Una veintena de v¨ªctimas de pederastia denuncia a la Compa?¨ªa de Jes¨²s de Bolivia por encubrir las violaciones
Los denunciantes, que sufrieron abusos entre 1973 y 1995 en varios colegios dirigidos por la orden, consideran que estos delitos son ¡°de lesa humanidad¡± e ¡°imprescriptibles¡±, seg¨²n los estatutos aprobados por las Naciones Unidas
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EL PA?S puso en marcha en 2018 una investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia espa?ola y tiene una base de datos actualizada con todos los casos conocidos. Si conoce alg¨²n caso que no haya visto la luz, nos puede escribir a: abusos@elpais.es. Si es un caso en Am¨¦rica Latina, la direcci¨®n es: abusosamerica@elpais.es.
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El esc¨¢ndalo de pederastia arrincona a la Compa?¨ªa de Jes¨²s en Bolivia. Medio a?o despu¨¦s de la publicaci¨®n del diario del jesuita espa?ol Alfonso Pedrajas, ya fallecido, en el que admit¨ªa haber abusado de decenas de ni?os bolivianos gracias a la protecci¨®n de sus superiores ¡ªlo que ha desencadenado una cascada de acusaciones contra una decena de sacerdotes en el pa¨ªs latinoamericano¡ª, una veintena de v¨ªctimas ha denunciado este martes a la Compa?¨ªa por encubrimiento, por proteger a los cl¨¦rigos pederastas y silenciar a los afectados. Los demandantes, antiguos alumnos de varios colegios jesuitas que padecieron las agresiones sexuales entre 1972 y 1995, ya hab¨ªan denunciado independientemente a sus agresores hace meses. Ahora, han interpuesto una grupal contra el actual provincial de la orden en Bolivia, Bernardo Mercado, ¡°en calidad de m¨¢xima autoridad¡± de la instituci¨®n. Los denunciantes acusan a la Compa?¨ªa de ser autora ¡°por omisi¨®n¡± de los delitos de violaci¨®n a menores, ya que durante a?os tuvo conocimiento de los abusos sexuales que se produc¨ªan y no hizo nada para frenarlos. Esta es la primera denuncia grupal de v¨ªctimas contra la orden en el pa¨ªs latinoamericano.
A pesar de que el c¨®digo penal boliviano indica que los delitos de pederastia prescriben cuatro a?os despu¨¦s de que la v¨ªctima haya cumplido la mayor¨ªa de edad, el abogado de los denunciantes, Jos¨¦ Luis Gareca, se?ala que los casos de pederastia cometidos por los jesuitas y su encubrimiento son ¡°delitos de lesa humanidad¡±, considerados ¡°imprescriptibles¡± por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional de las Naciones Unidas de 1998. ¡°El art¨ªculo 7 de este estatuto establece que los cr¨ªmenes de lesa humanidad tienen que haber sido cometidos como parte de un ataque generalizado o sistem¨¢tico y tienen que ir dirigidos contra una poblaci¨®n civil, como sucedi¨® en el caso de los denunciantes¡±, dice Gareca.
La denuncia, presentada en la Fiscal¨ªa de Cochabamba, se apoya en la investigaci¨®n que este peri¨®dico realiz¨® sobre el diario que escribi¨® Pedrajas, conocido entre sus alumnos como Pica, entre 1964 y 2006. En sus p¨¢ginas escribi¨® arrepentido sobre las agresiones sexuales que hab¨ªa cometido contra al menos 85 ni?os y de c¨®mo varios altos cargos de su orden miraron hacia otro lado cuando este les relataba lo que hac¨ªa. Tambi¨¦n detalla que le protegieron cuando varias v¨ªctimas denunciaron ante la Compa?¨ªa los abusos que sufr¨ªan.
Algunos de estos antiguos provinciales (puesto de mayor categor¨ªa de los jesuitas en Bolivia) son Ram¨®n Alaix y Marcos Recolons, ambos espa?oles que, como Pedrajas, viajaron a Bolivia como misioneros. Recolons, adem¨¢s de ser un amigo cercano de Pedrajas ¡ªseg¨²n aprecia este en su diario¡ª, lleg¨® a ocupar un alto cargo en el Vaticano entre 2004 y 2008. En total fueron siete superiores y una decena de otros cl¨¦rigos los que, seg¨²n las memorias de Pedrajas, encubrieron sus delitos.
