La filosof¨ªa de hace dos milenios para afrontar los problemas del siglo XXI
Las ideas del estoicismo, que han inspirado las terapias psicol¨®gicas con mejor evidencia cient¨ªfica, han tomado impulso durante la pandemia para gestionar tiempos inciertos
El estoicismo est¨¢ de moda. La filosof¨ªa que comenz¨® a predicarse bajo un porche (stoa, p¨®rtico en griego) en Atenas, hace 2.300 a?os, se ha convertido en una gu¨ªa vital para mucha gente en pleno siglo XXI. En Espa?a, su auge despunt¨® hace unos cuatro a?os, cuando comenzaron a publicarse libros sobre el tema. Pero la pandemia y la incertidumbre que las noticias reflejan a diario le ha dado a¨²n m¨¢s impulso a una forma de ver la existencia que es la base de las terapias psicol¨®gicas con mejor evidencia cient¨ªfica, pero que tambi¨¦n puede ser contraproducente si no se entiende bien.
En redes sociales es f¨¢cil encontrarse a personajes influyentes hablando sobre estoicismo, de forma directa (mencionando la filosof¨ªa) o indirecta (refiri¨¦ndose de la forma de afrontar la vida propia de este pensamiento). Y lo es tambi¨¦n en el ¨¢mbito de la salud, tanto mental como f¨ªsica. El inter¨¦s del fen¨®meno lo corrobora Google: la palabra estoicismo comenz¨® a crecer aproximadamente en 2019 como tendencia de b¨²squeda en espa?ol y ha alcanzado su techo este mismo agosto.
?Qu¨¦ busca una sociedad que poco tiene que ver con la Grecia antigua en las palabras que se pronunciaron y escribieron hace dos milenios? Para comprobar su vigencia, basta con rescatar algunas frases que parecieran estar pensadas para una ciudadan¨ªa que pierde m¨¢s tiempo del necesario en las redes sociales: ¡°Toma este momento. Sum¨¦rgete en sus detalles. Responde a esta persona, este desaf¨ªo, esta acci¨®n. Deja las evasiones¡±; ¡°es esencial que recuerdes que la atenci¨®n que le des a cualquier acci¨®n debe ser proporcional a su valor¡±; ¡°?no sabes que un buen hombre no hace nada por las apariencias, sino por hacer lo correcto?¡±; ¡°te descubrir¨¦ un modo de provocar el amor sin filtro m¨¢gico, sin hierbas, sin ensalmos de hechicera: si quieres ser amado, ama¡±.
Las sentencias, de S¨¦neca, Epicteto y Marco Aurelio, son solo un ejemplo de lo que predicaba esta filosof¨ªa, que, seg¨²n escribe Massimo Pigliucci en su libro C¨®mo ser un estoico, tiene como uno de sus rasgos m¨¢s distintivos su practicidad: ¡°Se inici¨® bajo la apariencia de ¡ªy siempre se lo ha comprendido as¨ª¡ª una b¨²squeda de una vida feliz y con sentido¡±.
De las muchas ense?anzas de la filosof¨ªa estoica, y m¨¢s all¨¢ de centrarse en el momento presente, seguramente las m¨¢s significativas son estas que relata Pigliucci: ¡°No se centra en suprimir u ocultar las emociones [como es a menudo malinterpretada]; m¨¢s bien se trata de reconocerlas, reflexionar sobre lo que las provoca y redirigirlas para nuestro propio bien. Tambi¨¦n se trata de tener claro qu¨¦ est¨¢ y qu¨¦ no est¨¢ bajo nuestro control, centrando nuestros esfuerzos en lo primero y no malgast¨¢ndolos en lo segundo [...]. El estoicismo es principalmente una filosof¨ªa del compromiso social que tambi¨¦n anima a amar a toda la humanidad y a la naturaleza¡±.
