Muere Bernard Lown, m¨¦dico comprometido contra las armas nucleares
Dise?ador del primer desfibrilador contra los ataques cardiacos, la asociaci¨®n de doctores para prevenir la guerra at¨®mica que fund¨® gan¨® el Nobel de la Paz en 1985
El 16 de febrero, falleci¨®, a los 99 a?os, Bernard Lown en su domicilio en Chestnut Hill (Massachusetts). [Su nieta, Ariel Lown Lewiton, confirm¨® la muerte y precis¨® que Lown hab¨ªa sufrido complicaciones de una insuficiencia card¨ªaca congestiva y una neumon¨ªa]. Tal vez a los espa?oles m¨¢s j¨®venes el nombre no les diga demasiado, ni siquiera a los m¨¦dicos. Sin embargo, Bernard Lown fue una de las figuras m¨¢s destacadas de la medicina mundial en la segunda mitad del siglo XX. Catedr¨¢tico de Cardiolog¨ªa en la Escuela de Salud P¨²blica de la Universidad de Harvard durante muchos a?os, sus aportaciones figuran entre las m¨¢s importantes de la historia de la medicina.
Ha dejado su nombre a una enfermedad (el s¨ªndrome de pre-excitaci¨®n de Lown-Ganon-Levine). Y fue capaz de integrar su profesi¨®n en el campo m¨¢s amplio de la lucha por una sociedad m¨¢s justa. En el mundo de la cardiolog¨ªa, su rebeli¨®n contra la muerte s¨²bita, algo irreversible en su ¨¦poca, le llev¨® a dise?ar el primer desfibrilador y a establecer un protocolo de actuaci¨®n reglada para esas situaciones a principios de los a?os sesenta, as¨ª como a sentar las bases de la cardioversi¨®n. Son aportaciones que mantienen hoy su vigencia.
Como hombre comprometido con la sociedad, fund¨® en su pa¨ªs la asociaci¨®n M¨¦dicos para la Responsabilidad Social (PSR, por sus siglas en ingl¨¦s) y, sobre todo, en los a?os sesenta, junto a su colega y amigo el cardi¨®logo ruso Eugeni Chazov, promovi¨® el nacimiento de la Asociaci¨®n Internacional de M¨¦dicos para la Prevenci¨®n de la Guerra Nuclear (IPPNW, en sus siglas en ingl¨¦s), una organizaci¨®n que en pocos a?os se extendi¨® por cerca de 100 pa¨ªses, aglutin¨® a m¨¢s de 150.000 m¨¦dicos en todo el mundo y recibi¨® en 1985 el Nobel de la Paz. Su mensaje central, muy simple, sigue siendo v¨¢lido hoy: en el caso de una guerra nuclear, la medicina nada puede hacer; por ello, prevenirla es el ¨²nico remedio eficaz.
A partir de ese momento, su compromiso se centr¨® en recorrer el mundo multiplicando mensajes de paz a trav¨¦s de las agrupaciones locales de la IPPNW y de todo tipo de congresos. Eran reuniones que, por austeridad, intensidad y contenidos, parec¨ªan m¨¢s unos ejercicios espirituales que no congresos cl¨¢sicos de cualquier sociedad m¨¦dica tradicional.
Visit¨® Espa?a en numerosas ocasiones, al menos Madrid, Bilbao y Barcelona, en cuya Universidad Aut¨®noma recibi¨® el t¨ªtulo de doctor honoris causa de la mano del profesor Antoni Bay¨¦s de Luna. Fue un idealista ¡ª¡±solo quien ve lo invisible puede hacer lo imposible¡±, dec¨ªa¡ª, pero, en paralelo, su gran sentido pr¨¢ctico le permit¨ªa discurrir y desarrollar iniciativas y programas por la paz, que, progresivamente, se fueron centrando en un intento de mejorar las posibilidades de salud en aquellos pa¨ªses m¨¢s necesitados. A ello dedic¨® el importe del Nobel.
Tuve el honor de conocerle y cada encuentro con ¨¦l me supuso un est¨ªmulo y una inyecci¨®n de entusiasmo. Transmit¨ªa mensajes sencillos, eficaces y motivadores. Ped¨ªa a los socios de la IPPNW un compromiso mantenido ¡ª¡±ten minutes a day¡±, diez minutos al d¨ªa¡ª. Buen pedagogo, otra de sus sentencias era que ¡°ense?ar y aprender es el arte de repetir¡±. Estuvo activo a trav¨¦s de la fundaci¨®n que lleva su nombre hasta una edad muy avanzada. Nos deja el testimonio de un hombre comprometido con los valores m¨¢s importantes de su ¨¦poca, capaz de superar prejuicios ideol¨®gicos y geogr¨¢ficos y de aunar voluntades en el esfuerzo permanente por conseguir un mundo mejor.
Jos¨¦ Manuel Ribera Casado es expresidente de IPPNW Espa?a y miembro de la Real Academia Nacional de Medicina.
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