El Gobierno aprueba este martes el fin de las mascarillas obligatorias en centros sanitarios, farmacias y residencias
La norma entrar¨¢ en vigor cuando se publique en el BOE, previsiblemente entre el mi¨¦rcoles y el jueves
El Consejo de Ministros tiene previsto aprobar este martes martes el fin de la obligatoriedad de las mascarillas en farmacias, centros sanitarios y residencias, seg¨²n confirman a EL PA?S fuentes gubernamentales. Quedar¨¢ restringida a determinados espacios de hospitales con pacientes cr¨ªticos o inmunodeprimidos, quir¨®fanos o UCI. Los cubrebocas son el ¨²ltimo resquicio de las restricciones de la pandemia de covid que todav¨ªa est¨¢ presente en la vida cotidiana de los espa?oles. Su publicaci¨®n en el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE) ¡ªprevisiblemente el mi¨¦rcoles o el jueves¡ª dar¨¢ comienzo a una nueva etapa en la que, como en todos los dem¨¢s ¨¢mbitos, ser¨¢n voluntarias, aunque recomendables en los ¨¢mbitos donde haya personas m¨¢s vulnerables.
Con el Real Decreto que modificar¨¢, el Gobierno sigue la recomendaci¨®n del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en el que ministerio y comunidades votaron el 23 de junio a favor de terminar con la obligatoriedad en los ¨¢mbitos mencionados. Era una reclamaci¨®n que ven¨ªan haciendo algunas comunidades aut¨®nomas, como Madrid, y que ya hab¨ªan adoptado la mayor¨ªa de los pa¨ªses de nuestro entorno.
Para sustentar esta decisi¨®n, el Centro de Coordinaci¨®n de Emergencias Sanitarias (CCAES) certific¨® ¡°el fin de la emergencia sanitaria¡±, en palabras del ministro de Sanidad, Jos¨¦ Manuel Mi?ones. Es algo que, a nivel internacional, ya hab¨ªa hecho la Organizaci¨®n Mundial de la Salud el 5 de mayo. ¡°Ha sido mucho m¨¢s que una crisis sanitaria. Ha causado graves trastornos econ¨®micos, eliminando billones del producto interior bruto, interrumpiendo los viajes y el comercio, cerrando negocios y hundiendo a millones en la pobreza. Ha causado una grave agitaci¨®n social, con fronteras cerradas, movimientos restringidos, escuelas cerradas y millones de personas que han experimentado soledad, aislamiento, ansiedad y depresi¨®n¡±, dijo su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Desde la ¨²ltima gran ola de covid en Espa?a, el verano pasado, las hospitalizaciones, ingresos en UCI y fallecimientos por esta enfermedad cayeron dr¨¢sticamente y se han mantenido en cifras bajas de forma bastante estable, con subidas y bajadas muy suaves. El ¨²ltimo informe publicado por Sanidad, del viernes, muestra las mejores estad¨ªsticas desde que comenz¨® la crisis del coronavirus: 1.297 hospitalizados en planta y 86 en cuidados intensivos.
Una medida cuestionada
La obligaci¨®n de las mascarillas estaba siendo cada vez m¨¢s cuestionada, en un momento en el que la covid ya no est¨¢ provocando un problema de salud p¨²blica. Un art¨ªculo de opini¨®n en la revista cient¨ªfica Annals of Internal Medicine, firmado por ocho expertos en enfermedades infecciosas de algunas de las universidades m¨¢s prestigiosas de Estados Unidos, ped¨ªa en abril acabar con ella, bajo el t¨ªtulo Uso universal de la mascarilla en centros sanitarios: una estrategia pand¨¦mica cuyo tiempo ha terminado por ahora. Argumentaban que, aunque los cubrebocas fueron ¡°cr¨ªticos¡± para proteger a la poblaci¨®n en un contexto de inmunidad limitada, el escenario ya hab¨ªa cambiado.
Aunque el uso de las mascarillas estaba ya restringido a ¨¢mbitos muy concretos, hab¨ªa m¨¦dicos que se quejaban de que ya no hab¨ªa un beneficio neto, mientras que se dificultaba la comunicaci¨®n con los pacientes. En las farmacias, el cumplimiento era cada vez m¨¢s laxo. Ya ven¨ªa siendo muy frecuente que los clientes entraran sin mascarillas a los establecimientos. ¡°Cada vez m¨¢s clientes vienen sin ella y no vamos a dejar de atenderlos a todos¡±, explicaba una boticaria a este peri¨®dico durante la primavera.
Este ser¨¢, previsiblemente, el ¨²ltimo paso atr¨¢s de las mascarillas obligatorias, despu¨¦s de m¨¢s de tres a?os de regulaci¨®n. El anterior se produjo este mismo a?o: en febrero dejaron de ser obligatorias en el transporte p¨²blico. Por entonces hab¨ªa pasado casi un a?o desde que los espa?oles hab¨ªan podido quit¨¢rsela en los espacios interiores.
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