Bolivia, siete semanas que agrietaron el muro de silencio de la pederastia en la Iglesia
La publicaci¨®n del diario de un cura en el que reconoce los abusos sexuales provoc¨® que salieran a la luz nuevos casos en el pa¨ªs latinoamericano y una cascada de iniciativas tanto institucionales como eclesi¨¢sticas
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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El procurador general de Bolivia, Wilfredo Ch¨¢vez, da sorbos a una taza de caf¨¦ mientras habla pausadamente sobre el terremoto medi¨¢tico que ha provocado la revelaci¨®n de los casos de pederastia dentro de la Compa?¨ªa de Jes¨²s en su pa¨ªs. El sonido de su m¨®vil corta la conversaci¨®n con el periodista, y el procurador revisa lentamente el mensaje que acaba de recibir.
¡ªEra el presidente. Al final de la tarde enviar¨¢ a la Asamblea Legislativa el anteproyecto de ley.
Ch¨¢vez se refiere a la proposici¨®n legislativa del jefe del Gobierno boliviano, Luis Arce, para hacer imprescriptibles los delitos de pederastia y para crear una comisi¨®n de la verdad que investigue casos concretos y elabore un informe ¡°a fin de evitar la impunidad¡± de los agresores sexuales y de los superiores religiosos que encubrieron estos cr¨ªmenes. Tras la pausa, Ch¨¢vez contin¨²a hablando durante una hora m¨¢s con EL PA?S en su despacho privado en el centro de La Paz sobre la ¡°urgencia¡± del Estado boliviano en reparar a las v¨ªctimas de abusos y que la Iglesia pague por el da?o causado.
Este episodio ocurri¨® hace un mes, en la tarde del 12 de mayo. El esc¨¢ndalo de los abusos llevaba casi dos semanas abriendo los telediarios de Bolivia y la Iglesia, en especial los jesuitas, no dejaba de entonar p¨²blicamente el mea culpa por haber protegido a sus curas pederastas y haber permitido que tantos ni?os sufrieran agresiones sexuales. El se¨ªsmo medi¨¢tico, pol¨ªtico y social no par¨® esa noche con la iniciativa del presidente. Desde ese d¨ªa hasta hoy los acontecimientos se han precipitado: m¨¢s de una decena de nuevos casos han salido a la luz, hubo manifestaciones en distintos puntos del pa¨ªs, las autoridades ¡ªeclesi¨¢sticas y civiles¡ª han anunciado diversas medidas para investigar todo lo ocurrido e incluso el papa Francisco ha respondido a una carta del presidente con otra misiva, que el Gobierno hizo p¨²blica este viernes, para manifestarle su ¡°dolor, verg¨¹enza y consternaci¨®n¡±.
La sucesi¨®n de estos acontecimientos a lo largo de las ¨²ltimas siete semanas se ha producido con gran celeridad si se compara con lo ocurrido en pa¨ªses como Espa?a, donde el esc¨¢ndalo de la pederastia se prolong¨® m¨¢s de cuatro a?os, desde que EL PA?S empez¨® su investigaci¨®n sobre esta lacra y su recuento de casos, hasta que la Iglesia y el Congreso de los Diputados tomaron cartas en el asunto. Esta es la cr¨®nica del mes y medio en el que el muro de silencio de los abusos a menores en la Iglesia boliviana empez¨® a agrietarse.
La chispa. EL PA?S publica el 30 de abril el reportaje de investigaci¨®n Diario de un cura pederasta, la historia del jesuita espa?ol Alfonso Pedrajas, conocido como padre Pica y fallecido en 2009, que escribi¨® una especie de memorias en las que admite que abus¨® de decenas de ni?os mientras era profesor en varios colegios de la orden en Bolivia, desde los a?os setenta hasta los noventa. En ese documento tambi¨¦n afirm¨® que la orden lo supo ¡ªlo cont¨® en numerosas ocasiones a siete de sus superiores y una decena de cl¨¦rigos bolivianos y espa?oles¡ª y que le protegi¨® hasta el final.
Diario de un cura pederasta
Las reacciones no tardan en producirse. El procurador general de Bolivia ¡ªrepresentante legal del Estado en la defensa de los derechos, intereses y patrimonio de Bolivia¡ª, Wilfredo Ch¨¢vez, anuncia en su cuenta de Twitter que investigar¨¢ el caso de Pedrajas. Los jesuitas publican un comunicado pidiendo perd¨®n. Los grandes medios del pa¨ªs amplifican la noticia. Los principales afectados, las v¨ªctimas y activistas por los derechos de los ni?os, repiten la idea de que el caso Pedrajas era la chispa para que ¡°detonase la bomba¡±.
