Justicia refuerza la lucha contra las violaciones a mujeres con sumisi¨®n qu¨ªmica
Uno de cada cuatro casos de violencia sexual analizados por el instituto de toxicolog¨ªa en 2020 inclu¨ªa alg¨²n tipo de droga para anular la voluntad
Las violaciones por sumisi¨®n qu¨ªmica se han convertido en un delito en auge. El Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses constat¨® 2.054 agresiones sexuales en 2020. En algo menos de un tercio (685) se practicaron an¨¢lisis ante la sospecha de que pudieran haberse cometido con la v¨ªctima bajo sumisi¨®n qu¨ªmica. El resultado dio positivo en el 76% de los casos: 520. Es decir, en uno de cada cuatro casos de agresi¨®n sexual, la mujer se encontraba en un estado de inconsciencia o semiinconsciencia. Por los datos que han ido recopilando en los ¨²ltimos cinco a?os, la estimaci¨®n del instituto es a¨²n m¨¢s alta: aproximadamente el 33% de las agresiones sexuales son de este tipo, es decir, una de cada tres.
Fue lo que le sucedi¨® hace un mes a Leticia (nombre figurado), de 25 a?os. Sali¨® con unos amigos a una discoteca de Madrid. Se despert¨® de madrugada en una ambulancia, aturdida. Lo ¨²ltimo que recordaba era que hab¨ªa salido a fumar. No le permitieron sacar la copa, y tuvo que dejarla. Al volver, bebi¨® dos sorbos y lleg¨® el apag¨®n. Sufri¨® una aparatosa ca¨ªda que le ha dejado con casi 20 puntos en la boca y tornillos en la mand¨ªbula. En el hospital les pareci¨® que la ca¨ªda era demasiado fuerte, le hicieron un an¨¢lisis y detectaron una sustancia por la que dedujeron que le hab¨ªan echado algo en su bebida: ¡°Y a¨²n tengo que dar las gracias porque nadie me viol¨®¡±, dice la joven por tel¨¦fono.
La situaci¨®n ha puesto en alerta al Ministerio de Justicia, que ultima un protocolo para la toma y custodia de muestras que pueden ayudar a perseguir a posibles agresores. Los institutos de medicina legal recibir¨¢n, previsiblemente en el primer trimestre del a?o, una gu¨ªa con todos los detalles.
La iniciativa de Justicia llega tras una campa?a internacional que arranc¨® en octubre en Bruselas. All¨ª, bajo el lema de Balance Ton Bar (en franc¨¦s, ¡°denuncia tu bar¡±), grupos de mujeres j¨®venes han protestado y denunciado ataques por sumisi¨®n qu¨ªmica en bares y discotecas de la capital belga. En el centro de Madrid hubo una movilizaci¨®n con el mismo lema el 20 de noviembre. En ambos casos, las j¨®venes han recopilado testimonios de agresiones y vejaciones sufridas en locales nocturnos.
Sumisi¨®n oportunista o premeditada
Existen dos tipos de sumisi¨®n qu¨ªmica. La m¨¢s frecuente es la conocida como oportunista, cuando el agresor se aprovecha de que la v¨ªctima ¡°est¨¢ en un estado de falta de voluntad o desinhibici¨®n porque ha consumido alcohol o drogas¡±, explica Antonio Alonso, director del Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa y Ciencias Forenses. El segundo tipo es la sumisi¨®n premeditada o proactiva: en este caso es el agresor quien proporciona a la v¨ªctima sin su consentimiento alguna sustancia, normalmente en la bebida que est¨¦ tomando. ¡°A veces no sabemos cu¨¢l se ha producido, nos faltan datos porque no ha habido un seguimiento a las v¨ªctimas¡±, a?ade Alonso. ¡°Es clave, por ejemplo, saber si ella segu¨ªa alg¨²n tipo de tratamiento con ansiol¨ªticos y el estado de mareo o p¨¦rdida de consciencia se produce por la interacci¨®n de estos con el alcohol¡±. La estimaci¨®n, a falta del estudio pormenorizado de los datos que comenzar¨¢ en 2022, es que el 15% de los casos corresponden a una sumisi¨®n premeditada. El Instituto de Toxicolog¨ªa har¨¢ a partir del a?o que viene una memoria monogr¨¢fica sobre sumisi¨®n qu¨ªmica y agresiones sexuales: ¡°Es la ¨²nica manera de responder a las preguntas que tenemos y ver la magnitud del problema¡±, se?ala Alonso.
Una de las claves para poner orden en los datos y, sobre todo, poder avanzar en la detecci¨®n y prevenci¨®n de estos casos es unificar un protocolo para los profesionales. En ¨¦l se establecer¨¢n las preguntas que deben formularse a la v¨ªctima y se especificar¨¢n las situaciones y los s¨ªntomas ante los que se recomienda hacer una prueba de drogas y un cuestionario espec¨ªfico para casos sospechosos de sumisi¨®n qu¨ªmica. La instrucci¨®n es hacerlo siempre en caso de amnesia total o parcial, si la v¨ªctima sufri¨® par¨¢lisis con o sin p¨¦rdida de conocimiento, si presenta habla pastosa, alteraciones visuales o somnolencia, si est¨¢ confusa o si en la exploraci¨®n que se le haga se detecta la presencia de sustancias t¨®xicas.
