiaci¨®n p¨²blica. En GAVI, la Alianza Global para la Vacunaci¨®n y la Inmunizaci¨®n, tienen claro que al menos deber¨ªa traducirse en el dinero que los Gobiernos pagan despu¨¦s por hacerse con las dosis. Como apunta un portavoz de esta organizaci¨®n, ¡°nuestra expectativa es que, cuando las autoridades p¨²blicas han contribuido financiando el riesgo inicial de la capacidad de investigaci¨®n, desarrollo y fabricaci¨®n ¨Caliviando as¨ª el riesgo para las compa?¨ªas de un desarrollo normal -, eso tiene que verse reflejado en el precio de las vacunas¡±. La alianza, cuyo principal financiador es la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, asegura que ¡°aprecia y aplaude¡± los esfuerzos de varias compa?¨ªas que han anunciado que el precio de sus vacunas ser¨¢ ¡°el que maximice el acceso y que ponga a las personas por encima del beneficio¡±.
Un ejemplo de inversi¨®n p¨²blica es el de BioNTech. En septiembre el Gobierno alem¨¢n financi¨® a la compa?¨ªa con 375 millones de euros para acelerar el desarrollo y mejorar la capacidad de fabricaci¨®n en Alemania. El Ejecutivo de Merkel tambi¨¦n inyect¨® 300 millones en CureVac. Pero la farmac¨¦utica que m¨¢s recursos ha recibido del sector p¨²blico ha sido AstraZeneca. La Autoridad de Investigaci¨®n y Desarrollo Biom¨¦dico Avanzado (Barda, en sus siglas en ingl¨¦s) le destin¨® 1.089 millones de euros. Ellen ¡®t Hoen, abogada especializada en propiedad intelectual e investigadora de la Universidad de Groningen (Holanda), ha examinado el contrato que la Comisi¨®n Europea firm¨® con CureVac ¡ªfue publicado con varios datos tachados¡ª y concluye que Bruselas no est¨¢ cumpliendo su compromiso de defender el bien p¨²blico com¨²n y las inversiones p¨²blicas. Las compa?¨ªas tienen derechos exclusivos sobre las vacunas y apenas se est¨¢ compartiendo propiedad intelectual.
Michael Stolpe, investigador especializado en econom¨ªa de la salud del Instituto de Econom¨ªa Mundial de Kiel (Alemania), cree que el valor que obtendr¨¢ la sociedad con las vacunas ¡°exceder¨¢ en varios ¨®rdenes de magnitud las ganancias privadas que sus desarrolladores puedan obtener¡±. Se refiere tanto a las vidas salvadas (y el sufrimiento, la enfermedad, la presi¨®n en los hospitales¡) como al hecho de que la vacunaci¨®n permitir¨¢ levantar los confinamientos que lastran la mayor¨ªa de econom¨ªas europeas. ¡°Incluso las vacunas de BioNTech-Pfizer y Moderna, que aparentemente son las m¨¢s caras, en realidad son baratas si se compara con el verdadero valor para la sociedad de la inmunidad que generan¡±, a?ade.
Con respecto a los problemas de la Uni¨®n Europea con Pfizer y AstraZeneca, que anunciaron reducciones y retrasos en el env¨ªo de dosis, Vieira asegura que no entiende por qu¨¦ la inversi¨®n de ¡°toneladas de dinero p¨²blico¡± no se traduce en establecer condiciones y ejecutarlas llegado el caso. Por ejemplo, los gobiernos podr¨ªan establecer un precio m¨¢ximo de venta. O en caso de pactar en los contratos la entrega de determinada cantidad, y no cumplir la farmac¨¦utica, deber¨ªan poder licenciar la patente para que otra empresa pueda producir el f¨¢rmaco. Las empresas han tenido la sart¨¦n por el mango en uno de los momentos m¨¢s delicados de la pandemia, el inicio de la campa?a de vacunaci¨®n. Los gobiernos, resume Vieira, ¡°no est¨¢n ejerciendo todo el poder que podr¨ªan¡±, quiz¨¢ ¡°por miedo a que si lo hacen les podr¨ªan llegar todav¨ªa menos vacunas¡±.
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