Operaci¨®n salvar a la osa: un equipo trata de rescatar al animal que pele¨® por proteger a su cr¨ªa de un macho en celo
La plant¨ªgrada, que se hizo famosa por un v¨ªdeo grabado por unos excursionistas que muestra su lucha con otro ejemplar que muri¨® despe?ado, permanece escondida entre cuevas
Una osa herida se ha refugiado en las escarpadas cuevas de la Monta?a Palentina, una comarca de Castilla y Le¨®n. Se mueve con soltura por cavidades de acceso rec¨®ndito para los humanos que la rastrean para cumplir una misi¨®n: constatar su estado de salud. El pasado domingo comenz¨® a circular un v¨ªdeo que mostraba una pelea entre dos ejemplares de oso pardo, algo frecuente en entornos naturales pero casi inaudito documentalmente. Una de ellos era esta osa, que aparece en la secuencia acompa?ada de una cr¨ªa. M¨¢s raro fue el desenlace: el macho, en celo, acab¨® muerto tras despe?arse decenas de metros. La hembra sobrevivi¨® a la ca¨ªda, pero se desconoce qu¨¦ heridas padece y c¨®mo est¨¢ su v¨¢stago, un osezno lactante. Un operativo de ocho personas intenta atraparla entre las cuevas donde se esconde.
Claudio Sordo y Carmen Ortega, los excursionistas autores del v¨ªdeo que recoge la embestida del macho y que muestra la enorme ca¨ªda, est¨¢n preocupados por los animales: ¡°Vimos que estaba cogiendo el rastro de la osa y pensamos que iba obsesionado a por ella¡±, describe el palentino, procedente de Cervera de Pisuerga, localidad al pie de las cumbres. Entonces, arremeti¨® contra ella cuando se interpuso para proteger a la cr¨ªa, que huy¨® mientras, unos metros atr¨¢s, ¡°el oso se ceb¨® con la hembra¡±.
¡°Nunca hab¨ªamos visto algo as¨ª¡±, recuerda Sordo, que afirma haber visualizado ejemplares pac¨ªficos en excursiones previas por la comarca. ¡°Nos fuimos muy tristes porque nos dej¨® destrozados la escena, no pod¨ªamos hacer nada, pero nos ha dado un subid¨®n saber que la osa sigue viva¡±, indica el hombre, que se temi¨® lo peor ante la virulencia del episodio de la naturaleza que contemplaron desde la distancia: ¡°Pens¨¢bamos que estar¨ªa muerta por la paliza¡±.
Los d¨ªas pasan mientras los especialistas lidian con la complejidad del terreno, el peligro que entra?a un animal da?ado y el tiempo: quiz¨¢ la osa no sobreviva si no se averigua el alcance de sus lesiones. Estos ¨²rsidos son una especie protegida en la Monta?a Palentina, en la que solo viven entre seis u ocho hembras reproductoras, claves para la recuperaci¨®n de este animal, seg¨²n datos oficiales.
La Junta de Castilla y Le¨®n, tras observar a distancia esos terrenos con un telescopio y lentes especiales, ha confirmado que la hembra sigue viva, aunque a¨²n no hay manera de conocer su estado de salud. La galer¨ªa donde se ha cobijado tiene una longitud de m¨¢s de 15 metros, con estrechamientos inferiores a los 80 cent¨ªmetros y m¨²ltiples y estrechos pozos verticales. El equipo humano desplegado ha colocado una c¨¢mara en la boca de la osera para intentar descubrir c¨®mo se encuentra el animal y si va acompa?ada, como se cree, de la cr¨ªa, nacida este invierno y a¨²n necesitada de la madre para desenvolverse. De momento, han colocado fruta, pienso y agua en varios puntos de esa cavidad para favorecer la subsistencia de los dos osos.
Uno de los responsables de coordinar el dispositivo, David Cubero, t¨¦cnico jefe del Servicio de Espacios Naturales del ¨¢rea auton¨®mica de Medio Ambiente, explica que los trabajos consisten en ¡°dar m¨¢xima seguridad y priorizar la distancia¡±. Los primeros momentos del despliegue implicaron una cifra de m¨¢s de 20 efectivos entre veterinarios, agentes medioambientales y guardias civiles, n¨²mero que se ha ido reduciendo hasta las ocho actuales, mientras se conf¨ªa en los telescopios y en la c¨¢mara para obtener novedades.
¡°Son episodios relativamente normales en primavera, pero no es tan frecuente el desenlace tr¨¢gico¡±, indica el experto, que cree ¡°extraordinario documentar la ca¨ªda¡±, como ha ocurrido. Los machos, a?ade, tratan de ¡°inducir al celo a las hembras, que van con esas cr¨ªas nacidas en enero, y que suelen acompa?ar a la madre hasta los 15 meses¡±. As¨ª, los osos fomentan estos ¡°infanticidios¡± al intentar alejar a las madres de sus cr¨ªas, a las que incluso matan para que las hembras inicien un nuevo ciclo reproductivo. Esto ocurri¨® en esta zona oriental de la cornisa cant¨¢brica, pero la hembra se resisti¨® y se desencaden¨® una pelea concluida con el macho muerto tras precipitarse al vac¨ªo ambos animales. El ejemplar muerto, de m¨¢s de 200 kilos, ha sido recuperado y las huellas de sangre y otros signos permitieron ubicar la zona donde se mueve la superviviente. Un lugar donde los trabajadores del rescate deben asirse con cuerdas y moverse con precauci¨®n.
¡°Una osa herida con una cr¨ªa es peligrosa¡±
La situaci¨®n de la osa herida, destaca Guillermo Palomero, presidente de la Fundaci¨®n Oso Pardo, marca la hoja de ruta a seguir, d¨ªa a d¨ªa, de los rescatadores. ¡°Los osos no son agresivos hasta que se sienten amenazados. Una osa que est¨¢ herida y que tiene una cr¨ªa es peligrosa. No es una broma, hay que primar la seguridad¡±, avisa el naturalista, que informa de que este ejemplar conviv¨ªa en una pe?a caliza con grutas con otra osa y el osezno de esta, que contemplaron ¡°con tensi¨®n¡± esa pelea mortal.
Ahora, esos terrenos est¨¢n acotados para que senderistas, ciclistas y fot¨®grafos como los que captaron la escena no corran riesgos. El experto insiste en que, tras localizar al ejemplar herido, hay que calibrar la gravedad de sus heridas, aunque estos plant¨ªgrados ¡°son duros y a veces aguantan con una pata muy lesionada¡±. El peligro radica en que sufra da?os internos que comprometan el bienestar de una osa muy preciada en esta zona del norte de Palencia. ¡°Hay que hacer todo lo posible para no perderla¡±, advierte, y precisa que si el mam¨ªfero necesitara ser trasladado, probablemente se llevar¨¢ al cachorro con ella para que siga mamando. De quedarse hu¨¦rfano, el animal se derivar¨ªa a un centro especializado en su crecimiento para que desarrolle su capacidad de caza, b¨²squeda de comida y subsistencia con el m¨ªnimo contacto humano para que no se habit¨²e.
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