La farmac¨¦utica Eli Lilly recortar¨¢ un 70% el precio de la insulina y topar¨¢ a 35 d¨®lares al mes el tratamiento en EE UU

Una de las grandes batallas del presidente Joe Biden ha triunfado. El gigante farmac¨¦utico estadounidense Eli Lilly ha anunciado este mi¨¦rcoles la bajada en un 70% del precio de ¡°las insulinas m¨¢s prescritas¡± en el pa¨ªs, de las que dependen millones de ciudadanos insulinodependientes. Biden ha peleado durante sus dos a?os de mandato por poner un l¨ªmite de 35 d¨®lares mensuales a un tratamiento que en el mercado libre supone varios cientos, y ahora Eli Lilly le ha hecho caso. La ¨²ltima vez que se refiri¨® p¨²blicamente a la necesidad de regular los precios fue durante el debate sobre el estado de la Uni¨®n, el pasado 8 de febrero.

¡°Eli Lilly toma esta medida para facilitar el acceso a las insulinas Lilly y ayudar a los estadounidenses que pueden tener dificultades para navegar a trav¨¦s de un sistema de salud complejo [mercado libre], que puede impedirles conseguir insulina a un precio razonable¡±, ha dicho en un comunicado la farmac¨¦utica, que tiene su sede en Indian¨¢polis y fue la primera compa?¨ªa que comercializ¨® la insulina en el pa¨ªs en 1923.

La decisi¨®n supone poner un l¨ªmite autom¨¢tico de 35 d¨®lares al mes para las personas que tienen un seguro privado, el tope que ha venido pidiendo el presidente Biden, y menos para las que no tienen seguro, como los beneficiarios de Medicaid, el sistema para ciudadanos sin recursos. La farmac¨¦utica tambi¨¦n reducir¨¢ el precio de su insulina sin marca a 25 d¨®lares el vial a partir del 1 de mayo, convirti¨¦ndola en la m¨¢s barata disponible. Su precio de venta actual es de 82,41 d¨®lares por vial.

El elevado precio de la insulina en EE UU ha sido un caballo de batalla, con campa?as como la del senador Bernie Sanders, representante del ala m¨¢s progresista de los dem¨®cratas. En 2019 el veterano senador por Vermont organiz¨® varias caravanas a Canad¨¢, donde el precio del insumo es sensiblemente menor, para denunciar el coste prohibitivo de la hormona en su pa¨ªs. Biden ha recogido el guante de la reivindicaci¨®n, con peri¨®dicos llamamientos a ponerle tope a una hormona de la que dependen diariamente m¨¢s de ocho millones de estadounidenses, seg¨²n la Asociaci¨®n de Diab¨¦ticos de EE UU.

Seg¨²n un estudio de la Universidad de Yale publicado en julio, para m¨¢s del 14% de los insulinodependientes de EE UU el gasto en insulina se lleva m¨¢s del 40% de la renta postsubsistencia, es decir, la que queda tras el pago del alquiler y la comida. Un monto ¡°catastr¨®fico¡±, seg¨²n la citada investigaci¨®n, que compromete el bienestar de los enfermos, que en numerosos casos abandonaban el tratamiento por imposibilidad material de afrontarlo. El estilo de vida, el sedentarismo y la mala alimentaci¨®n, con preponderancia de productos procesados, tienen mucha influencia en la prevalencia de la enfermedad en el pa¨ªs, con m¨¢s de 30 millones de diab¨¦ticos registrados, aunque menos de un tercio del total dependa de la insulina diariamente.

Los precios de la insulina se han multiplicado m¨¢s del doble en la ¨²ltima d¨¦cada, de media, con algunas excepciones, que se han disparado escandalosamente. En 1996, cuando la farmac¨¦utica Eli Lilly lanz¨® Humalog, de acci¨®n r¨¢pida, la m¨¢s consumida por insulinodependientes, un vial costaba 21 d¨®lares. ¡°Hoy cuesta m¨¢s de 10 veces esa cantidad¡±, se?alaba el estudio de Yale.