Las ¨²ltimas semanas de la mascarilla obligatoria en interiores

La cuenta atr¨¢s para el fin de las mascarillas obligatorias en Espa?a ha comenzado. La puso en marcha esta semana el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, cuando dijo que se eliminar¨¢n ¡°muy pronto¡±, aunque nadie sabe exactamente la fecha en la que el contador llegar¨¢ a cero. Los expertos en salud p¨²blica consultados coinciden en que los niveles de transmisi¨®n de covid son todav¨ªa demasiado altos para dar el paso, pero asumen que con la ca¨ªda de la incidencia este momento est¨¢ cerca, probablemente en la primera parte de la primavera.

Ser¨¢ un nuevo cap¨ªtulo en la relaci¨®n de amor-odio que Espa?a vive desde hace dos a?os con las mascarillas. Al comienzo de la pandemia, en parte porque no hab¨ªa suficientes, en parte porque no estaba clara la forma de transmisi¨®n del virus, las autoridades sanitarias la descartaron como medida de protecci¨®n. La tacharon incluso de contraproducente. Con el paso de los meses, seg¨²n hab¨ªa m¨¢s disponibilidad y se fueron mostrando eficaces para prevenir contagios, se hicieron primero recomendables; luego obligatorias en transportes p¨²blicos y centros de trabajo; poco m¨¢s tarde, en interiores, hasta llegar a ser imperativas en todo entorno p¨²blico, abierto o cerrado, en una de las regulaciones m¨¢s estrictas del mundo. Con el tiempo, la ciudadan¨ªa se ha dividido entre los que abrazan esta protecci¨®n y la llevan incluso en entornos donde no se exige y quienes est¨¢n deseando quit¨¢rsela y denuncian que est¨¢n siendo da?inas, sobre todo para los ni?os.

A diferencia de lo que ha sucedido con otras restricciones que depend¨ªan de las comunidades ¡ªdesde el pasaporte covid a los aforos en la hosteler¨ªa¡ª, el uso de las mascarillas est¨¢ regulado por un Real Decreto que las autonom¨ªas tienen que acatar. Ser¨¢ el Gobierno el que decida el momento de dar un nuevo paso adelante. Seg¨²n S¨¢nchez, lo har¨¢ de la mano de lo que digan los t¨¦cnicos. La ¨²ltima vez que le preguntaron a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, respondi¨® que tomar¨¢ la decisi¨®n de la mano de los consejeros regionales.

Pero esto no es lo que ha sucedido en las ¨²ltimas decisiones relacionadas con la mascarilla. Cuando la variante ¨®micron estaba provocando en Navidades una explosi¨®n de contagios sin precedentes, el Gobierno decidi¨® volver a hacerlas obligatorias al aire libre, pese a que no era una medida que pidiera la Ponencia de alertas, conformada por t¨¦cnicos del ministerio y las autonom¨ªas. Algunas comunidades s¨ª la reclamaban, pero eran minor¨ªa.

El levantamiento de esta restricci¨®n se produjo tambi¨¦n sin asesoramiento t¨¦cnico. Un d¨ªa despu¨¦s de la accidentada votaci¨®n de la reforma laboral, una filtraci¨®n a la cadena SER confirmada por la ministra anunciaba el fin de la obligatoriedad de las mascarillas al aire libre. Fue la misma semana que el Congreso hab¨ªa avalado su imposici¨®n por medio de una triqui?uela parlamentaria que meti¨® en el mismo paquete las mascarillas en exteriores y la subida de las pensiones m¨ªnimas: los diputados no pod¨ªan votar en contra de una sin hacerlo de la otra.

Queda por ver si volver¨¢ a usar el Gobierno el fin de las mascarillas como una herramienta de comunicaci¨®n en el momento que le resulte m¨¢s propicio o lo someter¨¢ a cauces m¨¢s ortodoxos. Esto supondr¨ªa pasar por la Comisi¨®n de Salud P¨²blica, formada por los directores de esta ¨¢rea en las comunidades y en el ministerio y por la propia Ponencia de alertas. Fuentes de este organismo aseguran que no han sido consultadas, as¨ª que no est¨¢n estudiando ahora mismo esa posibilidad desde un punto de vista t¨¦cnico.

La Generalitat de Catalu?a ha hecho una propuesta en este sentido. La idea que el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, ha expuesto esta semana en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud es comenzar a retirarla en los colegios empezando por los ni?os de menor edad, e ir avanzando por cursos durante las pr¨®ximas semanas. Si el experimento saliera bien y no se disparasen los contagios, se podr¨ªa generalizar a toda la poblaci¨®n en aproximadamente un mes.

