As¨ª regulan la modalidad altruista de los vientres de alquiler en Reino Unido, Portugal y Canad¨¢
El Gobierno brit¨¢nico estudia una nueva propuesta para hacer que la pr¨¢ctica ¡°sea m¨¢s atractiva¡± en el pa¨ªs
Los vientres de alquiler no son legales en Espa?a (la legislaci¨®n los define como una forma de ¡°violencia contra la mujer¡±). El caso de Ana Obreg¨®n, que se ha presentado como madre de una ni?a gestada mediante dicha pr¨¢ctica en Estados Unidos, ha vuelto a agitar, sin embargo, el debate, con dos partidos, el PP (de forma menos rotunda) y Ciudadanos planteando la posibilidad de que se permita esta figura cuando se realice de forma altruista. EL PA?S analiza c¨®mo se ha articulado esta v¨ªa en tres de los pa¨ªses donde la legislaci¨®n lo permite.
La madre gestante puede retirar el consentimiento en el Reino Unido
La Comisi¨®n Jur¨ªdica de Inglaterra y Gales, el ¨®rgano derivado del Parlamento que desde hace casi 60 a?os revisa la legislaci¨®n brit¨¢nica y propone reformas y actualizaciones, y su equivalente escoc¨¦s, han publicado esta semana un borrador para renovar la figura de los vientres de alquiler con el objetivo de establecer lo que han definido como una ¡°ruta segura¡± para el proceso. El Gobierno brit¨¢nico debe decidir ahora si la impulsa a trav¨¦s de tr¨¢mite parlamentario.
La v¨ªa ya es legal, pero la regulaci¨®n es m¨¢s reactiva que garantista. Los acuerdos entre las partes no tienen fuerza legal directa, es decir, no puede reclamarse ante un juez su cumplimiento. La maternidad legal del reci¨¦n nacido corresponde a la madre biol¨®gica, y solo a trav¨¦s de un prolongado tr¨¢mite de adopci¨®n se culmina el proceso. La madre biol¨®gica puede, adem¨¢s, reclamar ante un tribunal de familia su maternidad en cualquier momento.
El proceso debe mantener en todo momento su condici¨®n de altruista, pero no existe un l¨ªmite legal a la hora de acordar gastos, no tienen por qu¨¦ reducirse a los m¨ªnimos necesarios, y los jueces pueden ampliarlos. S¨ª est¨¢ expresamente prohibido que haya intermediarios que se beneficien.
La nueva propuesta legal prev¨¦ que los aspirantes a progenitores obtengan la tutela legal del beb¨¦ desde el momento de su nacimiento. La madre biol¨®gica podr¨¢ seguir retirando su consentimiento sin plazo l¨ªmite, pero los jueces pueden desestimar dicha reclamaci¨®n si consideran que puede ser perjudicial para el menor. Se incrementa el n¨²mero de chequeos m¨¦dicos, la comprobaci¨®n de antecedentes penales y la oferta de asesoramiento psicol¨®gico y legal a los contratantes. ¡°La nueva regulaci¨®n dar¨¢ mayor certeza legal, transparencia y protecci¨®n frente a posibles explotaciones, y crear¨¢ un r¨¦gimen eficaz que ponga en su centro los intereses del menor¡±, ha dicho Nick Hopkins, comisionado de Derecho de Familia en la Comisi¨®n Jur¨ªdica. La propuesta contempla que agencias no lucrativas (controladas por un organismo oficial) puedan supervisar las relaciones de vientre de alquiler. Y la creaci¨®n de un registro que d¨¦ transparencia y permita a los as¨ª nacidos rastrear sus or¨ªgenes tras alcanzar la mayor¨ªa de edad.
La propuesta de norma contempla reglas m¨¢s claras en materia de pagos. Se permiten los relacionados con el bienestar y el cuidado m¨¦dico de la madre biol¨®gica y el beb¨¦; aquellos que compensen p¨¦rdidas ocasionadas; gastos de apoyo a la gestaci¨®n y desplazamientos. Pero se proh¨ªben los ¡°gastos compensatorios¡±, y el pago de gastos ordinarios (alquiler de la casa, alimentaci¨®n¡).
El objetivo, afirma la comisi¨®n que ha redactado la propuesta, es hacer que, sin perder su car¨¢cter altruista, ¡°los acuerdos de subrogaci¨®n dom¨¦sticos [dentro del Reino Unido] sean m¨¢s atractivos¡± que la opci¨®n de contratar en otro pa¨ªs un vientre de alquiler.
Apoyo de la izquierda en Portugal
El 1 de enero de 2022 entr¨® en vigor en Portugal la ley que permite recurrir a vientres de alquiler a mujeres con problemas f¨ªsicos que le impidan desarrollar su propio embarazo, lo que excluye a los hombres. La norma, que est¨¢ pendiente de su desarrollo en un reglamento, incluye el derecho al arrepentimiento de las madres gestantes durante 20 d¨ªas y no permite contraprestaciones econ¨®micas por el embarazo, a excepci¨®n de los gastos sanitarios.
