Se disparan las llamadas de j¨®venes por violencia machista: ¡°Si sal¨ªa con mis amigas me llamaba puta. Solo quer¨ªa que saliese con ¨¦l¡±
El ¨²ltimo estudio de la Fundaci¨®n ANAR resalta el alto porcentaje de adolescentes que no son conscientes de la situaci¨®n en la que se encuentran
No ha cumplido a¨²n los 14 a?os la adolescente que dice esto: ¡°Me pide que le env¨ªe fotos de la ropa que me quiero comprar, y no le gusta que me compre camisas de tirantes¡±. Esta frase es de una de 16: ¡°Si sal¨ªa con mis amigas me insultaba, me llamaba puta. Solo quer¨ªa que saliese con ¨¦l¡±. Esta otra tiene 17: ¡°Una vez me golpe¨® al verme hablando con un amigo. Los golpes cada vez se volvieron m¨¢s frecuentes¡±. Tambi¨¦n esta tiene 17: ¡°Mantuvimos relaciones sexuales y lo grab¨® sin mi permiso y luego me chantajeaba constantemente con publicarlo en redes sociales¡±. Y esta, 15: ¡°Le ped¨ª a mi chico que parase porque me estaba doliendo y no quer¨ªa mantener relaciones sexuales, pero no me hizo caso y continu¨®¡±.
Son solo peque?as partes de las historias de cinco chicas, pero son el paradigma de las cientos de miles que sufren violencia machista sin haber cumplido los 18 a?os en Espa?a, y algunas de las miles a las que ha atendido la Fundaci¨®n ANAR (Fundaci¨®n de Ayuda a Ni?os y Adolescentes en Riesgo) en los ¨²ltimos a?os. Esos cinco testimonios son parte de su ¨²ltimo informe, publicado este martes, el estudio longitudinal Evoluci¨®n de la violencia contra las mujeres en la infancia y adolescencia en Espa?a, seg¨²n su propio testimonio, que ha diferenciado cuatro tipos de violencia: de g¨¦nero, dom¨¦stica, sexual y otro tipo de violencia f¨ªsica o psicol¨®gica. Financiado por el Ministerio de Igualdad, se basa en un universo de 20.515 ni?os, ni?as y adolescentes, a quienes la fundaci¨®n, a trav¨¦s del tel¨¦fono y el chat, ayud¨® entre octubre de 2018 y octubre de 2022.
Entre los cuatro tipos que analiza el trabajo, la machista copara m¨¢s de la mitad de todas las llamadas (53,8%); de esas, el ¡°86,7% fueron por violencia de g¨¦nero en el entorno (situaciones en las que el o la menor de edad se encuentra en el entorno de las mujeres v¨ªctimas de violencia machista y son tambi¨¦n v¨ªctimas de esa violencia), y un 13,3% por violencia de g¨¦nero adolescente (en la que la ni?a o adolescente es la v¨ªctima directa)¡±.
Tras esta, la dom¨¦stica (18,6%), la f¨ªsica y/o psicol¨®gica (15,9%), y la sexual (11,7%). Sin embargo, si se observa el crecimiento de las llamadas durante el periodo de estudio, es la sexual la que m¨¢s aument¨® en segundo lugar (39,4%), solo por detr¨¢s de la violencia machista: que ha aumentado un 87,8% en los casos de violencia de g¨¦nero en el entorno, y un 87,2% en los de violencia de g¨¦nero adolescente. Y, resalta el an¨¢lisis, cada vez se produce a edades m¨¢s tempranas.
Los resultados, como los del resto de an¨¢lisis de diversos organismos en los ¨²ltimos a?os, dibujan una realidad con varias constantes que est¨¢n profundamente conectadas: el aumento de la violencia, su relaci¨®n cada vez mayor con la tecnolog¨ªa, una distorsi¨®n en la percepci¨®n de esa violencia, y un nivel de infradenuncia muy alto. ¡°Resalta el alto porcentaje de adolescentes que expresaron no ser conscientes de la situaci¨®n en la que se encontraban (47,1% durante el periodo de cifras del estudio, que crece al 63,7% en el ¨²ltimo a?o de datos que recogen)¡±, y tambi¨¦n el de aquellas ¡°que no denuncian o tienen intenci¨®n de denunciar (un 70,3%)¡±.
