Fray Balbino, el depredador de los agustinos de Valencia que filmaba a los ni?os con su c¨¢mara de Super 8
Hay testimonios sobre abusos de al menos siete ni?os en los setenta y ochenta. Una familia lo denunci¨® al colegio en 1987, pero simplemente fue recolocado de bibliotecario. En 1993 volvi¨® a ser acusado por otro ni?o
¡°Depredador sexual¡± es el t¨¦rmino con el que lo definen sus v¨ªctimas y las personas que lo vieron actuar. EL PA?S ha recogido siete testimonios contra Fray Balbino, ya fallecido, de tres v¨ªctimas y cuatro testigos. Lo acusan de abusar de al menos seis ni?os, de entre 7 y 12 a?os, en el colegio de los Padres Agustinos de Valencia, durante las d¨¦cadas de los setenta y los ochenta. La orden ha recibido adem¨¢s otra denuncia, con lo que las presuntas v¨ªctimas ascienden al menos a siete. Fray Balbino, que era profesor de dicha escuela, es uno de los 251 nombres de miembros del clero y seglares de instituciones religiosas incluidos en el informe sobre pederastia en la Iglesia espa?ola que este diario entreg¨® al Papa y a la Conferencia Episcopal Espa?ola en diciembre de 2021.
Fray Balbino ten¨ªa una gran afici¨®n: el cine. Dispon¨ªa de una c¨¢mara de Super 8 con la que se mov¨ªa por el colegio, rodando a los menores. ¡°Nos hac¨ªa pel¨ªculas en clase, en el patio, haciendo deporte¡±, coinciden varios testimonios, que lo recuerdan como algo muy divertido. Todos quer¨ªan salir en ellas. Una de las im¨¢genes conservadas de ¨¦l lo muestra c¨¢mara en mano. Tambi¨¦n proyectaba pel¨ªculas en clase, actividad que gustaba mucho a sus alumnos, salvo por el hecho de que aprovechaba la oscuridad para realizar sus tocamientos.
Los agustinos, que est¨¢n investigando el caso, han contactado con algunas de sus v¨ªctimas para pedirles perd¨®n, escucharlas y ponerse a su disposici¨®n. Una familia denunci¨® al religioso en 1987 a la direcci¨®n del centro, que simplemente lo apart¨® de la docencia y lo coloc¨® como bibliotecario, donde no obstante sigui¨® teniendo contacto con ni?os. De hecho, en 1993, otra familia volvi¨® a acusarlo de abusos, seg¨²n admite la orden.
Cuando Nacho Barcel¨®, de 56 a?os, entr¨® a la web del que hab¨ªa sido su colegio y vio el nombre y las fotograf¨ªas de fray Balbino, escribi¨® un comentario solicitando que fueran retiradas. ¡°Por respeto a las v¨ªctimas, que al parecer fuimos bastantes¡±, explica. Lo que fue retirado, ¡°inmediatamente¡±, fue su mensaje, no las fotograf¨ªas. Asegura que el religioso abus¨® de ¨¦l cuando ten¨ªa seis o siete a?os, durante la d¨¦cada de los setenta. ¡°Fue en m¨¢s de una ocasi¨®n, pero no s¨¦ decir cu¨¢ntas¡ Los recuerdos que tengo son muy vagos. A la hora del recreo, o cuando terminaban las clases, me invitaba a quedarme y cerraba la puerta con llave. Se sentaba en su silla, en el altillo de las clases de antes, y me bajaba los pantalones y me tocaba. Supongo que se masturbar¨ªa, pero yo no era consciente¡±, narra Barcel¨®. La v¨ªctima no se lo cont¨® a nadie, ni siquiera a su familia. De hecho, no habl¨® de ello hasta los 30 a?os. ¡°Supuso un bloqueo a nivel general, sobre todo afectivo y sexual, que me rob¨® una gran parte de mi vida¡±, lamenta.
