Los obispos solo participar¨¢n en un fondo de indemnizaciones con el Estado si incluye a ¡°todas las v¨ªctimas¡±
Omella vuelve a desacreditar la extrapolaci¨®n de cifras del informe del Defensor: ¡°Si seguimos las cuentas matem¨¢ticas yo creo que estar¨ªamos metidos en esa din¨¢mica de los abusos ustedes y yo¡±
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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Los obispos se han mostrado este lunes a la defensiva, eluden la gravedad de la magnitud de las cifras sobre la pederastia del clero que salen a la luz y, por ¨²ltimo, limitan y diluyen su responsabilidad, enmarc¨¢ndola en un fen¨®meno que afecta a toda la sociedad y solo en peque?a parte a la Iglesia. Esa ha sido la respuesta del presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), el cardenal Juan Jos¨¦ Omella, y el portavoz de la instituci¨®n, C¨¦sar Garc¨ªa-Mag¨¢n, despu¨¦s de cuatro d¨ªas, al severo informe del Defensor del Pueblo presentado el viernes. Los obispos tampoco han cogido la mano que les tendi¨® el Defensor en sus conclusiones, con la propuesta de un fondo com¨²n con el Estado para indemnizar a las v¨ªctimas. La CEE, por el contrario, condiciona su participaci¨®n en esa iniciativa a que beneficie a todas las v¨ªctimas de pederastia de cualquier ¨¢mbito, no solo de la Iglesia, ¡°de otro modo se crear¨ªan v¨ªctimas de primera y de segunda clase¡±. Seg¨²n la encuesta del Defensor, un 11,7% de la poblaci¨®n ha sufrido abusos en su infancia.
El estudio contiene una amplia encuesta a 8.000 ciudadanos que estima que el 1,13% de la poblaci¨®n ha sufrido abusos en la infancia en ¨¢mbito religioso, un porcentaje que seg¨²n los c¨¢lculos de EL PA?S equivale a unas 440.000 personas. El Defensor, en su rueda de prensa, se neg¨® expl¨ªcitamente a hacer esa regla de tres porque no quer¨ªa entrar en el debate de dar n¨²meros absolutos de la encuesta, aunque invit¨® a los periodistas a hacer las cuentas. Omella volvi¨® a desacreditar esas cifras como una extrapolaci¨®n que es ¡°mentira¡±: ¡°Realmente si seguimos las cuentas matem¨¢ticas yo creo que estar¨ªamos metidos en esa din¨¢mica de los abusos. Ustedes y yo¡±. Aunque matiz¨®: ¡°Somos todos de letras y no de matem¨¢ticas¡±.
¡°La sociedad entera sabe sumar y entonces dice: ¡®Bueno, esto de d¨®nde sale¡¯. No sabemos c¨®mo han hecho la encuesta, qu¨¦ tipo de preguntas han hecho¡±, prosigui¨® el cardenal, a pesar de que el informe dedica 23 p¨¢ginas a explicar la metodolog¨ªa y los resultados de la encuesta (realizada por GAD3), con profusi¨®n de datos y tablas. ¡°Es decir, hay una opacidad para llegar a una conclusi¨®n que no la vemos l¨®gica. (...) ?A cu¨¢nto nos toca a cada uno? Y esto es lo que hay de desmentir. ?Qu¨¦ intencionalidad hay de vender esa cifra? Creo que es evidente, por eso sal¨ª con esa decisi¨®n estilo Omella, estilo pueblo: ¡®Esto es mentira¡±, dijo en referencia a un tuit que difundi¨® el s¨¢bado. ¡°No corresponde a la realidad. Y el Defensor del pueblo no da esos datos¡±. El presidente de los obispos no quiso responder, a preguntas de la prensa, a cu¨¢ntas personas equivale, en su opini¨®n, un 1,13% de la poblaci¨®n.
El portavoz de los obispos, C¨¦sar Garc¨ªa-Mag¨¢n, tambi¨¦n censur¨® que ¡°extender una sombra de oscuridad y de sospecha a todos los sacerdotes y a todos los consagrados, aparte de no ser verdadero, es injusto. Falso e injusto¡±. A?adi¨®, en referencia al 11,7% de abusos en toda la sociedad: ¡°Si mantuvi¨¦ramos esa extrapolaci¨®n que se ha hecho de datos, se ha hablado de 440.000, habr¨ªa 4,5 millones de personas. Entonces, si jugamos, entramos en esa dial¨¦ctica, el titular habr¨ªa sido ese. Se ve que es una barbaridad. Las v¨ªctimas no son un n¨²mero, no podemos jugar encerrados en los n¨²meros porque creo que ser¨ªa una falta de respeto. Es un problema social que tambi¨¦n ha estado en la Iglesia y que no es una cuesti¨®n de titulares¡±.
El secretario general ha afirmado que las encuestas demosc¨®picas tienen ¡°un margen de error de un +/- 1%¡± y que en el estudio del Defensor ¡°hay un factor de correcci¨®n¡± sobre la estimaci¨®n. De ser as¨ª, eso significar¨ªa que el n¨²mero estimado de cifras podr¨ªa ser menor, como ha insinuado C¨¦sar-Mag¨¢n, pero de igual forma tambi¨¦n podr¨ªa ser mayor.
