La plaga del fentanilo: as¨ª act¨²a esta droga devastadora
Las muertes por sobredosis de este opi¨¢ceo han aumentado en m¨¢s del 90 % en tres a?os en EE UU
En la ¨²ltima d¨¦cada, el consumo recreativo del fentanilo se ha incrementado de forma considerable, lo que ha generado y contin¨²a generando estragos en Estados Unidos. En cuesti¨®n de tres a?os, las muertes por sobredosis de este opi¨¢ceo han aumentado en m¨¢s del 90%. En 2021 se le atribuyeron unos 70 000 fallecimientos en ese pa¨ªs.
Pero ya no es un fen¨®meno exclusivamente estadounidense. Por ejemplo, seg¨²n las estad¨ªsticas del Plan Nacional sobre Drogas (EDADES 2022) de Espa?a, el 15,8 % de la poblaci¨®n de 15 a 64 a?os reconoce haber tomado analg¨¦sicos opioides con o sin receta en alguna ocasi¨®n. Concretamente, el consumo del fentanilo entre ellos se ha incrementado del 3,6 % en 2020 a un 14% en 2022.
Adem¨¢s, cabe destacar que muchas veces se combina con el alcohol, la hero¨ªna o metadona, lo que incrementa sus efectos y, en consecuencia, la adicci¨®n al f¨¢rmaco o, incluso, la muerte.
M¨¢s adictivo, t¨®xico y barato
El fentanilo pertenece a la categor¨ªa de los opi¨¢ceos (que pueden ser de origen natural o sint¨¦tico), uno de los analg¨¦sicos m¨¢s potentes de los que dispone la humanidad. La sustancia natural, conocida como opio, se obtiene de la planta Papaver somniferum ¨Cm¨¢s conocida como adormidera¨C, cuyo uso es conocido desde la antig¨¹edad.
Pese a ser f¨¢rmacos muy ¨²tiles en la medicina, en los ¨²ltimos a?os se ha registrado un r¨¢pido crecimiento del mercado negro de los opi¨¢ceos sint¨¦ticos. Es la nueva moda en el mundo de las sustancias psicoactivas. Estos compuestos estupefacientes tienen propiedades similares a la morfina y a la hero¨ªna, pero su potencial adictivo y su toxicidad son mayores. A esto hay que a?adir que son m¨¢s baratos de fabricar y, por lo tanto, econ¨®micos para el consumidor, incrementando el riesgo de sobredosis.
Y entre esos nuevos f¨¢rmacos de laboratorio destaca el fentanilo, 50 veces m¨¢s potente que la hero¨ªna. Sintetizado por primera vez en 1960 por el m¨¦dico e investigador belga Paul Janssen, fue utilizado a partir de 1963 como analg¨¦sico intravenoso. Pero en los a?os 70 y 80 empez¨® a consumirse con otros fines.
As¨ª secuestra el cerebro
En nuestro organismo existen m¨¢s de 20 p¨¦ptidos opi¨¢ceos end¨®genos, como las endorfinas, las encefalinas y las dinorfinas. Act¨²an mediante receptores espec¨ªficos y facilitan que sustancias sint¨¦ticas como el fentanilo tengan lugares espec¨ªficos donde producir sus efectos. Sabemos que, dentro del sistema nervioso central, dichos compuestos estimulan lo que conocemos como sistema cerebral de la recompensa. Este circuito comprende diferentes estructuras ¨Ccorteza prefrontal, ¨¢rea tegmental ventral, n¨²cleo accumbens¨C y se encarga de regular el placer, memorizar est¨ªmulos de nuestro entorno, facilitar el aprendizaje y controlar nuestros comportamientos.
La potente estimulaci¨®n que inducen las drogas sobre este sistema provoca neuroadaptaciones (cambios cerebrales) y promueve la tolerancia (har¨¢n falta cada vez m¨¢s dosis para alcanzar los efectos deseados), la dependencia, la adicci¨®n y el s¨ªndrome de abstinencia.
El efecto placentero o reforzante producido por el fentanilo depende del sistema dopamin¨¦rgico mesol¨ªmbico, las v¨ªas que usa el neurotransmisor dopamina para distribuirse por el cerebro. Sin embargo, tras un consumo continuado comienzan a producirse las primeras neuroadaptaciones que afectan al estriado dorsal, regi¨®n implicada en la formaci¨®n de h¨¢bitos.
Los ¨®rganos reclaman la droga
Si el consumo se interrumpe, aparece un estado emocional negativo que pone en marcha el circuito del estr¨¦s. Entonces aumenta la liberaci¨®n del neurotransmisor noradrenalina, se enciende la am¨ªgdala y se incrementan los niveles del factor de liberaci¨®n de la corticotropina, una hormona tambi¨¦n relacionada con la tensi¨®n emocional.
Este torbellino de reacciones provoca s¨ªntomas vinculados a la activaci¨®n del sistema nervioso aut¨®nomo, cuya funci¨®n es regular la actividad de los ¨®rganos internos ¨Ccoraz¨®n, h¨ªgado, ¨®rganos reproductores, gl¨¢ndulas sudor¨ªparas, etc.¨C para adaptarse a las demandas del medio. Son los temblores, sudores, v¨®mitos o taquicardia con los que se manifiesta el s¨ªndrome de abstinencia cuando cesa la administraci¨®n de la droga.
Adem¨¢s, la aparici¨®n del ansia por conseguir y consumir la sustancia se relaciona con neuroadaptaciones en la corteza cerebral, el hipocampo y la am¨ªgdala, que intensifican el deseo ante las se?ales asociadas al consumo.
Todas estas transformaciones promueven la adicci¨®n, una enfermedad cr¨®nica, por lo que dejar de tomar fentanilo resulta cada vez es m¨¢s complicado. El organismo ha generado la necesidad de la droga para poder funcionar.
Concepci¨®n Blasco Ros es doctora en Psicobiolog¨ªa, Universitat de Val¨¨ncia Sandra Montagud Romero es profesora ayudante doctora, Universitat de Val¨¨ncia
Este art¨ªculo fue publicado originalmente en The Conversation.
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