Violencia machista: c¨®mo cada feminicidio env¨ªa un mensaje y un aprendizaje para las instituciones
El sistema espa?ol, uno de los m¨¢s avanzados del mundo, es el resultado de los cambios progresivos que se han hecho tras el an¨¢lisis y el estudio de los asesinatos y la violencia durante m¨¢s de tres d¨¦cadas
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Hace un par de a?os, Mar¨ªa Jes¨²s Cantos estaba analizando un caso de suicidio: el de una mujer que se lanz¨® a las v¨ªas del tren. Sin embargo, en un principio cupo la duda sobre si era realmente un suicidio o un asesinato. ¡°Ella nunca denunci¨® a su pareja, pero al hablar con familiares y vecinos, respond¨ªan lo mismo: que se ve¨ªa venir, que o¨ªan broncas muy a menudo¡±, cuenta la comisaria de la Polic¨ªa Nacional responsable de Violencia de G¨¦nero del Ministerio del Interior. Acabaron encontrando una nota para su hijo, de ocho a?os: ¡°Le contaba que llevaba a?os soportando las agresiones y que ya no lo aguantaba m¨¢s, le ped¨ªa perd¨®n. Aquello me hizo plantearme algo, que no sab¨ªamos cu¨¢ntas de las que denuncian se han suicidado, que ese era un aspecto que nunca hab¨ªamos investigado, y que deb¨ªamos hacerlo¡±.
Est¨¢n en ello ahora, aunque no puede adelantar datos ni conclusiones sin el estudio completo. Cuando lo est¨¦, ser¨¢ un ejemplo m¨¢s de c¨®mo la especializaci¨®n en violencia machista en las instituciones, y el an¨¢lisis y el estudio desde esa perspectiva, pueden suponer seguir ahondando en c¨®mo funciona, y por tanto hacer cambios para trabajar contra ese problema estructural que es, seg¨²n organizaciones como la ONU o la OMS, una epidemia global de la que deben hacerse cargo los Estados, y la sociedad en su conjunto.
Por esa violencia hubo solo el a?o pasado 182.078 denuncias por maltrato; a 20 de julio de 2023, registra 1.212 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas desde que existe estad¨ªstica, hace justo dos d¨¦cadas, y 410 menores hu¨¦rfanos; otros 34 feminicidios fuera de las relaciones personales, que se contabilizan desde el a?o pasado; 49 ni?os y ni?as asesinados desde 2013 por sus padres o las parejas de sus madres, por violencia vicaria.
Las propias cifras son el resultado de un ejercicio institucional que ha ido ampliando estad¨ªsticas a lo largo de los a?os, y, como con los datos, su an¨¢lisis ha conllevado cambios constantes en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. Los ¨²ltimos, de hace apenas unos meses. Cuenta Cantos, la responsable del ministerio, que a principios de enero se reunieron los expertos de Interior, los responsables de las unidades de Polic¨ªa Nacional, Guardia Civil, Mossos d¡¯Esquadra y Polic¨ªa Foral, para analizar los 49 feminicidios de 2022 y los tres confirmados que hasta entonces se registraban en 2023 (son ya 28 este jueves).
¡°Una de las conclusiones es que deb¨ªamos buscar la forma de dar mejor protecci¨®n a las v¨ªctimas, por lo que una de las cosas que estamos haciendo es una revisi¨®n de la valoraci¨®n del riesgo para afinar la detecci¨®n del homicidio¡±, explica la comisaria. El pasado a?o, en 20 de los 49 asesinatos exist¨ªa una denuncia previa, un porcentaje (40,8%) an¨®malo. Lo habitual, hist¨®ricamente, es que denuncien alrededor de entre un 20% y un 30%: de las 1.212 mujeres asesinadas desde 2003, el 21,5% lo hab¨ªa hecho, exist¨ªa en 261 casos, no la hab¨ªa en 750 y no consta en 201.
Ante eso, Interior dio instrucci¨®n a las fuerzas de seguridad para que en los casos que consideren ¡°potencialmente letales¡± y no se haya ordenado el ingreso en prisi¨®n del agresor, pidan a los jueces que ordenen que se les coloque una pulsera de control telem¨¢tico para reducir el riesgo de que vuelvan a agredir.
Tambi¨¦n debido a c¨®mo se dieron los asesinatos de 2022, otras de las medidas fueron ¡°prolongar la protecci¨®n de las v¨ªctimas aunque aparentemente el riesgo haya ido bajando o haya desaparecido¡±, es decir, revisar los criterios para declarar inactivo un caso en el Sistema VioG¨¦n, el de seguimiento de las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero; actualizar el protocolo actual con el que trabajan cuando una v¨ªctima va a denunciar; o incrementar las actuaciones policiales en el entorno de las v¨ªctimas, donde ¡°hay casos que nunca se denunciaron pero que todo el mundo lo ve¨ªa venir, familiares o vecinos, pero nadie se quiere ¡®meter en l¨ªos¡¯ y no lo ponen en conocimiento. Hay que trabajar ah¨ª y sensibilizar a la poblaci¨®n¡±, dice la comisaria.