Mezcla de sustancias
En la mayor¨ªa de los casos analizados (39%, dos de cada cinco) el test toxicol¨®gico dio positivo en alcohol et¨ªlico. Las benzodiazepinas (medicamentos psicotr¨®picos con efectos sedantes y ansiol¨ªticos) est¨¢n presentes en el 31% de los casos y en uno de cada cuatro, se detect¨® coca¨ªna o cannabis. Con todo, en la mayor¨ªa lo que se localiza es una mezcla de sustancias: alcohol y f¨¢rmacos (32%), drogas y alcohol (38%) o los tres tipos, drogas, alcohol y f¨¢rmacos (30%). La burundanga, una droga conocida precisamente por ser empleada por delincuentes sexuales para anular la voluntad de la v¨ªctima, es ¡°un mito¡±, al menos en Espa?a, asegura el responsable del Instituto de Toxicolog¨ªa.
Alonso llama la atenci¨®n sobre el hecho de que las v¨ªctimas de estos delitos presentan a menudo un elevado sentimiento de culpa que, advierte, puede disuadirlas de denunciar. ¡°Normalmente, se tiene ese sentimiento de verg¨¹enza porque piensan: ¡®?c¨®mo voy a decir que me he fumado cuatro porros?¡¯. El ¨²nico culpable es el agresor, pero la culpa es un estigma que, probablemente, nos est¨¦ impidiendo ver toda la fotograf¨ªa, que haya agresiones que no se est¨¢n detectando. Por eso queremos tambi¨¦n hacer una campa?a para poder visibilizarlo¡±, apunta el experto. La recomendaci¨®n, a?ade, es desterrar cualquier sentimiento de culpa y ¡°denunciar cuanto antes¡±.
En una entrevista reciente en EL PA?S, la ministra de Justicia, Pilar Llop, se?alaba que hab¨ªa reclamado expresamente que se incluyan recomendaciones a las mujeres en las futuras campa?as para alertar de este tipo de agresiones: ¡°He pedido que se elaboren consejos para las mujeres, para que sepan que no deben coger nunca una copa que le traiga un extra?o, por ejemplo¡±, afirm¨® Llop.
El paso de pedir ayuda cuanto antes es importante para recabar pruebas tanto de la agresi¨®n sexual (por ejemplo, ADN del agresor) como de la posible sumisi¨®n qu¨ªmica. No obstante, los m¨¦todos actuales permiten detectar t¨®xicos hasta cuatro semanas despu¨¦s. En funci¨®n del tiempo transcurrido se elegir¨¢ una de los tres tipos de muestras posibles: la sangre, v¨¢lida para las primeras 12 o 24 horas, en funci¨®n del tipo de droga, las dosis y el metabolismo de la persona; la orina, una ¡°muestra crucial¡± porque permite analizar t¨®xicos hasta pasados cinco d¨ªas de su consumo; y, por ¨²ltimo, el pelo. Cada cent¨ªmetro del cabello equivale a un mes de crecimiento y esto permite a los forenses valorar qu¨¦ restos posibles quedan y de cu¨¢ndo son.
La unificaci¨®n del protocolo ¨Dahora existen diferentes recomendaciones y gu¨ªas en los distintos institutos, explica Alonso¨D busca tambi¨¦n fijar unos criterios para que los an¨¢lisis se conviertan en futuras pruebas en caso de que haya juicio: ¡°Queremos dar recomendaciones sobre la toma y selecci¨®n de las muestras, sobre c¨®mo garantizar la cadena de custodia y las condiciones para la emisi¨®n del informe pericial, que son fundamentales¡±. Un camino que blinde las pruebas y acabe con la sensaci¨®n de impunidad que a menudo persigue a las v¨ªctimas de estos delitos.
Hasta 10 a?os de prisi¨®n que pueden convertirse en 15
Los ataques sexuales mediante sumisión química están tipificados en el Código Penal desde el año 2010, cuando se introdujo el artículo 181.2 del Código Penal, que castiga como abuso sexual no consentido el cometido “anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto”. La pena básica oscila de uno a tres años, pero puede llegar hasta los 10 si se aplican agravantes como la especial vulnerabilidad de la víctima (por ejemplo, si se encontraba inconsciente) o cuando el delito se comete por dos o más personas. La ley orgánica de garantía de la libertad sexual en la que trabaja el Gobierno, conocida popularmente como "ley del solo sí es sí", contempla un cambio en estos delitos porque el término abuso desaparece y todo se engloba bajo el concepto de agresión sexual. La sumisión química se considerará como una agravante que, según el anteproyecto de la norma, puede elevar hasta los 15 años la pena de prisión.
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