Muere a los 67 a?os el periodista Aurelio Mart¨ªn, que situ¨® Segovia en el mapa internacional de la profesi¨®n
Fue colaborador de EL PA?S, entre otros medios, y vicepresidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Periodistas de Espa?a
Ram¨®n Ayerra, un escritor castellano, arrancaba su novela Los terroristas, que fue finalista del Premio Planeta en 1981, describiendo c¨®mo un periodista sal¨ªa de la sede de El Adelantado de Segovia. Aquel reportero se llamaba Aurelio Mart¨ªn. No era ninguna casualidad que Mart¨ªn protagonizase la ficci¨®n de Ayerra porque al pensar en un informador segoviano el primer nombre que ven¨ªa a la cabeza ¡ªcon perd¨®n de Cirilo Rodr¨ªguez¡ª era el suyo. Aurelio era el periodista por antonomasia de la ciudad castellana. Su muerte, en la madrugada de este viernes en Segovia, a los 67 a?os, ha sacudido como un rel¨¢mpago de dolor todos los rincones de la ciudad, pero tambi¨¦n las numerosas Redacciones con las que colabor¨® ¡ªentre ellas la de EL PA?S¡ª y las asociaciones profesionales a los que dedic¨® una parte importante de su trayectoria.
Mart¨ªn escribi¨® desde Segovia para este diario y la agencia Efe, form¨® parte de la Redacci¨®n de El Adelantado de Segovia y, en la ¨²ltima etapa, hasta su jubilaci¨®n, desempe?¨® el cargo de director editorial del Grupo Promecal en la ciudad castellanoleonesa, que edita el peri¨®dico El D¨ªa de Segovia y gestiona el centro territorial de CyLTV y La 8 Segovia.
Fue siempre un informador comprometido con la profesi¨®n en su conjunto: fue vicepresidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Periodistas de Espa?a (FAPE) y el alma del Premio Cirilo Rodr¨ªguez, el galard¨®n m¨¢s prestigioso del periodismo internacional en Espa?a que concede la Asociaci¨®n de la Prensa de Segovia y que Mart¨ªn contribuy¨® a fundar y que impuls¨® con su voluntad y su tes¨®n. Ya muy afectado por el c¨¢ncer, recibi¨® en mayo el premio Cirilo Rodr¨ªguez de Honor, para reconocer su trayectoria profesional, primero como reportero gr¨¢fico y posteriormente como redactor.
Miguel ?ngel Noceda, veterano periodista de EL PA?S, amigo de Aurelio Mart¨ªn y presidente de la FAPE, recuerda de aquella entrega el cari?o que le mostraron sus compa?eros. ¡°Recibi¨® una salva de varios minutos de aplausos, antes de pronunciar su ¨²ltimo discurso¡±, ha escrito Noceda. ¡°Unas palabras llenas de modestia (¡¯este es un premio coral en el que participamos muchos y alguno se encarga un poquito m¨¢s de la coordinaci¨®n¡¯) y de defensa de una profesi¨®n por la que lleva luchando casi medio siglo. Desde el atril y con la voz tomada, reivindic¨® el buen periodismo, el que consiste en ¡°ir a los sitios, ver lo que pasa y contarlo¡±, como hacen los corresponsales galardonados en este premio que ha cumplido 38 ediciones. ¡°Parece f¨¢cil defender esto, pero no lo es¡±, a?adi¨® para rematar: ¡°El buen periodismo es el ant¨ªdoto contra la desinformaci¨®n y la manipulaci¨®n¡±. Luego pidi¨® a las empresas period¨ªsticas que respalden con dignidad este trabajo. ¡°Ya saben, seguiremos informando¡±.
