Miles de inmigrantes titulados, abocados a la precariedad
La lenta homologaci¨®n de diplomas deja a los extranjeros en una frustrante espera. El Gobierno agilizar¨¢ el proceso
Contar con un t¨ªtulo universitario no sirve de mucho si no te permite ejercer. Hacer efectiva la homologaci¨®n en Espa?a supone una traves¨ªa burocr¨¢tica que suele ir de los nueve meses a los dos a?os para los diplomas europeos, pero puede extenderse hasta cuatro a?os o m¨¢s si se trata de extracomunitario. Ahora, el Ministerio de Universidades prepara un decreto en el que se compromete a acortar los plazos de espera hasta menos de seis meses, simplificando tr¨¢mites. Y para las 15.000 personas (9.000 de ellas desde 2019) que ya han echado la solicitud ¡ªesta debe de tramitarse con la normativa actual¡ª el ministerio lanzar¨¢ un ¡°plan de choque¡±, que consiste en digitalizar los expedientes y contactar con los demandantes telem¨¢ticamente (desterrando el correo certificado).
En algunas carreras, sobre todo de la rama sanitaria, adem¨¢s de la homologaci¨®n de las asignaturas cursadas en el pa¨ªs de origen, el Ministerio de Universidades exige superar unos requisitos formativos complementarios para poder ejercer en Espa?a. Para ello, las universidades realizan dos convocatorias de ex¨¢menes al a?o, una en mayo y otra en noviembre. Pero la pandemia ha alterado el funcionamiento interno de los campus y en carreras como odontolog¨ªa esas pruebas no se convocan desde 2019. ¡°Necesitamos que el ministerio haga de interlocutor con las universidades para que vuelvan a convocar las pruebas¡±, reclama V¨ªctor Orezzoli, fundador de la asociaci¨®n Odont¨®logos Homologantes en Espa?a, con m¨¢s de 200 miembros. La organizaci¨®n reclama obtener las mismas facilidades de las que disponen los profesionales de otros grados universitarios de ¨¢reas sanitarias como enfermer¨ªa o fisioterapia que s¨ª han podido optar a estas pruebas.
Como resultado de todo ese laberinto burocr¨¢tico, los extranjeros se ven abocados a la precariedad laboral. Son muchos los inmigrantes con una formaci¨®n invisible que se ven obligados a encadenar empleos de baja cualificaci¨®n para sobrevivir. Directoras de colegio que recorren casas para cuidar a ni?os de otras familias, dentistas que cambian las herramientas de trabajo por una caja registradora o abogados que abandonan su despacho para repartir comida a domicilio. Llegan desde pa¨ªses y contextos distintos, pero comparten la ilusi¨®n de mejorar sus condiciones de vida y lograr una integraci¨®n laboral.
Mercedes Trujillo, la educadora infantil que sue?a con volver a dar clase en la escuela
La situaci¨®n laboral de Mercedes Trujillo ha cambiado radicalmente en los ¨²ltimos a?os. Movida por la estrecha conexi¨®n que siempre ha sentido con los ni?os, esta mujer de 52 a?os estudi¨® un grado en Educaci¨®n Preescolar en Venezuela, su pa¨ªs natal, donde desempe?¨® durante tres d¨¦cadas varios puestos en el ¨¢mbito educativo. Trabaj¨® como profesora durante el despegue de su carrera profesional hasta escalar al puesto de directora de un centro infantil privado que finalmente adquiri¨®. Su ambici¨®n laboral estaba cubierta, pero poco despu¨¦s decidi¨® abandonarlo todo. Trujillo cerr¨® en 2019 el centro y emigr¨® junto a su familia a Madrid para dar una mejor vida formativa y profesional a sus dos hijos ¡°ante la descomposici¨®n social¡± que experimentaba su pa¨ªs. Sin embargo, las cosas no han ido como esperaba. No tiene el t¨ªtulo homologado y no puede dedicarse a lo que siempre hab¨ªa so?ado. ¡°Ten¨ªa un negocio propio y la vida resuelta en mi pa¨ªs... Aqu¨ª trabajo como cuidadora de ni?os para una familia¡±, cuenta.
