El universo paralelo de los antivacunas italianos
Cientos de miles de personas se organizan en las redes para tratar de sortear las medidas ultrarrestrictivas del Ejecutivo de Mario Draghi y llevar una vida normal sin vacunarse
Existe un mundo paralelo en Italia para los no vacunados que comienza en los chats de Telegram y que puede terminar en la UCI de alg¨²n hospital. Un universo compuesto por unos seis millones de personas que han decidido no vacunarse pese a las medidas restrictivas que ha impuesto el Gobierno para quien no est¨¦ inmunizado. No pueden ir a trabajar, tampoco viajar en transporte p¨²blico. Ni siquiera comprarse unos calcetines en un centro comercial, cenar en restaurantes o tomar un caf¨¦ en la barra del bar. Son los irreductibles, los activistas convencidos. Y se est¨¢n organizando en las redes sociales para poder sobrevivir parapetados en una suerte de Matrix ante la ¨²ltima vuelta de tuerca de las restricciones, que llegar¨¢ a partir del 15 de febrero con la vacunaci¨®n obligatoria para todos los mayores de 50 a?os.
¡°Buenos d¨ªas, necesito transporte para Flaminia (Roma norte) hasta el centro. Gracias¡±. ¡°Hola a todos. Yo me desplazo cada d¨ªa desde el Ponte Galleria a las 7 hasta la Piazza Quadrata¡±. ¡°Tenemos que ayudarnos si queremos sobrevivir a esta abominable injusticia¡±. Estos mensajes son algunos de los cientos que se reproducen en canales de Telegram como Esercenti No Greenpass (direcciones de establecimientos donde se puede entrar sin green pass, la tarjeta verde que se consigue al vacunarse, y que re¨²ne a 22.406 usuarios) o MVA-Trasporti Solidali. Este ¨²ltimo, como apunt¨® por primera vez Niccol¨° Zancan en La Stampa esta semana, recoge todo tipo de iniciativas ciudadanas de activistas para poder viajar a diario sin el certificado que solo se obtiene estando inmunizado. Coches compartidos que funcionan como autobuses de l¨ªnea entre dos puntos: autostop digital. En lugares como Venecia es m¨¢s complicado todav¨ªa y algunos ciudadanos han convertido sus barcas en transporte privado para gente sin vacunar que no puede usar los cl¨¢sicos vaporettos de las islas.
El Ejecutivo de Mario Draghi sigue estrechando el cerco. Ya casi no hay espacio para una vida sin vacuna. La medida que entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo 15 de febrero impedir¨¢ a los mayores de 50 a?os casi cualquier actividad social y diaria, incluida el trabajo. Pero el Gobierno calcula que hay unos dos millones de personas entre este grupo de afectados que pretende mantenerse firme y que deber¨¢ buscar un modo de vida distinto. Bordeando o salt¨¢ndose la ley. Obviando, a menudo, que han muerto ya 140.000 personas en Italia a causa de la covid-19.
Stefano Puzzer, trabajador portuario de Trieste, es uno de los l¨ªderes italianos del movimiento contra el certificado de vacunaci¨®n obligatorio. La capital de Friuli Venezia Giulia, conf¨ªn adri¨¢tico italiano con los pa¨ªses del este de Europa, se convirti¨® hace unos meses en epicentro de la corriente antivacunas cuando los estibadores del puerto se enfrentaron a la polic¨ªa al negarse a exhibir el certificado verde para trabajar. ?l est¨¢ ahora pasando la covid encerrado en su casa, pero est¨¢ suspendido del trabajo desde el 15 de octubre, y cuenta al tel¨¦fono: ¡°Vivimos un r¨¦gimen totalitario. Nos est¨¢n empujando a un mundo paralelo. Y lo de las redes sociales sirve para unir a las personas. En este momento es importante que no se sientan solas. Estamos creando tambi¨¦n curas domiciliarias. Son m¨¦dicos que se dan cuenta de que este virus puede ser curado con otros protocolos y funcionan. Si se hubieran usado desde el principio... Los encuentras en todos lados, basta organizarse¡±.