Del total de llamadas atendidas por cualquier causa de violencia contra las mujeres, el 70,1% de los problemas fueron considerados de gravedad alta, un 52,8% de urgencia alta, un 53,7% de frecuencia diaria y un 62,6% de duraci¨®n de m¨¢s de un a?o
Una violencia que siempre tiene el mismo objetivo, ¡°que el agresor tenga una posici¨®n de poder respecto a su pareja¡±. Ellas, dice el estudio, tienen una media de 16 a?os, ¡°pero atendemos llamadas ya desde los 12 a?os¡±, ha advertido durante la presentaci¨®n, con ¡°preocupaci¨®n¡±, Diana D¨ªaz, la directora de las L¨ªneas de Ayuda de la Fundaci¨®n. Ellos tienen mayoritariamente entre los 14 y los 17 a?os, (63,7%), aunque seg¨²n el informe ¡°no hay que menospreciar el importante porcentaje de parejas o exparejas, de las menores, con 18 a?os o m¨¢s (32,6%), lo que puede suponer un mayor riesgo de conductas violentas por la mayor madurez de quienes se encuentran en estos grupos de edad¡±.
Benjam¨ªn Ballesteros, el director t¨¦cnico de la Fundaci¨®n Anar, ha aludido durante la rueda de prensa a la importancia de focalizar tambi¨¦n sobre los hombres: ¡°Un llamamiento a ser mucho m¨¢s activos de lo que somos en este problema social que nos afecta a todos. Creemos que debemos conseguir que nos impliquemos y tengamos el papel activo que tenemos que tomar, tenemos que ser referente de buen trato e igualdad¡±.
La estructura de la violencia
A lo largo del estudio se ejemplifica y explica c¨®mo la violencia machista entre adolescentes ¡ªcomo ocurre entre adultos¡ª siempre sigue los mismos pasos, ¡°estableciendo una relaci¨®n de dependencia afectiva que le impida a ella separarse de ¨¦l¡±. Relaciones que ¡°suelen empezar con comentarios y solicitudes de cambio de comportamiento de la adolescente que denotan un inicio de control sobre su conducta que, en edades tempranas, sin un patr¨®n claro sobre relaciones afectivas, de pareja, sanas, se asumen con normalidad¡±.
Esa ¡°normalidad¡± es como comienzan esas relaciones en las que, seg¨²n avanzan, el agresor va recrudeciendo esos comentarios y actitudes de control. Poco a poco, ¨¦l ¡°la aleja de sus c¨ªrculos familiares y sociales, lo que facilita la sumisi¨®n de la adolescente ante cualquier petici¨®n por parte de ¨¦l¡±. La violencia psicol¨®gica y social se convierte en habitual ¡ªes diaria en el 66,2% de los casos)¡ª, se expande hacia ¡°todos los aspectos de la vida de las adolescentes, y se vuelve cada vez m¨¢s intensa y restrictiva¡±.
Puede ir de las prohibiciones expl¨ªcitas y la coerci¨®n de la libertad ¡ª¡°despreci¨¢ndola o haci¨¦ndole sentir culpable de las posibles consecuencias de su conducta por no acceder a lo que le solicita¡±¡ª, a las agresiones f¨ªsicas, de las que los agresores suelen culpabilizar y hacer sentir culpables a los propias v¨ªctimas. ¡°Me dec¨ªa te pego porque eres una puta y te lo mereces¡±, cuenta una de 15. ¡°Me ha prohibido tener redes sociales y no tengo tel¨¦fono porque mi tel¨¦fono lo tiene ¨¦l¡±, dice otra de 16. Esta ¨²ltima forma parte del 79,7% de los casos de violencia machista adolescente en la que la tecnolog¨ªa tiene una implicaci¨®n ¡°relevante¡±, con un incremento ¡°significativo¡± a lo largo de los a?os.
