Torreciudad, el nuevo pulso entre la Iglesia y el Opus Dei
Un a?o despu¨¦s de que el Papa restase poder e influencia a la Obra dentro de la instituci¨®n, el obispo de Barbastro destituye al rector del santuario oscense
Las nubes negras vuelven a posarse sobre el Opus Dei. Un a?o despu¨¦s de que el papa Francisco emitiera un motu proprio con el que le rest¨® poder e independencia dentro de la Iglesia, el obispo oscense de Barbastro-Monz¨®n, ?ngel P¨¦rez Pueyo, ha tendido un pulso a la Obra y, por primera vez en la historia, ha destituido al rector del santuario de Torreciudad, a unos 24 kil¨®metros de Barbastro, para colocar en el cargo a un sacerdote ajeno a la instituci¨®n. La decisi¨®n, anunciada a mediados de julio, se ha clavado como un aguij¨®n en el Opus Dei, que insiste ahora que el templo es de su propiedad y que corresponde a su vicario regional hacer ese nombramiento. La disputa no es una ri?a pueril: Torreciudad es mucho m¨¢s que un templo para los miembros del Opus Dei, simboliza su coraz¨®n espiritual.
La noticia sigue sembrando pol¨¦mica los ¨²ltimos d¨ªas, especialmente por los comunicados oficiales que se han entrecruzado ambas instituciones. P¨¦rez Pueyo, conocido por sentar en el banquillo al obispo de Lleida en 2019 y acusarle de retener durante 24 a?os 111 obras de arte que pertenec¨ªan a la Iglesia barbastrense, parece que no dar¨¢ un paso atr¨¢s. Y el Opus Dei ya ha anunciado que tiene intenciones de no entregar las armas y estudia medidas para que el control de Torreciudad siga en sus manos.
La posible p¨¦rdida de control de este santuario es un reflejo m¨¢s de la merma de poder por la que est¨¢ atravesando una organizaci¨®n conservadora ¡ªfundada en 1928 y presente en m¨¢s de 60 pa¨ªses¡ª cuya influencia hace tan solo unas d¨¦cadas llegaba hasta los grandes c¨ªrculos de poder, tanto del mundo empresarial como de la judicatura y de la pol¨ªtica espa?ola.
El reloj de Manolo repiquetea en su mu?eca derecha mientras este hace giros con el volante a vez que charla sobre la bronca: ¡°?Osma! La gente no entiende qu¨¦ ha pasado. Esto era un lugar privado de esta gente del Opus ?no?¡±. Pasados los sesenta, es uno de los taxistas de Barbastro que frecuentemente sube hasta el santuario para llevar a peregrinos y turistas. Conoce de memoria c¨®mo surgi¨® la idea de levantar el monumental templo en una de las cimas de la comarca de La Ribagorza. El g¨¦nesis de la historia se remonta a 1904, cuando el fundador del Opus Dei, Josemar¨ªa Escriv¨¢, oriundo de Barbastro, enferm¨® gravemente cuando ten¨ªa dos a?os. ¡°Iba a morir. Su madre se encomend¨® a la virgen de Los ?ngeles que ten¨ªa una ermita all¨ª, en lo alto ?Ves aquella torre? Al lado est¨¢¡±, dice Manolo mientras se?ala una atalaya medio derruida. Escriv¨¢ sobrevivi¨® y d¨¦cadas despu¨¦s, en agradecimiento a la Virgen y ya asentado como l¨ªder del Opus, decidi¨® construir un santuario aleda?o a la antigua ermita.
A comienzos de los sesenta comenzaron las negociaciones entre el obispado y una entidad civil creada por la Obra para llevar tal fin, Inmobiliaria General Castellana, que hoy cuenta con el nombre de Desarrollo Social. Por aquel entonces, la ermita estaba semiabandonada, al cuidado de un ermita?o, y pr¨¢cticamente aislada: solo dos caminos arenosos comunicaban el santuario primitivo con los pueblos para que los feligreses acudiesen a la ermita los d¨ªas de romer¨ªa. Finalmente, el acuerdo entre ambas partes fij¨® en 1962 que la di¨®cesis ced¨ªa al Opus Dei a perpetuidad ¡°el dominio ¨²til¡± del santuario y la talla sagrada la imagen de la Virgen, datada del siglo XI, con fines pastorales. Poco despu¨¦s empezaron los proyectos para construir un nuevo templo, m¨¢s grande y con una esplanada para que acogiera a fieles de todo el mundo. Los trabajos comenzaron en 1970 y se alargaron hasta 1975, seg¨²n la Obra pagado con donativos de fieles y de sus cooperadores.
