As¨ª funciona un centro de crisis para v¨ªctimas de violencia sexual: desde el primer minuto y hasta el final del t¨²nel
La ¡®ley del solo s¨ª es s¨ª¡¯ prev¨¦ en cada provincia un servicio de apoyo legal y psicol¨®gico las 24 horas como el que opera en Asturias: ¡°No hay plazos. Cada una necesita sus tiempos para superar el trauma¡±, dice su coordinadora
Cuestionadas, culpabilizadas y muy solas. As¨ª se han sentido en Espa?a hasta ahora las mujeres magulladas por la violencia sexual. El auxilio especializado a estas v¨ªctimas del machismo que extender¨¢ la ley del solo s¨ª es s¨ª empez¨® a abrirse camino en Asturias hace m¨¢s de dos a?os. En el Principado funciona desde 2020 un centro de crisis 100% p¨²blico, abierto las 24 horas todos los d¨ªas del a?o. Garantiza asistencia jur¨ªdica y psicol¨®gica a toda ciudadana de 12 a?os en adelante que haya sufrido alg¨²n tipo de agresi¨®n sexual, aunque fuera en el pasado. Abogadas y psic¨®logas la escuchan y acompa?an all¨¢ donde est¨¦, desde el primer minuto y siempre que lo demande. El trabajo de las 15 profesionales que lo atienden ha logrado reventar las estad¨ªsticas: el 75% de las asistidas acaban dando el paso de presentar denuncia. En Espa?a, seg¨²n la ¨²ltima Macroencuesta de Violencia contra la Mujer del Ministerio de Igualdad, solo un 8% de las mujeres agredidas pone su caso en manos del sistema judicial.
La Ley de Garant¨ªa Integral de la Libertad Sexual prev¨¦ la puesta en marcha de al menos un centro de crisis 24 horas en cada provincia y el asturiano se ha convertido en modelo a seguir. Sus fundadoras ya est¨¢n asesorando al resto de comunidades aut¨®nomas y reciben consultas de otras ciudades europeas. El objetivo es brindar a las v¨ªctimas de violencia sexual, y tambi¨¦n a sus familiares o allegados, lo que nunca han tenido en Espa?a: credibilidad y acompa?amiento especializado desde el principio del t¨²nel y hasta el final. Ya sea en el momento en que se produce el ataque o 40 a?os despu¨¦s; mediante una llamada de tel¨¦fono, por WhatsApp o en persona.
Siete abogadas y otras tantas psic¨®logas integran el equipo, dirigido por una coordinadora y en el que dos de las t¨¦cnicas est¨¢n especializadas en menores. Todas ellas acreditan experiencia en violencia de g¨¦nero y han recibido formaci¨®n exhaustiva por parte de expertas en centros de crisis, en intervenci¨®n en situaciones de trauma, en victimolog¨ªa o en psicolog¨ªa pericial. Para recibir asistencia, no hace falta que la mujer interponga denuncia. Ni siquiera debe tener la intenci¨®n de hacerlo. ¡°Estamos a disposici¨®n de lo que dice la v¨ªctima y no tenemos plazos. Cada mujer necesita sus tiempos para superar el trauma y sobrevivir a ¨¦l¡±, aduce Victoria Carbajal, coordinadora del centro.
Cuando la intervenci¨®n es de urgencia, justo despu¨¦s de la agresi¨®n, el personal se desplaza all¨¢ donde haya ocurrido. Si la v¨ªctima as¨ª lo desea, la trabajadora del centro no se separa de ella en ning¨²n momento del trance: declaraci¨®n policial, ex¨¢menes forenses, el d¨ªa despu¨¦s... ¡°Moverse por dependencias hospitalarias o policiales es muy complicado y cuando acabas de sufrir un trauma de este calibre, m¨¢s todav¨ªa. Tener a una persona que te apoye y est¨¦ contigo es important¨ªsimo y forma parte de la recuperaci¨®n¡±, explica Carbajal. La t¨¦cnica acompa?ante frena las prisas de la polic¨ªa o los m¨¦dicos, le explica a la v¨ªctima los pasos a seguir, no le oculta la dureza de ciertos tr¨¢mites y calibra cu¨¢ndo est¨¢ preparada para revivir lo ocurrido y declarar.