¡°Aurelio hizo algo impensable en nuestro pa¨ªs. Convertir a Segovia anualmente en la capital del periodismo espa?ol durante la entrega del premio Cirilo Rodr¨ªguez¡±, ha escrito en Twitter el reportero Gervasio S¨¢nchez, distinguido con este galard¨®n. ¡°Decenas de periodistas nos reun¨ªamos cada mes de mayo en la bell¨ªsima ciudad castellana¡±. Despu¨¦s de cada entrega del premio, reun¨ªa a periodistas venidos de todos los rincones del mundo en su casa de Basardilla, un pueblo al pie de la sierra de Guadarrama. All¨ª les invitaba a vino ¡ªPago de Carrovejas, naturalmente¡ª y a cordero, que hab¨ªa llevado por la ma?ana para que lo asase lentamente en un horno de le?a el panadero de la vecina localidad de Brieva.
Era un personaje muy conocido en Segovia, una instituci¨®n en la ciudad castellana, callejero y cercano. Supo contar Segovia con una mezcla permanente de honestidad y curiosidad, desde los a?os de la Transici¨®n hasta que se convirti¨® en la capital mundial del cordero y el cochinillo. Conceb¨ªa Segovia como una ciudad unida al mundo a trav¨¦s de las rutas invisibles y eternas del arte y la arquitectura. Defendi¨® siempre su patrimonio como una de sus m¨¢ximas se?as de identidad. El ¨²ltimo art¨ªculo que firm¨® en EL PA?S en marzo de este a?o ¡ªtitulado ¡°Ojo, monumento¡±: prohibido trepar o apoyarse en el acueducto de Segovia¡ª se ley¨® much¨ªsimo y demostr¨®, como hab¨ªa hecho durante toda su carrera, que lo local puede ser universal, que la realidad de una peque?a ciudad castellana puede interesar a cualquiera si est¨¢ bien contada.
(1/2) No encuentro las palabras para compartir con vosotros el dolor que sentimos por la p¨¦rdida de mi padre, Aurelio Mart¨ªn.
— Clara Mart¨ªn Garc¨ªa (@ClaraMartnGarca) June 16, 2023
Gracias a todos los que hab¨¦is estado pendientes durante todo este tiempo, tanto de ¨¦l como de toda la familia. pic.twitter.com/0g1mu7cAKf
Tambi¨¦n codirigi¨® el M¨¢ster de Periodismo Digital Universidad de Alcal¨¢/IPECC y colabor¨® en el M¨¢ster en Comunicaci¨®n Audiovisual de Servicio P¨²blico de la UNED. Trabaj¨® por la regulaci¨®n de las televisiones locales en Espa?a hasta 1996 como presidente de la primera asociaci¨®n de ¨¢mbito estatal del sector y como director de la revista especializada Televisi¨®n Local. Durante m¨¢s de una d¨¦cada ha desempe?ado su labor en FAPE en ¨¢reas como la Formaci¨®n y la Transformaci¨®n Digital, y participado en diversos trabajos sobre desinformaci¨®n y alfabetizaci¨®n medi¨¢tica.
En la ficci¨®n de Ayerra, Aurelio era asesinado por un grupo de ancianos terroristas, envidiosos de su vitalidad y energ¨ªa. Adem¨¢s de demostrar su cari?o hacia Mart¨ªn, Ayerra ofrec¨ªa una mirada humor¨ªstica y acerada sobre la ciudad que Aurelio cont¨® como ning¨²n otro cronista. Al final no ha sido un comando ficticio el que se lo ha llevado, sino el c¨¢ncer. Pero ser¨¢ imposible volver a pasear por Segovia, acercarse a la plaza, montar en bicicleta por los caminos que llevan a la sierra ¡ªuna de sus aficiones¡ª, sin recordarle. Su obra, cientos, miles de cr¨®nicas, se mantiene como un relato siempre vivo de Castilla y una demostraci¨®n de que el mejor periodismo no entiende de fronteras.
Deja a su mujer, Cheli, dos hijos, Pablo y Clara ¡ªque ha sido alcaldesa de Segovia¡ª, y dos nietos. Y un paisaje para siempre hu¨¦rfano.
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