Para Marcos V¨¢zquez, uno de los divulgadores sobre salud m¨¢s respetados en lengua castellana, una de las ideas m¨¢s inspiradoras es el concepto de libertad: ¡°En el mundo moderno tendemos a pensar que libertad es hacer lo que me parece, ir donde quiera, comer lo que me apetezca... Y eso es todo lo contrario, es ser esclavo de tus impulsos. Por eso hay mucha gente que come mal, esclava de la boller¨ªa, o que no hace deporte, esclava de la pereza. El estoicismo se basa en ser capaz de gobernarnos a nosotros mismos, tener disciplina y tratar de conseguir las cosas que nos importan¡±.
Cuando comenz¨® a escribir su libro Invicto, all¨¢ por 2018, V¨¢zquez recuerda que casi no hab¨ªa ninguno traducido al espa?ol sobre la materia, mientras que ahora se encuentran cientos en las librer¨ªas. ¡°Yo dir¨ªa que la gente se da cuenta de que en una sociedad que va cada vez m¨¢s r¨¢pido, donde nos controla un algoritmo, y donde cada vez tenemos m¨¢s fuentes de distracci¨®n, hay quien encuentra en el estoicismo un punto de reflexi¨®n: ¡®?Qu¨¦ es lo que realmente valoro en mi vida? ?A qu¨¦ cosas estoy prestando atenci¨®n?¡¯. Con la pandemia se acentu¨®, la gente se ha hecho m¨¢s consciente de lo fr¨¢gil que es la vida, muchos se agarraron al estoicismo, empezaron a leer sobre ello y se dieron cuenta de que es una especie de b¨¢lsamo emocional¡±, se?ala.
Una de las publicaciones m¨¢s recientes sobre el tema es El peque?o libro de la filosof¨ªa estoica, de Guillermo de Haro y Javier Recuenco. Este ¨²ltimo considera normal esta tendencia: ¡°No es la primera vez que se pone de moda en los ¨²ltimos 2.500 a?os. Venimos de tiempos de m¨¢xima incertidumbre, como la pandemia, y es normal que la gente se aferre a ideas que han estado ah¨ª siempre para que la gente las pudiera usar¡±.
Fue en la pandemia cuando Diario Estoico, la comunidad online en espa?ol m¨¢s grande sobre esta filosof¨ªa, se dispar¨®. Y no ha parado de crecer, seg¨²n Pedro Vivar, su creador. En su opini¨®n, quiz¨¢s es exagerado hablar de moda: ¡°Estar¨ªa de moda si vi¨¦ramos a Pablo Albor¨¢n con una camiseta que ponga ¡®Marco Aurelio mola¡¯ o a Sergio Ramos hablando sobre la dicotom¨ªa de control. Pero est¨¢ claro que s¨ª es una tendencia cada vez mayor¡±. Gran parte del gancho del estoicismo es, coincide con el resto de los consultados sobre el tema, su car¨¢cter eminentemente pr¨¢ctico: ¡°Cuando ves las cifras de salud mental, los suicidios, la depresi¨®n y ansiedad que se vive en la sociedad... le sumas una pandemia que ha aislado a la poblaci¨®n y hay quien ve que puede reducir estos problemas aplicando herramientas pr¨¢cticas y tangibles¡±.
Un ejemplo de c¨®mo puede ayudar al bienestar en la vida cotidiana lo pone Pigliucci en su libro. Habla de cuando le robaron la cartera en el metro de Roma: ¡°Mi primera impresi¨®n, como dir¨ªan los estoicos, fue de sorpresa y frustraci¨®n porque me hab¨ªan burlado. Pero mi mente regres¨® enseguida a Epicteto y me negu¨¦ de manera categ¨®rica a asumir esta impresi¨®n. De acuerdo, hab¨ªa perdido la cartera, algo de dinero y unas tarjetas de cr¨¦dito que ten¨ªa que bloquear. Oh, y el carnet de conducir, que tendr¨ªa que reemplazar. Con las buenas tecnolog¨ªas electr¨®nicas modernas, ocuparme de todo esto solo me llev¨® apretar unas pocas teclas en mi tel¨¦fono inteligente (?que segu¨ªa en el otro bolsillo delantero!) y unos d¨ªas de espera. Pero el ladr¨®n hab¨ªa perdido a cambio su integridad. Antes de practicar el estoicismo, una experiencia como esta probablemente me habr¨ªa dejado enfadado y resentido para el resto de la velada, lo que no habr¨ªa hecho ning¨²n bien a nadie (esa respuesta no habr¨ªa afectado al ladr¨®n ni me habr¨ªa devuelto la cartera)¡±.
