V¨ªctimas de abusos en la Iglesia boliviana: ¡°Nos enfrentamos a una instituci¨®n que lleva 500 a?os tapando denuncias¡±
Nace la primera asociaci¨®n nacional de v¨ªctimas de pederastia clerical en Bolivia, que ya contabiliza medio millar de afectados en las ¨²ltimas d¨¦cadas
EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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M¨¢s de 40 a?os luchando contra los fantasmas, los recuerdos, los traumas y el dolor. Encerrados en s¨ª mismos y pensando que eran los ¨²nicos que hab¨ªan sufrido abusos sexuales por un sacerdote o un religioso. As¨ª define Wilder Flores el camino por el que han transitado las v¨ªctimas de pederastia en la Iglesia boliviana. ¡°Ten¨ªamos 12, 13, 14 a?os; despert¨¢bamos al mundo de la adolescencia, descubr¨ªamos nuestra sexualidad. A esa edad fuimos victimados y no solo por los pederastas compulsivos y violadores seriales, tambi¨¦n fuimos v¨ªctimas del abuso de su poder, de conciencia y condenados al silencio. No pod¨ªamos acudir a nadie¡±, relata Flores. Condenados a callar, hasta ahora. Nueve meses despu¨¦s de que el esc¨¢ndalo de abusos clericales explotara en Bolivia, Flores han fundado junto a un grupo de afectados la Comunidad Boliviana de Sobrevivientes, la primera asociaci¨®n nacional de v¨ªctimas de pederastia en el pa¨ªs latinoamericano. Su objetivo es que haya un refugio para estas personas, para que acudan en confianza para contar su historia y sentirse acogidas. ¡°Con ese nombre lucharemos para sanar, para decir basta. Nunca m¨¢s silencio, nunca m¨¢s repetici¨®n de estos delitos. Buscamos justicia, nuestra lucha es por la seguridad de nuestros ni?os y ni?as¡±, dice Flores, que ha sido nombrado presidente de la asociaci¨®n.
Por el momento son 25 los miembros activos los que conforman la organizaci¨®n, pero ya contabilizan que m¨¢s de medio millar de personas han sufrido abusos en Bolivia en las ¨²ltimas d¨¦cadas, unas 200 dentro de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. El esc¨¢ndalo de los abusos en Bolivia estall¨® en mayo, tras la publicaci¨®n de un reportaje de investigaci¨®n de EL PA?S sobre el diario secreto del sacerdote espa?ol Alfonso Pedrajas en el que confesaba haber abusado de 85 menores entre los a?os 60 y comienzos de los a?os 2000. El jesuita, fallecido en 2009, relataba que lo cont¨® varias veces a sus superiores y que estos le encubrieron. ¡°No sab¨ªamos que somos muchos, que somos demasiados. Tras revelarse el diario del cura pederasta, fuimos encontr¨¢ndonos y descubriendo el infierno al cual colectivamente fuimos condenados¡±, relata Flores. El reportaje caus¨® un terremoto medi¨¢tico y varios casos hasta ese momento in¨¦ditos salieron a la luz. La Fiscal¨ªa de Bolivia inici¨® una gran investigaci¨®n ¡ªque a¨²n sigue abierta¡ª y la Conferencia Episcopal Boliviana cre¨® una comisi¨®n para recopilar denuncias.
Los integrantes de la asociaci¨®n aseguran que conocen el poder de la Iglesia, especialmente de los jesuitas, y que tienen constancia de que intentan boicotear todas sus iniciativas para visibilizar el problema. ¡°Sabemos que nos enfrentamos a una organizaci¨®n mundial, con mucho poder econ¨®mico, que lleva 500 a?os tapando denuncias. No es el primer esc¨¢ndalo para ellos. Pretenden usar sus protocolos del silencio¡±, explica Flores. Por eso, a?aden, han creado varios canales para que m¨¢s afectados contacten con ellos y se sumen a la causa: a trav¨¦s del correo electr¨®nico sobrevivientesbolivia@gmail.com, del n¨²mero de Whatsapp +591 74657196 y de su p¨¢gina de Facebook Comunidad Boliviana de Sobrevivientes. ¡°Convocamos a quienes fuimos v¨ªctimas. Destapar ese dolor es inevitable y necesario. Debemos salir de la oscuridad a la que nos condenaron cuando ¨¦ramos ni?os. Hay muchas heridas que sanar, no fue nuestra culpa, pero ahora es nuestra responsabilidad sanar juntos y gritar al mundo que esto no puede volver a pasar y que los responsables de nuestro holocausto rindan cuentas ante la justicia¡±, anuncia el presidente de la asociaci¨®n.
La situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs y la falta de prestaciones oficiales dificulta que la asociaci¨®n pueda poner en marcha proyectos concretos para informar y ayudar a los afectados de abusos. Raz¨®n por la que realizan constantemente campa?as de financiaci¨®n: ¡°Llamamos a todas las instituciones p¨²blicas y privadas de Bolivia y del exterior para que se sumen a nuestros objetivos y nos ayuden con el resguardo de nuestros ni?os, desde lo jur¨ªdico y lo psicol¨®gico a lo espiritual. No podemos afirmar que ellos son el futuro de nuestra sociedad si no cuidamos su presente¡±.
¡°?No es venganza, es justicia!¡±
Los jesuitas de Bolivia, por otro lado, han dado la espalda a v¨ªctimas como las que conforman esta asociaci¨®n, y que han denunciado ante la Compa?¨ªa los abusos que sufrieron en las ¨²ltimas d¨¦cadas. En el caso del jesuita Pedrajas, por ejemplo, la instituci¨®n ha cerrado la investigaci¨®n can¨®nica y les ha negado una reparaci¨®n. Como respuesta, el pasado octubre una veintena de v¨ªctimas denunci¨® a la Compa?¨ªa por encubrimiento, por proteger a los cl¨¦rigos pederastas y silenciar a los afectados. Todos los demandantes eran antiguos alumnos de varios colegios de los jesuitas, que padecieron las agresiones entre 1972 y 1996, y que ya hab¨ªan denunciado independientemente a sus agresores. La denuncia se interpuso contra el actual provincial de la orden en Bolivia, Bernardo Mercado, ¡°en calidad de m¨¢xima autoridad¡± de la instituci¨®n. Los denunciantes acusan a la Compa?¨ªa de ser autora ¡°por omisi¨®n¡± de los delitos de violaci¨®n a menores, ya que durante a?os tuvo conocimiento de los abusos sexuales que se produc¨ªan y no hizo nada para frenarlos.
En respuesta, la Compa?¨ªa public¨® un comunicado en el que rechazaba su ¡°responsabilidad¡± ante los abusos que las v¨ªctimas denunciaban y sosten¨ªa que con la denuncia lo que se pretend¨ªa era atacar a la instituci¨®n. Tambi¨¦n afirmaba en el documento que siempre ha demostrado ¡°una pol¨ªtica de absoluta transparencia¡± sobre estos temas y que ¡°su deber institucional est¨¢ siendo cumplido y garantizado¡±. No obstante, lo cierto es que los jesuitas recibieron al menos dos denuncias contra dos de sus miembros antes de que EL PA?S publicara su reportaje, uno de ellos era Pedrajas, y ni abri¨® una investigaci¨®n como le obliga el c¨®digo can¨®nico ni tampoco inform¨® a las autoridades civiles bolivianas. ¡°Sabemos que, de forma individual, muchos presentaron denuncias que nunca prosperaron. Se quedaron en los archivos de los superiores de la Compa?¨ªa de Jes¨²s. Nunca las elevaron al Ministerio P¨²blico. ?Basta de resolver estos asuntos bajo la mesa!, queremos que se sepa la verdad. ?No es venganza, es justicia! La instituci¨®n que protegi¨® a los depredadores sexuales de ni?os tiene una deuda hist¨®rica con nuestra sociedad¡±, opina Flores.
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