El nuevo trastorno laboral se llama sisifemia: ambici¨®n obsesiva, estr¨¦s cr¨®nico y cansancio patol¨®gico
Un m¨¦dico acu?a el t¨¦rmino para definir y advertir de las consecuencias f¨ªsicas y psicol¨®gicas de una mala relaci¨®n con el entorno laboral
Existen decenas de palabras y anglicismos ¡ªfreelance, engagement, networking¡ª para reflejar las din¨¢micas laborales del siglo XXI. Tambi¨¦n los males asociados a ellas: alguien es workaholic cuando trabaja en exceso, alguien sufre burnout por el estr¨¦s y cansancio acumulado tras a?os de vida laboral. Pero no exist¨ªa todav¨ªa un t¨¦rmino que definiera la obsesi¨®n, derivada de la ambici¨®n, la autoexigencia y el perfeccionismo, de querer hacerlo todo bien en el entorno laboral. Una tendencia peligrosa que puede acarrear graves consecuencias para la salud mental, y tambi¨¦n f¨ªsica. Se llama sisifemia, y acaba de ser identificada por Jos¨¦ Manuel Vicente, director de la C¨¢tedra de Medicina Evaluadora Pericial de la Universidad Cat¨®lica San Antonio de Murcia (UCAM).
El t¨¦rmino se inspira en el mito griego de S¨ªsifo, condenado por los dioses a subir una roca a lo alto de una piedra y repetir la tarea una y otra vez, y lo acu?¨® Vicente por primera vez en 2022. ¡°Es un trastorno de salud derivado del agotamiento ps¨ªquico y f¨ªsico de un empleado que se ve obligado a responder a unos objetivos inalcanzables, bien porque se los ponen desde la direcci¨®n de su empresa, bien porque se los pone a s¨ª mismo. Tiene una excesiva carga de trabajo que se empe?a y esfuerza en cumplir, pero que nunca llega a completar a pesar de estar haciendo lo m¨¢ximo posible¡±, explica.
El m¨¦dico, que es tambi¨¦n jefe de la Unidad M¨¦dica del equipo de Valoraci¨®n de Incapacidades del INSS en Gipuzkoa, observaba a cada vez m¨¢s pacientes, con caracter¨ªsticas personales y laborales compartidas, sufrir una dolencia para la que no ten¨ªa nombre: ¡°Ve¨ªamos a gente emocionalmente destrozada, que acababa fatal y terminaba desarrollando otros s¨ªntomas. En ocasiones se pod¨ªa aludir a una situaci¨®n de des¨¢nimo o de ansiedad constante, pero sin darle nombre espec¨ªfico¡±, cuenta el m¨¦dico. Junt¨® evidencias y perfiles y se dio cuenta de que ese cansancio repentino que sus pacientes experimentaban ten¨ªa una causa com¨²n.
Quien padece sisifemia no puede distanciarse del trabajo en sus d¨ªas de descanso. Tampoco cuando se mete en la cama, porque su cabeza, con el paso de los d¨ªas, se ha configurado para rumiar de forma autom¨¢tica y constante sobre las tareas pendientes, sobre lo que podr¨ªa haber hecho mejor o sobre si ha respondido o no bien al jefe. Alarga las horas de trabajo y se somete a jornadas extraordinarias. No duerme bien, reduce su ocio y su c¨ªrculo social ¨²nicamente al entorno laboral. En consecuencia, no rinde como quiere. ¡°Es un bucle. Para compensar, tomamos mucha cafe¨ªna, o recurrimos a los ansiol¨ªticos. Nos decimos: ¡®Tengo que hacer lo posible, aunque haya dormido mal, por hacerlo perfecto¡±, dice Vicente. Esa autoexigencia, ese alto nivel de responsabilidad y perfeccionismo, esa sensaci¨®n de tener una sola oportunidad, es lo que diferencia a la sisifemia de otros trastornos identificados en el entorno laboral.
Si estos rasgos y comportamientos se mantienen en el tiempo pueden aparecer cuadros de ansiedad, de angustia, cuadros depresivos. Tambi¨¦n trastornos del sue?o. Pero Vicente advierte de que tambi¨¦n hay consecuencias f¨ªsicas: ¡°A la larga, hay cierta evidencia de que se pueden desarrollar cuadros card¨ªacos. Infartos, trastornos de ritmo card¨ªaco, subidas de tensi¨®n que pueden ser permanentes, con cuadros hipertensivos mantenidos. Tambi¨¦n hay una cierta constataci¨®n de que, quien mantiene un padecimiento como este, tiene mayor riesgo de tener infartos cerebrales¡±. Adem¨¢s, pueden aparecer dolores f¨ªsicos derivados de la relaci¨®n entre nuestro cuerpo y nuestro cerebro, que van de la mano aunque ¡°nos parezcan cosas distantes¡±, dice Vicente. ¡°Por ejemplo, lumbalgia, jaquecas u obesidad¡±.
La sisifemia evidencia la relaci¨®n insana que muchas personas mantienen con su trabajo. En parte por la necesidad de valoraci¨®n externa, pero tambi¨¦n derivada de un mercado muy competitivo. ¡°Especialmente despu¨¦s del desarrollo del teletrabajo en la pandemia, que facilita que nos llevemos trabajo a casa, y que emborrona los l¨ªmites de los horarios. En esos casos, la empresa es de alguna forma c¨®mplice, porque conoce que estamos dedicando m¨¢s horas de nuestra jornada habitual, pero no constan como jornadas extraordinarias¡±, desarrolla Vicente. En noviembre, la Inspecci¨®n de Trabajo inici¨® una investigaci¨®n en las principales consultoras de Espa?a, las conocidas como Big Four (Deloitte, PwC, EY y KPMG) por las jornadas maratonianas de sus trabajadores. Concluy¨® que estas empresas tendr¨ªan que pagar al menos 700.000 euros en liquidaci¨®n voluntaria de horas extra. Las consultoras implantaron, desde ese momento, sistemas de registros de jornada.
