50 veces m¨¢s potente que la hero¨ªna: el uso del fentanilo se multiplica por cuatro en Espa?a bajo estricta seguridad
El opioide necesita un visado especial en algunas de sus presentaciones para evitar una grave epidemia como la que ha provocado en Estados Unidos
El fentanilo, un opioide 50 veces m¨¢s potente que la hero¨ªna y 100 veces m¨¢s que la morfina, tiene presentaciones ultrarr¨¢pidas que pueden aliviar un dolor fort¨ªsimo en pocos segundos y dejar a quien lo toma en un agradable estado de euforia y bienestar durante un par de horas. Estas caracter¨ªsticas lo convierten en un f¨¢rmaco ¨²til en determinadas situaciones, pero con un peligroso potencial adictivo. La sustancia, en distintas presentaciones, se va abriendo paso en Espa?a, pero los estrictos controles a los que est¨¢ sometido est¨¢n evitando por el momento que genere un problema de salud p¨²blica como el que han sufrido pa¨ªses como Estados Unidos y M¨¦xico, que suman miles de muertes anuales por su mala utilizaci¨®n.
Aunque no es el opioide m¨¢s usado (el tramadol es mucho m¨¢s frecuente), s¨ª es el que m¨¢s crece en t¨¦rminos relativos. Seg¨²n la ¨²ltima Encuesta sobre alcohol y otras drogas en Espa?a (EDADES), se multiplic¨® por cuatro en solo dos a?os: en 2020 lo hab¨ªan consumido el 3,6% de las personas que hab¨ªan usado opioides alguna vez en su vida, porcentaje que lleg¨® al 14% en 2022.
Justo en ese periodo (en 2021), el Ministerio de Sanidad impuso un visado especial para recetar el fentanilo de acci¨®n ultrarr¨¢pida. Se trata de un control especial para restringir su uso a una situaci¨®n muy concreta: un dolor oncol¨®gico disruptivo. Es decir, solo se deber¨ªa administrar a personas con c¨¢ncer que sufran picos muy fuertes, no para los dolores cr¨®nicos de estos u otros pacientes. Miguel V¨¢zquez, de la Sociedad Espa?ola de Farmacia Hospitalaria (SEFH), explica que el visado es un procedimiento habitual, sobre todo en medicamentos muy caros, de forma que se controla que su financiaci¨®n se limita solo a quienes est¨¢ indicado. ¡°En el fentanilo el problema no es el precio, sino la seguridad¡±, matiza.
Todos los f¨¢rmacos tienen unas indicaciones concretas: est¨¢n aprobados para tratar determinadas enfermedades o dolencias. Pero en la mayor¨ªa de ellos queda a juicio del m¨¦dico, de acuerdo tambi¨¦n con el criterio del paciente, usarlos para aplicaciones que no son para las que est¨¢n espec¨ªficamente aprobados. Esta premisa permite una mayor flexibilidad y autonom¨ªa a los facultativos cuando se encuentran con problemas de salud que no se solucionan con los medicamentos de primera l¨ªnea, o para los que han dejado de hacer efecto.
Pero este margen tambi¨¦n se puede convertir en un peligroso agujero cuando se trata de estupefacientes con capacidad de adicci¨®n. Las autoridades sanitarias mundiales ve¨ªan con mucha preocupaci¨®n c¨®mo una epidemia de opioides ha arrasado Estados Unidos, donde la mala prescripci¨®n de estos medicamentos y el mercado negro han generado cientos de miles de adictos y unas 200 muertes diarias. ¡°Los pacientes sienten c¨®mo se calma el dolor, pero tambi¨¦n tienen una sensaci¨®n euforizante a la que se pueden acostumbrar¡±, se?ala Alicia Alonso Carda?o, coordinadora del grupo de trabajo de opioides de la Sociedad Espa?ola del Dolor. Lo que empezaba siendo un tratamiento acababa convirti¨¦ndose en una verdadera adicci¨®n. En otros casos, directamente llegaba al mercado negro para un uso recreativo similar al que se hace con la hero¨ªna. Se han encontrado restos de esta sustancia incluso en muestras de coca¨ªna.
Esto es justo lo que las autoridades tratan de evitar en Espa?a. As¨ª lo resum¨ªa Joan Ram¨®n Villalb¨ª, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, en una comparecencia en el Congreso a finales del a?o pasado: ¡°El consumo de analg¨¦sicos opioides, tanto prescritos como sin prescribir, tiene una leve tendencia a incrementarse. Esto en parte est¨¢ bien, porque seguramente a?os atr¨¢s habr¨ªa personas que ten¨ªan dolor, que no se trataba suficientemente bien, y su calidad de vida empeoraba mucho, pero el potencial adictivo de estos medicamentos hace que tengamos que estar muy alerta. Por eso, el ministerio ha puesto en marcha, junto con las comunidades aut¨®nomas, un plan de opioides, con el que se intenta supervisar la prescripci¨®n y restringir la prescripci¨®n de aquellas formas farmacol¨®gicas m¨¢s propicias al mal uso o al desarrollo de adicci¨®n¡±.
Seg¨²n Alonso Carda?o, los aumentos de consumo que se han producido en el uso en los ¨²ltimos a?os en Espa?a no se producen en los de acci¨®n ultrarr¨¢pida, sino en los de acci¨®n lenta, que permiten una toma cada 12 o 24 horas del f¨¢rmaco ¡ª¡°una administraci¨®n muy c¨®moda para los pacientes¡±¡ª o r¨¢pida, medicamentos con un efecto de entre seis y ocho horas. ¡°Para los ultrarr¨¢pidos hay que hacer un informe personalizado. Justificar por qu¨¦ ese f¨¢rmaco es el adecuado para ese tipo de paciente y se tiene que estudiar cada caso. Pero conviene aclarar que el fentanilo es buena mol¨¦cula, con buen perfil y una larga experiencia que se utiliza bastante¡±, a?ade.
Los expertos consultados aseguran que el uso inadecuado o fuera del circuito m¨¦dico no es significativo y que, salvo algunas excepciones, no se est¨¢n produciendo problemas como los de otros pa¨ªses. ¡°Creo que fue m¨¢s alarma que realidad, fruto de lo que se ve¨ªa en Estados Unidos, pero lo que sucede aqu¨ª no tiene nada que ver. En Espa?a est¨¢ bastante controlado y vigilado. Se han producido casos de tolerancias, pero de forma muy rara y espor¨¢dica¡±, dice Juana S¨¢nchez, experta en dolor de la Sociedad Espa?ola de M¨¦dicos Generales y de Familia (SEMG).
Esta doctora era en principio reacia al visado. ¡°Limitaba un poco la acci¨®n del m¨¦dico, que en cualquier caso no puede dejar prescrito de forma cr¨®nica un estupefaciente, lo tiene que revisar cada tres meses porque desaparece de la tarjeta sanitaria. Creo que el mejor mecanismo es la informaci¨®n, tanto al paciente como al profesional. Pero [el visado] s¨ª ha servido para dar una se?al a los m¨¦dicos y que sean m¨¢s cuidadosos con estas prescripciones¡±, se?ala S¨¢nchez.
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