Destapado en Pa¨ªses Bajos el tercer caso de un ginec¨®logo que us¨® su semen en tratamientos de fertilidad
Al menos 21 nacimientos se produjeron de esta forma entre 1973 y 1986, seg¨²n apuntan las pruebas de ADN. El centro en el que trabajaba el m¨¦dico Jos Beek ha informado a los pacientes y ha abierto un servicio de informaci¨®n y ayuda
Un ginec¨®logo holand¨¦s que trabaj¨® durante 25 a?os en un hospital regional de Pa¨ªses Bajos utiliz¨® su propio semen en tratamientos de fertilidad y, de esta forma, es el padre de al menos 21 personas. As¨ª lo ha confirmado este martes el centro m¨¦dico Alrijne Hospital, situado a unos 40 minutos de ?msterdam. El facultativo se llamaba Jos Beek, y los hechos ocurrieron entre 1973 y 1986. Es el tercer caso de esta ¨ªndole destapado en el pa¨ªs desde que, en 2017, los tribunales autorizasen las pruebas de ADN que confirmaron la paternidad m¨²ltiple de otro ginec¨®logo, Jan Karbaat. Este result¨® ser el padre biol¨®gico de por lo menos 49 personas, aunque pudo haber engendrado hasta 80 descendientes. En 2021, se supo que otro especialista, Jan Wildschut, tuvo no menos de 34 hijos del mismo modo. Los tres han fallecido y aseguraron a sus pacientes que trabajaban con donantes an¨®nimos.
La direcci¨®n del hospital Alrijne ha calificado de ¡°inaceptables¡± los actos del ginec¨®logo Jos Beek. En una p¨¢gina de web abierta para explicar lo ocurrido se indica que en junio de 2021 la organizaci¨®n Fiom ¡ªespecializada en cuestiones de embarazos no deseados y paternidad¡ª descubri¨® la coincidencia de ADN en 21 ni?os nacidos de pacientes del ginec¨®logo y uno de sus hijos reconocidos. Las madres y sus descendientes siempre creyeron que el tratamiento se hab¨ªa hecho con donaciones an¨®nimas de semen, ¡°hasta donde sabemos en estos momentos, y nos preocupa su estado emocional dado el choque que todo esto supone¡±, explican en el centro. Sus responsables ignoran cu¨¢ntas mujeres fueron tratadas en total porque los expedientes ya han sido destruidos. Sin embargo, no descartan ¡°que se descubran decenas de descendientes del ginec¨®logo Beek¡±. Para averiguarlo, est¨¢ en marcha una investigaci¨®n independiente cuyos resultados se esperan en el verano de 2022.
Los tratamientos de fertilidad eran una novedad en Pa¨ªses Bajos hacia los a?os setenta y no contaron con un protocolo nacional hasta dos d¨¦cadas despu¨¦s. ¡°Hab¨ªa pocas reglas y menos visibilidad que hoy, puesto que disponemos de auditor¨ªas, y ello pudo contribuir a lo ocurrido¡±, ha explicado a los medios holandeses Peter Jue, miembro de la junta directiva del hospital Alrijne. De ah¨ª que los tres ginec¨®logos involucrados en este tipo de enga?o, que, previsiblemente, no se conoc¨ªan entre s¨ª, pudieran ocultar sus actos.
Por otro lado, desde el a?o 2004, ya no existe la figura del donante an¨®nimo de semen. Las cl¨ªnicas est¨¢n obligadas a ceder esta informaci¨®n a una fundaci¨®n que dispone de una base de datos nacional abierta al efecto. Los hijos as¨ª concebidos pueden buscar a sus padres biol¨®gicos desde los 16 a?os. Aunque las donaciones de semen no pueden pasar de 25 por persona, ha habido casos en los que el donante super¨® dicha cifra por haber acudido a varias cl¨ªnicas vulnerando as¨ª las normas. En 2017 se supo que un solo donante recorri¨® 11 centros y era el padre confirmado de al menos 102 ni?os.
En 2017, se destap¨® en Pa¨ªses Bajos el caso del ginec¨®logo Jan Karbaat, fallecido en 2017. Ten¨ªa una cl¨ªnica de fertilidad en R¨®terdam, y no solo utiliz¨® su propio semen de forma fraudulenta enga?ando a las madres. Tambi¨¦n aprovech¨® muestras de diversos donantes an¨®nimos con una misma paciente, incluso cuando estas le ped¨ªan que sus hijos fuesen de uno solo en caso de varios embarazos. En otras ocasiones, no analiz¨® el semen en busca de posibles trastornos hereditarios, que luego aparecieron. El tercer m¨¦dico en la misma situaci¨®n ser llamaba Jan Wildschut, que trabajaba en el municipio de Zwolle, al noreste de Pa¨ªses Bajos. Entre 1981 y 1993 hizo lo mismo que sus colegas: ocult¨® que el semen era suyo y sus hijos lo descubrieron al buscar los datos del que creyeron que era un donante an¨®nimo. En ambos casos, varios de descendientes se han conocido y mantienen el contacto.
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