La incomprensible propuesta de ley de regad¨ªos en Do?ana
Cualquier expectativa de nuevos regad¨ªos en un escenario de escasez crispa a la sociedad y perjudica al espacio protegido
Salvo si se ha hecho por razones electorales, cortoplacistas y miopes, resulta muy dif¨ªcil entender con qu¨¦ objetivo se ha presentado la proposici¨®n de ley de regad¨ªos de Do?ana, cuya tramitaci¨®n se aprob¨® ayer en el Parlamento de Andaluc¨ªa, y todav¨ªa es m¨¢s desconcertante su car¨¢cter de urgencia. Ateni¨¦ndonos a la letra, la propuesta niega a los agricultores cuyas parcelas fueron declaradas no regables en el Plan de la Corona Forestal de 2014 la posibilidad de utilizar aguas subterr¨¢neas. Eso est¨¢ muy bien, pero en nada modifica la normativa vigente: con o sin proposici¨®n de ley, todos los pozos y balsas en terrenos no regularizados en 2014 deber¨ªan haber sido clausurados hace a?os, y tendr¨ªan que serlo ahora. ?Cu¨¢l es la novedad, entonces? Con la nueva ley esos terrenos, que no aparecen explicitados en ning¨²n documento acompa?ando a la propuesta, pasar¨ªan a ser declarados regables, pero solamente cuando dispongan de aguas superficiales para ello (recordemos que las aguas son competencia del Estado, no de la Junta). Se evita estimar una fecha probable o posible para que ello ocurra, pero todo el mundo sabe que han de pasar lustros, si es que llega a ocurrir. ?Por qu¨¦, entonces, el car¨¢cter de urgencia?
Las incongruencias son tan evidentes que, dando por buena la inteligencia de los parlamentarios y grupos proponentes, es forzoso pensar en segundas intenciones. Puesto que en la proposici¨®n de ley se plantea derogar toda normativa de igual o inferior rango que se oponga a ella, al menos parte del Plan de Ordenaci¨®n del Territorio en el ?mbito de Do?ana (2004) y el Plan de Ordenaci¨®n de Regad¨ªos de la Corona Forestal de Do?ana (2014) ser¨ªan derogados, lo que tal vez ofertara una v¨ªa para paralizar expedientes sancionadores en curso y condonar penas impuestas a los infractores. Sin embargo, el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andaluc¨ªa ha repetido hasta la saciedad que no se interrumpir¨¢ ning¨²n expediente ni se perdonar¨¢ ninguna sanci¨®n, y por supuesto debemos creerlo (aunque los tribunales podr¨ªan decir otra cosa).
Entonces, si con la nueva ley los pozos irregulares tienen que cerrarse, como antes, y no se evitar¨¢n las multas y sanciones ya impuestas y por imponer, ?por qu¨¦ se presume que beneficiar¨¢ a los agricultores afectados? Una posibilidad que no puede descartarse es que en su ¨¢nimo est¨¦ seguir regando con agua subterr¨¢nea, como han hecho hasta ahora. El argumento ser¨ªa, m¨¢s o menos: ¡°mientras ustedes ¡ªpor el Gobierno central¡ª no traigan agua superficial, consideramos leg¨ªtimo seguir usando la subterr¨¢nea, porque nuestras parcelas son de regad¨ªo y nos va la vida en ello¡±. La Junta, que no tiene competencia sobre aguas, cerrar¨ªa los ojos, puesto que en su planificaci¨®n los terrenos ser¨ªan regables, y toda la responsabilidad de establecer la procedencia del l¨ªquido elemento y en su caso castigar un origen ilegal se derivar¨ªa a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir (dependiente del Gobierno central).