Esta es una estrategia similar a la que defiende la Sociedad Espa?ola de Pediatr¨ªa. Uno de los impulsores de la iniciativa, Quique Bassat, explica que ser¨ªa una buena forma de recuperar la normalidad para los ni?os, y al mismo tiempo podr¨ªa servir de banco de pruebas entre un grupo de edad en el que la enfermedad es casi siempre muy leve. Comprobar la evoluci¨®n de los contagios entre ellos podr¨ªa servir para tomar la decisi¨®n en adultos. ¡°Pero el Gobierno no nos escucha, no parece que vayan por este camino, sino el de levantar la medida para todos a la vez, como han hecho Reino Unido, Dinamarca o Islandia¡±, lamenta Bassat.

En estos tres pa¨ªses ya no es obligatoria en ning¨²n lado. Otros han optado por levantarla gradualmente, como Holanda, que desde el 25 de febrero solo la impone en transporte p¨²blico y aeropuertos, aunque el Gobierno aconseja pon¨¦rsela en lugares muy concurridos. Francia tambi¨¦n ensaya un sistema mixto en el que no es obligatoria en locales cerrados en los que es necesario acceder con el certificado de vacunaci¨®n, aunque el gobierno galo ha anunciado esta misma semana que eliminar¨¢ el uso del pasaporte covid el pr¨®ximo 14 de marzo. Ese mismo d¨ªa las mascarillas solo ser¨¢n obligatorias en el transporte p¨²blico. Italia, Portugal y Alemania mantienen por el momento la imposici¨®n de mascarilla en interiores; en este ¨²ltimo incluso se recomienda la FFP2 en algunos entornos.

?Cu¨¢l debe ser la incidencia para dar el paso?

Todos los pa¨ªses citados tienen incidencias acumuladas m¨¢s altas que Espa?a, que van desde un 30% m¨¢s, caso del Reino Unido, hasta multiplicar la tasa casi por 10, como sucede en Dinamarca, seg¨²n las cifras del repositorio Our World in Data, de la Universidad de Oxford, que hay que tomar con cierta cautela, ya que el conteo no es igual de exhaustivo en todos los pa¨ªses (Dinamarca, en concreto, es particularmente meticulosa).

Espa?a no ha eliminado la obligatoriedad de las mascarillas en interiores ni siquiera cuando la incidencia acumulada ha bajado de los 50 casos por 100.000 habitantes, algo que sucedi¨® en verano de 2020 y en oto?o de 2021. Pero la ¨®micron y las vacunas han cambiado las reglas del juego y es poco probable que se mantengan vigentes si se vuelve a esos niveles. El viernes era de 472, y la bajada es cada vez m¨¢s lenta.

Fernando Rodr¨ªguez Artalejo, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica, cree que la mayor¨ªa de la gente estar¨ªa de acuerdo en relajar la obligaci¨®n de mascarilla en interiores con incidencias inferiores a 50 por 100.000: ¡°La cuesti¨®n es si se puede hacer antes. En general el debate sanitario y moral en torno a las ¨²ltimas medidas de protecci¨®n, a¨²n no bien resuelto, es cu¨¢ndo levantar unas medidas que ya no son de gran utilidad en la mayor¨ªa de la poblaci¨®n ni controlan la presi¨®n en el sistema sanitario, pero que pueden suponer una mayor exposici¨®n y riesgo en los grupos m¨¢s vulnerables, como los inmunodeprimidos por cualquier causa, entre los que puede haber mayores con mucha comorbilidad, pacientes en tratamiento con inmunosupresores, enfermos oncol¨®gicos, etc¡±.

Antoni Trilla, catedr¨¢tico de Salud P¨²blica de la Universitat de Barcelona ¡ªcomo tambi¨¦n Artalejo¡ª, ve con buenos ojos la desescalada progresiva que proponen los pediatras. ¡°Creo que como m¨ªnimo lo que queda de invierno tendremos que seguir con mascarillas. Y luego habr¨ªa que incidir en que aunque no sean obligatorias, para las personas vulnerables es altamente aconsejable llevarlas. Yo pienso seguir haci¨¦ndolo en el autob¨²s y el metro¡±, zanja.

Porque el fin de las mascarillas obligatorias no impedir¨¢ a nadie llevarlas si lo considera oportuno. Las medidas generalizadas a toda la poblaci¨®n pasar¨¢n a ser recomendaciones a las que tienen m¨¢s riesgo de complicaciones con la covid.