La foto menguante de las familias en Espa?a: ¡°A mi edad, mi madre ten¨ªa dos hijas y yo a¨²n no s¨¦ si quiero¡±
Un solo hogar ayuda a explicar la ca¨ªda de la natalidad en Espa?a: Joana Esteban tuvo seis hermanos, dio a luz a dos ni?as y hoy tiene una sola nieta
Joana Esteban, la quinta de siete hermanos, a¨²n no hab¨ªa cumplido los 19 a?os cuando se cas¨® con Josep L¨®pez. De eso hace ya m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Celebr¨® sus 25 con su primog¨¦nita en brazos, reci¨¦n nacida, y a los 31 dio la bienvenida a su segunda ni?a. Ambas son ya adultas. La primera estaba cerca de los 35 cuando la hizo abuela. La segunda comenz¨® a plante¨¢rselo cuando los 30 llamaron a la puerta. Amanda, como se llama la peque?a, lo resume as¨ª: ¡°A mi edad, mi madre ten¨ªa dos hijas. Yo a¨²n no tengo claro si quiero ser madre¡±. El ¨¢lbum de la familia L¨®pez Esteban no solo cuenta su vida, con im¨¢genes tomadas en vacaciones o en reuniones en el campo. Sus fotos relatan la historia de todo un pa¨ªs, en el que cada vez se tienen menos hijos. Y los pocos que llegan lo hacen m¨¢s tarde.
Las fotos de familia se llenan de personas mayores y desaparecen los ni?os. Menos poblaci¨®n en edad f¨¦rtil, retraso en la maternidad, barreras econ¨®micas y de conciliaci¨®n, altos est¨¢ndares en la crianza, desarrollo personal, incertidumbre ante el futuro. Los expertos van desglosando factores que ayuden a explicar por qu¨¦ el n¨²mero de personas que aparecen en el ¨¢lbum familiar de Joana va disminuyendo conforme avanzan las generaciones. De sus seis hermanos, a las dos hijas que tuvo junto a Josep, y de momento, hasta una ¨²nica nieta. Pero todos los expertos concluyen que no hay una sola causa, que todas confluyen entre s¨ª hasta dar, como resultado, que los 322.075 nacimientos de 2023, seg¨²n a¨²n datos provisionales, constituyan el m¨ªnimo desde que comenzaran los registros del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, en 1941. De confirmarse este dato, ser¨¢ el quinto a?o consecutivo en el que se alcanza un r¨¦cord, y muy probablemente no ser¨¢ el ¨²ltimo.
Joana fue uno de los 655.829 beb¨¦s que llegaron al mundo en la Espa?a de 1962. El pa¨ªs pas¨® dos d¨¦cadas, hasta finales de los setenta, registrando m¨¢s de 650.000 nacimientos anuales. El doble que ahora. Ella naci¨® en Logros¨¢n, un pueblo de C¨¢ceres que hoy no llega a los 2.000 habitantes. Su madre, ya fallecida, dio a luz a siete hijos, pero a uno de ellos Joana no lo conoci¨® porque muri¨® de meningitis siendo a¨²n un beb¨¦. ¡°Antes de nacer yo, mi padre trabaj¨® de todo. En la mina, haciendo la siega, recogiendo trigo. Al final entr¨® en una empresa que hac¨ªa obras de canalizaci¨®n del agua e ¨ªbamos de un sitio a otro, donde hab¨ªa empleo¡±. Su madre trabaj¨® al principio fuera de casa, pero, una vez llegaron los hijos, se dedic¨® a criarlos. ¡°Con el primer ni?o tendr¨ªa 27, no fue muy deprisa¡±. Despu¨¦s, llegaron todos relativamente seguidos. Menos la ¨²ltima, que fue una sorpresa. ¡°Ten¨ªa 43 a?os y fue toda una odisea. Tuvo que estar ingresada tres meses antes del parto¡±.