En este sentido, los expertos recomiendan prestar atenci¨®n a la relaci¨®n que mantiene nuestro trabajo con la salud mental. ¡°Es imprescindible. En lo laboral, en concreto, la salud mental adquiere una importancia absoluta, porque afecta a todo nuestro proceso de desempe?o como trabajadores y contribuye a evitar accidentes laborales¡±, explica Noelia Garc¨ªa-Guirao, doctora en Ciencias Sociales y Jur¨ªdicas y perito judicial en Prevenci¨®n de Riesgos Laborales. ¡°Afortunadamente, sabemos c¨®mo hacerlo gracias a la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales. Los trabajadores tenemos derecho a una protecci¨®n eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo, y esta ley nos da las claves. Tambi¨¦n en lo psicosocial. Es decir: tenemos las herramientas legales necesarias para ello. Y tenemos a los profesionales con los conocimientos en la materia. Solo hay que poner en marcha los mecanismos de prevenci¨®n en materia psicosocial, que est¨¢n un poco olvidados¡±, contin¨²a la tambi¨¦n psic¨®loga del trabajo.
Garc¨ªa-Guirao apunta que hay que ser prudentes a la hora de poner nombre a las cosas. ¡°El peligro de sobretiquetar puede provocar que se atribuyan problemas psicol¨®gicos a rasgos normales de la personalidad y ello lleve a una patologizaci¨®n innecesaria. Adem¨¢s, el nombre que se le haya puesto no va a definir absolutamente la complejidad de la dolencia de una persona concreta¡±, avisa. Por otro lado, tambi¨¦n explica que hay ventajas en especificar y llamar a las cosas de una determinada manera: ¡°Ayuda al reconocimiento y comprensi¨®n de la dolencia y de sus s¨ªntomas, porque proporciona un marco necesario para entender lo que la persona est¨¢ experimentando. Tambi¨¦n facilita los avances en investigaci¨®n y tratamientos adecuados, porque los profesionales manejan una terminolog¨ªa com¨²n y ello redundar¨¢ en el desarrollo de estrategias de tratamiento m¨¢s eficaces¡±.
Vicente precisa que, en psiquiatr¨ªa, las denominaciones se hacen bas¨¢ndose en el DSM-5, una publicaci¨®n donde se establecen los c¨®digos diagn¨®sticos. ¡°Pero hay otros muchos fen¨®menos relevantes que no aparecen como tal, como puede ser el burnout, pero que ha sido necesario nombrarlos e identificarlos¡±. El m¨¦dico insiste en la importancia de hacerlo: ¡°Lo que no nombramos no lo visibilizamos. No existe¡±. Organizaciones como la Asociaci¨®n de Especialistas de Medicina del Trabajo o la Asociaci¨®n Espa?ola de Psiquiatr¨ªa Legal, y tambi¨¦n el sindicato UGT, entre otros, ya se han hecho eco del t¨¦rmino.
Profesiones vocacionales
La sisifemia no afecta a todas las profesiones por igual, ni todas las personas tienen el mismo riesgo de caer en ese bucle. Vicente expone que afecta especialmente a profesiones vocacionales, con un alto nivel de exigencia y presi¨®n: m¨¦dicos, consultores financieros, auditores, abogados de grandes despachos, servicios sociales. ¡°Y, a nivel personal, a gente con un alto sentido de la responsabilidad, muy autoexigentes. Con mucha tendencia a la perfecci¨®n¡±, a?ade Vicente. Pero se puede expandir a cualquier persona que sienta que tiene una ¨²nica oportunidad de demostrar algo, que acabe de empezar a trabajar en una nueva coyuntura, como un ascenso. ¡°Le pasa mucho a, por ejemplo, los j¨®venes y becarios, que son parte de un sector al que se le machaca o explota habitualmente, y que a menudo est¨¢n mal pagados¡±, contin¨²a el m¨¦dico.
Por eso mismo no hay que confundir la sisifemia con el ampliamente extendido t¨¦rmino del burnout. Vicente especifica que este ¨²ltimo aparece al final de la carrera, con un periodo de latencia muy largo. ¡°El burnout implica la desafecci¨®n por el trabajo, no sentir ya a la empresa como algo propio, en gran parte por no sentirse bien valorado ni apreciado. En cambio, la sisifemia responde a la premura diaria del cumplimiento, a ponerse objetivos inalcanzables, a la entrega completa para cumplirlos. Hay mucha conexi¨®n entre la empresa y el trabajador, y las consecuencias aparecen en un periodo mucho m¨¢s corto de tiempo¡±, explica el m¨¦dico.
¡°Hay que tener claro¡±, expresa Vicente, ¡°que el trabajo tiene su tiempo y que vivir es vivir para algo m¨¢s que trabajar¡±. Garc¨ªa-Guirao incide en que ¡°las condiciones del puesto de trabajo no deben suponer riesgo alguno para el trabajador, en ninguna profesi¨®n¡±, y coincide con Vicente: ¡°Es vital la cultura de seguridad y, concretamente, la cultura preventiva de cada empresa, y c¨®mo se aborda el aspecto psicosocial. El cuidado y mantenimiento de una buena salud mental de los trabajadores est¨¢ ¨ªntimamente ligado a una buena cultura preventiva por parte de la empresa en materia psicosocial. No se pueden desligar. La salud mental del trabajador debe ser, para la empresa, tan importante como la salud f¨ªsica. Y en esto todav¨ªa tenemos mucho trabajo por hacer¡±.
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