De aquella primera reuni¨®n naci¨® adem¨¢s la Mesa de evaluaci¨®n y seguimiento de los casos letales de violencia de g¨¦nero, que se re¨²ne mensualmente ¡ªaunque se trabaja a diario¡ª y que ya ha tenido resultados espec¨ªficos: un protocolo de comunicaci¨®n para alertar a las v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero si sus agresores son reincidentes, un refuerzo de las medidas de prevenci¨®n ante el riesgo que entra?an estos ¡ªlos que reinciden con la misma u otras v¨ªctimas y que suponen el 20% de los maltratadores machistas, seg¨²n datos de Interior¡ª, o mecanismos de verificaci¨®n policial del cumplimiento de las medidas judiciales de protecci¨®n dictadas contra ellos.
Esta ¨²ltima, quiz¨¢s podr¨ªa haber servido, entre otros, en el feminicidio de Maialen, la mujer asesinada en Vitoria el pasado mayo por Jaime Roca, su pareja, delante de la hija de ambos de tres a?os y a la que ¨¦l dej¨® durante horas junto al cad¨¢ver de su madre para darse a la fuga. Sobre ¨¦l estaba vigente una orden de alejamiento desde hac¨ªa meses. De aquel asesinato, deriv¨® tambi¨¦n un cambio, ¡°la interconexi¨®n con la Ertzaintza para que en tiempo real puedan ver el sistema VioG¨¦n¡±; la polic¨ªa vasca, como la catalana, tienen sistemas propios de vigilancia de la violencia machista, pero ambos conectados con Interior.
La mayor parte de los cambios se producen en las herramientas con las que se trabaja con v¨ªctimas, es decir, con mujeres que ya constan en el sistema. Pero la mayor¨ªa no denuncian ¡ªpor el propio funcionamiento de la violencia machista, por miedo a no ser cre¨ªdas, a su agresor, por sus hijos e hijas¡ª, e Interior establece en m¨¢s de ocho a?os la media hasta que dan el paso. Ah¨ª, la cercan¨ªa de las instituciones es imprescindible.
En una localidad del interior de Espa?a, de apenas unos miles de habitantes, una extrabajadora del Centro de la Mujer, psic¨®loga jubilada, cuenta que ¡°en los sitios peque?os es dif¨ªcil, todo el mundo se conoce y todav¨ªa hay mucho estigma en algunos lugares, mucho miedo o mucha verg¨¹enza. Eso hace dif¨ªcil que den el paso de denunciar, y es importante una buena red. Lo de conocerse todos puede ser un obst¨¢culo, pero tambi¨¦n una ventaja. Al final, alguien sabe lo que est¨¢ ocurriendo, el trabajo de las instituciones debe estar enfocado a que las mujeres, o quienes lo saben, tengan la confianza y la seguridad de que pueden venir a contarlo y que se las apoyar¨¢ de principio a fin¡±.
De ese hilo que une a los casos de violencia machista y a las instituciones habla Victoria Rosell, la delegada del Gobierno contra la violencia de g¨¦nero, cuando se refiere a los puntos violetas, que existen ya en bares, discotecas, farmacias, fiestas y festivales de toda Espa?a: ¡°Hay quien se r¨ªe. Dicen ¡®?van a acabar con la violencia?¡¯ No, pero s¨ª van a dar confianza a las mujeres para ir. Funcionan. El Estado, las comunidades y ayuntamientos se tienen que adaptar a c¨®mo va cambiando la sociedad y hay que dar a las mujeres 16 puertas de salida porque con que cojan una, vale. Despu¨¦s de 20 a?os hemos aprendido que si cierras solo una, est¨¢s dejando a algunas mujeres ante esa puerta cerrada y, en esto, todas tienen que estar abiertas¡±.
Tel¨¦fono para todas las violencias
Rosell pone un par de ejemplos de ¡°puertas abiertas¡± en los ¨²ltimos a?os: ¡°En 2020, el tel¨¦fono 016 atend¨ªa a v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero [en la pareja o expareja], hoy atiende a todas las violencias contra las mujeres, incluida la trata y la explotaci¨®n sexual, la violencia sexual, la familiar, el acoso, todas. Hemos firmado un acuerdo con todas las comunidades para incluir un cat¨¢logo de recursos m¨ªnimos comunes para v¨ªctimas de violencia machista, con el que estuvieron de acuerdo todas las autonom¨ªas. Eso son decisiones sobre pol¨ªticas p¨²blicas que derivan de lo que hemos ido aprendiendo sobre las violencias¡±.