Eso que por entonces era an¨®malo es hoy cada vez m¨¢s com¨²n. Casi el 11% de los nacimientos del a?o pasado fueron de una madre que hab¨ªa cumplido ya los 40. Un porcentaje que se ha multiplicado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Ya son m¨¢s numerosos los partos de mujeres en esa franja de edad que los de menores de 25. Pero no solo eso. En 2022, m¨¢s del 40% de los nacimientos de mujeres en este grupo de edad eran del primer hijo, se?ala Albert Esteve, director del Centro de Estudios Demogr¨¢ficos y profesor de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. En 2007 rozaban el 30%. Se va retrasando el momento de tener hijos. A veces tanto, que biol¨®gicamente resulta imposible lograrlo, o no se puede llegar a un segundo.
Julio P¨¦rez D¨ªaz, dem¨®grafo del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), resume la revoluci¨®n demogr¨¢fica que ha vivido Espa?a en el ¨²ltimo siglo: ¡°Hemos tenido menos hijos, que hemos cuidado mejor¡±. En 1900 se ten¨ªan, de media, m¨¢s de cuatro ni?os por mujer. La cifra fue cayendo y en los sesenta estaba muy cerca de los tres hijos. En 1982 baj¨® de dos y 40 a?os m¨¢s tarde, el ¨²ltimo para el que hay cifras, se situ¨® en 1,16. La segunda m¨¢s baja de la Uni¨®n Europea. Pero este experto puntualiza que ¡°lo que sucedi¨® en los sesenta y setenta no fue lo normal, no ten¨ªa precedentes y no ha vuelto a ocurrir¡±. Indica que los nacidos en los a?os treinta y cuarenta se casaban y ten¨ªan descendencia muy r¨¢pidamente, y explica que ¡°los hijos de varias generaciones se concentraron en un mismo lapso: no es que tuvieran m¨¢s ni?os que las anteriores, es que tuvieron hijos a la vez¡±. Seg¨²n detalla, estas parejas ten¨ªan los hijos que vinieran y luego trataban de parar, pero no era raro que, como sucedi¨® en la familia de Joana, llegara alguna sorpresa, dados los m¨¦todos de control de natalidad de la ¨¦poca (la p¨ªldora no se generaliz¨® en Espa?a hasta los ochenta).
Pero no solo es que varias generaciones tuvieran hijos a la vez, sino que, adem¨¢s, ya no se mor¨ªan como antes. ¡°En los a?os veinte del siglo XX, uno de cada cinco ni?os fallec¨ªa antes de cumplir el a?o y la mitad no llegaba a los 15¡å, afirma P¨¦rez D¨ªaz. ¡°Hemos pasado de la peor esperanza de vida de Europa a la mejor¡±.
El cambio es enorme. Josep, el marido de Joana, tiene 65 a?os y est¨¢ jubilado. Trabaj¨® en una empresa de alimentaci¨®n, donde al final de su carrera fue sindicalista. ?l es de T¨¤rrega, una localidad de Lleida de unos 18.000 habitantes. El lugar en el que conoci¨® a su mujer y en el que viven tambi¨¦n sus hijas. Sus padres tuvieron solo dos ni?os. ¡°Mi madre proviene de una familia muy humilde, sus padres lo hab¨ªan perdido todo en la posguerra¡±. Echando la vista atr¨¢s, ¡°y a pesar de todo lo que est¨¢ pasando en el mundo¡±, dice que ¡°la humanidad nunca hab¨ªa vivido tan bien como ahora¡±.