¡°Yo tengo el honor de haber conocido al arquitecto que lo levant¨®, Heliodoro Dols¡±, afirma Manolo con orgullo y un marcado acento aragon¨¦s. El santuario de Torreciudad est¨¢ incrustado en un paraje natural, rodeado por ¨¢rboles y flanqueado por embalse de El Grado con aguas de un color turquesa. Imagen que se asemeja m¨¢s a la portada de una revista de turismo ex¨®tico que a un recinto religioso. Escriv¨¢ muri¨® de un infarto repentino 11 d¨ªas antes de la inauguraci¨®n, el 26 de junio de 1975. Desde entonces, la propiedad perteneci¨® a Inmobiliaria General Castellana S. A., que promovi¨® la edificaci¨®n.
Hasta enero de 2020, cuando esta sociedad an¨®nima se la cedi¨® a la Fundaci¨®n Can¨®nica Santuario Nuestra Se?ora de los ?ngeles de Torreciudad, registrada como entidad religiosa en el Ministerio de Justicia. El cambio estaba motivado por el Opus Dei para facilitar que el templo cambiara de designaci¨®n de oratorio semip¨²blico a la de santuario diocesano. Es aqu¨ª donde comienza el punto de fricci¨®n entre la Obra y el Obispado.
Los seguidores de Escriv¨¢ llamaron a las puertas de P¨¦rez Pueyo ese 2020 para proponer el cambio de estatus del santuario y tambi¨¦n con el objetivo de actualizar el ¡°marco jur¨ªdico¡± de los acuerdos, sin cambiarse desde 1962, a pesar de las relevantes modificaciones que ha sufrido el derecho can¨®nico desde entonces. Las conversaciones no fueron fluidas: fuentes del Opus se?alan a EL PA?S que el obispo pidi¨® el pago anual de una cuant¨ªa desorbitada y fuentes de la di¨®cesis que no es una cuesti¨®n monetaria, sino que ¡°el expediente de relaci¨®n presentado necesitaba una actualizaci¨®n jur¨ªdica, can¨®nica y pastoral¡±.
El acuerdo, no obstante, sigui¨® abierto sin que detonase la pol¨¦mica. Hasta hace un mes. Cuando el obispo anunci¨® al Opus Dei que designar¨ªa a un nuevo rector para el santuario y ofreci¨® a la Obra la posibilidad de presentar una terna. El Opus no lo hizo, al considerar que ¡°hasta que no haya un nuevo convenio, el nombramiento del rector depende a¨²n de la prelatura¡±. La peque?a guerra salt¨® a los medios con tintes de esc¨¢ndalo.
Para miembros de la Obra, el movimiento del obispo ha causado sorpresa y un sabor de decepci¨®n. ¡°Hemos estado trabajando aqu¨ª para dinamizar la zona, para generar vida y puede verse los resultados. ?Por qu¨¦ esta decisi¨®n de cambio?¡±, plantea un numerario que no quiere dar su nombre. El Santuario de Torreciudad recibi¨® el a?o pasado la medalla del M¨¦rito Tur¨ªstico en 2022 por el Gobierno de Arag¨®n, presidido por el PSOE. ¡°Seguiremos conversando para solucionar esto¡±, dice esta misma fuente.
Las noticias sobre la pol¨¦mica apenas han subido hasta los o¨ªdos de los peregrinos en la cima de Torreciudad. ¡°No s¨¦ nada, solo estoy de paso¡±, dice un sacerdote solitario, con marcado acento catal¨¢n, y huye hacia el interior del santuario para evitar m¨¢s preguntas. El canto de los grillos se mezcla con el sonido de una voz pausada que anuncia plegarias por unos altavoces repartidos por el recinto. El santuario se divide en dos plantas: la primera, donde est¨¢ la nave central del templo con el altar principal, el retablo y un coro; y una segunda, repleta de confesionarios y cuatro capillas. Todo el complejo est¨¢ revestido con ladrillo visto, construido en un estilo dif¨ªcil de definir, con formas redondeadas y columnas compuestas a su vez por c¨ªrculos superpuestos.