Cuando se sinti¨® preparado, Barcel¨® empez¨® a indagar, y le cost¨® muy poco encontrar informaci¨®n sobre las pr¨¢cticas ¡°depravadas¡± del fraile, al parecer continuas y bien conocidas por todos. En internet, dio incluso con un blog para denunciar los abusos cometidos por el agustino. Otro testigo que prefiere permanecer en el anonimato dice de fray Balbino: ¡°Ten¨ªa con frecuencia una actitud excesivamente cari?osa con algunos compa?eros (¨¦ramos todos chicos), a los que abrazaba, besuqueaba e, incluso, les met¨ªa la mano por debajo de la camiseta¡±. De hecho, cuando Barcel¨® les pregunt¨® a su hermano y su cu?ado, tambi¨¦n exalumnos del Agustinos de Valencia, qu¨¦ pensaban sobre el tema, su respuesta fue: ¡°Claro. Todo el mundo sab¨ªa que fray Balbino hac¨ªa eso¡±. Barcel¨®, que mantiene comunicaci¨®n con los agustinos y est¨¢ ¡°a su disposici¨®n¡± para la investigaci¨®n interna que estos est¨¢n llevando a cabo, tambi¨¦n se ha puesto en contacto con el Proyecto Repara del Arzobispado de Madrid. ¡°Con Repara habl¨¦ mucho. La acogida fue muy buena, y me ofrecieron apoyo psicol¨®gico. Es lo ¨²nico que pretendo. Que asuman los hechos y se pongan a disposici¨®n de las v¨ªctimas. Los agustinos lo est¨¢n haciendo, pero se lo toman como una imposici¨®n, y se nota la falta de inter¨¦s real¡±, aclara.
Fray Balbino, que aparece en el segundo cinco del v¨ªdeo anterior, pas¨® la mayor parte de su vida en el colegio de Valencia, con un par¨¦ntesis de seis a?os en Le¨®n. Nacido en 1928 en el pueblo leon¨¦s de Villamart¨ªn de Don Sancho, tom¨® el h¨¢bito en 1952, seg¨²n informaci¨®n de la orden. Tres a?os m¨¢s tarde, fue destinado al Padres Agustinos de Valencia, donde estuvo hasta 1957, cuando fue trasladado al Colegio Nuestra Madre del Buen Consejo de la capital leonesa, en el que permaneci¨® hasta 1963. Luego volvi¨® a la escuela de Valencia, donde ejerci¨® 30 a?os como profesor. Todas las acusaciones recogidas por EL PA?S son en Valencia.
Rub¨¦n Moreno, que fue alumno de fray Balbino en el curso 1986-1987, se?ala que el religioso intent¨® abusar de ¨¦l: ¡°Fue en junio de 1987, justo cuando termin¨¦ 4? de EGB. O sea, yo ten¨ªa 10 a?os. Durante el curso, hab¨ªa sido mi profesor y no me hab¨ªa hecho nada. Mucho abrazo, pero nada exagerado ni fuera de lo normal. Fue cuando llegaron las vacaciones de verano, que llam¨® a mi madre y le dijo que yo fuera al colegio a verlo, que me quer¨ªa dar un regalo. Cuando entr¨¦ al aula donde me esperaba, cerr¨® la puerta por dentro y corri¨® la cortinilla. Me dio un libro con una dedicatoria y me sent¨® en sus rodillas para que lo mir¨¢semos juntos. De repente, me toc¨® el pubis. ¡®Est¨¢s un poco sudado y tienes pelillos. ?Ya se lo has dicho a tus padres?¡¯, me pregunt¨®. Vi que aquello no era normal y me levant¨¦. Me puse a gritar, pidi¨¦ndole que abriera la puerta. La abri¨® y yo sal¨ª corriendo¡±.
Moreno se lo cont¨® a sus padres, que fueron al colegio a hablar con el Padre Vicente Zald¨ªvar, director en ese momento, seg¨²n su relato. ¡°Nos dijo que si quer¨ªamos tomar alg¨²n tipo de medida, est¨¢bamos en nuestro derecho. Mis padres no quer¨ªan cambiarme de colegio, y yo tampoco, y lo que pedimos fue que fray Balbino no volviera a dar clase. Al a?o siguiente, lo pusieron de bibliotecario, y en la biblioteca estuvo por lo menos dos a?os¡±, explica Moreno.
¡°Nos pon¨ªa motes: El ni?o de oro, Mi alaz¨¢n...¡±
Sin embargo, fray Balbino volvi¨® a cometer abusos. Los agustinos admiten que, en el verano de 1993, otra familia se puso en contacto con la instituci¨®n para comunicar que hab¨ªa abusado de su hijo. De mutuo acuerdo, asegura la orden, decidieron no denunciarlo y retirarlo de toda actividad pedag¨®gica. As¨ª, el religioso fue trasladado a la comunidad de Alicante, donde se jubil¨® en 1994 y donde estuvo hasta su fallecimiento en 2007, sin desempe?ar tareas docentes, seg¨²n sostienen los agustinos. La congregaci¨®n, a ra¨ªz de todas las denuncias contra ¨¦l que han salido a la luz, est¨¢ investigando el caso: ¡°Nos han llegado tres denuncias. Hemos contactado con las tres v¨ªctimas para pedirles perd¨®n, escucharlas y ponernos a su disposici¨®n. A nivel provincial se ha creado un equipo formado por profesionales de distintas ¨¢reas para poder ofrecer acompa?amiento a las que as¨ª lo deseen¡±. Dos de estas denuncias son de exalumnos que han acudido a EL PA?S.