La reformulaci¨®n de los propios pensamientos es parte importante del estoicismo, que en algunos aspectos tiene correspondencias con el cristianismo, en conceptos como ¡°odiar al pecado, no al pecador¡±. Y estas reformulaciones son un componente valioso en la psicolog¨ªa moderna.
No es una terapia
Pero hay que tener muy claro que el estoicismo no es una terapia. Ni lo pretende. Aunque la psicolog¨ªa cognitivo-conductual hunde sus ra¨ªces en esta filosof¨ªa, seg¨²n sus propios fundadores, no se puede sustituir la intervenci¨®n cl¨ªnica, cuando es necesaria, por leer o practicar unos cuantos principios. El psic¨®logo Ram¨®n Nogueras explica la diferencia: ¡°El estoicismo es una filosof¨ªa; la psicoterapia basada en la evidencia es una tecnolog¨ªa, la aplicaci¨®n de unos principios psicol¨®gicos para conseguir unos determinados resultados. El estoicismo no parte de una comprensi¨®n de la conducta humana, porque no es su prop¨®sito. Re¨²ne una serie de pautas que van en la l¨ªnea de lo que algunas terapias basadas en la evidencia recomiendan¡±.
Una de las bases de la terapia cognitivo-conductual es precisamente que el malestar en muchas ocasiones nos viene dado porque nos decimos cosas que nos causan esta zozobra, y no tanto por las situaciones en s¨ª. ¡°Es la terribilizaci¨®n¡±, explica Nogueras. ¡°Decirte a ti mismo que esto es insoportable en lugar de pensar realmente en las consecuencias y en qu¨¦ se puede hacer y qu¨¦ no¡±.
No es lo ¨²nico en lo que la evidencia cient¨ªfica dio la raz¨®n a los estoicos milenios despu¨¦s de postular sus pensamientos. Cada vez hay m¨¢s pruebas sobre los beneficios de concentrar la atenci¨®n en uno mismo (lo que llamaba prosoche) o del contacto con la naturaleza. Tambi¨¦n fueron pioneros en postular algunos beneficios del ejercicio f¨ªsico. S¨¦neca hablaba de que su realizaci¨®n con regularidad no solo serv¨ªa para mantenerse en forma, sino tambi¨¦n por su efecto calmante sobre la mente.
Pero, igual que esta filosof¨ªa puede ser muy ¨²til para enfrentarse a muchas situaciones de la vida, se puede caer en un error si se supone que lo soluciona todo o es la panacea. ¡°No lo es¡±, asegura Nogueras, quien cree que es frecuente malinterpretarla. ¡°Muchas veces lo que separa una filosof¨ªa de la autoayuda es la falta de matices. Muchas personas desvirt¨²an el estoicismo y hablan de supresi¨®n de emociones, algo que en ning¨²n momento dicen los estoicos. Ellos predicaban que los eventos son pasajeros y hay que esperar a que pasen afront¨¢ndolos racionalmente¡±, a?ade.
Un estudio publicado este mismo mes de agosto da la raz¨®n a Nogueras. Estudia a personas que han practicado esta filosof¨ªa y concluye que entre quienes abrazan un concepto err¨®neo basado en suprimir emociones se producen descensos en el bienestar. ¡°Encontramos efectos especialmente pronunciados para el deseo de no expresar emociones y de sentir menos. A pesar de ser una mala interpretaci¨®n de la filosof¨ªa estoica, estos hallazgos resaltan el importante papel de las orientaciones de los individuos hacia el procesamiento emocional para el bienestar¡±, se?alan los autores.
Una de las conclusiones del estudio es que si los profesionales de la psicolog¨ªa utilizan los principios estoicos en su pr¨¢ctica cl¨ªnica, deben moldear sus intervenciones para trabajar a trav¨¦s de la lente de los verdaderos principios del estoicismo, y no los equivocados, a los que llaman ¡°ideolog¨ªa estoica ingenua¡±.
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