La gesti¨®n de las vacunas se convierte en el flanco m¨¢s d¨¦bil del Gobierno argentino
La escasez de f¨¢rmacos contra la covid centra el debate pol¨ªtico diario cuando menos de tres millones de los m¨¢s de 45 millones de habitantes del pa¨ªs han sido inmunizados con las dos dosis
Argentina sufre una grav¨ªsima crisis econ¨®mica. Pero el debate pol¨ªtico, muy ¨¢spero, gira en torno a algo todav¨ªa m¨¢s urgente: la falta de vacunas contra la covid. Y, sobre todo, la de Pfizer, que por ahora no llega al pa¨ªs. ¡°Bajen la obsesi¨®n que tienen con Pfizer¡±, rog¨® la ministra de Salud, Carla Vizzotti, despu¨¦s de que circularan informaciones (luego desmentidas) seg¨²n las cuales el Gobierno argentino se hab¨ªa negado a que el fondo solidario Covax le proporcionara dosis del inmunizante estadounidense. Algo parece fuera de toda duda: Argentina pec¨® de optimismo y cometi¨® errores graves en su campa?a para comprar vacunas.
Hay que remontarse casi al principio de la pandemia para hilvanar la cadena de desprop¨®sitos. En julio de 2020, cuando Argentina llevaba ya casi cuatro meses en uno de los confinamientos m¨¢s prolongados del planeta, el presidente Alberto Fern¨¢ndez anunci¨® que la mayor compa?¨ªa farmac¨¦utica, Pfizer, iba a realizar en el pa¨ªs uno de sus testeos cl¨ªnicos. Miles de argentinos se someter¨ªan a una vacuna experimental y, a cambio, Argentina dispondr¨ªa de un trato preferente (en precios y prioridad de env¨ªos) cuando el producto estuviera listo. Las relaciones entre Alberto Fern¨¢ndez y los dirigentes de Pfizer eran ¨®ptimas. Pfizer fue la primera vacuna autorizada por las autoridades sanitarias argentinas.
En agosto, sin embargo, se dio a conocer una iniciativa de AstraZeneca: la empresa brit¨¢nica hab¨ªa alcanzado un acuerdo con el magnate mexicano Carlos Slim y el empresario argentino Hugo Sigman para fabricar al menos 150 millones de dosis destinadas a Latinoam¨¦rica. Un laboratorio del grupo empresarial de Sigman, mAbxience, producir¨ªa el principio activo cerca de Buenos Aires y otro laboratorio en M¨¦xico, Liomont, lo dosificar¨ªa y envasar¨ªa. Las prioridades cambiaron en la Casa Rosada. Se apost¨® a fondo por AstraZeneca.
¡°En ese momento confi¨¢bamos en que iban a cumplirse los compromisos¡±, admiti¨® el mi¨¦rcoles un portavoz gubernamental. Y los compromisos no se cumplieron. mAbxcience produjo el principio activo y lo envi¨® a M¨¦xico, pero all¨ª, por falta de materiales auxiliares (Estados Unidos prohibi¨® su exportaci¨®n) y por complicaciones administrativas, el proceso qued¨® frenado. Las primeras dosis de la AstraZeneca ¡°latinoamericana¡± a¨²n no se han comercializado. Solo han llegado a Argentina las envasadas en Estados Unidos y las fabricadas en India.
Paralelamente, encallaron las negociaciones de compra con Pfizer. Hubo dos obst¨¢culos: el Gobierno de Buenos Aires se neg¨® a pagar la distribuci¨®n por parte de DHL (la compa?¨ªa a la que Pfizer otorg¨® la exclusiva para garantizar el mantenimiento de la cadena de fr¨ªo) y Pfizer se neg¨® a aceptar la posibilidad de sufrir demandas por ¡°negligencia¡±, conforme establec¨ªa el decreto de urgencia posteriormente retocado y aprobado como ley por el Parlamento argentino. El punto de las posibles indemnizaciones, que en muchos otros pa¨ªses se dej¨® de lado, supuso la ruptura definitiva.
En los meses siguientes, diputados oficialistas ofrecieron explicaciones extra?as o directamente delirantes. Se lleg¨® a decir que Pfizer hab¨ªa exigido glaciares como garant¨ªa. Hace solo una semana, el presidente Alberto Fern¨¢ndez declar¨® que algunas condiciones planteadas por la farmac¨¦utica le pon¨ªan ¡°en una situaci¨®n muy violenta y compromet¨ªan al pa¨ªs¡±. No dio m¨¢s detalles.
