Boris Johnson acelera el plan B para hacer frente a la ¨®micron: teletrabajo, m¨¢s mascarillas y certificado covid

El Gobierno del Reino Unido ha sacado este mi¨¦rcoles del caj¨®n un plan B contra la covid-19 que ten¨ªa preparado desde septiembre, pero que nunca pens¨® que necesitar¨ªa. Los datos que se conocen de la nueva variante del virus, ¨®micron, han forzado a Boris Johnson a tomar la iniciativa y responder como siempre le ha recomendado su cient¨ªfico jefe, Patrick Vallance: ¡°Golpea r¨¢pido, golpea con contundencia¡±. A partir del pr¨®ximo lunes, se recuperar¨¢ la recomendaci¨®n oficial para todas las empresas de reinstaurar el teletrabajo, siempre que sea posible. Las mascarillas, que volvieron a ser obligatorias hace m¨¢s de una semana en el transporte p¨²blico y los comercios, lo ser¨¢n tambi¨¦n a partir del viernes en cines, teatros y recintos p¨²blicos. Y el certificado covid, que desata la ira libertaria del ala dura de los conservadores brit¨¢nicos, ser¨¢ exigido en locales de ocio nocturno, as¨ª como en espacios cerrados que acojan a m¨¢s de 500 personas, o en recintos en el exterior con aforo superior a 4.000 personas. Y, en cualquier caso, en todos los lugares donde se concentren m¨¢s de 10.000 espectadores. ¡°Hemos observado ya c¨®mo en Sud¨¢frica se han duplicado en una semana el n¨²mero de hospitalizaciones. Y aqu¨ª, en el Reino Unido, los contagios se duplican cada 2 o 3 d¨ªas. No estamos a¨²n en condiciones de asumir que la ¨®micron vaya a ser m¨¢s leve en sus s¨ªntomas¡±, ha advertido Johnson. En el Reino Unido se han registrado ya 568 casos de la ¨®micron, cuyo genoma ha sido secuenciado. ¡°Debemos asumir que, en realidad, haya muchos casos m¨¢s por todo el pa¨ªs¡±, ha dicho el primer ministro.

El primer ministro se ha decidido a anunciar un endurecimiento de las restricciones sociales justo en el d¨ªa en que su credibilidad se ve¨ªa arrastrada por los suelos. Los ciudadanos brit¨¢nicos sab¨ªan ya de la fiesta prohibida que el personal de Downing Street celebr¨® las pasadas Navidades, cuando celebraciones as¨ª, en interior, estaban vetadas y el resto de la gente cumpl¨ªa escrupulosamente con estrictas normas de distanciamiento social. Para colmo, esta semana pod¨ªan adem¨¢s ver un v¨ªdeo publicado por la cadena ITV en el que la asesora de prensa de Johnson, Allegra Stratton, se mofaba ante la idea de que se hubiera celebrado esa fiesta. Stratton dimit¨ªa entre l¨¢grimas, unas horas antes de que Johnson compareciera p¨²blicamente, acompa?ado de sus dos principales asesores, para intentar alertar de nuevo a los brit¨¢nicos.

¡°M¨¢s all¨¢ de los reproches por determinadas conductas, les pedimos que atiendan a los datos y a la l¨®gica de todo lo que se ha expuesto¡±, imploraba Chris Whitty, el director m¨¦dico jefe del NHS (siglas en ingl¨¦s del Servicio Nacional de Salud) y la voz m¨¢s sensata y respetada del equipo de asesores del primer ministro. ¡°Lo que sabemos hoy es que la ¨®micron se transmite con m¨¢s rapidez que la variante delta, que hasta ahora solo ha contagiado a los j¨®venes y que no alcanzar¨¢ a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable hasta dentro de dos o tres semanas¡±, anunciaba Whitty. ¡°Si tenemos en cuenta que pasan casi 28 d¨ªas desde el contagio positivo hasta la posible hospitalizaci¨®n, es pronto para bajar la alerta¡±.

A la espera de recabar m¨¢s datos sobre la nueva variante, el Gobierno de Johnson, como los de otros muchos pa¨ªses, concentra toda su estrategia en acelerar la administraci¨®n de la tercera dosis de refuerzo. M¨¢s de 21 millones de ciudadanos han recibido ya el llamado booster en una campa?a nacional m¨¢s centrada en las peque?as farmacias de barrio que en los grandes centros de vacunaci¨®n, como ocurri¨® en la primera fase de la campa?a. Todos los adultos mayores de 18 a?os pueden ya reservar d¨ªa y hora para recibir la inyecci¨®n, y es el NHS el que va priorizando seg¨²n franjas de edad.