Los Estados refugio que acoger¨¢n a las mujeres que quieran abortar: de California a Nueva York
Los dem¨®cratas han aprobado leyes para proteger el derecho al aborto, as¨ª como fondos para financiar el viaje y la atenci¨®n de las que tengan menos recursos
Illinois, rodeado por Estados que presumiblemente prohibir¨¢n el aborto tras la decisi¨®n del Supremo, puede convertirse en el destino elegido por la mayor¨ªa de mujeres estadounidenses que a partir de ahora no puedan interrumpir su embarazo en sus lugares de origen. Pero no es el ¨²nico Estado refugio, tambi¨¦n California, Massachusetts, Connecticut y Nueva York, entre otros, instrumentan nuevas leyes y financiaci¨®n para asistir a un n¨²mero creciente de pacientes.
Las cl¨ªnicas de Illinois, California y Kansas se preparan desde hace semanas para esa contingencia. Mientras, el Estado de Nueva York ha aprobado, en la ¨²ltima sesi¨®n legislativa previa a las vacaciones de verano, un paquete de leyes para proteger a los sanitarios de eventuales demandas por parte de los Estados prohibicionistas, eximi¨¦ndoles de declarar en casos penales o civiles instruidos en lugares que restrinjan la pr¨¢ctica. Otra medida es la provisi¨®n de un seguro contra acusaciones de mala praxis para los m¨¦dicos que atiendan a mujeres de otros Estados.
Los fiscales generales de M¨ªchigan y Massachusetts se han comprometido a no aplicar las prohibiciones estatales o federales, en caso de que lleguen a aprobarse. Los legisladores de California, donde la ONG Planned Parenthood, uno de los principales servicios para la interrupci¨®n del embarazo, tiene m¨¢s de 100 cl¨ªnicas, han presentado m¨¢s de una docena de proyectos de ley para ampliar el acceso al aborto, incluidas propuestas que financiar¨ªan mejor las cl¨ªnicas, crear¨ªan un fondo administrado por el Estado de 20 millones para ayudar a las pacientes con los gastos del viaje, adem¨¢s de permitir que algunas enfermeras capacitadas practiquen un aborto sin la supervisi¨®n de un m¨¦dico.
En el caso de Illinois, se calcula que sus cl¨ªnicas y hospitales pasar¨¢n a atender entre dos y cinco veces m¨¢s mujeres que hasta la fecha, el mayor incremento porcentual en el pa¨ªs. Planned Parenthood, por ejemplo, ha abierto un centro log¨ªstico al sur del Estado, anticip¨¢ndose a la posible avalancha de mujeres. En el Estado de Kansas, esta ONG calcula que el n¨²mero de mujeres se multiplicar¨¢ por cuatro; tambi¨¦n ha ampliado all¨ª su red de centros. En California, el gobernador dem¨®crata, Gavin Newson, ha propuesto un fondo de 125 millones de d¨®lares para financiar los centros que practican abortos ante la posible llegada de mujeres de otros Estados.
Pero no se trata s¨®lo de abrir m¨¢s centros o dotar de m¨¢s personal a los existentes, tambi¨¦n de capacitar a doctores de atenci¨®n primaria para prescribir la p¨ªldora abortiva, el m¨¦todo usado en m¨¢s de la mitad de las interrupciones del embarazo en el pa¨ªs (un 57% de los casos). La ONG Reproductive Health Access Project ha constatado un ¡°gran aumento¡± de peticiones entre los sanitarios de ese nivel en las ¨²ltimas semanas, lo que podr¨ªa aliviar la carga de cl¨ªnicas y centros especializados.
El Instituto Guttmacher, un grupo de investigaci¨®n sobre salud reproductiva, prev¨¦ que 26 Estados proh¨ªban el aborto si se anula Roe contra Wade, dejando no s¨®lo sin opciones de abortar legalmente a las mujeres en sus lugares de origen, sino tambi¨¦n, probablemente, limitando los recursos de tratamiento en los casos de aborto espont¨¢neo.
La filtraci¨®n de la opini¨®n del juez Samuel Alito hace un mes, que anticipaba la decisi¨®n del Supremo, y la reciente adopci¨®n de leyes restrictivas como la de Texas han proporcionado ya un banco de pruebas de lo que puede estar por venir. En Illinois, algunas cl¨ªnicas de Planned Parenthood han venido experimentando en las ¨²ltimas semanas un ¡°efecto domin¨® masivo¡± de las recientes restricciones al aborto en Texas, Misuri, Oklahoma y otros Estados.