A la noticia de Pica le siguieron otras publicaciones donde nuevas v¨ªctimas acusaban a otros jesuitas espa?oles de pederastia en colegios. Principalmente en el Juan XXIII de Cochabamba, centro donde Pedrajas fue director durante dos d¨¦cadas y donde m¨¢s v¨ªctimas suyas han aflorado. Pero tambi¨¦n de otros colegios de Oruro, Santa Cruz y Sucre. En algunos de estos casos, los afectados denuncian que contaron lo sucedido a varios responsables y superiores de la orden, pero que, lejos de ser escuchados, fueron amenazados y castigados. Los jesuitas acusados son Antonio Gausset (espa?ol ya fallecido), Luis T¨® (espa?ol ya fallecido que en 1992 fue trasladado a Bolivia tras una condena por abusar de una ni?a en Barcelona), Alejandro Mestre (espa?ol ya fallecido que lleg¨® a ser arzobispo de La Paz y presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana), Jorge Vila (espa?ol ya fallecido y fundador de la asociaci¨®n humanitaria DNI), Lucho Roma (espa?ol ya fallecido), Carlos Villamil (boliviano ya fallecido y subdirector del Juan XXIII), Francisco Pifarr¨¦ (director del Juan XXIII) y Francesc Peris (espa?ol y profesor del Juan XXIII en 1983, acusado tambi¨¦n de abusar de ni?as en Barcelona hasta 2005). La orden, tanto la de Bolivia como la de Espa?a, nunca denunci¨® ante las autoridades civiles cuando, por primera vez, tuvo conocimiento de estos casos de abusos.
El grupo de v¨ªctimas recuerda en la denuncia que la Compa?¨ªa de Jes¨²s ha reconocido en varios comunicados publicados en los ¨²ltimos meses que supo de estos abusos y que no hizo nada. ¡°Reconocemos que, en el pasado, algunas actuaciones al respecto no han correspondido a la dimensi¨®n del delito perpetrado; por ello debemos pedir perd¨®n. Pero de nada servir¨ªa reconocerlo si no actuamos ahora a la altura de las circunstancias¡±, dice uno de ellos. La primera actuaci¨®n de los jesuitas fue apartar cautelarmente a ocho sacerdotes que ocuparon el puesto de provincial, cinco ejercieron el cargo durante los a?os en los que Pedrajas cometi¨® los abusos y otros tres lo hicieron tras su muerte. La Compa?¨ªa afirma que contin¨²a investigando internamente todos estos casos de abusos.
Para los denunciantes, dice su abogado, el silenciamiento de la orden y la impunidad con la que actuaron los pederastas ¡°ha dado lugar a una conducta institucional de permisividad delincuencial¡± en la que cientos de ni?os cayeron ¡°en las garras de depredadores sexuales, pederastas y ped¨®filos que se dieron la tarea de escribir diarios, tomar fotos, filmar a sus v¨ªctimas¡±. Tambi¨¦n subrayan que la justicia civil ¡°de ninguna manera puede ser reemplazada por el derecho can¨®nico¡± que hasta la fecha emplea la Iglesia para gestionar internamente muchos de estos casos, y donde los agresores purgan ¡°sus penas¡¯ y ¡®sus errores¡¯, v¨ªa confesiones y sanciones propias de ¡®traslado¡¯ para evadir la sanci¨®n penal¡±.
Varias investigaciones en marcha
El tsunami que provoc¨® la publicaci¨®n del caso Pica oblig¨® a la Conferencia Episcopal Boliviana a poner en marcha una investigaci¨®n general de los casos de pederastia del pasado y al presidente del Gobierno, Luis Arce, a escribir al papa Francisco para que le remitiese desde el Vaticano todos los archivos sobre los casos de pederastia cometidos por cl¨¦rigos en el territorio boliviano. Una petici¨®n que a¨²n est¨¢ a la espera de cumplirse. Arce tambi¨¦n present¨® el pasado mayo en la Asamblea Legislativa boliviana una proposici¨®n de ley para hacer imprescriptibles los delitos de pederastia y crear una comisi¨®n de la verdad para investigar todos los casos del pasado. Esta iniciativa a¨²n se encuentra en tramitaci¨®n parlamentaria. En paralelo, el Senado boliviano inici¨® otra comisi¨®n de investigaci¨®n exclusivamente sobre los casos de pederastia eclesial en el pa¨ªs.
La Fiscal¨ªa boliviana tambi¨¦n contin¨²a con las indagaciones para esclarecer tanto las agresiones cometidas por Pedrajas como por otros cl¨¦rigos que han sido denunciados en los ¨²ltimos meses. El Ministerio Fiscal del pa¨ªs latinoamericano ya cuenta con una copia del diario y con documentaci¨®n interna de la Compa?¨ªa de Jes¨²s que encontr¨® despu¨¦s de que la polic¨ªa registrase varias dependencias de la orden en La Paz, donde se encuentran su sede y parte de sus oficinas.
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