Todos los insultos, la ridiculizaci¨®n, la humillaci¨®n y el control que ejercen sobre ellas tienen consecuencias asociadas que nunca son leves. El estudio destaca los problemas de salud mental (48,8%), y dentro de estos, ¡°las conductas suicidas (ideaci¨®n e intento de suicidio), con 36,7%; los problemas de conducta (20,9%), otros problemas psicol¨®gicos (26,6%), y las autolesiones (15,8%)¡±. Sin embargo, y a pesar de esto, ¡°m¨¢s de dos tercios de las adolescentes que solicitan apoyo a la Fundaci¨®n ANAR por violencia de g¨¦nero no reciben tratamiento psicol¨®gico (69,1%)¡±. Y hay otras circunstancias que se dan en estas relaciones de violencia, como el bajo rendimiento escolar.
Menos conciencia del problema, menos denuncias
En este marco, y a pesar de las cifras y la visibilizaci¨®n cada vez mayor en los ¨²ltimos a?os, ¡°se aprecia una evoluci¨®n negativa a lo largo del tiempo, en cuanto a conciencia del problema¡±, se?ala el informe. En el per¨ªodo prepandemia, e incluso durante la pandemia, ¡°en torno al 80% de las adolescentes que contactaron para solicitar apoyo respecto a violencia con sus parejas o exparejas mostraban ser conscientes de conductas consideradas violentas en la relaci¨®n que manten¨ªan¡±, pero esta situaci¨®n ¡°cambia de forma importante el ¨²ltimo a?o¡±: un 63,7% de las adolescentes a las que atendieron dijeron que ¡°no eran conscientes de las conductas violentas que sus parejas o exparejas estaban teniendo con ellas¡±. Esta tendencia, seg¨²n la Fundaci¨®n, ¡°lleva a plantear la hip¨®tesis sobre un posible proceso de normalizaci¨®n de determinadas conductas violentas que empiezan a no percibirse como tales¡±.
Una hip¨®tesis que tambi¨¦n se enlaza con las cifras de denuncia o las de la intenci¨®n de denunciar, cada vez m¨¢s bajas: ¡°En el ¨²ltimo a?o (de noviembre de 2021 a octubre de 2022) m¨¢s de dos tercios de las adolescentes (78,4%) que contactaron por problemas de violencia en la pareja expresaron que no hab¨ªan denunciado o no ten¨ªan intenci¨®n de denunciar¡±. Ese progresivo descenso, seg¨²n Anar, tambi¨¦n podr¨ªa tener que ver ¡°con la escasa confianza en el sistema judicial respecto al que dudan sobre si se les creer¨¢ o no, o por posibles repercusiones negativas que este acto pueda tener tanto en las v¨ªctimas, durante el proceso judicial o posteriormente, como en sus familias¡±.
El tel¨¦fono 016 atiende a las v¨ªctimas de todas las violencias machistas ¡ªde la sexual a la psicol¨®gica, la econ¨®mica o la trata¡ª, a sus familias y a su entorno las 24 horas del d¨ªa, todos los d¨ªas del a?o, en 53 idiomas diferentes. El n¨²mero no queda registrado en la factura telef¨®nica, pero hay que borrar la llamada del dispositivo. Tambi¨¦n se puede contactar a trav¨¦s del correo electr¨®nico 016-online@igualdad.gob.es y por WhatsApp en el n¨²mero 600 000 016. Las y los menores pueden dirigirse al tel¨¦fono de la Fundaci¨®n ANAR 900 20 20 10. Si es una situaci¨®n de emergencia, se puede llamar al 112 o a los tel¨¦fonos de la Polic¨ªa Nacional (091) y de la Guardia Civil (062). Y en caso de no poder llamar, se puede recurrir a la aplicaci¨®n ALERTCOPS, desde la que se env¨ªa una se?al de alerta a la Polic¨ªa con geolocalizaci¨®n.
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