Joana afirma que la de su infancia ¡°era una ¨¦poca muy diferente¡±. Su familia emigr¨® a T¨¤rrega despu¨¦s de que su padre se quedara sin trabajo. A ella le gustaba estudiar, pero a los 14 a?os le toc¨® buscar un empleo, en un taller de confecci¨®n. Ante un ambiente en casa en el que la mujer no ten¨ªa libertad, ella y Josep decidieron casarse pronto y pasar unos a?os sin ni?os. ¡°Tuvimos nuestra juventud, fueron unos a?os muy buenos¡±, recuerda. Actualmente, trabaja como empleada de hogar. ¡°Ahora tenemos muchas necesidades, que est¨¢ bien, es l¨®gico. Pero en aquellos tiempos, mis padres, si pod¨ªan tener la familia unida y trabajando, ya eran felices. Eran sus metas. Y no lo hicieron mal¡±. Dice que se llevan muy bien, que son ¡°muy divertidos¡±, que todos sus hermanos, menos una, viven en la misma localidad.
Que los hijos vivan mejor
¡°La generaci¨®n del baby boom empez¨® una tendencia que se mantiene: pretende que sus hijos tengan una vida mejor, y esto cambia las reglas del juego por completo. Ha supuesto que cada generaci¨®n haya subido m¨¢s, impulsada por la anterior, con mucho trabajo y pocas ayudas del Gobierno. La gente no tiene hijos en cualquier condici¨®n. Una buena parte del progreso de Espa?a ha sido el resultado de los saba?ones y las jornadas de trabajo interminables de la gente, esforz¨¢ndose para que sus hijos vivan mejor que ellos¡±, opina P¨¦rez D¨ªaz. Joana y Josep siempre tuvieron claro que, si sus hijas quer¨ªan y se esforzaban, ellos har¨ªan lo posible para que estudiaran. Las dos son universitarias. El curso 2021-2022, el 57% de los matriculados en grados en la universidad eran mujeres. En 1970-1971, eran apenas un cuarto. Y esto tambi¨¦n ha supuesto una revoluci¨®n. Ellas se forman y quieren insertarse en el mercado laboral.
He aqu¨ª uno de los escollos a los que apuntan algunos de los expertos consultados: las condiciones del trabajo. Los nacimientos bajan por pura inercia demogr¨¢fica y por las barreras existentes para tener hijos, expone Teresa Mart¨ªn, investigadora cient¨ªfica tambi¨¦n en el CSIC. Hay menos poblaci¨®n en edad f¨¦rtil, de ah¨ª que, salvo que subiera la fecundidad, en los pr¨®ximos a?os probablemente los nacimientos seguir¨¢n cayendo. A mediados de los 2.000 estas cifras subieron, ¡°y en gran parte tuvo que ver la inmigraci¨®n¡±, que es la ¨²nica v¨ªa por la que Espa?a gana poblaci¨®n ahora mismo. Pero el pa¨ªs lleva tres d¨¦cadas con un n¨²mero de hijos por mujer bajo. Cierto es que la fecundidad est¨¢ disminuyendo en todo el mundo, a?ade Mart¨ªn, pero lo que le preocupa es que la brecha entre los dos hijos que, mayoritariamente, desean los residentes en Espa?a y los que acaban teniendo es alta.
Existen m¨¢s obst¨¢culos que en otros pa¨ªses del entorno para que las generaciones en edad de tener descendencia puedan tenerla, contin¨²a Mart¨ªn. En Espa?a, los j¨®venes abandonan el hogar familiar, de media, con m¨¢s de 30 a?os. ¡°?Qu¨¦ hace que tarden tanto? Las precarias condiciones del mercado de trabajo y las dificultades para encontrar vivienda por su alt¨ªsimo coste¡±, sostiene. La edad media de emancipaci¨®n supera los 30 a?os. Adem¨¢s de que hay ¡°escasa¡± ayuda a la conciliaci¨®n. Y as¨ª, van retras¨¢ndose transiciones vitales que se encadenan. Primer empleo. Casa. Estabilidad laboral. Pareja. Encontrar el momento de tener un hijo. Albert Esteve, del Centro de Estudios Demogr¨¢ficos, reclama por ello que se mejoren las ayudas dirigidas a la franja de edad entre los 30 y 40 a?os: ¡°Que haya pol¨ªticas p¨²blicas concentradas en estas edades para que, cuando la gente quiera reproducirse, pueda hacerlo¡±.