Trujillo desconoc¨ªa que el tr¨¢mite administrativo era tan complejo en Espa?a. ¡°?Y mucho m¨¢s que pudiera demorarse tanto!¡±, exclama. Solicit¨® la homologaci¨®n en febrero de 2020 y a¨²n no ha recibido respuesta. ¡°Llevo un a?o esperando que validen mi t¨ªtulo y ni siquiera me han asignado un n¨²mero de expediente¡±, aclara indignada. Lo que m¨¢s teme es que la espera acabe afectando a su situaci¨®n econ¨®mica. Su marido, tambi¨¦n venezolano, trabaja como empaquetador para una empresa de reparto con contratos temporales que les auguran una escasa estabilidad. Trujillo reconoce que la familia ha pasado por varios pisos compartidos hasta poder alquilar uno propio. ¡°Ten¨ªamos un nivel econ¨®mico medio-alto en nuestro pa¨ªs, aqu¨ª nuestra vida ha dado un vuelco hasta que hemos podido recuperar cierta solidez¡±, afirma.
A la espera de que se resuelva el embrollo burocr¨¢tico, Trujillo trabaja como cuidadora de ni?os para una familia, la segunda desde que lleg¨® a Madrid. Mantiene viva la ilusi¨®n por conseguir un puesto como profesora. ¡°Tengo la esperanza de que esto se solucione pronto y pueda dedicarme a lo m¨ªo¡±, afirma. Mientras tanto, se resiste a dejar de formarse. Acaba de terminar un m¨¢ster de logopedia, que ha compaginado con la atenci¨®n a la familia para la que trabaja. ¡°Mi objetivo es seguir prepar¨¢ndome para no sentirme apartada de mi profesi¨®n¡±, aclara.
Esta apasionada de la educaci¨®n considera injustas las trabas que los inmigrantes encuentran al aterrizar en Espa?a. ¡°La llegada de profesionales cualificados podr¨ªa ser, m¨¢s que una problem¨¢tica, un trampol¨ªn de crecimiento para una sociedad. No aprovecharlo, es perder cualificaci¨®n¡±, aclara. Reconoce que a pesar de las dificultades, est¨¢ dispuesta a hacer lo que sea para que sus hijos vivan ¡°sin tener las alas cortadas¡± como en su pa¨ªs, con la libertad y las oportunidades laborales que sigue esperando de Espa?a. A menudo se aferra a la ilusi¨®n del d¨ªa a d¨ªa. ¡°Me encanta pensar que estoy cuidando a ni?os a los que alg¨²n d¨ªa podr¨¦ educar¡±.
Marco P¨¦rez, el abogado que reparte comida con Uber Eats
A lo largo de un d¨ªa, uno puede presenciar muchas irregularidades legales. Marco P¨¦rez se topa con ellas a menudo, mientras recorre Madrid en moto y lleva pedidos de la plataforma Uber Eats. Este venezolano de 38 a?os las observa con ojos de graduado en Derecho. Detecta f¨¢cilmente los abusos laborales que sus amigos le cuentan. Aparte de eso, de poco le han servido sus estudios desde que lleg¨® a Espa?a hace tres a?os. En Caracas, P¨¦rez hab¨ªa optado por especializarse en la rama de derecho procesal. Lleg¨® a trabajar en un banco y como asesor jur¨ªdico para una empresa de asistencia m¨¦dica. ¡°Los ¨²ltimos a?os trabaj¨¦ para una instituci¨®n del Gobierno, pero cuando descubrieron que no era muy adepto a su l¨ªnea ideol¨®gica, me despidieron¡±, cuenta. ¡°Aqu¨ª he pedido asilo pol¨ªtico, pero me lo han denegado¡±.
