La lucha de las v¨ªctimas de abusos de la Iglesia en Italia comienza a o¨ªrse tras d¨¦cadas sepultada
La conferencia episcopal del pa¨ªs transalpino empieza a notar la presi¨®n para abrir una gran investigaci¨®n que arroje luz a los ¨²ltimos 70 a?os de silencio
Una de los aspectos m¨¢s diab¨®licos de los abusos en la Iglesia es que su lenguaje funciona como una suerte de esperanto del crimen. Se traslada con los mismos patrones entre pa¨ªses. Los m¨¦todos y las historias se parecen asquerosamente. Giorgio Babicz, de 38 a?os, comenz¨® su calvario cuando apenas ten¨ªa 11 en la ciudad de Lublin, en Polonia. El cura que se encaprich¨® de ¨¦l, despu¨¦s de mil tretas para toquetearlo con el pretexto del consuelo de la ausencia paterna, fue trasladado a Italia y lo convenci¨® para que fuera tras ¨¦l. Hijo de una familia rota, con un padre alcoh¨®lico y violento, todos convinieron que aquel sacerdote tan cari?oso ofrec¨ªa una buena salida para el peque?o. Giorgio se vio sumido en una condena en vida por aquel p¨¢rroco, que lo someti¨® a incontables abusos en la parroquia de Santa Maria Oliveto, en la humilde regi¨®n de Molise. Su historia, como la mayor¨ªa de las otras 360 que ha contabilizado la asociaci¨®n Rete L¡¯abuso en Italia en los ¨²ltimos 17 a?os, termin¨® de la peor manera para ¨¦l. Son pocos comparados con la estimaci¨®n real. Y casi nunca son resarcidos en ning¨²n sentido. Pero el pa¨ªs transalpino, farolillo de cola en la lucha contra esta plaga, empieza tambi¨¦n a afrontar la necesidad de hacer cuentas con su pasado.
El cura que abus¨® de Giorgio, protegido por los superiores que terminaron denunciando a la v¨ªctima por supuestas difamaciones, le tuvo durante a?os sometido a un calvario que inclu¨ªa acostarse con un perro en la cama de al lado mientras ¨¦l se masturbaba. Lo hizo hasta que fue mayor de edad y se rebel¨®. Hasta que decidi¨® largarse con mil traumas a cuestas. ¡°Debi¨® de buscarse a otro, porque ve¨ªa que hablaba por Skype todo el d¨ªa con alguien que estaba en Polonia¡±, recuerda por tel¨¦fono este mi¨¦rcoles por la tarde. Hoy vive en Mil¨¢n, con su madre, que volvi¨® de Polonia despu¨¦s de ver c¨®mo su hijo se sum¨ªa en una tormenta de alcohol, sustancias y terapias. Tiene mil problemas, el consuelo de una hija y el apoyo de la asociaci¨®n Rete L¡¯abuso, la ¨²nica en Italia que aglutina a las v¨ªctimas del acoso sexual sist¨¦mico de la Iglesia cat¨®lica en Italia.
Las estimaciones del posible n¨²mero v¨ªctimas en Italia est¨¢n de largo entre las m¨¢s altas de Europa. Francesco Zanardi, abusado cuando era ni?o por un sacerdote de Savona y presidente de la asociaci¨®n, que acaba de lanzar la iniciativa #ItalyChurchToo (Iglesia italiana tambi¨¦n) para intentar sacudir el est¨¢tico tablero, cree que podr¨ªan rondar el mill¨®n de casos en los ¨²ltimos 70 a?os. En la web de la asociaci¨®n hay un mapa dise?ado con los casos registrados en los ¨²ltimos 17 a?os: 360, de los cuales 163 son condenados en firme. Todos los otros siguen abiertos o han sido archivados. ¡°Son todos casos demostrados, con la foto del cura¡±, se?ala Zanardi. ¡°Italia tiene m¨¢s del doble de curas que Francia, as¨ª que pensamos que las cifras pueden ser mucho m¨¢s altas (la Conferencia Episcopal Francesa las cifr¨® en 300.000). Pero no basta una comisi¨®n como la francesa, hay v¨ªctimas a las que deben resarcir. No queremos solo un inventario de n¨²meros, sino que se haga justicia¡±, se?ala.
