Ecuador se enreda en dogmas en la discusi¨®n de los plazos para el aborto por violaci¨®n
La Asamblea Nacional alarga el debate con argumentos sobre el inicio de la vida, el castigo a los violadores o el tr¨¢fico de tejidos de los fetos
El aborto en casos de violaci¨®n est¨¢ despenalizado en Ecuador desde abril del a?o pasado por una sentencia de la Corte Constitucional. La Asamblea Nacional tiene el mandato desde entonces de regular el acceso de las mujeres embarazadas v¨ªctimas de violaci¨®n a la interrupci¨®n del embarazo sin que haya requisitos que obstaculicen su decisi¨®n. Pero la decisi¨®n no hace m¨¢s que alargarse. La Asamblea lleva enfrascada en ese tr¨¢mite desde noviembre, aunque solo falta votar.
Los legisladores han encallado en una discusi¨®n sobre los plazos m¨¢ximos para practicar el aborto que pone frente a frente la realidad de violencia que sufren las mujeres con las creencias religiosas particulares de los diputados. Como no hay una mayor¨ªa clara, se concedi¨® una pr¨®rroga. El tema vuelve a la Comisi¨®n este viernes y, previsiblemente, se votar¨¢ en el Pleno la pr¨®xima semana.
Hay tres puntos cr¨ªticos que despiertan argumentos inveros¨ªmiles. El m¨¢s intrincado es el de las semanas. La comisi¨®n legislativa que da forma al texto legal consider¨® inicialmente un plazo de siete meses o 28 semanas en consonancia con la realidad existente hasta ese momento en la normativa ecuatoriana. Las mujeres con discapacidad que han sido violadas pueden abortar sin l¨ªmite de tiempo. Los otros dos nudos aluden a la necesidad o no de que la mujer ponga una denuncia contra el violador antes de permitirle abortar y al alcance de la objeci¨®n de conciencia de los m¨¦dicos en un pa¨ªs con un sistema p¨²blico deficitario, sobre todo, en zonas rurales. Lo pol¨¦mico del asunto condujo a reducir ese margen de 28 semanas a 22 en caso de menores violadas y de 20 semanas para las mayores de 18 a?os. A¨²n as¨ª se consider¨® inaceptable.
¡°Estamos aqu¨ª en la Asamblea para decidir si vive o muere una vida, alguien que puede llegar a ser un presidente, un asamble¨ªsta, un alcalde o un magn¨ªfico empresario¡±, reprochaba en el Pleno Francisco Le¨®n, legislador de la provincia de Guayas que habl¨® de otros asuntos que, a su juicio, eran prioridades m¨¢s importantes que deber¨ªan debatirse como la educaci¨®n primaria, la eliminaci¨®n de burocracia, el acceso a la vivienda digna, la inseguridad o la inversi¨®n. ¡°El Estado tambi¨¦n tiene que defender la vida¡±, apostill¨® desde su esca?o Luis Almeida, del Partido Social Cristiano, para despu¨¦s citar un vers¨ªculo de la Biblia. ¡°Antes de que te formase en el vientre, ya te conoc¨ª; significa que hab¨ªa esp¨ªritu y antes de que naciste, te santifiqu¨¦¡±.
Su colega y jefe de bancada, Esteban Torres, fue m¨¢s all¨¢ al afirmar que como trasfondo de la reforma legal hay un inter¨¦s para comerciar con el ¡°tejido de los fetos¡±. Remat¨® con un rechazo de plano a cualquier l¨ªmite temporal. ¡°A m¨ª no me consideren en el regateo de semanas, si son 28, 22, 18, 16 o 12 semanas. Yo no voy a decir cu¨¢ndo va a terminarse con la vida de un ser humano¡±. Los argumentos contra la interrupci¨®n del embarazo en mujeres v¨ªctimas de violaci¨®n siguieron con alusiones a abortos practicados con cloruro de sodio -la f¨®rmula de la sal- o con la supuesta discriminaci¨®n que supondr¨¢ regular el aborto para los hombres que tambi¨¦n han sido violados.
Las m¨¢s de ocho horas de debate de la semana pasada concluyeron con una certeza: la Corte Constitucional obliga a definir los requisitos para poder abortar, pero no hay votos suficientes para hacerlo. La Comisi¨®n de Justicia retomar¨¢ el tema en la agenda de este viernes para concretar un texto definitivo, pero el asunto de los plazos no es el ¨²nico que cosecha adversidad en las voces legislativas. ¡°?Acaso somos m¨¢quinas asesinas que no tienen conciencia ni raz¨®n?¡±, hablaba en nombre de los m¨¦dicos el asamble¨ªsta Marcos Molina.
¡°Estoy aqu¨ª defendiendo la vida y tambi¨¦n a los m¨¦dicos de mi pa¨ªs. Jam¨¢s estar¨¦ de acuerdo en estas imposiciones inconstitucionales. Nos quieren convertir en genocidas. Los m¨¦dicos salvamos vidas¡±, reproch¨® sobre la parte del texto legal que matiza la objeci¨®n de conciencia para que se ejerza de forma individual y no institucional, a fin de no restringir el acceso al aborto en la red de salud p¨²blica. Y aunque estaba fuera de foco, porque la propuesta de ley no ahonda en el plano penal, tambi¨¦n se presion¨® para incrementar las condenas a los violadores. ¡°La sociedad le pone el ojo a la v¨ªctima y no al victimario¡±, cuestion¨® Salvador Quishpe. ¡°Aqu¨ª deber¨ªamos avanzar legislando con por lo menos cadena perpetua a los que se dedican a este tipo de delitos y no quedarnos solamente en estas cuestiones sobre si tienen que ser m¨¢s semanas o menos semanas¡±, dijo el legislador nacional.
El tema debe entrar en agenda legislativa del Pleno el martes o mi¨¦rcoles de la semana que viene, pero la diferencia de criterios solo ha acentuado la fragmentaci¨®n dentro de las organizaciones pol¨ªticas. Si el informe ya debatido no logra una mayor¨ªa suficiente de 70 votos, hay un texto alternativo de minor¨ªa esperando en el banquillo que deja en doce semanas el plazo m¨¢ximo para que una mujer violada detecte que est¨¢ embarazada y decida si quiere abortar.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.