La doble vulnerabilidad de Jos¨¦ Carlos, v¨ªctima de pederastia con discapacidad: ¡°Me dec¨ªa ¡®no te chives¡±
El hombre acusa al exreligioso Jes¨²s P. de abusar sexualmente de ¨¦l en los a?os ochenta en el Centro Don Orione de Llanes, en Asturias. ¡°Sent¨ªa asco y miedo¡±, recuerda
Jos¨¦ Carlos Q. sufre cuando oye pasos por la noche. Le recuerda a lo que, durante a?os, escuchaba antes de que Jes¨²s P. entrara en su habitaci¨®n para abusar sexualmente de ¨¦l en el Centro Don Orione para personas con discapacidad en Llanes (Asturias). Lo gestiona la orden religiosa Peque?a Obra de la Divina Providencia, m¨¢s conocida como Obra Don Orione. Esos pasos han acompa?ado a Jos¨¦ Carlos durante toda su vida en sus pesadillas. ¡°Cuando los escucho me despierto r¨¢pido, sudando¡±, cuenta. Su psic¨®loga, Bel¨¦n Guti¨¦rrez Bermejo, lleva a?os trabajando con ¨¦l para que esas pisadas que le visitan por la noche evoquen otra emoci¨®n. ¡°Ojal¨¢ pudi¨¦semos borrar esos recuerdos. Para que mitiguen las pesadillas, como le gustan mucho los caballos, intentamos asociar el sonido con un caballo que se acerca a ¨¦l. Que cambie ese condicionamiento¡±, explica Guti¨¦rrez-Bermejo, que acompa?a a Jos¨¦ Carlos durante la entrevista. Apenas durmi¨® en las noches posteriores a revivir la historia de su infancia para este peri¨®dico, pero no se arrepiente de haber dado el paso: ¡°Quiero ayudar a otros que est¨¦n como yo¡±.
El exreligioso Jes¨²s P. abus¨® de Jos¨¦ Carlos en los a?os ochenta, desde que ten¨ªa unos siete a?os, seg¨²n relata el afectado. Ahora, con 49, recuerda aquella ¨¦poca de su vida con ¡°asco¡±. ¡°Empez¨® un d¨ªa que estaba en el patio con mi hermano. Me hizo sentarme en sus piernas, me pregunt¨® c¨®mo me llamaba, me dio 25 pesetas y me pidi¨® un beso en la boca. M¨¢s tarde, empez¨® a subirme a su cuarto. Me mandaba tocarle y ¨¦l me tocaba a m¨ª por todo el cuerpo. Sent¨ªa asco y miedo. No sab¨ªa por qu¨¦ pasaba¡±, relata, nervioso. Su voz se entrecorta. Denunci¨® el caso ante la Guardia Civil en 2019, pero los delitos han prescrito.
La orden no ha investigado este episodio. Se justifica en que, aunque el derecho can¨®nico establece la obligatoriedad de indagar los abusos en el seno de las congregaciones, la obra Don Orione entiende que no aplica a este caso porque ¡°esa obligaci¨®n es para religiosos o sacerdotes¡± y el acusado ya no es miembro de la entidad. Jes¨²s P. fue entre 1983 y 1988 religioso ¡°de votos temporales¡±. Los orionistas detallan que colabor¨® como cuidador en el centro en el que Jos¨¦ Carlos sufri¨® los abusos entre 1983 y 1985 y que se le contrat¨® como trabajador en 1988, a?o en el que abandon¨® la condici¨®n de religioso. Sigui¨® empleado en el centro de la orden en Llanes hasta 1991.
Otras ¨®rdenes s¨ª han ido m¨¢s all¨¢ de la literalidad del derecho can¨®nico y han investigado los abusos producidos en su seno independientemente de qui¨¦n los cometiese. ¡°No recordamos por qu¨¦ se fue. Contrajo matrimonio y suponemos que busc¨® otras salidas laborales¡±, dice un portavoz de la orden en una respuesta por burofax. La congregaci¨®n asegura que no ha preguntado a Jes¨²s P. por las acusaciones en su contra: ¡°Cuando recibimos la noticia, no sab¨ªamos d¨®nde se encontraba y seguimos sin saberlo a d¨ªa de hoy¡±.