Amanda, la hija menor de Joana y Josep, tiene 31 a?os y estudi¨® Comunicaci¨®n Audiovisual en Barcelona. Tras terminar la carrera y el m¨¢ster, estuvo un a?o trabajando all¨ª. ¡°Me cans¨¦ de tener dos empleos precarios para poder pagar el alquiler de un piso compartido y que no me diera el dinero para nada m¨¢s. Los fines de semana siempre me volv¨ªa a T¨¤rrega, y lleg¨® un momento en que decid¨ª regresar definitivamente¡±. Ahora trabaja en una cooperativa de ocio y tiempo libre, para ni?os y personas con discapacidad. Vive con su novio, Guillem Fuster, que tambi¨¦n tiene 31 a?os, y con dos mascotas, un gato y un perro, en una casa por la que pagan 520 euros de alquiler, m¨¢s los gastos. Saben que en una ciudad grande la cifra ser¨ªa a¨²n mayor. Y son conscientes de que, si tuvieran un hijo, tendr¨ªan que apretarse el cintur¨®n.
Cuatro de cada 10 mujeres residentes en Espa?a con edades de 18 a 55 a?os tuvieron su primer hijo m¨¢s tarde de lo que consideraban ideal y, de media, el retraso supera los cinco a?os, seg¨²n la Encuesta de Fecundidad del INE, de 2018. ?El motivo? Las razones laborales, econ¨®micas y de conciliaci¨®n de la vida familiar y laboral superan el 30% en todas las franjas de edad.
Sin embargo, las condiciones econ¨®micas no lo son todo. ¡°Hay una retroalimentaci¨®n de factores estructurales y socioculturales que est¨¢ afectando a la natalidad de manera sostenida en el tiempo. Los estructurales tienen que ver con el mercado laboral y los ingresos, el coste de la vivienda, todos los gastos necesarios para mantener un hogar. Suponen ya un obst¨¢culo importante¡±, apunta Elisa Chuli¨¢, profesora de Sociolog¨ªa de la UNED e investigadora de Funcas. Pero considera que por s¨ª mismos no explican lo que est¨¢ ocurriendo. Y de momento no se han cuantificado lo suficientemente bien los socioculturales. ¡°Tener hijos no solo es caro en t¨¦rminos de recursos econ¨®micos, sino de energ¨ªa, esfuerzo, dedicaci¨®n. Hay una concepci¨®n distinta a la de generaciones previas respecto a c¨®mo tienen que ser nuestras vidas para ser buenas y c¨®mo tienen que ser las de nuestros hijos para que la sociedad nos convalide como padres¡±, contin¨²a. ¡°A?¨¢dase a ello que, si tienes ni?os, se restringe mucho algo a lo que cada vez hemos dado m¨¢s importancia: la realizaci¨®n personal a trav¨¦s del ocio. Generaciones anteriores no ten¨ªan en la cabeza que fuera algo fundamental, ahora s¨ª¡±.
Klara es la hija mayor de Joana y de Josep y lo que cuenta tiene mucho que ver con esto. Estudi¨® magisterio de Educaci¨®n F¨ªsica y un ciclo de deportes. Siempre estaba involucrada en asociaciones de T¨¤rrega. Jugaba al baloncesto y montaba en bici. As¨ª que se pens¨® mucho el momento de quedarse embarazada. ¡°Apretaba, por un lado, la edad y, por otro, mi pareja, si por ¨¦l fuera, la habr¨ªamos tenido antes¡±. Pero ella sab¨ªa que su vida tal y como la conoc¨ªa iba a acabar. ¡°Entre las seis, que salgo del trabajo, y las 10, estoy con la ni?a¡±. La tuvo con casi 35, 10 a?os m¨¢s tarde de la edad con que su madre dio a luz por primera vez. La decisi¨®n no se retras¨® por una cuesti¨®n econ¨®mica. Ella es socia de la cooperativa en la que tambi¨¦n trabaja su hermana, y su marido, Gerard Andreu (tambi¨¦n de 37 a?os), tiene un taller.