Otra posibilidad, igual de inquietante, es que los nuevos regantes pretendan acceder a los 20 hect¨®metros c¨²bicos de un trasvase desde las cuencas del Tinto, Odiel y Piedras aprobado por ley en 2018, y que est¨¢ en tr¨¢mite de ejecuci¨®n. ?Por qu¨¦ inquietante? Porque esa agua est¨¢ destinada, seg¨²n la propia ley del trasvase, a atender demandas humanas directas (abastecimiento) y a sustituir el agua subterr¨¢nea que est¨¢n extrayendo los agricultores regularizados en 2014. Si la nueva ley derogara ese ¨²ltimo punto, los regantes ¡°legales de nuevo cu?o¡± podr¨ªan acceder al agua de ese trasvase, privando de ella a los ¡°legales antiguos¡± que llevan a?os esper¨¢ndola. Tal justificada inquietud alimenta la reacci¨®n negativa a la propuesta de ley de los agricultores de Almonte, en su mayor¨ªa legales, que temen seguir apareciendo como los malos de la pel¨ªcula, mientras los malos de verdad se lavan las manos con aguas superficiales.
No es necesario aclarar que en cualquiera de ambos supuestos, Do?ana sale perdiendo. El objetivo del plan acordado en 2014 era clausurar las extracciones no regularizadas y sustituir las permitidas por aguas de superficie. En otras palabras, eliminar cuanto antes las extracciones del acu¨ªfero sobrexplotado que alimenta la vegetaci¨®n y las lagunas de Do?ana. Si los nuevos regantes continuaran extrayendo agua subterr¨¢nea mientras esperan a la superficial mencionada en la propuesta de ley, malo. Si dejaran de hacerlo, pero obligaran a continuar extrayendo a los viejos regantes legales, porque toman el agua destinada a ellos, malo tambi¨¦n. Cualquier expectativa de nuevos regad¨ªos en un escenario de escasez, que previsiblemente durar¨¢ si no es que se incrementa, crispa a la sociedad y perjudica al espacio protegido. Y si ninguno de los escenarios descritos se consolida, ?para qu¨¦ hace falta la proposici¨®n de ley urgente? Y, sobre todo, ?c¨®mo se arreglar¨¢ el problema social que supone el cierre de pozos en la comarca?
Porque no otra es la realidad. El primer paso debe ser reconocer por todos que hay poca agua, que Do?ana la necesita y que la comarca tambi¨¦n. Se extrae del subsuelo m¨¢s de la que se recarga, con lo cual el nivel fre¨¢tico desciende, la vegetaci¨®n y las lagunas del ¨¢rea protegida se secan, y los pozos de los cultivos se agotan. Hay que dejar de extraer, y ello acarrea problemas sociales y econ¨®micos que es imprescindible abordar. Tal ser¨ªa el segundo paso, que corresponde a todas las Administraciones y deben tomar de com¨²n acuerdo. No vale utilizar Do?ana y la comarca como arma arrojadiza de car¨¢cter pol¨ªtico. La Junta de Andaluc¨ªa no debe proponer soluciones simplistas, que como hemos visto no son tales, volcando a nivel local la inquina popular sobre el Gobierno de Espa?a, pero tampoco puede este limitarse a decir que ha hecho su parte y por tanto la Junta es la ¨²nica culpable del deterioro de Do?ana. La lealtad entre instituciones es esencial. Hace exactamente veinticinco a?os, cuando se rompi¨® un muro de contenci¨®n en la mina de Aznalc¨®llar, una ministra de Espa?a se equivoc¨® declarando: ¡°Lo m¨ªo se ha salvado¡±, porque los lodos t¨®xicos no hab¨ªan llegado al parque nacional, que era de su competencia. Abochorna tener que recordar que los problemas de los andaluces no son m¨ªos ni tuyos, son de Andaluc¨ªa, de Espa?a y de Europa. Retrasar el abordaje com¨²n no hace sino tensionarnos a todos, perjudicar a Do?ana y da?ar la econom¨ªa regional y la imagen de su agricultura. Contra lo que se dice, Do?ana s¨ª que se est¨¢ tocando, y mucho.
Miguel Delibes de Castro es bi¨®logo, divulgador, exdirector de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana y actual presidente del Consejo de Participaci¨®n de Do?ana.
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