Los abusos se produjeron, seg¨²n el relato de la v¨ªctima, ¡°muchas veces, muchas, muchas, muchas¡±. Jes¨²s P. sol¨ªa recurrir a su propio cuarto para violar a Jos¨¦ Carlos. ¡°Sub¨ªa a su habitaci¨®n y despu¨¦s de hacerlo me mandaba bajar. Me mandaba callar. Me dec¨ªa: ¡®No te chives¡±, narra el afectado. ¡°Cuando me ve¨ªa por el patio, me avisaba y yo sub¨ªa¡±. Tambi¨¦n abusaba de ¨¦l cuando se iban de acampada. ¡°Dorm¨ªamos en un saco los dos en pelotas. Ya no me gustan los campamentos¡±, a?ade. La v¨ªctima afirma que Jes¨²s P. le masturbaba, le obligaba a masturbarle a ¨¦l y le penetraba. ¡°Me hac¨ªa mucho da?o¡±.
¡°Se lo cont¨¦ a una trabajadora y no me hizo caso¡±
Jos¨¦ Carlos asegura que busc¨® ayuda cuando sufr¨ªa los abusos, pero no la encontr¨®. ¡°Se lo cont¨¦ a una trabajadora y no me hizo caso. Me llam¨® mentiroso. Se lo cont¨¦ despu¨¦s de subir muchas veces al cuarto de ¨¦l. Me dijo: ¡®No mientas, eso es todo mentira, esa persona no te hace eso¡¯. Ella se chiv¨® a ¨¦l, que me cogi¨® por el cuello y me dijo: ¡®?Por qu¨¦ te chivas, si te dije que no lo hicieras? Ahora voy a joderte la vida, chaval¡±. En otra ocasi¨®n, otro trabajador del centro entr¨® de imprevisto en el cuarto de Jes¨²s P. y encontr¨® tanto al abusador como a Jos¨¦ Carlos casi desnudos, seg¨²n afirma la v¨ªctima: ¡°Lo vio y no hizo nada, se march¨® sin decir nada¡±. ¡°Nosotros no podemos afirmar ni tenemos constancia de tal encubrimiento¡±, afirma el portavoz de los orionistas.
La v¨ªctima de abusos en el centro de discapacidad de Llanes cree que Jes¨²s P. abus¨® de m¨¢s ni?os y est¨¢ convencido de que la situaci¨®n era conocida por el equipo directivo y los docentes: ¡°Lo sab¨ªan los curas, lo sab¨ªa todo el mundo, pero no hicieron nada¡±. El conocimiento del calvario de Jos¨¦ Carlos era tal, recuerda, que compa?eros del centro le llamaban ¡°el novio¡± de Jes¨²s P. ¡°Me chantajeaba. Si no quer¨ªa hacerlo, me castigaba a m¨ª y al resto de compa?eros. Les dec¨ªa que yo hab¨ªa hecho algo malo, me echaban la culpa de estar todos castigados. Los pon¨ªa a todos contra m¨ª¡±. La congregaci¨®n asegura que no ha recibido ninguna otra denuncia de abusos cometidos por Jes¨²s P., ni tampoco de ning¨²n otro miembro de la orden en alg¨²n otro de sus centros. La pesadilla de Jos¨¦ Carlos termin¨® ¡°cuando Jes¨²s despareci¨®¡±. ¡°No s¨¦ si le echaron o si se fue ¨¦l¡±.
En 2018, tres d¨¦cadas despu¨¦s, Jos¨¦ Carlos conoci¨® a su psic¨®loga, Guti¨¦rrez-Bermejo. Dirige Protedis, una empresa de base tecnol¨®gica de la Universidad a Distancia (UNED) cuyo objetivo es proteger a las personas con discapacidad intelectual de cualquier forma de abuso. Durante un a?o hicieron terapia de forma continuada, con sesiones cada dos semanas: ¡°Tiene todos los s¨ªntomas de estr¨¦s postraum¨¢tico. Trabajamos cada uno de esos s¨ªntomas¡±, cuenta Guti¨¦rrez-Bermejo. A partir de esos encuentros, Jos¨¦ Carlos cumpli¨® una vieja necesidad, denunciar a su abusador: ¡°As¨ª escribimos un informe con sus palabras, en el que ¨ªbamos a?adiendo lo que recordaba. Cuando lo completamos se lo mandamos a la Guardia Civil¡±, a?ade la psic¨®loga.
El informe de Guti¨¦rrez-Bermejo que detallaba los abusos que sufri¨® Jos¨¦ Carlos fue remitido a la Guardia Civil el 12 de marzo de 2019, a partir del cual se abrieron unas diligencias policiales que fueron entregadas el 6 de mayo del mismo a?o en el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Llanes. Una vez interpuesta la denuncia, Jos¨¦ Carlos dice que recibi¨® una llamada amenazante de una persona con voz de hombre, que le preguntaba ¡°qu¨¦ andaba diciendo¡±. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Asturias explican que el caso est¨¢ sobrese¨ªdo por prescripci¨®n de los delitos. ¡°Desde el momento en que lleg¨® la denuncia se colabor¨® plenamente con la Guardia Civil¡±, asegura el portavoz de la congregaci¨®n.