Adem¨¢s de las numerosas capillas y confesionarios, hay varios libros de visita repartidos por el complejo. Y tambi¨¦n dos rejas en uno de los m¨¢rgenes de la esplanada para los files pueden amarrar cintas de colores, en las que pueden escribir las plegarias para que sean cumplidas por La Virgen Desatanudos. Su lectura es una radiograf¨ªa de los problemas comunes de gente de diferentes partes del mundo, y que se aferran a su fe en busca de una soluci¨®n: ¡°Te pedimos por el descanso tranquil¨® de J. L., quien falleci¨® a los 36 a?os dejando atr¨¢s dos hijas y su esposo. Dales paz y fuerza para continuar sin ella¡±, ¡°Ay¨²dala en su depresi¨®n, de una madre que sufre¡±, ¡°Que encontremos a mi sobrina, gu¨ªanos¡±.
Tambi¨¦n es una radiograf¨ªa del gran n¨²mero de personas que acude hasta el enclave: unas 250.000 antes del covid, y m¨¢s de 190.000 el ¨²ltimo a?o, seg¨²n datos de la ¨²ltima memoria del santuario. Estos n¨²meros tambi¨¦n han puesto encima de la mesa otro de los temas que acorralan al Opus Dei: su amplio patrimonio y sus cuentas. Los ingresos el a?o pasado en Torreciudad, tambi¨¦n seg¨²n datos de la memoria, fueron de m¨¢s de 1,2 millones de euros (214.751 euros en donativos). No obstante, los gastos superaron el mill¨®n de euros, por lo que las ganancias fueron algo m¨¢s de 49 mil euros.
Pero el foco no solo est¨¢ en las cuentas, sino tambi¨¦n en el pago anual que, seg¨²n el convenio firmado en 1962, el Opus Dei paga a la di¨®cesis por la cesi¨®n del santuario y de la talla de la Virgen: 19 euros (3.200 pesetas de la ¨¦poca). La Obra justifica que esa cantidad se acord¨® conforme a una tasaci¨®n de los inmuebles que adquirieron, de unas 170.000 pesetas. El acuerdo estableci¨®, seg¨²n indica la Obra, que esta pagar¨ªa una entrada de 70.000 pesetas y anualmente una peque?a cantidad (esos 19 euros actuales). ¡°No se trata de un arrendamiento o alquiler, que ser¨ªa rid¨ªculo por esa cantidad, sino que, con ese contrato, el Opus Dei asume, con una cantidad simb¨®lica, la nuda propiedad de la di¨®cesis y el compromiso con ella del mantenimiento en perfecto estado de conservaci¨®n de la imagen de la Virgen y de la ermita, de promover el culto y de garantizar el acceso a los peregrinos¡±, dice un portavoz.
En su web, el Opus Dei afirma que se financia ¡°como las di¨®cesis u otras prelaturas, es decir ante todo con las aportaciones de sus mismos fieles y de otras personas que colaboran econ¨®micamente en su misi¨®n¡±. Pese a la nula transparencia sobre los recursos que atesora, se conoce que la Obra cuenta con un gran patrimonio alrededor del mundo y sostiene numerosos centros educativos, como es el caso de la Universidad de Navarra. Desde su nacimiento, supo expandirse r¨¢pidamente y entrar dentro de diversos c¨ªrculos pol¨ªticos y econ¨®micos, especialmente durante la dictadura franquista. Lo refleja una famosa frase atribuida a su fundador cuando conoci¨® que tres de sus miembros hab¨ªan sido elegidos ministros en los a?os sesenta por el dictador Francisco Franco: ¡°Nos han hecho ministros¡±.
Esa presencia e influencia sociopol¨ªtica se ha ido diluyendo en los ¨²ltimos a?os. Es raro escuchar a un pol¨ªtico declararse numerario de la Obra y la voz de su l¨ªder actual, el sacerdote Fernando Oc¨¢riz, resuena menos dentro de los muros de la Iglesia. Su imagen se deteriora, tambi¨¦n por las repetidas cr¨ªticas por decenas de exmiembros, que acusaban a sus dirigentes de practicar m¨¦todos coercitivos en un entorno de secretismo, abusos y sectarismo, desde donde se difund¨ªan creencias ultraconservadoras, y un proselitismo agresivo. Y el nombre de su l¨ªder, aupado como santo por Juan Pablo II entre controversias, comienza a diluirse incluso en el recuerdo de su ciudad natal, Barbastro.
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