Tampoco se debi¨® a la conciliaci¨®n, porque tienen la ¡°enorme suerte¡± de que sus padres y sus suegros viven cerca, as¨ª que los ayudan con Bruna, la ni?a. Les gustar¨ªa que tuviera un hermano. Pero ni de broma se lo plantear¨ªan si no estuvieran en esa situaci¨®n. ¡°Si no tienes abuelos, tienes que pedir un pr¨¦stamo para pagar canguros¡±. Ser¨ªa inviable. Cuando el matrimonio piensa si tener m¨¢s hijos, les preocupa m¨¢s qu¨¦ mundo van a encontrarse. ¡°Cambio clim¨¢tico, una sociedad m¨¢s individualista, guerras¡±, explica Klara. La incertidumbre sobre el futuro, coinciden los expertos, inhibe la fecundidad.
Ella superaba en m¨¢s de tres a?os la edad actual a la que, de media, las mujeres tienen al primer hijo en Espa?a. 31,6 a?os en 2022, frente a los 25,25 de 1975. Luis Ayuso, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad de M¨¢laga, cita la Encuesta de Fecundidad del INE para hacer un balance de la situaci¨®n. Por debajo de los 30 a?os, el principal motivo de las mujeres para no tener hijos es que se consideran demasiado j¨®venes. Despu¨¦s, ganan peso los motivos econ¨®micos, laborales y de conciliaci¨®n. Y no tener una pareja estable. Superados los 40, en muchos casos el escollo es una cuesti¨®n biol¨®gica. Este especialista en sociolog¨ªa de la familia apunta adem¨¢s a las diferencias en la manera en la que se forman las parejas, ahora m¨¢s inestables, y a las que un hijo obliga a reconfigurarse. Pero invita a invertir la pregunta: ¡°A veces planteamos: ?Por qu¨¦ no se tienen hijos? En vez de: ?Por qu¨¦ se tienen? El prestigio social de tenerlos se ha hundido, en la sociedad agr¨ªcola eran mano de obra, en la industrial, un seguro de bienestar al envejecer. Ahora se tienen por una cuesti¨®n emocional: por querer y que nos quieran¡±.
La cuesti¨®n en casa de Amanda y Guillem, la hija peque?a y el yerno de Joana y Josep, se puso sobre la mesa cuando cumplieron los 30. Sobre todo ella. ¡°Yo no he querido ser madre siempre. Ahora s¨ª me lo planteo m¨¢s, pero antes me quedaba tan lejos que ni lo pensaba. Fue cumplir los 30 y, de golpe¡ como que el mundo quiere que tengas hijos¡±, afirma Amanda. Dice que le da ¡°mucho v¨¦rtigo¡±. ¡°A nosotros nos gusta nuestra vida. Ahora estamos bien, tenemos libertad, autonom¨ªa, podemos viajar. Esto cambiar¨ªa. Pero, ?y si no los tengo y me arrepiento?¡±. Cuenta que cada vez les sobrevuela m¨¢s esta cuesti¨®n, y que ambos est¨¢n en el mismo punto. Guillem explica que ¨¦l es de Gandia (Valencia) y sabe que no quiere vivir en T¨¤rrega toda su vida, as¨ª que tienen que decidir d¨®nde asentarse. ¡°Adem¨¢s de que no puedo poner la mano en el fuego por que me vaya a dedicar toda la vida a mi sector¡±, dice ¨¦l, que tiene una compa?¨ªa de teatro. Pero si tuviera resueltos ambos temas, cree que s¨ª los tendr¨ªa. ¡°Tener un hijo no es solo cuesti¨®n de deseo, tambi¨¦n de log¨ªstica¡±.
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