Los superiores de la Compa?¨ªa, se?alados. Dos d¨ªas despu¨¦s de la publicaci¨®n, el superior de los jesuitas, Bernardo Mercado, ejecuta una medida ins¨®lita y aparta cautelarmente a ocho exprovinciales por el posible encubrimiento de los delitos del padre Pica. Cinco de ellos ocuparon el cargo durante los a?os en los que el jesuita espa?ol cometi¨® los abusos y el resto lo ejercieron tras la muerte de este. Siete son sacerdotes espa?oles que ejercieron su carrera pastoral en Latinoam¨¦rica como misioneros. Esa semana la Fiscal¨ªa abre una investigaci¨®n de oficio, tras la denuncia formal presentada por el procurador general el 3 de mayo. El Ministerio P¨²blico toma declaraci¨®n a los responsables de la orden, entre ellos a su provincial, que acude a los tribunales serio, cabizbajo y con la promesa de que ¡°los jesuitas colaborar¨¢n con la justicia¡±.
Estos hechos provocan que nuevas v¨ªctimas de Pica y algunos testigos de otros casos de abusos salieran a la opini¨®n p¨²blica para denunciar la impunidad con la que actuaban los sacerdotes pederastas. Un ejemplo es Pedro Lima, un exjesuita que en 2002 acudi¨® al provincial de entonces, Ram¨®n Alaix, para denunciar los abusos de Pedrajas y de otros tres sacerdotes ¡ªLuis T¨®, Antonio Gausset y Carlos Villamil¡ª. Como respuesta, Alaix le expuls¨® de la orden, aunque con la garant¨ªa de que los jesuitas seguir¨ªan pagando su formaci¨®n para que fuera ordenado sacerdote. Pero Lima sigui¨® denunciando la inacci¨®n de los jesuitas y, cuenta, Marcos Recolons ¡ªotro superior, amigo y encubridor de Pica que a?os despu¨¦s alcanzar¨ªa un alto cargo en la orden en el Vaticano¡ª le llam¨® por tel¨¦fono para anunciarle que los jesuitas dejar¨ªan de financiar sus estudios. ¡°Me dijo: ¡®No voy a permitir que hables [mal] de mis hermanos¡±, cuenta.
El problema adquiere una nueva dimensi¨®n con estas revelaciones y unos d¨ªas despu¨¦s, el d¨ªa 10 de mayo, el presidente Luis Arce hace sus primeras declaraciones oficiales y pide ¡°castigar¡± severamente los casos de abusos en la Compa?¨ªa de Jes¨²s.
Un anteproyecto de ley antipederastia en tiempo r¨¦cord. Crece el malestar social en Bolivia. El d¨ªa 11 un grupo de activistas feministas convoca la primera concentraci¨®n ante la sede de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB). Las manifestantes queman fotograf¨ªas de Pedrajas y realizan pintadas en el edificio con frases como ¡°curas violadores fuera de Bolivia¡±. De las calles, el esc¨¢ndalo salta a las instituciones p¨²blicas. El 13 de mayo el presidente Arce registra en la Asamblea Legislativa boliviana un anteproyecto de ley para hacer imprescriptibles los delitos de pederastia y para crear una comisi¨®n de la verdad que investigue lo sucedido en instituciones como la Iglesia. En menos de dos semanas, el Gobierno boliviano intenta legislar por primera vez en su historia sobre la pederastia eclesi¨¢stica y aspira a crear una comisi¨®n que aporte datos sobre estos delitos.
El foco en el encubrimiento. El goteo de nuevas denuncias contra cl¨¦rigos se hace m¨¢s constante la semana despu¨¦s de la presentaci¨®n del anteproyecto de ley. Una de ellas, contra el jesuita espa?ol Francesc Peris, involucra a la Compa?¨ªa de Jes¨²s en Espa?a, que lo envi¨® al pa¨ªs latinoamericano a comienzos de los ochenta con varias acusaciones de abusos en Barcelona. Tras un a?o en Cochabamba, donde constan varias acusaciones contra ¨¦l, regres¨® a Catalu?a en 1984. All¨ª, seg¨²n denuncias recabadas por este peri¨®dico, sigui¨® abusando de ni?as al menos hasta 2005, cuando la orden volvi¨® a apartarle. Este caso ejemplifica una de las pr¨¢cticas habituales de encubrimiento de la Iglesia, que trasladaba a los pederastas de colegio en colegio ¡ªtambi¨¦n a otros pa¨ªses¨D para silenciar el esc¨¢ndalo.
Otro caso que sale a la luz esa semana es el del arzobispo espa?ol Alejandro Mestre, fallecido en 1988 y que fue prelado de La Paz y secretario de la CEB a comienzos de los ochenta. Mestre abus¨® de un menor en 1961, cuando era profesor jesuita en el colegio pace?o de San Calixto. Nacido en la localidad valenciana de Quart de Poblet en 1912, Mestre es el primer espa?ol en desempe?ar el cargo de obispo que es acusado de un delito de pederastia. Como respuesta, la Fiscal¨ªa hace un registro el 17 de mayo en la sede de la Compa?¨ªa de Jes¨²s y ampl¨ªa con estas nuevas denuncias su investigaci¨®n inicial.