Durante su estancia en Espa?a, P¨¦rez ha pasado por varios trabajos intermitentes, que van desde reponedor a fontanero, pero ser repartidor ha sido el empleo m¨¢s estable. ¡°Vivo al d¨ªa, por lo que estoy bastante preocupado¡±, comenta en un descanso entre repartos. Sus ingresos var¨ªan mucho en funci¨®n del mes, pero su cuota de aut¨®nomo es fija. Muchas noches, al terminar su jornada, se sube a una tarima para recitar mon¨®logos y rascarle unos billetes m¨¢s al d¨ªa. ¡°Lo de comediante es una afici¨®n que tengo desde ni?o. No es la mejor forma de ganar dinero, pero ayuda¡±, cuenta. Cuando lleg¨® a Espa?a hace tres a?os, intent¨® homologar su t¨ªtulo para continuar su formaci¨®n con un posgrado. A¨²n no lo ha conseguido. Cuenta que es un proceso que puede alargarse m¨¢s de cinco a?os si se incluye el m¨¢ster habilitante de acceso a la abogac¨ªa. No es dif¨ªcil imaginar lo que cambiar¨ªa la realidad de P¨¦rez si lograra homologar su t¨ªtulo. Podr¨ªa tener una previsi¨®n de gastos, dejar de compartir piso, o incluso plantearse formar parte de un bufete de abogados. ¡°Me abrir¨ªa un abanico de posibilidades. A fin de cuentas, lograr¨ªa una estabilidad¡±.
Adriana Mej¨ªa, una odont¨®loga que hace de auxiliar
La vida de Adriana Mej¨ªa y Omar Zarate es muy diferente a lo que hab¨ªan previsto para cuando cumpliesen 30 a?os. El matrimonio se conoci¨® mientras estudiaba la carrera de odontolog¨ªa en Bolivia. Al ser ¨¦l espa?ol, decidieron mudarse a Espa?a para estar m¨¢s cerca de su familia. Ambos sab¨ªan que el proceso de homologaci¨®n de la carrera ser¨ªa duro, pero ya llevan cuatro a?os y sienten que apenas han avanzado. ¡°Te afecta an¨ªmicamente, psicol¨®gicamente e incluso f¨ªsicamente. El nivel de frustraci¨®n es impresionante¡±, confiesa Mej¨ªa. La pareja inici¨® el proceso en 2017, pero no obtuvieron el dictamen hasta septiembre de 2020. En ¨¦l, el ministerio resolv¨ªa que a Mej¨ªa le quedaba una asignatura para lograr la homologaci¨®n y a Zarate, cinco.
¡°Lo peor es que la universidad nos ha dicho que no va a sacar una nueva convocatoria hasta dentro de dos a?os debido al coronavirus. Nos sentimos atrapados¡±. Su sue?o es cursar un m¨¢ster en cirug¨ªa, desarrollarse como profesional y obtener una estabilidad suficiente como para formar una familia. ¡°Tengo 30 a?os, llegu¨¦ con 26. No me hago m¨¢s joven. Cuando quiera solicitar un trabajo me pedir¨¢n una experiencia que no tendr¨¦¡±. Por eso ambos decidieron sacarse un curso como auxiliares para, por lo menos, poder trabajar en su campo. Una elecci¨®n que conlleva un sacrificio econ¨®mico. ¡°Si lo hacemos los dos a la vez no nos da, por eso primero lo hice yo y ahora le toca a Omar. Llevamos ahorrando mucho tiempo¡±.
Al no poder ejercer, durante ese tiempo han ido saltando de trabajo en trabajo. Mej¨ªa ha sido camarera, cajera y dependienta, pero ya lleva seis meses trabajando como auxiliar en una cl¨ªnica dental. All¨ª se encarga de esterilizar espejos, pinzas y dem¨¢s instrumentos, para luego dejarlos al alcance del odont¨®logo que atiende al paciente como a ella le formaron. ¡°No quiero que me regalen nada, tan solo que me den la oportunidad de hacer el examen y poder empezar a contribuir¡±.
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