Ese ambiente de ¡°caras amigables¡± en el que ¡°no se sienten juzgadas¡± empuja a las v¨ªctimas a denunciar en un porcentaje much¨ªsimo m¨¢s alto que la media. Y tambi¨¦n aumenta la probabilidad de que el delito no quede impune, destaca Carbajal. La mujer agredida necesita calma y descanso para poder recordar y contar todo lo ocurrido. Uno de los reproches que suelen lanzar los letrados de los agresores a las v¨ªctimas para desacreditar su testimonio es precisamente la ausencia en su denuncia de determinados datos que aportan posteriormente, incide la coordinadora del centro asturiano, que tambi¨¦n es abogada: ¡°La columna vertebral de cualquier procedimiento es la denuncia. De los datos que se den o no se den y de la claridad de la exposici¨®n de los hechos depende en un porcentaje elevad¨ªsimo la instrucci¨®n de la causa¡±. El centro facilita a las mujeres asistencia jur¨ªdica gratuita a trav¨¦s de un abogado y un procurador formados espec¨ªficamente en violencia sexual.
El equipo del centro trabaja de manera coordinada con el 112, la polic¨ªa, los centros sanitarios, los ayuntamientos, los juzgados y todos los recursos p¨²blicos de lucha contra la violencia de g¨¦nero, desde casas de acogida a centros de informaci¨®n a la mujer. Se han celebrado reuniones con todas estas entidades para explicarles el funcionamiento del servicio y pedir su colaboraci¨®n para que divulguen su existencia hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de Asturias. ¡°Es muy importante que todas las entidades que pueden intervenir tengan claro c¨®mo coordinarse¡±, apunta Manuela Su¨¢rez Granda, coordinadora contra la Violencia de G¨¦nero del Instituto Asturiano de la Mujer. Que sea un centro p¨²blico al 100% y no una concesi¨®n, exponen sus fundadoras, facilita su integraci¨®n en la red del Principado y ahorra vaivenes en el trabajo de la plantilla y en el modelo de funcionamiento.
Al centro de crisis de Asturias acuden mujeres que un d¨ªa intentaron enterrar un ataque sexual. Cuenta la psic¨®loga Victoria Eugenia Nieves que la casu¨ªstica es variada. Hay v¨ªctimas que ¡°entran en p¨¢nico¡± cuando su hija o hijo llega a la edad en la que a ella la agredieron. A otras se les revuelve el trauma con el que han convivido en silencio cuando alg¨²n familiar pasa por lo mismo. Y ha tratado casos de personas que, gracias a las campa?as de prevenci¨®n y sensibilizaci¨®n, comprenden ahora la violencia sexual que sufrieron en un momento de su vida: ¡°Al poder recordar y significar esa violencia, pueden desarrollar una sintomatolog¨ªa muy importante. A veces hay un trastorno de estr¨¦s postraum¨¢tico de inicio demorado¡±, advierte.
Nieves ha comprobado que el apoyo psicol¨®gico ¡°desde el minuto cero¡± es lo que permite a las v¨ªctimas ¡°recuperar su vida m¨¢s r¨¢pido¡±. Es fundamental, recalca, asegurarles una ¡°absoluta confidencialidad¡±. En sus contactos con el centro no tienen siquiera que identificarse. El ¡°estado de estr¨¦s agudo¡± dura un mes, explica, y ¡°la primera semana es la peor¡±; luego ¡°poco a poco¡± van mejorando. La asistencia desde el primer momento es tambi¨¦n una protecci¨®n de cara al futuro: ¡°Intentamos que la v¨ªctima desarrolle recursos para que cuando vuelva a enfrentarse a situaciones de violencia sexual, que lo har¨¢ porque es mujer y esa violencia va a seguir ah¨ª, las afronte de manera m¨¢s segura y protegida¡±.