Los obispos insisten en que los datos que los medios han extra¨ªdo de los porcentajes est¨¢n mal hechos. Lo cierto es que en el informe del Defensor queda bien definido a qu¨¦ hace referencia cada uno de ellos. Del total de la poblaci¨®n residente en Espa?a entre 18 y 90 a?os (38,9 millones de personas), un 1,13% sufri¨® abusos en entornos religiosos (unas 440.000 v¨ªctimas) y un 0,6%, por un cura o un religioso (m¨¢s de 220.000).
Adem¨¢s de eludir el debate de n¨²meros y la envergadura del problema ¡ª¡°porque lo que nos importa son las v¨ªctimas, no las cifras¡± y ¡°no debemos basarnos en el tema cuantitativo, en la cantidad, sino en la cualidad¡±¡ª, el otro gran argumento de la rueda de prensa ha sido el de reducir ese problema a una peque?a parte del total. Algo que relacionaron directamente con la propuesta de Gabilondo de compensar conjuntamente a las v¨ªctimas: ¡°Si se constituye un fondo para reparar por parte de las autoridades p¨²blicas, estar¨ªamos dispuestos a colaborar en ese fondo si hay una integraci¨®n tambi¨¦n de los otros aspectos, de los otros ¨¢mbitos donde hay abusos, pero si eso no fuera as¨ª, la Iglesia como de hecho ya est¨¢ haciendo, tendr¨ªa su propio proceso de reparaci¨®n integral para las propias v¨ªctimas¡±, explic¨® Garc¨ªa-Mag¨¢n. ¡°Para no crear una discriminaci¨®n entre v¨ªctimas, como dec¨ªamos, si queremos afrontar de verdad la ra¨ªz del problema, habr¨ªa que prestar esa atenci¨®n necesaria e integral a todas¡±, argument¨®, y se?al¨® que si hay v¨ªctimas que quedan excluidas ¡°no parece que se mantenga ese principio de igualdad jur¨ªdica de todos los ciudadanos¡±. En cuanto a la labor que, afirman los obispos, ya est¨¢n realizando con las indemnizaciones, lo cierto es que en el informe del Defensor solo siete di¨®cesis admiten haberlas pagado en alguna ocasi¨®n (Cartagena, Mallorca, Tui-Vigo, Vitoria, Barcelona, Bilbao y Madrid) en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Ninguno de los dos dirigentes episcopales ha querido aclarar por qu¨¦ hasta hace apenas dos a?os la Iglesia negaba la existencia de casos y ahora ya reconoce un millar, ni si alguien asumir¨¢ responsabilidades por ello. Tampoco han explicado cu¨¢ndo la Iglesia dar¨¢ una lista clara, ¨²nica y transparente de casos, con los detalles de cada uno, pues ahora mismo las cifras de cada instancia son contradictorias y la informaci¨®n es muy opaca. ¡°El tema de las cifras es muy complicado. Vamos poco a poco, a medida que vamos avanzando van apareciendo m¨¢s casos, van algunos denunciando, algunos que se hab¨ªan callado. (...) Yo creo que la actitud que en estos momentos tenemos unos m¨¢s que otros es buscar la verdad¡±, respondi¨® Omella.
Lo m¨¢s parecido a una autocr¨ªtica que hizo el cardenal, tras pedir perd¨®n a las v¨ªctimas, fue esta frase, que incluye un reconocimiento expreso del encubrimiento rutinario de los casos en el pasado: ¡°Todos aprendemos tarde. Durante siglos hemos vivido con la esclavitud, y al final la sociedad y la Iglesia se dio cuenta de que era un grave error. Y la esclavitud se aboli¨®. Hemos aprendido cu¨¢nto tiempo hemos sido conscientes de esos abusos en la familia y en la Iglesia. Quit¨¢bamos a la persona de su lugar hasta que hemos tomado conciencia de que eso era una lacra. Hemos aprendido a estar cerca, escuchar a las v¨ªctimas. Es horrible lo que ellos han vivido y cuando te lo cuentan se te pone la piel de gallina¡±.
Preguntado por la labor de los medios, tras su ataque a las extrapolaciones que asegur¨® que parte de la prensa hac¨ªa ¡°con intenci¨®n de enga?ar¡±, Omella admiti¨®: ¡°Tengo que dar gracias porque los periodistas nos han hecho un gran servicio d¨¢ndonos luz en muchas cosas y hay que agradecerlo. Eso no quita que tambi¨¦n alguna vez, como nosotros, metemos la pata y cometemos errores. (...) Todos hemos andado un poco en arenas movedizas. Yo creo que la actitud que en estos momentos tenemos unos m¨¢s que otros es de buscar la verdad¡±.
Omella y Garc¨ªa-Mag¨¢n eludieron responder por qu¨¦ muchas di¨®cesis y ¨®rdenes no han proporcionado datos completos de sus casos y por qu¨¦ no se investigan y reconocen los casos de encubrimiento. El secretario general respondi¨® que a d¨ªa de hoy no conoce ning¨²n caso enjuiciado. Ni siquiera quiso valorar un caso concreto de su di¨®cesis, la de Toledo, donde es obispo auxiliar, porque argument¨® que estaba en la rueda de prensa como secretario general de la CEE. Se trata de la condena a siete a?os de c¨¢rcel a un cura, una sentencia donde se incluye en los hechos probados que el obispado lo supo en 2009, y tard¨® 12 a?os en tomar medidas cautelares contra el sacerdote.
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