No es el fentanilo: las pastillas contra el dolor de las que abusa Espa?a se llaman gabapentinoides
Las ventas de estos f¨¢rmacos para molestias neurop¨¢ticas han crecido un 50% en cuatro a?os. Su potencia y efectos secundarios son mucho menores que los de los opi¨¢ceos, pero la mitad de quienes los consumen lo hace fuera de indicaci¨®n
El manejo del dolor es uno de los grandes retos de la medicina. Cada vez m¨¢s personas viven con malestar cr¨®nico, pese a que cada vez se consumen m¨¢s medicamentos para aliviarlo. Uno de los problemas, m¨¢s all¨¢ de los efectos secundarios, es que el organismo suele acostumbrarse a ellos, y cada vez necesita m¨¢s dosis. En Estados Unidos, la apuesta de parte de la industria farmac¨¦utica y de algunos m¨¦dicos por terminar de un plumazo con estas molestias mediante opi¨¢ceos ha generado un...
El manejo del dolor es uno de los grandes retos de la medicina. Cada vez m¨¢s personas viven con malestar cr¨®nico, pese a que cada vez se consumen m¨¢s medicamentos para aliviarlo. Uno de los problemas, m¨¢s all¨¢ de los efectos secundarios, es que el organismo suele acostumbrarse a ellos, y cada vez necesita m¨¢s dosis. En Estados Unidos, la apuesta de parte de la industria farmac¨¦utica y de algunos m¨¦dicos por terminar de un plumazo con estas molestias mediante opi¨¢ceos ha generado una ingente crisis de salud p¨²blica. En Espa?a, f¨¢rmacos como el fentanilo est¨¢n mucho m¨¢s controlados, pero hay otros (menos potentes y da?inos, pero no exentos de riesgos), que se prescriben muy por encima de lo necesario: uno de los que crece con fuerza es la familia de los gabapentinoides.
Sus ventas se han incrementado un 50% en cuatro a?os, seg¨²n estad¨ªsticas de la consultora HMR. Las farmacias vendieron en octubre m¨¢s de un mill¨®n de cajas de las dos mol¨¦culas de esta familia: gabapentina y pregabalina. Y un estudio reciente publicado en Gaceta Sanitaria, la revista cient¨ªfica de la Sociedad Espa?ola de Salud P¨²blica, asegura que la mitad de quienes los consumen lo hacen fuera de las indicaciones para las que est¨¢n aprobados: ciertos tipos de dolores neurol¨®gicos. Aunque la investigaci¨®n se restringe a Navarra, las conclusiones son perfectamente extrapolables al resto del pa¨ªs, asegura Amaya Echeverr¨ªa, una de sus autoras. De hecho, van en la misma l¨ªnea que un informe publicado por la Agencia Espa?ola de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) en 2017, si bien entonces el consumo de estos f¨¢rmacos era considerablemente menor.
El abuso de estos f¨¢rmacos no es exclusivo de Espa?a. La Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA, por sus siglas en ingl¨¦s) public¨® una alerta el a?o pasado: ¡°Nuestra evaluaci¨®n muestra que las prescripciones de estos medicamentos han crecido, as¨ª como su mal uso y abuso. Los gabapentinoides se combinan habitualmente con depresores del sistema nervioso central, lo que incrementa el riesgo de depresi¨®n respiratoria¡±.
Otros efectos secundarios asociados a estos f¨¢rmacos son sedaci¨®n, mareos y depresi¨®n. Su empleo frecuente en personas de edad (la mitad de los que las consumen tienen m¨¢s de 65 a?os) puede dar lugar a ca¨ªdas que a menudo tienen consecuencias graves para la salud de los pacientes: junto a los atragantamientos, van camino de convertirse en la primera causa de muerte no natural en Espa?a.
Los gabapentinoides, que pueden ser ¨²tiles para algunos pacientes, tienen ya de por s¨ª efectos ¡°modestos¡± ¨Den palabras de Echeverr¨ªa¨D en los usos para los que s¨ª est¨¢n indicados. Para los dolores neurop¨¢ticos (da?os en los nervios) han tenido mejores resultados que el placebo, si bien la mayor¨ªa de los pacientes que las toman ni siquiera sienten mejor¨ªas, seg¨²n los estudios recopilados en una gu¨ªa editada por el Gobierno de Navarra que las eval¨²a.