Hay otras que a¨²n no se han formalizado pero que est¨¢n sobre la mesa. Derivaron tambi¨¦n del an¨¢lisis de los feminicidios que se produjeron en diciembre, que acab¨® como el mes con m¨¢s asesinatos machistas, junto al mismo mes de 2008, de toda la serie hist¨®rica: 11. Entonces, se produjo una concentraci¨®n de cr¨ªmenes que gener¨® la alarma del Gobierno y se cre¨® el comit¨¦ de crisis, un equipo formado por los ministerios de Interior, Justicia, Igualdad, las autonom¨ªas donde se producen los feminicidios y las unidades de violencia correspondientes de esas regiones para analizar cada caso y ver las circunstancias espec¨ªficas de cada v¨ªctima, detectar si hay fallos en el sistema, y sentar una serie de medidas y protocolos para paliarlos cuando los haya.
Despu¨¦s de revisar aquellos casos, se hicieron varias propuestas que ten¨ªan que ver con la situaci¨®n de algunas de esas mujeres asesinadas ¡ªdrogodependencia, vulnerabilidad econ¨®mica, situaci¨®n administrativa irregular, octogenarias o grandes dependientes¡ª, entre ellas, que las mujeres en situaci¨®n de alto riesgo por violencia machista y especial vulnerabilidad econ¨®mica tengan acceso inmediato a una soluci¨®n de vivienda y a una ayuda como el ingreso m¨ªnimo vital. O que en el ¨¢mbito rural existan puntos violetas que no solo den informaci¨®n, sino que sirvan como mecanismos de derivaci¨®n, y que podr¨ªan estar ubicados en farmacias, centros sociales y en los centros de atenci¨®n primaria, por la mayor dificultad que existe en los lugares peque?os para denunciar. O que se se especialice a todos los trabajadores que trabajan en el ¨¢mbito sanitario para que puedan detectar indicios de violencia.
En aquella reuni¨®n, cuenta Rosell, se sentaron sabiendo que el espa?ol es ¡°el sistema mejor cosido de Europa y uno de los mejores del mundo¡±, pero que, sabiendo eso, hay dos opciones: ¡°Sentarte a disfrutar del sistema que has creado o mirar las costuras para ver qu¨¦ se puede seguir haciendo para mejorar, con par¨¢metros de m¨¢xima exigencia. Reconocer que el sistema se puede mejorar o que tiene grietas significa tomar decisiones valientes y hacer una pol¨ªtica responsable para solucionarlo¡±. Para eso, ahonda, ¡°hemos de tener en cuenta cada vulnerabilidad que pueda tener cada v¨ªctima. Cada una est¨¢ mandando un mensaje, cada una ense?a algo¡±.
El tel¨¦fono 016 atiende a las v¨ªctimas de violencia machista, a sus familias y a su entorno las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o, en 52 idiomas diferentes. El n¨²mero no queda registrado en la factura telef¨®nica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. Tambi¨¦n se puede contactar a trav¨¦s del correo electr¨®nico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el n¨²mero 600 000 016. Los menores pueden dirigirse al tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR 900 20 20 10. Si es una situaci¨®n de emergencia, se puede llamar al 112 o a los tel¨¦fonos de la Polic¨ªa Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicaci¨®n ALERTCOPS, desde la que se env¨ªa una se?al de alerta a la Polic¨ªa con geolocalizaci¨®n.
Algunos de los hitos m¨¢s conocidos en torno a la violencia machista
A lo largo de las últimas décadas, el Estado ha ido aprendiendo y haciendo cambios en torno a la violencia de género a raíz de casos concretos, pero no solo por esos, sino por cientos, miles, de casos anteriores; y también después de analizar cientos de miles de casos que, observados juntos, marcan patrones y necesidades. "Con el objetivo siempre", dice Victoria Rosell, la delegada del Gobierno contra la violencia de género, "de prevenir los futuros y de mejorar la atención a las víctimas". Aquí, un repaso a algunos de los hitos más conocidos y reconocibles.
Ana Orantes es la violencia machista saliendo del ámbito privado a finales de esa década, siendo el disparador de cómo se entiende y se trata hoy.
Encarnación Rubio supuso un cambio en el funcionamiento de las órdenes de protección a principios de los 2000.
Leonor se llamaba la niña de siete años a la que su padre asesinó en 2013 y que sentó jurisprudencia para que poco después los menores acabaron siendo reconocidos por el Estado como víctimas de la violencia de género en la Ley de Protección de la Infancia y la Adolescencia.
Los asesinatos de Laura Luelmo y Diana Quer están ligados a que el Estado ampliara la violencia machista fuera de la pareja o expareja y comenzara una estadística oficial de feminicidios.
La reacción social a la violación múltiple a una mujer de 18 años en los sanfermines de 2016, y al proceso judicial y el tratamiento mediático posteriores, abrió el camino para un cambio social que empujó al Gobierno a revisar la legislación y que llegó hasta la aprobación de la Ley de Libertad Sexual, que, con el peso de las rebajas de penas y excarcelaciones a agresores sexuales, es una norma integral para dar respuesta a esa violencia a todos los niveles.
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