Una carta del presidente al Papa y un enviado del Vaticano. El domingo 21, el Vaticano anuncia que uno de sus expertos sobre pederastia viajar¨¢ a Bolivia para reunirse con los obispos para tratar este tema. Se trata del sacerdote espa?ol Jordi Bertomeu, oficial de la secci¨®n disciplinaria de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe. Una visita que ya estaba programada con anterioridad, pero cuya agenda cambia en medio del esc¨¢ndalo
Ante esta nueva situaci¨®n, Arce env¨ªa un d¨ªa despu¨¦s una carta oficial al papa Francisco para pedirle acceso a todos los archivos, expedientes e informaci¨®n referente a los casos de pederastia cometidos por sacerdotes y religiosos cat¨®licos en territorio boliviano de los que la Iglesia tenga constancia. Tambi¨¦n le anuncia que, hasta que se revisen los Acuerdos entre Bolivia y la Santa Sede, el pa¨ªs latinoamericano se reservar¨¢ el derecho de admitir el ingreso de nuevos curas extranjeros con antecedentes de abusos sexuales contra menores. A finales de esa semana, el 25, la CEB anuncia una investigaci¨®n general de los casos de pederastia del pasado y que comunicar¨¢n ¡°con transparencia a la opini¨®n p¨²blica los avances¡±, iniciativa similar a la que otras iglesias europeas ya pusieron en marcha hace unos a?os.
Protestas en las calles. La ¨²ltima semana de mayo, varias manifestaciones recorren las principales ciudades bolivianas. En La Paz y Cochabamba, los asistentes construyen mu?ecos a tama?o real con las caras de los principales sacerdotes pederastas. Al final de estas protestas, esos peleles son quemados a modo de cr¨ªtica. ¡°Arzobispo encubridor es igual de violador¡± es uno de los c¨¢nticos m¨¢s sonados durante las marchas. Las concentraciones se alargan hasta comienzos de mes, las m¨¢s numerosas son apoyadas por representantes p¨²blicos, como el procurador Ch¨¢vez.
El papa Francisco se pronuncia. Entrado el mes de junio el tema de los abusos sigue creciendo con nuevas denuncias por toda Bolivia, seg¨²n datos avanzados p¨²blicamente por la procuradur¨ªa general. El 15 de junio la CEB anuncia las claves de c¨®mo ser¨¢ la investigaci¨®n general de los casos de abusos en su seno. Crea cuatro comisiones: una dedicada a la escucha a v¨ªctimas, otra de investigaci¨®n, una destinada a la comunicaci¨®n y otra a la prevenci¨®n y formaci¨®n. Un d¨ªa despu¨¦s se hace p¨²blica una carta oficial del papa Francisco dirigida al presidente Arce en la que afirma sentirse conmovido por estos casos de abusos sexuales y su encubrimiento.
El Pont¨ªfice se compromete a trabajar junto al Gobierno boliviano para ¡°reparar las injusticias¡± de lo que considera ¡°uno de los desaf¨ªos m¨¢s grandes para la Iglesia de nuestro tiempo¡±. ¡°Le manifiesto mi dolor, mis sentimientos de verg¨¹enza y consternaci¨®n. Pensando en las acciones nefastas de esos sacerdotes, y tambi¨¦n en la negligencia de quienes tendr¨ªan que haber vigilado. Me siento conmovido e impresionado, porque los ministros de la Iglesia deben ser custodios y garantes del bien y del futuro de las j¨®venes generaciones¡±, escribe.
La velocidad a la que se han sucedido los acontecimientos en Bolivia preocupa a muchas de las v¨ªctimas. Creen que propuestas como la creaci¨®n de la comisi¨®n de la verdad requieren m¨¢s tiempo y reflexi¨®n para ponerse en marcha, temen que no se ejecute adecuadamente y que todo se traduzca en una revictimizaci¨®n. No quieren que el problema se politice y temen que su voz no sea escuchada. ¡°Quieren aprobar una comisi¨®n de la verdad que han dise?ado sin el asesoramiento de especialistas en la materia ni de las asociaciones de v¨ªctimas. Solo est¨¢ compuesta por cargos p¨²blicos y quieren aprobar r¨¢pidamente el anteproyecto para cerrar este asunto¡±, se quejaba Edwin Alvarado, portavoz de la asociaci¨®n de antiguos alumnos del colegio Juan XXIII de Cochabamba, epicentro del esc¨¢ndalo de abusos a menores de la Compa?¨ªa de Jes¨²s.
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