Pero estos medicamentos no solo se recetan para estos trastornos. Son muy frecuentes en otros que no est¨¢n incluidos en la ficha t¨¦cnica aprobada por la AEMPS, y para los que no ha mostrado eficacia alguna, como fibromialgia, dolores lumbares, migra?a o s¨ªndrome de piernas inquietas. Por esta raz¨®n, el art¨ªculo publicado en Gaceta Sanitaria propone llevar a cabo un plan de desprescripci¨®n, para que solo los tomen quienes realmente los necesitan.
Pero sus autoras y otros expertos consultados reconocen que no es tarea sencilla. Seg¨²n Echeverr¨ªa, su expansi¨®n (sin poder equipararse en magnitud ni gravedad) tiene una ra¨ªz similar a la de los opi¨¢ceos en Estados Unidos: ¡°Ha habido un gran marketing de las farmac¨¦uticas, que han maximizado la comunicaci¨®n de sus beneficios y minimizado la de sus efectos adversos¡±.
Esto se mezcla con la gran dificultad que tienen los m¨¦dicos para tratar el dolor. Cuando los pacientes entran en la consulta con una molestia que les angustia, que condiciona sus vidas, quieren salir de ella con alguna receta, algo a lo que agarrarse, y esto lleva a algunos profesionales a recomendar tratamientos que tienen poca o ninguna evidencia de su eficacia.
Francisca Gonz¨¢lez, experta en farmacovigilancia de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), explica que se han empezado a usar m¨¢s fuera de ficha t¨¦cnica por las cada vez mayores restricciones a otros f¨¢rmacos como benzodiacepinas y opi¨¢ceos. ¡°Cuando quitas de un lado, normalmente se desv¨ªa a otro. Y muchas veces, ante la persistencia de los dolores, est¨¢n combinando varios, lo que puede dar lugar a m¨¢s problemas¡±, se?ala.
En Espa?a tambi¨¦n se combinan a menudo con depresores del sistema nervioso central, lo que puede dar lugar a problemas muy graves, incluso la muerte en personas con patolog¨ªas respiratorias, como asma o EPOC.
Falta de alternativas
En la falta de resultados y de alternativas incide Ancor Serrano, coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor Neurop¨¢tico de la Sociedad Espa?ola del Dolor: ¡°No nos preocupa tanto el abuso, sino que no haya f¨¢rmacos eficaces contra el dolor. En Espa?a no va a pasar lo que vemos en Estados Unidos con los opi¨¢ceos porque aqu¨ª est¨¢ el mercado mucho m¨¢s controlado. All¨ª puedes ir a 10 m¨¦dicos distintos a que te receten. Y los gabapentinoides tienen la ventaja, adem¨¢s, de que no crean adicci¨®n, aunque s¨ª generan muchos efectos secundarios¡±.
Serrano opina que habr¨ªa que declarar el dolor ¡°enfermedad hu¨¦rfana¡± para dar ventajas fiscales a las farmac¨¦uticas que investigasen en nuevos remedios. Se queja de que el ¨²ltimo medicamento para estas dolencias (el parche de capsaicina) saliera en 2010, y que ni siquiera sea realmente novedoso, ya que antes se pon¨ªa en pomada; es simplemente una distinta concentraci¨®n del mismo principio activo. Para el siguiente medicamento (el tapentadol) hay que remontarse hasta hace m¨¢s de 15 a?os, y para el anterior, la pregabalina, casi dos d¨¦cadas.
¡°Los pacientes tienen dolor y los f¨¢rmacos que tenemos no son buenos. La eficacia es baja. Para el dolor neurop¨¢tico, con los mejores, necesitas tratar a tres o cuatro pacientes para que uno mejore¡±, explica este especialista, que est¨¢ preparando una tesis sobre medicamentos fuera de ficha para tratar los dolores neurop¨¢ticos: algo parecido a lo que sucede con los gabapentinoides, que est¨¢n destinados a estas dolencias y se usan para otras, pero al rev¨¦s. Porque el uso excesivo de analg¨¦sicos est¨¢ generalizado con casi cualquier f¨¢rmaco.
Los m¨¦dicos consultados coinciden en se?alar que los pacientes suelen buscar soluciones r¨¢pidas para sus molestias y que incluso para las que se podr¨ªan cambiar con mejores h¨¢bitos de vida reclaman f¨¢rmacos. Otro recurso que se ha demostrado eficaz contra el dolor cr¨®nico es la psicoterapia, ya que por su propia definici¨®n se trata de un malestar que tiene impacto f¨ªsico y emocional. Pero la escasez de psic¨®logos cl¨ªnicos en la sanidad p¨²blica hace que sea pr¨¢cticamente impensable derivar a los pacientes a estos especialistas.