M¨¢s all¨¢ del transporte compartido, de estos servicios sanitarios pirata que describe Puzzer, o de certificados de vacunaci¨®n falsos en la web, en la regi¨®n de Alto Adigio, que linda con el Tirol austriaco, han surgido tambi¨¦n escuelas de padres que no quieren que sus hijos lleven mascarilla en las aulas o se sometan a las medidas contra los contagios. La fiscal¨ªa de Bolzano investiga esta especie de colegios improvisados en el bosque y gestionados por padres. De momento se han localizado diez.
El 67% de los ingresados no se hab¨ªan vacunado
Mientras tanto, las UCI de Italia vuelven a llenarse. Pero esta vez la fotograf¨ªa de los pacientes es muy clara. El 67% de los enfermos ingresados no se hab¨ªan vacunado. Los inmunizados son el 33%, pero dos de cada tres sufr¨ªan patolog¨ªas graves. El presidente, Mario Draghi, apunt¨® contra ellos en la ¨²ltima rueda de prensa: ¡°Gran parte del problema de Italia con la covid lo est¨¢n causando hoy los antivacunas¡±. M¨¢s contundente fue Mario Riccio, responsable de la UCI de Casalmaggiore (Cremona), una de las zonas con m¨¢s muertos en la primera ola. ¡°Hoy en Italia solo muere de covid quien quiere morir¡±. Pero hay un grupo de gente que todav¨ªa niega esa evidencia.
Davide Tutino es profesor del colegio p¨²blico Teresa Gullace en Roma. Lleva desde el 31 de enero en huelga de hambre para protestar por las medidas del Ejecutivo. Toma tres tazas de caldo al d¨ªa y no ha recibido la vacuna, aunque ¨¦l lo llama ¡°f¨¢rmaco¡±. ¡°Si alguien tiene fe en un instrumento, no te obliga a tomarlo. La obligaci¨®n no es cient¨ªfica¡±, protesta al tel¨¦fono. ?l considera que se est¨¢n violando los derechos fundamentales de los ciudadanos y las convenciones internacionales. Tambi¨¦n que Italia es ahora un Estado dictatorial. Y est¨¢ dispuesto a seguir todo el tiempo que haga falta con su lucha. Aunque sea en el universo paralelo a base de tazas de caldo. ¡°Hay que organizarse, desobedecer conjuntamente. En redes sociales, s¨ª. Pero tambi¨¦n a trav¨¦s de activistas. Si cojo un autob¨²s y no puedo por esa normativa, hay otras seg¨²n las cuales el estado de necesidad no pueden condenarme. Para ir a ver a mi madre, para comprar¡ Hay redes de abogados que nos defienden. Debemos gastar nuestro dinero, claro. Pero estamos en guerra. Y no es contra el virus, es contra nosotros¡±.
Los contagios siguen creciendo (186.000 el pasado viernes). Y algunos son ahora intencionados. Entre los no vacunados que quieren acceder al green pass tambi¨¦n circulan invitaciones a participar en cenas o encuentros con positivos. Fiestas covid, lo llaman algunos. Una pr¨¢ctica que nace de la premisa de que el contagio es menos peligroso que la inyecci¨®n. Y, una vez superada la infecci¨®n, se considera que la persona est¨¢ inmunizada durante algunos meses e Italia entrega el certificado que permite recuperar parte de la vida normal durante medio a?o. Federico (no quiere dar el apellido), hostelero del centro de Roma, ha sobrevivido sin vacunarse hasta este fin de a?o, cuando toda su familia contrajo el virus. Ahora, explica en su local, ya tiene el green pass. Un salvoconducto que ahora tambi¨¦n sirve para salir del universo paralelo.
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