Adem¨¢s de por las compras bilaterales, Argentina pod¨ªa acceder a vacunas a trav¨¦s de Covax, un fondo patrocinado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud destinado a distribuir internacionalmente los inmunizantes de la forma m¨¢s equitativa posible. En febrero de este a?o, cuando a¨²n se confiaba en la pronta llegada de los millones de dosis de AstraZeneca, un representante del Gobierno explic¨® que hab¨ªa solicitado a Covax la m¨ªnima cantidad posible. Pod¨ªa encargar casi 50 millones de dosis (las necesarias para vacunar con el doble pinchazo a la mitad de la poblaci¨®n), pero pidi¨® nueve millones, el m¨ªnimo para acceder al fondo. ¡°Optar por el piso m¨ªnimo fue una elecci¨®n inteligente¡± y ¡°oportuna¡± por ¡°su relaci¨®n coste-beneficio¡±, dijo ante la C¨¢mara de Diputados, por v¨ªa telem¨¢tica, el subsecretario de Gesti¨®n Administrativa del Ministerio de Salud, Mauricio Monsalvo.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, tambi¨¦n en febrero pasado, estall¨® el esc¨¢ndalo de los ¡°vacunatorios VIP¡±. Centenares de personas, entre ellos pol¨ªticos, empresarios y periodistas vinculados al peronismo y el kirchnerismo, hab¨ªan recibido la inyecci¨®n fuera de turno y, en algunos casos, en la propia sede del Ministerio de Salud, junto al despacho del ministro. El ministro, Gin¨¦s Gonz¨¢lez Garc¨ªa, se vio obligado a dimitir. Los ¡°vacunatorios VIP¡± quedaron adheridos como una lacra a la imagen gubernamental.
La escasez de vacunas se ha convertido en Argentina, como en otros lugares, en un problema cr¨®nico. A 2 de junio de 2021, seg¨²n datos oficiales, menos de tres millones de personas, dentro de una poblaci¨®n de m¨¢s de 45 millones, han recibido las dos dosis. Y las vacunas en uso configuran un espectro ideol¨®gico peculiar: son, adem¨¢s de la brit¨¢nica AstraZeneca (por su presunta condici¨®n ¡°latinoamericana¡±), rusas y chinas. Ahora se negocia la posible compra de vacunas cubanas. No hay productos estadounidenses.
El martes se levant¨® un esc¨¢ndalo despu¨¦s de que el delegado del Fondo Covax para Latinoam¨¦rica, Santiago Cornejo, dijera que Argentina le hab¨ªa pedido que no incluyera vacunas de Pfizer en sus env¨ªos. Luego tanto Cornejo como la ministra de Salud, Carla Vizzotti, aclararon que eso se deb¨ªa al problema legal con Pfizer (el supuesto de ¡°negligencia¡±) y que la petici¨®n no reduc¨ªa el n¨²mero de dosis, de otros fabricantes, que iba a recibir el pa¨ªs. Vizzotti record¨® asimismo que su Gobierno sigue negociando con Pfizer.
Las vacunas centran el debate pol¨ªtico pr¨¢cticamente cada d¨ªa. Una semana atr¨¢s, la exministra de Seguridad Patricia Bullrich, una figura se?era de la oposici¨®n macrista, acus¨® al presidente Alberto Fern¨¢ndez y al exministro de Sanidad, Gin¨¦s Gonz¨¢lez Garc¨ªa, de no comprar el producto de Pfizer porque la compa?¨ªa se neg¨® a pagar sobornos. Cuando Fern¨¢ndez y Gonz¨¢lez anunciaron querellas y demandas, Bullrich insisti¨®, sin ninguna prueba, en sus afirmaciones. Las vacunas, se diga la barbaridad que se diga, son el flanco m¨¢s d¨¦bil de un Gobierno cuya popularidad se encuentra bajo m¨ªnimos.
Tras saltar el breve esc¨¢ndalo de Covax, el exministro Gonz¨¢lez Garc¨ªa explic¨® que el precio de las vacunas hab¨ªa sido un elemento fundamental a la hora de elegir. ¡°Entre una que cuesta 20 d¨®lares [en referencia a Pfizer] y otra que cuesta cuatro [en referencia a la rusa Sputnik], la cosa est¨¢ clara¡±, dijo. Pero en algunos env¨ªos la dosis de Sputnik ha llegado a pagarse a 22 d¨®lares.
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