¡°Se pone en duda el testimonio de las personas con discapacidad¡±
Los abusos sexuales tienen una mayor prevalencia en las personas con discapacidad que en la poblaci¨®n general. ¡°Es un factor de riesgo¡±, explica Isabel Caballero, del Comit¨¦ Espa?ol de Representantes de Personas con Discapacidad. El agresor ¡°considera que las personas con discapacidad no saben detectar situaciones de violencia, que naturalizan los comportamientos de abuso, que no reaccionan y que son desconocedores de sus derechos. En resumen, que son m¨¢s d¨¦biles¡±. Caballero afirma que los abusadores ven ¡°mayor impunidad¡± en sus ataques a las personas con discapacidad: ¡°Creen que no van a denunciar¡±.
Esta especialista critica la victimizaci¨®n secundaria que supone no creer el relato de estas personas: ¡°En su caso, es muy normal que la denuncia no sea coherente en algunos puntos, que haya algunas contradicciones y que les resulte dif¨ªcil mantener el mismo relato de los hechos¡±. Coincide con la opini¨®n de Esther Castellanos, autora del informe La violencia sexual en las mujeres con discapacidad intelectual, promovido por la Delegaci¨®n del Gobierno contra la Violencia de G¨¦nero: ¡°Hay un estereotipo profesional por el que se pone en duda el testimonio de las personas con discapacidad. Est¨¢n expuestas a situaciones de mayor vulnerabilidad por la dependencia que tienen de los dem¨¢s¡±, a?ade. Los ni?os con discapacidad tienen tres veces m¨¢s posibilidades de sufrir violencia sexual, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
Denuncias como la de Jos¨¦ Carlos son una excepci¨®n. Los datos de este peri¨®dico no diferencian entre personas con discapacidad o sin ella entre los denunciantes, pero a los periodistas que han elaborado las informaciones no les constan otras denuncias como la de Jos¨¦ Carlos. Hasta ahora, la contabilidad de EL PA?S recoge 636 denuncias y 1.308 v¨ªctimas de pederastia eclesi¨¢stica.
Denunciar ha sido un paso ¡°important¨ªsimo¡± para Jos¨¦ Carlos. ¡°A veces siento que es mi culpa. No s¨¦ por qu¨¦, igual me dej¨¦ o algo. Ya me dijo Bel¨¦n que la culpa no es m¨ªa, pero no puedo evitar pensarlo¡±, dice, mirando al suelo. Trabaja estas emociones en terapia, como tantos otros ara?azos del trauma que sufri¨® de ni?o. Por ejemplo, tiene problemas para tener relaciones sexuales: ¡°Antes ten¨ªa una chica y lo dejamos, no puedo. Se me viene a la cabeza la cosa. Cuando me tocan la pierna no me gusta, me pone nervioso¡±. ¡°Cualquier contacto¡±, contin¨²a Guti¨¦rrez-Bermejo, ¡°lo identifica con lo que vivi¨® y le produce rechazo. Su vida est¨¢ marcada por esta experiencia¡±.
Jos¨¦ Carlos ha sufrido much¨ªsimo, pero hace todo lo posible por seguir adelante ¡°poco a poco¡±, como repite varias veces durante la entrevista. Cuando la conversaci¨®n se aleja de los abusos se r¨ªe y hace bromas. As¨ª le recuerda el pianista James Rhodes, tambi¨¦n v¨ªctima de abusos sexuales en la infancia, que tuvo ¡°la suerte¡± de conocerle. ¡°Un amigo suyo me puso un mensaje por Instagram [Jos¨¦ Carlos no sabe escribir] dici¨¦ndome que le gustar¨ªa quedar conmigo. Es un dulce de leche, una persona amable y cari?osa. Un puto milagro despu¨¦s de todo lo que le ha pasado. Me regal¨® una planta preciosa¡±, dice Rhodes. Entre plantas pasa su jornada laboral, como jardinero, y entre animales su tiempo libre, con su gato y sus dos perros. ¡°Jos¨¦ Carlos es un ejemplo de independencia. Da muy buenos consejos y tiene la cabeza muy bien amueblada. Sus amigos le llaman todas las tardes¡±, contin¨²a la psic¨®loga. Entonces Jos¨¦ Carlos cuenta su plan posterior a la entrevista: ¡°Cojo el bus, llego a mi casa [donde vive solo] y a las 21.00 llegan mis amigos para cenar. Voy a hacer tortilla de patatas¡±.
Si conoce alg¨²n caso que no ha sido denunciado puede hac¨¦rnoslo llegar a trav¨¦s de la direcci¨®n de correo abusos@elpais.es
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