Italia ha vivido de espaldas a este fen¨®meno en las ¨²ltimas d¨¦cadas. La proximidad del Vaticano y la implicaci¨®n de la Iglesia en las costumbres pol¨ªticas y sociales del pa¨ªs han convertido esta batalla en algo marginal. La ¨²nica interpelaci¨®n parlamentaria, propuesta por el senador Matteo Mantero en 2017, hoy parlamentario del grupo de izquierda Potere al popolo!, cay¨® en saco roto. ¡°Yo solo fui el portavoz pol¨ªtico de la asociaci¨®n. Ellos se documentaron durante a?os. Han hecho emerger los pocos casos que se han admitido o investigado en Italia. Pero son solo la punta del iceberg¡±, se?ala. Pero se hizo el silencio tambi¨¦n en el Parlamento. ¡°Despu¨¦s de cinco a?os todav¨ªa no hemos tenido una respuesta. No es obligatorio recibirla. Las preguntas parlamentarias se hacen a un grupo grande, a discrecionalidad de los ministerios. Y las m¨¢s inc¨®modas no tienen respuesta. Pero ha pasado demasiado tiempo. Es un tema muy delicado. En Italia hay un velo de omert¨¤ (c¨®digo de silencio) sobre este fen¨®meno, aunque se est¨¢ empezando a hablar m¨¢s. Y la voz de las asociaciones es fundamental para romper ese muro. ?Por qu¨¦ existe? Porque hay una fuerte matriz cat¨®lica en el pa¨ªs, y porque desgraciadamente en nuestro pa¨ªs los temas de los derechos sociales son tratados con mucha dificultad porque ha habido mucha injerencia de la Iglesia y del Vaticano para que quedasen apartados del debate p¨²blico¡±.
La resistencia de las di¨®cesis
Esta semana, por primera vez, se ha comenzado a mover algo. La revista Left ha activado un archivo que contabiliza los casos; la BBC ha emitido un documental sobre el asunto; y el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Gualtiero Basetti, ha abierto por primera vez la puerta a una investigaci¨®n sobre los casos de abusos en las ¨²ltimas d¨¦cadas. El problema es que hasta que se celebren las elecciones en la c¨²pula de la Iglesia el pr¨®ximo mayo, no se mover¨¢ nada. ¡°?l quiere hacer una comisi¨®n interna. Pide a las di¨®cesis casos, pero las di¨®cesis dan los casos que quieren. Y adem¨¢s no resarcir¨ªan a las v¨ªctimas. En mayo tiene que haber elecciones en la CEI, dudo que la cosa vaya a cambiar. El problema es que los obispos italianos no quieren remover ese avispero¡±, se?ala Zanardi.
La Conferencia Episcopal Italiana tiene mucha influencia dentro del Vaticano. La organizaci¨®n de prelados tiene hoy en su consejo permanente a cinco obispos acusados por las v¨ªctimas de encubrimiento. Seg¨²n Rete L¡¯abuso, la ¨²nica asociaci¨®n con estad¨ªsticas fiables en Italia, se han conocido alrededor de unos 300 casos hasta la fecha y hay alrededor de 140 sacerdotes condenados desde 2000. No ha habido ninguna comisi¨®n de investigaci¨®n eclesial y un n¨²mero muy inferior a los casos reales han sido juzgados en los tribunales ordinarios. La reivindicaci¨®n central de las v¨ªctimas en Italia, m¨¢s all¨¢ de la reparaci¨®n moral y econ¨®mica, es muy clara: la Iglesia debe implantar la obligatoriedad de trasladar todos los casos que conocen las di¨®cesis a la justicia ordinaria. Los avances en Espa?a, el otro pa¨ªs europeo de influencia cat¨®lica que menos hab¨ªa hecho hasta ahora, han devuelto vigor a la batalla que libran las v¨ªctimas en Italia. La impresi¨®n, sin embargo, es que la pol¨ªtica est¨¢ todav¨ªa muy lejos de apoyar esta lucha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.