C. B. fue alumno de fray Balbino durante el mismo curso que Moreno. No fue v¨ªctima de sus abusos, pero s¨ª testigo de sus tocamientos en el aula. ¡°Lo t¨ªpico de ¨¦l era lo de las pel¨ªculas. Un d¨ªa a la semana, pon¨ªa pel¨ªculas en clase. Corr¨ªa las cortinas, y procuraba que el aula estuviera oscura. A la mayor¨ªa nos encantaba. Pero a muchos se les apoyaba en el hombro, les tocaba la cara, los acariciaba¡ Y no era extra?o verlo con un ni?o sentado encima. Tambi¨¦n, pon¨ªa motes a los alumnos. El ni?o de oro, Joselito, Mi alaz¨¢n¡ Los estaba viendo desde el deseo¡±, relata. ¡°Dos a?os m¨¢s tarde, un amigo y yo fuimos a devolver un libro a la biblioteca. ?l era el encargado. Al llegar, nos dijo: ¡®Qu¨¦ ni?os tan guapos¡¯, y acto seguido nos pas¨® el dedo por la parte interior del labio, la m¨¢s carnosa, la m¨¢s h¨²meda. En aquel momento, como ni?o de 12 a?os, piensas que esos gestos forman parte del mismo campo sem¨¢ntico que los besos de tu t¨ªa la pegajosa, y no le das m¨¢s importancia. Con el paso del tiempo, lo he entendido como algo anormal¡±, a?ade. C. B. cree que quienes lo pasaron realmente mal fueron los nacidos unos a?os antes, en la d¨¦cada de los setenta: ¡°Esa gente se llev¨® la peor parte¡±.
Uno de esos alumnos de los setenta es Emilio Boyer, de 55 a?os, el primero que cont¨® su caso en EL PA?S el pasado diciembre. Boyer relat¨® que hab¨ªa sufrido abusos, tanto f¨ªsicos como sexuales, en 1975 por parte de fray Balbino. ¡°Yo ten¨ªa nueve a?os y me llevaba por el camino de la amargura¡±, lament¨® entonces. El religioso le pegaba, lo castigaba y lo suspend¨ªa. ¡°Un d¨ªa, est¨¢bamos en un aula ¨¦l y yo solos y el t¨ªo se quit¨® los calzoncillos. Yo era muy peque?o, pero sab¨ªa que algo raro estaba pasando. ¡®Ay, Emilio, si t¨² quisieras podr¨ªas sacar mejores notas¡¡¯, me dijo. Total, que me abraza, con todo el mondongo ah¨ª. Hab¨ªa cerrado el aula. Yo empec¨¦ a correr y ¨¦l me persegu¨ªa. Si me hubiera abofeteado, habr¨ªa acabado haci¨¦ndole una felaci¨®n y lo que fuera. Me daba tanto miedo que me pegara¡ Pero de ah¨ª no pas¨®. Abri¨® la puerta y me dej¨® salir. Despu¨¦s de ese episodio sigui¨® peg¨¢ndome. Fue el peor a?o de mi vida¡±, a?adi¨® Boyer.
Hay m¨¢s testigos. Vicent Flor y Juli Capilla son escritores y ambos han usado la figura de este agustino en sus obras. Fueron alumnos suyos en 1980 y 1981, respectivamente, cuando ten¨ªan 10 a?os. Capilla relata: ¡°Besaba a algunos compa?eros en los morros, y les daba palmaditas en el culo¡±. Flor, por su parte, recuerda: ¡°Yo no fui v¨ªctima m¨¢s all¨¢ de besos en la frente. Pero, como tantos, vi cosas inadmisibles. Cuando le dije a mi padre que fray Balbino me quer¨ªa mucho, habl¨® con ¨¦l y desde entonces no me toc¨® ni un pelo. Yo lo he visto, en primera persona, en la sala de proyecci¨®n de pel¨ªculas, con un ni?o de nuestra clase. Detr¨¢s, al lado de la cabina del proyector. Los dos sentados mirando hacia la pantalla. Fray Balbino lo ten¨ªa cogido por el hombro, pas¨¢ndole todo el brazo por la parte de detr¨¢s. Lo he visto con ni?os de una manera que hoy no ver¨ªamos aceptable. Que era pederasta era p¨²blico y notorio¡±.
Si conoce alg¨²n caso de abusos sexuales que no haya visto la luz, escr¨ªbanos con su denuncia a abusos@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.