Seg¨²n el Instituto Guttmacher, el coste promedio de un aborto en EE UU es de 550 d¨®lares, siempre que no se incluyan los gastos derivados de un viaje o una hospitalizaci¨®n; Planned Parenthood eleva la cifra a entre 900 y 1.500 d¨®lares. Tres de cada cuatro mujeres que interrumpen su embarazo son de rentas bajas, por lo que algunos Estados reclaman m¨¢s fondos para poder atenderlas, especialmente cuando por lo avanzado de la gestaci¨®n la p¨ªldora abortiva no es una opci¨®n. Las mujeres que viven en zonas rurales, por ejemplo, representan esta casu¨ªstica, al acceder tarde a la atenci¨®n m¨¦dica ya que m¨¢s de la mitad de los condados rurales no ofrecen servicios de obstetricia, seg¨²n denuncia la Asociaci¨®n Nacional de Sanidad Rural; tambi¨¦n apuran en extremo los plazos muchas de las que se ven obligadas a viajar a otro Estado. La atenci¨®n hospitalaria cuesta a¨²n m¨¢s, si bien s¨®lo alrededor del 4% de las mujeres que abortan la requieren porque sus casos son demasiado complejos para ser tratados en cl¨ªnicas ambulatorias, donde reciben el alta en pocas horas. No es lo mismo abortar con seguridad a las siete semanas, un procedimiento generalmente sencillo, que hacerlo a las 18, con el consiguiente riesgo para la mujer, recuerdan los grupos de salud reproductiva.
Todo ello supone un coste suplementario, de ah¨ª la petici¨®n de los Estados azules ¡ªel color con que se identifica a los dem¨®cratas¡ª de m¨¢s fondos para afrontar la ofensiva conservadora. En Illinois, organizaciones ben¨¦ficas contribuyen a pagar el transporte, alojamiento y cuidado de los hijos de las pacientes que llegan de otros Estados, mientras la ciudad de Chicago ha destinado una partida de 500.000 d¨®lares para ayudar a pagar esos gastos. En Nueva York, la fiscal general del estado, Letitia James, anunci¨® recientemente una legislaci¨®n para ampliar la financiaci¨®n de las cl¨ªnicas y ayudar tanto a las residentes de bajos ingresos como a aquellas que viajen desde otros Estados. Este mismo viernes, el gobernador de Massachussetts, el dem¨®crata Charlie Baker, ha firmado una orden ejecutiva para proteger a los sanitarios y las cl¨ªnicas. Como Nueva York, impide la extradici¨®n de pacientes y sanitarios si son requeridos por una causa incoada en alguno de los Estados prohibicionistas.
Capacitar a enfermeras y comadronas
En California, el gobernador promulg¨® recientemente una ley que proh¨ªbe a las aseguradoras de salud cobrar copagos o cualquier otro coste derivado del procedimiento. Otra medida similar a la aprobada por Nueva York, para impedir que un m¨¦dico californiano sea procesado por otro Estado por su participaci¨®n en un aborto, entrar¨¢ en vigor tan pronto como el gobernador Newson la firme. Parecidos pasos ha dado el gobernador de Connecticut, el tambi¨¦n dem¨®crata Ned Lamont, para proteger a sanitarios y pacientes procedentes de otros Estados y ampliar la n¨®mina de sanitarios capaces de practicar legalmente un aborto con enfermeras, comadronas y ayudantes m¨¦dicos.
En Nueva York, la gobernadora Kathy Hochul, asimismo dem¨®crata, ha destinado una partida de emergencia de 35 millones de d¨®lares, financiada por el Departamento de Salud del Estado, para afrontar la eventual afluencia de mujeres de otros Estados. De la dotaci¨®n del fondo, diez millones se destinar¨¢n a la seguridad de los centros de salud sexual y reproductiva. En el alero, atascado en el Senado estatal desde hace meses, est¨¢ un proyecto de ley que podr¨ªa hacer permanente la financiaci¨®n del aborto, mediante la contribuci¨®n de los neoyorquinos a trav¨¦s de los impuestos estatales.
En algunos Estados de mayor¨ªa azul, no obstante, los obst¨¢culos pol¨ªticos y legislativos por parte de la oposici¨®n republicana representan un freno a la ayuda. Es el caso de Oreg¨®n, bien preparado ante la posible llegada de mujeres de Idaho, que ya proh¨ªbe el aborto a partir de la sexta semana, pero que no ha recibido a¨²n ni un d¨®lar para un fondo de ayuda recientemente creado; Maryland, por la obstrucci¨®n del gobernador, republicano, y Massachusetts, porque la ley no entrar¨¢ en vigor hasta julio.
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