Por contraste con Espa?a, donde la izquierda comparte la visi¨®n feminista contra la utilizaci¨®n del cuerpo de las mujeres para concebir por encargo, todos los partidos de la izquierda lusa, excepto el Partido Comunista Portugu¨¦s, apoyaron la ley de las barrigas de aluguer. De la bancada de la derecha solo Iniciativa Liberal la respald¨®.
El derecho de rectificaci¨®n de la madre biol¨®gica no estaba inicialmente en la ley original y fue incorporado tras un largo recorrido parlamentario y jur¨ªdico, que incluy¨® el veto del presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, y una sentencia del Tribunal Constitucional que anul¨® varios art¨ªculos de la versi¨®n aprobada en 2017. En total, ha habido cuatro reformas de la ley hasta llegar a la aprobada a finales de 2021.
A pesar de que el camino pol¨ªtico y jur¨ªdico de la norma est¨¢ ahora despejado, en la pr¨¢ctica nadie ha podido a¨²n utilizarla en Portugal debido al retraso en la redacci¨®n del reglamento que deber¨¢ determinar aspectos cruciales como si las parejas de lesbianas o las madres solteras tienen derecho a utilizarla. La ley lusa establece que ¡°la celebraci¨®n de negocios jur¨ªdicos de gestaci¨®n de sustituci¨®n solo es admisible de forma excepcional y con car¨¢cter gratuito en los casos de ausencia de ¨²tero, de lesi¨®n o de enfermedad de este ¨®rgano o cualquier otra situaci¨®n cl¨ªnica que impida de forma absoluta y definitiva el embarazo de la mujer¡±. El Consejo Nacional de Procreaci¨®n M¨¦dicamente Asistida supervisa todo el proceso entre ambas partes. Las madres biol¨®gicas tienen derecho tambi¨¦n a asistencia psicol¨®gica antes y despu¨¦s del parto.
Como la ley portuguesa no puede aplicarse mientras no se desarrolle en un reglamento, algunas parejas han viajado a otros pa¨ªses para conseguir tener un beb¨¦. Ucrania fue uno de los principales destinos hasta la invasi¨®n del pa¨ªs en febrero de 2022. Poco despu¨¦s del inicio de la guerra, el Jornal de Not¨ªcias inform¨® de un centenar de parejas portuguesas que hab¨ªan pagado ya un vientre de alquiler y que desconoc¨ªan lo que podr¨ªa ocurrir con los menores cuando naciesen. Las mujeres ucranias que se prestaban a tener un hijo para otras personas recib¨ªan entre 15.000 y 20.000 euros, pero la invasi¨®n ha desplazado a las familias lusas hacia otros lugares como Georgia, donde el coste del proceso oscila entre 25.000 y 60.000 euros (de los cuales la madre biol¨®gica recibe unos 12.000 euros), seg¨²n un art¨ªculo del semanario Expresso.
Abierto a los extranjeros, pero prohibida la intermediaci¨®n, en Canad¨¢
En el caso de Canad¨¢, la pr¨¢ctica de los vientres de alquiler est¨¢ basada tambi¨¦n ¡ªal menos en el plano legal¡ª en un car¨¢cter altruista. La ley canadiense sobre la protecci¨®n asistida indica que est¨¢ prohibido pagar a una madre de alquiler. Sin embargo, se permite el reembolso de gastos relacionados con el embarazo, tales como ropa, vitaminas, comida adicional y transporte para consultas m¨¦dicas. La madre portadora deber¨¢ contar con al menos 21 a?os de edad y tiene que haber tenido un hijo antes. Tienen acceso al proceso las parejas heterosexuales y las homosexuales, as¨ª como hombres y mujeres solos.
La intermediaci¨®n y la publicidad con fines de lucro tambi¨¦n est¨¢n prohibidas. Por ese motivo, aunque el proceso est¨¢ abierto tambi¨¦n a ciudadanos extranjeros, los tr¨¢mites son complicados. Una iniciativa del diputado liberal Anthony Housefather buscaba abrir la puerta para despenalizar de forma general estas pr¨¢cticas, pero no lleg¨® a ser votada en la pasada legislatura. Para Housefather, las mujeres deber¨ªan tener derecho a tomar sus propias decisiones en el tema. Sin embargo, el Consejo de la Condici¨®n de la Mujer y otros organismos manifestaron su postura en contra de una ¡°mercantilizaci¨®n de los cuerpos¡±. A diferencia de las dem¨¢s provincias, los acuerdos de vientre de alquiler no tienen valor legal en Quebec. Canad¨¢ no recopila datos oficiales respecto a los beb¨¦s nacidos mediante esta clase de acuerdos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.