¡°Queremos acabar con la impunidad, pero sin que lo paguen las v¨ªctimas¡±
El proyecto asturiano est¨¢ inspirado en los centros de crisis que empezaron a montarse en los pa¨ªses anglosajones en los a?os sesenta del siglo pasado. La idea la tra¨ªa en la cabeza desde que tom¨® posesi¨®n Nuria Varela, nombrada en 2019 directora general de Igualdad del Gobierno socialista del Principado. Esta periodista y experta en violencia de g¨¦nero y pol¨ªticas de igualdad explica que la violencia sexual se oculta en todas las capas de la sociedad, sin distinciones. Para combatirla, defiende, ¡°hay que hablar de ella en los medios, pero con profundidad, afinando, y nunca a costa de las v¨ªctimas¡±.
Todos los medios de comunicaci¨®n de Asturias firmaron en 2021 un compromiso para no desvelar en sus informaciones datos de mujeres agredidas. ¡°Queremos acabar con la impunidad porque es la gasolina de esta violencia, pero sin que lo paguen las v¨ªctimas¡±, recalca Varela. ¡°Ana Orantes lo pag¨® con su vida y a la v¨ªctima de La Manada se la han destrozado. Si el precio es muy elevado, no denunciar¨¢n. Tienen que denunciar, claro, pero cuando est¨¦n en condiciones para hacerlo bien¡±.
La abogada y la psic¨®loga especializadas en menores se incorporaron en septiembre pasado, despu¨¦s de descubrir c¨®mo los casos de ni?as y adolescentes agredidas eran muchos m¨¢s de los que nunca imaginaron. El centro cuenta con un protocolo interno que permite a ni?as y adolescentes declarar en el juzgado una sola vez y acompa?adas de una psic¨®loga. El juez, el fiscal y los letrados de las partes le formulan sus preguntas por un pinganillo a esta t¨¦cnica, que es quien se las transmite a la v¨ªctima. La menor ni siquiera los ve, est¨¢n detr¨¢s de un espejo. ¡°Encuentras casos muy graves, pero son personitas que no suelen tener voz y es muy dif¨ªcil darles la protecci¨®n que necesitan, hay muchas fisuras¡±, se?ala Cristina Huelga, abogada del centro experta en menores.
Desde su apertura, el centro de crisis ha atendido a 302 v¨ªctimas de violencia sexual y 64 de ellas eran menores, con una media de 15 a?os. ¡°Garantizamos una atenci¨®n igual a todas las mujeres¡±, destaca Varela. Disponen de traductores hasta en lenguaje de signos. Las responsables del centro pretenden una ¡°transformaci¨®n social¡± tambi¨¦n con sus informes periciales. Los elaboran ¡°con perspectiva victimol¨®gica¡±, explica Carbajal, centrados en lo que relata la mujer y lo que le supuso el trauma que le caus¨® la agresi¨®n. Estos dict¨¢menes suponen un importante cambio con respecto a los que redactan los institutos de medicina forense y que se dedican a valorar la credibilidad de la denunciante, algo que no se plantea en otros delitos. ¡°Nuestros informes cuentan c¨®mo est¨¢ la v¨ªctima, cu¨¢les son sus secuelas¡±, afirma Varela. ¡°Los informes psicosociales no pueden ser una valoraci¨®n de veracidad, debe ser el juez el que luego valore¡±.
La preocupaci¨®n por arropar en todo momento a las mujeres heridas por la violencia sexual impregna incluso la sede del servicio. Est¨¢ en un peque?o edificio del centro de Oviedo, una acogedora ¡°casina¡± alejada de la frialdad de las oficinas. Se les ha quedado peque?a y la mudanza est¨¢ ya en ciernes. El equipo se trasladar¨¢ a un palacete de Mieres que permitir¨¢ habilitar habitaciones para las v¨ªctimas que tras ser atacadas no tienen adonde volver. Han chocado con esta necesidad varias veces, asistiendo a turistas o a vecinas de Asturias agredidas por compa?eros de piso. El nuevo inmueble tambi¨¦n les permitir¨¢ organizar terapias de grupo. ¡°Abrimos sin saber lo que nos ¨ªbamos a encontrar, nunca pens¨¦ que atender¨ªamos a tantas personas¡±, admite Carbajal. ¡°Hemos aprendido mucho¡±, tercia Varela. Para la directora de Igualdad del Principado, las altas cifras de menores agredidas han sido como un ¡°tortazo de realidad¡±: ¡°Me duelen y me preocupan. En esta sociedad algo estamos haciendo mal¡±.
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